T.M. OSORNO LA MAYOR. Palencia
Línea FFCC de Palencia-Santander PK 347,900
N-611 PK 59,500
La obra que se presenta es uno de los modelos de
puentes ferroviarios levantados en buena piedra de arenisca que forman parte de
la colección correspondiente a la línea Venta de Baños-Alar del Rey, sección
que conectaba hacia el norte con la del viejo Ferrocarril de Isabel II cuyo
término era Santander y hacia el sur enlazaría con los convoyes que se dirigían
hacia Valladolid y Madrid. La sección Venta de Baños-Alar se inició hacia el
año 1856, 4 años después del de Alar del Rey-Santander pero que, por la
facilidad de la orografía, llegó a terminarse unos pocos años antes,
prácticamente entre los años 1858/1860. El Ferrocarril de Isabel II completó
sus tres tramos en el año 1866, momento en el que la explotación del trayecto
completo Madrid-Santander ya estaba bajo el control de La Norte (Compañía de
los Caminos de Hierro del Norte de España).
El sector Venta de Baños-Alar del Rey que nos
ocupa, tuvo que levantar varios puentes, pontones, alcantarillas y tajeas.
Entre las obras principales destaca el Puente de los Dolores sobre el río
Pisuerga en la localidad palentina de Herrera de Pisuerga y los puentes del
término municipal de Osorno la Mayor, éste que presentamos y otro más pequeño
sobre el río Boedo.
En cuanto al punto donde se encuentra esta obra
civil ferroviaria cabe distinguir entre el hito kilométrico actual, esto es, el
PK 347,900 que corresponde a la distancia desde Madrid hasta aquí y el que
abordan las fuentes relativas a la histórica línea de Venta de Baños-Alar del
Rey que suelen situarlo en el PK 52,528, distancia desde su origen en la citada
Venta de Baños o Venta de San Isidro como se denominaba entonces y que llegó a
dar nombre a la actual villa al construirse la estación ferroviaria en el año
1860, quizás la estación y nudo ferroviario más importante del norte peninsular
durante mucho tiempo.
Características actuales de la obra. Nuestro puente tiene una longitud aproximada de
62 metros incluyendo estribos. El ancho regular es de 8,50 metros, amplio para
un solo carril pero su proyecto original estaba diseñado para dos carriles.
Dispone de 3 vanos de geometría escarzana con luces de 13,50 metros cada uno.
Su disposición es perpendicular al cauce del río Valdavia y salva una pequeña
vaguada u hondonada por lo que dispone de una flecha de aproximadamente 10/12
metros sobre lámina de aguas. Por uno de sus arcos transcurre un viejo camino
agrario. El cauce ordinario pasa sólo por el arco central cuya pila se
encuentra reforzada por un perímetro de hormigón hidráulico en alguna actuación
posterior a su fundación.
Lo significativo de la obra ferroviaria es su
aparejo y disposición, todo ello de gran belleza. Se ha utilizado sillería de
arenisca en todos sus lienzos, de larga soga, buen contrapeado e hiladas de una
rectitud encomiable. Suelen ser de cara vista averrugada pero encintada en
muros de estribos y frentes en ambas caras, básicamente los paños que ocupan
los tímpanos. Sin embargo, en pilas y semipilas la labor de cantería es aún más
prolija con sillería espléndida de cara vista lisa, gran volumen y buena
disposición hasta en las zonas o cantos curvos que hacen las veces de tajamares-espolones.
Estos fustes se adornan en sus cabeceras con listeles en relieve y tejadillos
que evitan filtraciones. Las pilas, que sobresalen del aplomo de muros son del
tipo tabique aunque ligeramente más anchas en sus bases, probablemente de 1,50
metros de espesor. Las bóvedas son perfectas y pese a los años de soportar
cargas de todo tipo, no parece que se hayan deformado. Mantienen unas roscas
compactas, bien imbricadas con dovelaje genuino y de excelente talla que
acentúa su belleza en las boquillas, donde se observa su volumen amplio con
altura que llega a un metro y su cuidado ensamble curvo en cada arco. Los
apoyos de estas bóvedas exteriormente se ven claros en los salmeres de dos
piezas que adoptan la figura triangular perfecta. La unión de los paños de
sillería con los arcos se logra plenamente al utilizar piezas de sección
trapezoidal en otro trabajo esmerado. Respecto a los estribos, con placaje de
excelente cantería, destaca el sobre ancho para cabeceras y la sillería de
esquinas por medio de aristones de gran talla y disposición en cierto relieve
así como las caras externas junto a cauce con las bellas semipilas ya
mencionadas.
En cubierta, la cosa es más sencilla. Se disponen
los carriles sobre las traviesas relativamente modernas prefabricadas de
hormigón armado y masas de balasto que son contenidas por bordillos de hormigón
en cada lado del puente. Los petos se encuentran más degradados que en el
puente cercano sobre el río Boedo. En este caso, se mantienen en las cabeceras
algunos bloques paralelepípedos de hormigón que sustituirían a los anterior
donde se empotraban las barandillas y se alargaban hacia los ensanches de
cabeceras. Ahora solo quedan los petos sobre cauce a base de tubo metálico de
rosca en dos secciones longitudinales cuyos pasadores son los montantes del
mismo material hincados en unos bordillos de hormigón, todo ello a falta de
mantenimiento. Como decía, el tablero dispone de abocinamientos rectangulares
en ambas cabeceras. No hay definido ningún anden de inspección, quizás debido a
que la anchura del propio tablero parece suficiente para andar por él con
seguridad o bien, circulando sobre las canaletas de obra que contienen el
cableado en ambos bordes de la plataforma.
Al contrario de lo que ocurre con el puente sobre
el Boedo, excesivamente restaurado con mortero blanco, éste presenta una
fábrica limpia o nítida que permite ver bien la disposición de su sillería y
dovelaje. No obstante, en este caso, convendría eliminar las manchas y
humedades que presentan algunas zonas así como los grafitis, eliminar los matojos que crecen en el llagado de la sillería, hacer pequeñas entresacas de arbolado que permitan una visión y fotografiado de la obra más amplio y mejorar su acceso
para que visitantes, turistas o curiosos puedan llegar a la obra civil con
garantías y comodidad. Sería deseable que existieran carteles indicativos de
monumentos -los de fondo rosa- en la propia carretera nacional N-611 y en los
caminos de tierra que acceden al puente que advirtieran al viajero sobre la
posibilidad de visitar una obra pública histórica y de gran belleza.
Se puede considerar una estructura idéntica a la
del puente sobre el río Boedo y muy parecida a la del Puente de los Dolores en
Herrera de Pisuerga.
Para saber más. Me remito a lo que expuse para el puente sobre el Boedo
donde existen enlaces para conocer la bibliografía y fuentes utilizadas tanto
de esta obra como la de otras de esta línea ferroviaria o la de Alar del
Rey-Santander.
Lirio amarillo o Acoro bastardo (Limniris pseudacorus (L.) Fuss. Iridaceae).
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