PUENTE DE LUGUEROS SOBRE EL RÍO CURUEÑO.
Término municipal de Valdelugueros. León
LE-321 PK 34,300
En este periplo por el
cauce del río Curueño, siguiendo en muchos puntos los vestigios de la calzada
de La Vegarada, las múltiples cordadas y veredas ganaderas de la trashumancia,
admirando sus bellos paisajes, la majestuosidad de las hoces y riscos de caliza
que escoltan el profundo cauce de este río o buscando piedras viejas y
olisqueando obras civiles aledañas, nos topamos en el pueblo de Lugueros con
uno de los puentes más significativos de este recorrido histórico. En este
punto geográfico también existía un enlace con otra cañada pecuaria que llegaba
a los agostaderos del valle del Torio a través de los lugares de Llamazares,
Redilluera y el Collado Canseco y que durante millones de años fue abriendo la
erosión del Arroyo Labias, al sur de Lugueros y antes de evacuar en el río
Curueño.
Tan viejo como el
tiempo, los estudiosos del tema le otorgarán orígenes inciertos, desde romano
hasta medieval pero en lo que todos coinciden es en que la impronta que de él
nos ha llegado es bella y enigmática. Dado que se encontraba junto a la calzada
de Vegarada se especula con que, al dar servicio a esa ruta, debió de existir
desde principios de nuestra Era pero no hay rastros romanos, salvo que se
estudiara su cimentación, las basas de las pilas o alguna cata en sus rellenos
profundos. En general, hay consenso en que ha sufrido múltiples restauraciones
y ciertas modificaciones en su geometría a lo largo de los siglos. El propio
Carlos Fernández Casado apunta a que de un posible origen romano quedaría
alguna bóveda o roscas externas de un arco con buen dovelaje aunque el resto de
muros y tímpanos, a base de mampostería tosca, deberían ser de factura muy
posterior.
Lo poco que nos ofrece
la investigación al respecto del historiador de puente Aramburu-Zabala tampoco
nos saca de dudas sobre rehabilitaciones. Rescata nombres de canteros
trasmeranos que pudieron tener relación con intervenciones en este puente pero
muy genéricas ya que suelen referirse a obras civiles en el Valle de
Valdelugueros o en el puente de Valdelugueros que no deja de ser un municipio
con múltiples pueblos, aldeas y lugares. Serían intervenciones en época barroca
en las que están involucrados los maestros canteros Juan de Agüero Sota,
Francisco Martínez del Valle y Pedro Gómez de Ruiseco que, hacia el año 1.640
inspeccionaron algunas ruinas pontoneras de este valle y evaluaron sus reparos
en 16.500.- ducados, cantidad significativa que probablemente afectaba a la
restauración de varias obras. Dado que la cantería barroca era más proclive al
uso de sillería en muros y paramentos, cuesta creer que actuaran en este
puente, que salvo bóvedas, la fábrica es de mampostería y no de buena
disposición.
No se conocen otras
actuaciones antiguas en este puente y cabe pensar que en todas sus posibles
rehabilitaciones -que fueron muchas- el protagonismo es de los canteros y
albañiles montañeses de este valle, fecundo en la construcción con sillarejo y
mampostería ya fuere en obra civil o edificación, siempre dejando una huella de
rusticidad algo tosca aunque siempre
firme y solvente utilizando la caliza de la zona, algo de esquisto y la
cuarcita del canto rodado que hallaban en los cauces de sus múltiples ríos y
arroyadas. Estas intervenciones, costeadas en parte por los núcleos poblaciones
de la zona y los propios ganaderos de la trashumancia de merinas adscritos al
Real Concejo de la Mesta no han dejado rastros ni de reparos ni de costes o
financiaciones pero parece evidente que se producirían con frecuencia.La reciente rehabilitación se produjo en el año 2.001.
Tampoco hay referencias
en el Diccionario Geográfico-Estadístico de Pascual Madoz, que con
informaciones de mediado el siglo XIX, suele apuntar el estado de caminos y
puentes de los lugares. En este caso, en la voz La Vecilla, partido judicial al
que pertenecía Lugueros, salvo de aguas y molinos, nada dice de este puente y
poco de la calzada de La Vegarada. Es más, de entre los accesos hacia Las
Asturias, apunta a que los itinerarios habituales eran los del puerto de
Piedrafita o Pajares. Es muy ilustrativa una lámina o grabado en el tomo de
León donde se aprecian las importantes dificultades de atravesar Pajares con
nieves para carruajes de amplios tiros que, sin la ayuda de una veintena de
personajes, hubiera sido imposible el remonte por aquellas espinadas cuestas.
Lo cierto es que, en aquella época isabelina, el camino real más importante
hacia Asturias y el Cantábrico era por Pajares y tanto los caminos del Torio o
del Curueño hacia la raya asturiana, muy abandonados, quedaban reducidos al
tránsito de ganado trashumante, jinetes y caminantes pues resultaba muy
comprometido la carrera de carruajes de cualquier tipo, salvo los de tipo
leones propios de estos valles, que carecían de ruedas y eran muy útiles para
el intercambio comercial de mercancías entre estos lugares. Cadiñanos, sin diferenciar las obras pontoneras del término de Valdelugueros, nos informa de que existía un peaje que se satisfacía en el propio Puerto de Vegarada, de antigüedad inmemorial, por importe de 336 reales y cuyo beneficiario era el propio concejo.
Características
actuales de la obra: Es un puente largo en comparación
con los de su entorno debido a que por este punto el cauce de abre sobre la
base rocosa del pequeño valle. Tiene una longitud total de 40 metros,
aproximadamente y si medimos sensu
stricto el tramo entre estribos de los 3 arcos (14+17 metros) se observa
que su punto central no está sobre la clave de la bóveda central, sino más
bien, se desplaza hacia la orilla izquierda. Dispone de 3 vanos con bóvedas de
cañón y luces de 6,40+6,70+6,50 metros, muy regulares en cuanto a amplitud y
que nos da a entender que tras sus múltiples reformas, no ha habido gran
corrimiento de arcos o pilas. En el muro de acompañamiento izquierdo se
dispusieron dos tajeas muy juntas de forma adintelada y luces de 1+1 metros que
puede que sean de época posterior a la construcción del puente y que, además de
aliviaderos, servían a un cuérnago de un viejo molino, todavía presente y que
presenta dos bóvedas con arcadas de medio punto muy bien construidas y cerca de
nuestra estructura.
En su zona central apoya
en dos gruesas pilas con ancho de 3 metros cada una que se protegen aguas
arriba con restos de lo que fueron potentes tajamares que originariamente
parece que tenía sección triangular o en cuña, a juzgar por los restos que
quedan en sus basas, muy profundas y picudas, ahora tapadas con una capa de
hormigón y otra de mortero de cemento y piedra. Sobre estos arranques se ha
dispuesto y creo que no hace mucho tiempo, dos tajamares menudos de sección
ahusada a base de una mezcla grosera de mampuestos, algún sillarejo y canto
rodado muy aglutinado en su correspondiente mortero y tallando -es un decir- el
vértice en ambos para conseguir el filo propio de tajamares y que cumplan su
función de romper las corrientes derivándolas hacia los vanos. Más o menos,
llegan a la altura de claves de arcos. Aguas abajo no dispone de refuerzos pero
me da la impresión de que los tuvo, de sección ahusada y que debieron de
caerse, rellenándose esos lienzos de pila con mampuestos de gran tamaño.
En intradós de bóvedas cabe diferenciar secciones. Se observa que
la zona de basas o arranques están constituidas por piezas de larga soga, buena
talla y trabazón; sobre ellas y ya en riñones o hacia claves, predomina una
mezcla de dovelaje de variada forma y volumetría, groseramente rejuntada con
mortero en diferentes rehabilitaciones y con muchas costras o eflorescencias,
líquenes y otras partículas adheridas que dan la sensación de que en vez de un
dovelaje de largo tizón se han dispuesto mampuestos. Aunque en boquillas, estas
roscas exteriores muestran un trabajo más regular con dovelas de 60 centímetros
de alto, bien adosadas marcando el arco y contrapeadas a soga y tizón para
mejor cohesión, no dejan de ser piezas de talla tosca, sin cuña, que se
adhieren con fuerte mortero gris, también reciente de su última rehabilitación.
Pueden parecer antiguas u originales las
piezas grandes y aplanadas que hacen de salmeres en los arcos y que recogen
bien la presión a la que son sometidas las bóvedas que, por cierto, mantienen
una curvatura excepcional.
En cuando a la fábrica en muros hay diferentes facturas que van
desde lienzos a base de sillares amplios sin desbastar ni cantear, hasta
sillarejo, mampuestos de variado volumen, canto rodado y hasta ripio,
predominando la roca caliza y esquistosa y todo ello muy consolidado con fuerte
mortero. En las tajeas, predomina el sillar más trabajado en la pila central y
los dinteles, conseguidos a base de amplias lajas de esquisto que cubren las
bóvedas y que entrarían en la tipología de los primeros puentes o pontones que
se construyeron antes del desarrollo del arco. Aunque -como digo- su fábrica en
piedra caliza y esquisto es de mampostería rústica y económica, nos encontramos
con una de las obras civiles más atractivas de la pontonería rural medieval
leonesa.
En cubierta cabe distinguir el propio tablero alomado con una
anchura regular de 3,10 metros de los que son útiles 2,40 metros como calzada y
el resto para pretiles que mantienen una altura de 70 centímetros.
Originariamente pudo no tener petos o bien, estos eran de sillería. Los
actuales y siguiendo un impronta muy semejantes en los puentes de la zona, se
han construido a base de lajas y mampuestos tallados con canto estrecho que se
van hincando en vertical con el correspondiente mortero y que se mezclan con
otras paralelepípedos ciclópeos formando los pretiles hasta cabeceras. Hasta no
hace muchos años su firme era de tierra prensada y tras la última reforma, se
hace a base de enlosado o placas de caliza gris y rosada con cara vista picada,
un nervio central a modo de adoquines y en extremos fajas de otro enlosado
pulido junto a la base de pretiles. En cabeceras existe cierto abocinamiento,
muy evidente en la de la derecha (desde aguas arriba) que se prolonga 3 metros;
la de la izquierda, en el mismo sentido, hace un quiebro y se prolonga otros 6
metros más, zona donde se encuentran los cuérnagos y tajeas mencionados y donde
se ha habilitado una pequeña escalera de piedra para acceder a la orilla del
río.
Hace casi 40 años que lo visitó el inspector correspondiente para
formar el Catálogo de puentes de León y consideraba que su estado era bueno
aunque debería de limpiarse de maleza y señalizarse. Tras la restauración,
habrá que dejar pasar unos años para que vuelva a lograr la pátina de obra antigua.
Tiene un acceso fácil al cauce, se ha mejorado la manguardia de aguas abajo, se
ha construido una zona elevada desde la que se puede admirar y hasta se ha
rematado una salida de aguas por medio de un caño empedrado y un muro de
contención. Como en el entorno del puente existen pequeñas terrazas que ha ido
moldeando el cauce, de podría diseñar una mejor zona ajardinada, con parque y
bancos para unir la obra civil con el extraordinario paisaje que se divisa y
facilitar la observación y esparcimiento de vecinos y visitantes de esta bella
estructura pontonera que ahora sigue siendo útil como pasarela peatonal. No
obstante, junto a obras históricas o monumentales, no se deberían colocar
contenedores de basura o de vidrio, como es este caso. En la actualidad, todos
estos puentes históricos disponen de un panel informativo sobre su historia
pero carecen de señalización de tráfico que advierta al conductor sobre estos
monumentos.
Pasa saber más:
El libro de referencia sobre el tema es el "Catálogo de los puentes de
León anteriores a 1.936", obra auspiciada por JAFO y coordinada, entre
otros, por Tomás Abad Balboa y Pilar Chías Navarro, editada por el CICCP-CEDEX
en 1.988. Un trabajo anterior y al que se hace referencia en el citado Catálogo
de puentes de León, es el titulado "La calzada romana del Puerto de
Vegarada" obra de Miguel Arenillas Parra, José Vélez González y Manuel
Rabanal Alonso que se publicó en la ROP del año 1978, tomo 3158. También se
alude a esta obra en el libro "Historia del puente en España: Puentes
romanos" de Carlos Fernández Casado, obra editada por el CSIC en 1.980
pero que en la edición nueva del año 2.008, apéndice II (páginas 478-479)
recoge la información y fotos del trabajo de Arenillas et al. El propio Fernández
Casado ya divulga estas obras en su artículo para la Revista del CSIC, Informes
de la Construcción, volumen 32 número 317 de febrero 1980, páginas 91 y ss. con
las mismas fotos que utilizó Arenillas. También se cita el trabajo de Arenillas et al. y su calzada en la Tabula Imperii Romani, hoja K-30 de Caesaraugusta-Clunia aunque en los mapas solo se consigna el paso de Vegarada en espera de que acaben los estudios sobre su posible romanidad. Estas referencias a Vegarada, el Puerto de San Isidro, la vía Carisa, la vía de Pajares, Collanzo (donde terminaba la vía de Vegarada) así como Polavieja o Caborana como posibles itinerarios hacia Asturias desde Legio VII Gemina, aportados por Carmen Fernández Ochoa en su trabajo "Asturias en época romana", Madrid,1982 se recogen también en la T.I.R. pero sin filiación segura romana a la espera de que aparezcan testimonios más determinantes. Se puede consultar la propia T.I.R. de la Unión Académica Internacional, Hoja K-30, editada en 1.993 por el CSIC, Ministerio de Cultura y MOPTMA. Existe un buen trabajo sobre el tema,
donde se pone en duda el sempiterno origen romano de estas obras aunque
valorando concienzudamente estas estructuras y los caminos antiguos de León que
bajo el título "Caminos históricos de León" y editado por la
Fundación Hullera Vasco-Leonesa llevaron a cabo Carlos Fernández Rodríguez y
otros 7 autores más, coordinados por Gregoria Cavero Domínguez. El blog de Acebedo tiene información sobre varias de las calzadas romanas del norte peninsular.También es
interesante el trabajo que salió en la revista RE.CO.PA.R. número 12 de 2.016 de
Ricardo Martínez (Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad de
Valladolid) titulado "La calzada romano-medieval del Puerto de la
Vegarada". En el libro "Tierra sobre el agua, Tomo I, lo pone casi
como presentación su autor, Leonardo Fernández Troyano, en la página 8. Esta
obra en dos tomos fue editada por el CICCP en el año 1.999. El libro titulado "La arquitectura de
puentes en Castilla y León entre 1.575 y 1.650", obra de Miguel Ángel
Aramburu-Zabala Higuera, editado por la Junta de Castilla y León en 1.992
aporta las fechas de rehabilitaciones e intervenciones históricas en los puentes
del valle de Valdelugueros. Un blog muy interesante que presta atención incluso a puentes discretos del Curueño es tolibiaybodon. La web de la CHD dedicada al Patrimonio Hidráulico
del Duero también lo trata y pone fotos. La web municipal de Valdelugueros
aporta la lista de puente antiguos de la calzada de La Vegarada aunque sin
haber cambiado todavía los PK de la LE-321 donde se encuentran estos puentes.
La web Digitaldeleon también se ocupa de estos puentes y pone foto de éste,
antes de su restauración. Lo mismo ocurre con la web vivaleon, leonnoticias, eldesordenordenado, el pdf de vegarada.net, Las rutas del Paraíso en la web
Mancomunidad del Curueño, la propia Mancomunidad del Curueño tiene un pdf con muy buenas fotos y por fin, el Diario de León, de fecha 25.02.2011, que
nos informa sin mucho detalle de cuando se produjeron las obras de
rehabilitación de estos puentes de la Calzada de Vegarada. La web vegarada.net
también hace inventario de estas obras y pone fotos. En fin, no quiero abrumar
a los lectores de esta entrada pero existen multitud de referencias al puente,
a la calzada o a las rutas pedestres de la zona en internet, incluso algunos
trabajos más técnicos o históricos de esta obra que sin duda, nos dan a
entender la importancia que tiene la colección de obras pontoneras sobre el río
Curueño.
OBRAS PONTONERAS DEL RÍO CURUEÑO EN ESTE BLOG:
Puente de Ambasaguas de Curueño
Puente de Valdepiélago
Puente de Montuerto
Puente de Nocedo de Curueño
Puente de Nocedo de Curueño. Complejo fabril
Tajea de Hoces de Valdeteja y otras
Puente del Ahorcado o Los Verdugos
Puentes del Valle de Los Pasos
Puente del Villarín
Pontón del Arroyo Villarias
Puente de Tolibia de Abajo sobre río Curueño
Puente de Lugueros
Puentes de Tolibia de Abajo
Puente del Llano Nevero
Puente de Abajo de Cerulleda
Cómo llegar: Nuestro puente se localiza en el PK 34,300 de la carretera provincial LE-321 al entrar en el municipio de Lugueros. Desde León se sale por la LE-20 buscando la N-621 hasta Ambasaguas de Curueño donde tomaremos la LE-321 desde su PK 0 hasta La Vecilla, lugar de desvío hacia la autonómica CL-626 que seguiremos hasta la estación para, de nuevo, seguir en dirección N por nuestra carretera desde el PK 19 recorriendo el Curueño hasta llegar al PK 27 de esta calzada y nuestro puente. No hay autovías cercanas pero otro itinerario lo marca la N-630 (Carretera de La Plata) que tomaremos en dirección N desde León hasta La Robla para seguir por la autonómica CL-626 dirección NE hasta la estación de La Vecilla de Curueño, donde, sin entrar en la localidad, tomaremos a la izquierda la LE-321 hasta destino.
OBRAS PONTONERAS DEL RÍO CURUEÑO EN ESTE BLOG:
Puente de Ambasaguas de Curueño
Puente de Valdepiélago
Puente de Montuerto
Puente de Nocedo de Curueño
Puente de Nocedo de Curueño. Complejo fabril
Tajea de Hoces de Valdeteja y otras
Puente del Ahorcado o Los Verdugos
Puentes del Valle de Los Pasos
Puente del Villarín
Pontón del Arroyo Villarias
Puente de Tolibia de Abajo sobre río Curueño
Puente de Lugueros
Puentes de Tolibia de Abajo
Puente del Llano Nevero
Puente de Abajo de Cerulleda
Puente Cimero de Cerulleda
Pontón Viejo del Arroyo de Francamuerta.
Pontón Nuevo del Arroyo de Francamuerta y pontón fin trayecto
Pontón Viejo del Arroyo de Francamuerta.
Pontón Nuevo del Arroyo de Francamuerta y pontón fin trayecto
Cómo llegar: Nuestro puente se localiza en el PK 34,300 de la carretera provincial LE-321 al entrar en el municipio de Lugueros. Desde León se sale por la LE-20 buscando la N-621 hasta Ambasaguas de Curueño donde tomaremos la LE-321 desde su PK 0 hasta La Vecilla, lugar de desvío hacia la autonómica CL-626 que seguiremos hasta la estación para, de nuevo, seguir en dirección N por nuestra carretera desde el PK 19 recorriendo el Curueño hasta llegar al PK 27 de esta calzada y nuestro puente. No hay autovías cercanas pero otro itinerario lo marca la N-630 (Carretera de La Plata) que tomaremos en dirección N desde León hasta La Robla para seguir por la autonómica CL-626 dirección NE hasta la estación de La Vecilla de Curueño, donde, sin entrar en la localidad, tomaremos a la izquierda la LE-321 hasta destino.
Mapa de la ruta de los puentes históricos de la Calzada de La Vegarada señalando en amarillo nuestro puente.
Entrada a Lugueros por la carretera LE-321
Fotografía de 1.978 para el trabajo de Arenillas "La Calzada romana de Vegareda".
Dibujo de alzado y planta del puente y una fotografía probablemente tomada entre los años 1.986 y 1.987 tomados del libro "Catálogo de puentes de León anteriores a 1.936".
Fotografía tomada en la primavera de 1.990 para el libro "Tierra sobre el Agua, Tomo I" de Leonardo Fernández Troyano.
Fotografía de Manuel Martín, probablemente tomada en el año 2.002 y que figura en el panel informativo junto al puente.
Dibujo de nuestro puente tras la restauración. Se encuentra en el cartel informativo del Puente Llano Lobero en unión de otros puentes históricos de la Calzada de Vegarada.
Dos fotografías de fecha 20.05.2015
SERIE DE FOTOGRAFÍAS TOMADAS AGUAS ARRIBA.
SERIE DE FOTOGRAFÍAS TOMADAS AGUAS ABAJO
SERIE DE FOTOGRAFÍAS DEL TABLERO, CABECERAS Y PRETILES
FOTOGRAFÍAS DEL MOLINO, ARCADAS DEL CUÉRNAGO Y TAJEAS DEL PUENTE
VADO NATURAL JUNTO AL PUENTE
Tanda de fotos realizadas con fecha 01.07.2017
PUENTE NUEVO DEL PROYECTO CARRETERIL DE FINALES DEL SIGLO XIX
Fotografía del puente tomada hacia el año 1.987 y que figura en el Catalogo de puentes de León anteriores a 1.936.
Fotografía del año 2.015 del blog tolibiaybodon
Fotografías de la calzada y los bellos pretiles de época en tomas de fecha 19.05.2015
Fotografía de calzada y pretiles de fecha 01.07.2017
Curioso mojón del Plan Peña de 1.940 hincado cerca del puente en cuya matrícula, probablemente manipulada, se puede leer C-826 y que según norma debería de pertenecer a Canarias. Me inclino a pensar que pertenecería a la entonces carretera comarcal C-626 (actual CL-626) ubicado unos pocos kilómetros al sur de Lugueros, en La Vecilla de Curueño, por donde pasaba la antigua comarcal, ahora calzada autonómica.Desde Cervera de Pisuerga, donde nacía la vieja comarcal que terminaba en La Magdalena hasta La Vecilla hay 97 kilómetros y aproximadamente, ése debería ser su PK original. Fotografía de fecha 01.07.2017.
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