PUENTES DE TOLIBIA DE ABAJO. León
LE-321 PK 33,200 A PK 34
Muchos kilómetros de la calzada y anexos de La Vegarada se encontraban
abandonados desde hacía tiempo pues los ganados trashumantes con privilegios
del Honrado Concejo de la Mesta había desaparecido en el año
1.836 cuando reinaba Isabel II y ya estaba abierto el moderno camino
real hacia Asturias por Pajares por lo que tanto los periplos por los puertos
de Piedrafita o Vegarada tenían sensiblemente menos tránsitos. La calzada
estaba tan deteriorada que era raro que lo tomaran carruajes, especializándose
en el paso de rebaños hacia los pastos cercanos, recuas de mulas y jinetes o
caminantes.
El proyecto de un camino renovado desde La Vecilla hasta Vegarada quedó
aprobado por el Gobierno en tiempos de la regencia de María Cristina,
empezándose las obras entre los años 1.912 y 1.916. Esta calzada de época
alfonsina con trazado tortuoso y difícil conserva en la actualidad algunas
obras pontoneras de fábrica estimable y robusta. Uno de los puentes ya ha sido
presentado en este blog en la entrada para los Puentes del Paso y no lejos de
aquel, se encuentra otro pontón interesante a la altura del PK 32,150 de esta
calzada provincial, poco antes de llegar al pueblo de Tolibia de Abajo.
Puente del
Arroyo de las Tolibias. LE-321 PK 33,200. Muy cerca ya del pueblo de Tolibia de Abajo,
en sentido creciente de nuestra carretera, nos encontramos con otra obra
pontonera que originariamente pertenece al proyecto carreteril que se llevó a
cabo a principios del siglo XX. Tiene una longitud de 25 metros aproximadamente
y dispone de dos arcos rebajados con luces de 7 metros cada uno. Una pila
central del tipo tabique forrada en sus paredes interiores de sillería, sillarejo
y hasta mampuestos con piezas poco canteadas que se enmarcan en aristones de
excelente calidad; adosados a ésta se disponen el tajamar y el espolón se
sección semicilíndrica coronados por sombreretes semicónicos y cuya altura
llega hasta la unión de arcos en la zona de salmeres, todo ello en sillería
caliza con muy buena labra. Mínimo
material a base de sillería y sillarejo en tímpanos de variada fábrica y
estribos prácticamente perdidos aunque con algunos paños de sillería a modo de
aletas sin vuelta que cubren algunos metros del talud sobre el que se dispone
la calzada y en los que también predomina una sillería más voluminosa y tosca.
En cubierta
y tangente a claves se sitúa una imposta en piedra con cierto relieve sobre
paramentos, incompleta en aguas abajo y en general muy maltratada. Sobre esta,
descansan los pesados pretiles, probablemente en origen a base de grandes
sillares y en la actualidad con mampostería y enfoscado o revoque de mortero
sobre el que se dispone una albardilla convexa y sobresaliente sobre los cantos
de pretiles a base de hormigón. Se observan secciones de pretiles faltantes y
las piezas que cierran estos petos en extremos pudieran ser originales a base
de piedra caliza de tonos amarillentos.
Las bóvedas
tienen una profundidad de 6 metros y se cubren por medio de un dovelaje de
calidad, regularidad en la volumetría de las piezas y excelente asiento con
piezas de sección en cuña que marcan bien la geometría de estos arcos
escarzanos. Las boquillas están construidas a base de un dovelaje en piedra
caliza o arenisca rosa de muy buena talla, escuadría y forma en ligera cuña
para mejorar la geometría de los arcos y apoyo en salmeres sobre pila y muros
de estribos así como su excelente picado en cara vista dejando su superficie
muy lisa.
Ciertamente,
lo que me llama más la atención de esta obra civil es su aparejo de excelente
calidad en términos generales cuando por aquellas fechas ya se construían
puentes en los que predominaba el hormigón en bóvedas y, en todo caso, se
cubrían algunos lienzos por medio de mampostería y morteros de variada
consistencia. Aunque muy maltratado este puente todavía nos muestra la técnica
de una buena labor de cantería e incluso un estudio meticuloso en la
estereotomía, lo que se llamaba el arte de montea. Este aspecto se muestra
mejor en su cara aguas abajo, menos deteriora y donde la conjunción de sillería
y dovelaje se hace cuidadosamente con piezas de sección trapezoidal o incluso
triangulares en hiladas que casan bien con la curvatura de boquillas,
independientemente de que -como decía antes- el placaje de tímpanos es pequeño
y dispone de pocas piezas. Aún más llamativo es la buen disposición de los
sillares que se ensamblan en los extremos de la obra y que marcan la diferencia
entre puente y estribos. Se trata de unas semipilas con cierto relieve del tipo
baluarte donde la base de la obra es más ancha que en coronación y donde se
aprecia quizás, el mejor trabajo de estos canteros donde disponen piezas con
una cara oblicua que casa perfectamente con la semi-pila, el salmer, la terminación de la rosca y la poca piedra
que se dispone en tímpano, aspecto extensible a ambas bóvedas aunque es más
visible en su lado de aguas abajo. En fin, una labor de cantería e ingeniería
muy meritoria que podemos admirar en un discreto puente carreteril nada visible
desde cubierta.
Según
algunas fuentes este puente debió de sufrir daños en alguna violenta avenida
producida en los años 40 del siglo XX pero según se muestra la obra en la
actualidad, creo que lo que pudo arruinarse fueron los pretiles y quizás,
desprendimientos en los lienzos que componen parte de estribos pues las bóvedas
se muestran robustas y la pila central dispone de una fuerte basa de piedra que
se mantiene bien.
Otra cosa es
su mantenimiento. El chapado en ambos lados de la pila-tabique se ha cubierto
de un enlucido o protección que parece de yeso blanquecino que desmerece la
obra. Las bóvedas tienen manchas de todo tipo, humedades, líquenes, hongos y
eflorescencias que dañan la piedra. Existen fracturas evidentes entre las
roscas exteriores y el resto de las bóvedas por donde ya hay filtraciones de
agua muy evidentes y que hacen peligrar la estructura. Quizás, la pila en sus
extremos de tajamar-espolón ha basculado muy ligeramente por hundimiento y ha
generado esas fracturas que afectan a los extremos de la propia pila y a las
boquillas. En zonas de tímpanos también hay separación de piezas e incluso
alguna faltante que habrá caído al cauce.
En cuando al
mantenimiento de la zona aledaña parece que no existe desde hace mucho tiempo.
Hay un exceso de vegetación en las inmediaciones que impide la visión y el
fotografiado de la obra plena, especialmente en aguas arriba como se puede
observar en una toma que hice al efecto. Aunque la riada de diciembre de 2019
afectó a este arroyo y se comprueba por el exceso de ramajes, plásticos y otros
sólidos enredados en las matas y arbolado que circunda la obra lo que
verdaderamente causa perplejidad es el cúmulo de porquería, restos de siega y
escombros de todo tipo que se descargan en su lado de aguas arriba y que
prácticamente han cubierto la longitud de ese estribo y amenazan el arco
contiguo. Estos escombros ya se observan en una de las fotos del año 2015 que
pongo en esta entrada.
Tampoco hay
facilidad para acceder a la obra, especialmente por su lado aguas abajo donde
hasta existe una cerca de madera que impide el paso en una zona de dominio
público. No se advierte al conductor o viajero de que existe un puente de
cierto interés, ubicando en las cercanías de la obra una señal de tráfico que
lo advierta, las de fondo rosa que indican la cercanía de un monumento y que
nuestro caso, se refiere a una digna obra civil que pasa del siglo de
existencia.
Entrada a Tolibia de Abajo por la LE-321
Fotografía tomada a finales de la década de los años 80 del siglo XX que figura en el libro "Catálogo de puentes de León anteriores a 1.936"
Fotografía del blog tolibiaybodon, probablemente tomada en el año 2.015
Tanda de fotos desde la carretera del firme y pretiles en fecha 23.05.2015
TOMAS DEL PUENTE DESDE AGUAS ARRIBA
TOMAS DEL PUENTE DESDE AGUAS ABAJO
TOMAS DEL TABLERO DE PUENTE
Tanda de fotos de fecha 12.02.2020
Tajea
sobre el Arroyo del Cantarillón. LE-321 PK 34. Ya puestos
y siguiendo lo que nos muestra el blog de tolibiaybodon, añado a la serie de
obras de Tolibia de Abajo una vetusta y bella tajea que se encuentra en el
límite entre este pueblo y el de Lugueros, en el PK 34 de esta carretera
provincial. También pertenece al proyecto original de la calzada y consta de
una pequeña bóveda de cañón cuyas boquillas muestras un buen trabajo de
dovelaje en piedra. Tiene pequeñas aletas como protección y encauzamiento de la
corriente de este pequeño arroyo. Dispone de una gruesa imposta a base de
varias piezas pero carece de pretiles aunque se supone que los tuvo. Su estado
de conservación es nulo con daños en la imposta, dovelaje, piezas faltantes en
aletas, albardillas desprendidas y otros daños. Probablemente, parte de su
deterioro en bordes se debe al hincado de las modernas biondas de acero que han
incorporado a la obra. Su tipología es semejante a la tajea que existe donde arrancan
las Hoces de Valdeteja aunque ésta última es algo mayor.
Fotografía del año 2.015 tomada del blog tolibiaybodon.
Tanda de fotos de la ubicación y lo que se ve desde la calzada en fecha 23.05.2015
Entrada a Lugueros en toma de fecha 12.02.2020
TOMAS DE LA TAJEA DESDE AGUAS ARRIBA
TOMAS DE LA TAJEA DESDE AGUAS ABAJO
Tanda de fotografías de fecha 12.02.2020
Pasarela sobre el río Curueño. En la web municipal de
Valdelugueros se presenta aunque sin más información, una foto de una curiosa
pasarela sobre este río y que ubican precisamente en Tolibia de Abajo. Dispone
de dos vanos adintelados y un tablero de hormigón que apoya en fuertes pretiles
de sillería y una descomunal pila central de sección cuadrada sobre roca madre
del cauce. Entiendo que debió de ser un antiguo puente con tablero de madera
que apoyaba en cerchas, como en otras obras pontoneras de la zona. Parece que
está situada en una típica zona de baño en verano.
Fotografía sin fecha tomada de la web del Ayuntamiento de Valdelugueros.
Fotografía parcial del puente de fecha 07-2017 tomada de Google Map.
Fotografía sin fecha tomada de la web del Ayuntamiento de Valdelugueros.
Fotografía parcial del puente de fecha 07-2017 tomada de Google Map.
Pontón sobre el Arroyo de las Tolibias en Tolibia de Arriba. Ya
puesto en faena, no olvidaré de mostrar en pontón de la otra Tolibia. Al llegar
a Tolibia de Abajo existe una carreteruca local de corto recorrido que llega
hasta Tolibia de Arriba, por donde también discurre el mismo arroyo. Buscaba
alguna obra pontonera histórica pero sólo me encontré con este puentecillo de
construcción reciente ubicado junto a una amplia plaza empedrada y curiosa.
Es todo ello obra en hormigón, incluso puede que su tablero lo sea con
losa de hormigón armado pues por ahí circulan pesados y maquinaria agrícola.
Tiene sencillas barandillas de acero y llaman la atención sus altas defensas o
manguardias con petos en cubierta a base de sillarejo y mampostería con un buen
llagado de mortero en una actuación que me recuerda mucho a la de las
rehabilitaciones de algunos puentes históricos pues seguramente estos muros se
habrán construidos por los maestros de obra de la zona.
Entrada al pueblo en una mala fotografía de fecha 01.07.2017
Tomas de fecha 15.05.2012
Fotografía de fecha 01.07.2017
Entrada al pueblo en una mala fotografía de fecha 01.07.2017
Tomas de fecha 15.05.2012
Fotografía de fecha 01.07.2017
Vista del pueblo incluyendo su puentecillo en toma sin fecha que exhibe la web del Ayuntamiento de Valdelugueros.
Para saber más: Para los puentes del proyecto original de la
carretera del siglo XIX me remito a lo tratado en el "Catalogo de puentes
de León anteriores a 1.936" ya referenciado en otras entradas sobre
puentes del río Curueño. Es muy interesante para la pontonería de Tolibia el
blog de tolibiaybodon. También la web del término municipal de Valdelugueros presenta alguna foto de estas obras. La web institucional de la CHD que difunde
el patrimonio hidráulico del Duero hace referencia a uno de sus puentes. Para
saber de historia de la calzada de La Vegarada, bibliografía que trata los
puentes y otras calzadas del Curueño así como fotos de todo tipo, me remito a
lo puesto en entradas anteriores como pueden ser la del Puente del Ahorcado, el
Puente del Villarín o el Puente de Valdepiélago. También se tratan los puentes históricos de la cuenca del Curueño en el artículo de Luis Solera Selvi publicado en La Nueva Crónica de León con fecha 27.08.2018.
Cómo llegar: Esta serie de puentes y pontones se encuentran
entre los kilómetros 32,300 y 34 de la carretera provincial LE-321 en torno al
pueblo de Tolibia de Abajo. Desde León se sale por la LE-20 buscando la N-621
hasta Ambasaguas de Curueño (también dispone de un soberbio puente decimonónico
del proyecto original de esta calzada) donde tomaremos la LE-321 desde su PK 0
hasta La Vecilla, lugar de desvío hacia la autonómica CL-626 que seguiremos
hasta la estación para, de nuevo, seguir en dirección N por nuestra carretera
desde el PK 19 recorriendo el Curueño hasta llegar a Tolibia y sus puentes. No
hay autovías cercanas pero otro itinerario lo marca la N-630 (Carretera de La
Plata) que tomaremos en dirección N desde León hasta La Robla para seguir por
la autonómica CL-626 dirección NE hasta la estación de La Vecilla de Curueño,
donde, sin entrar en la localidad, tomaremos a la izquierda la LE-321 hasta
destino.
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