PASARELA DEL MONASTERIO SOBRE EL RÍO ARA
BOLTAÑA. Huesca
N-260 PK 442,650 Y A-2205
En mis breves andanzas por la villa de Boltaña, cuando trataba de
conocer y correr la vieja carretera nacional N-260 para montar unos artículos
de revista, no recuerdo muy bien como aterricé por estos parajes del río Ara
pero, sin duda, me acerqué a conocer de cerca el viejo monasterio de carmelitas
y trasteando por la ribera del río, me topé inopinadamente con esta reliquia
pontonera. A priori, nada nuevo ya que este tipo de pasarelas colgantes son
comunes en muchos de los cañones o zócalos más o menos profundos de los cauces
en los ríos pirenaicos, especialmente en los oscenses. No hacía mucho tiempo
tuve ocasión de ver -y comprobar- el deprimente estado de la que salva el río Aragón
en las cercanías de Canfranc y hasta tuve el valor de cruzarla pese a la cantidad
de huecos al vacío por la falta de traviesas de madera de las que dispone como
firme. Bueno, aquella pasarela no dejaba de ser una estructura para el paso de
algún excursionista o paseante, con poca importancia y menos, desde un punto de
vista histórico.
La pasarela de Boltaña es otra cosa. Independientemente de su utilidad
pasada, determinante para la comunicación del personal adscrito al monasterio,
que en época en la que era balneario y sanatorio todavía debió de gozar de
mayor importancia pues la utilizarían las monjas, el personal sanitario,
proveedores y diferentes tipos de trabajadores, además de viajeros, enfermos y
familiares que allí se hospedaban, no cabe duda de que era primordial ya que,
por lo que conozco, no existía otro paso cercano que cruzara el río Ara, salvo
el propio del Puente Viejo de origen medieval, las más de las veces, achacoso o
en reparaciones. Desde el propio monasterio parece que existe un camino junto
al río que si se sigue aguas arriba, comunicaba con la villa de Boltaña por
este puente viejo pero, probablemente y ante el colapso del mismo, bien por
voladura en la Guerra Civil o quizás, anteriormente, sería la propia
congregación religiosa la que decidiría construir este puente-pasarela para
acceder a Boltaña por la margen derecha del río, donde también existía un
camino de tierra hacia la población que debía de tener una salida a la calzada
de segundo orden y más tarde, carretera nacional N-260 como es en la
actualidad.
Me inclino a denominarle puente-pasarela porque, a mi juicio y en
origen, estaba construido para el paso de personas, jinetes a caballo, carretas,
carretones, remolques con ruedas y muy probablemente algún vehículo ligero a
motor de los muchos que por allí paraban y me remito a las fotografías del
monasterio y su entorno que hizo Adolf Zerkowitz, probablemente en los años 30
del siglo XX, quizás antes de la Guerra Civil. Precisamente, son estas
fotografías las que me hacen pensar que la estructura de entrada al tablero en
lado monasterio, por aquellos años, ya parecía vieja y con maderos de los petos
abarquillados o combados, producto de cierta antigüedad en la obra. También
cabe destacar en una de estas tomas que el firme del camino donde conexiona con
el maderamen de la pasarela, bien construido a base de guijarro y rajuela,
presenta los hundimientos o rodadas de las ruedas de los ejes correspondientes
a ciertos vehículos, ya fueren carromatos o como apunto, vehículos con ruedas
de caucho, quizás macizas, pero que dejaban la huella a su paso por esta
plataforma colgante.
Al contrario de lo que ocurre con la pasarela de Canfranc, liviana,
frágil y con anclajes a estribos mínimos y rudimentarios, propia para el
exclusivo paso de personas, la pasarela del monasterio presenta unos robusto
anclajes a extremos por medio de pórticos de hormigón, probablemente armado que
conecta con basas de hormigón hincadas en el lecho de las orillas del río,
quizás sobre roca madre de caliza o margas, suficiente para mantener o soportar
el peso de estos pórticos en las fuerzas de tensión del tablero. Estos pórticos
se ayudan en sus esfuerzos por medio de varios tirantes de cables de acero,
anclados unos metros atrás a macizos de hormigón cavados con cierta profundidad
en la tierra firme. Las conexiones y ataduras se producen por medio de pinzas,
perros y abrazaderas de metal que todavía cumplen su función ya que de lo
contrario, al romperse los atirantamientos es muy probable que la estructura
del tablero hubiera colapsado.
Más dudosa parece -como estructura original- el propio tablero y la
serie de cableado que lo soporta. Si bien es cierto que en una instantánea de
Zerkowitz de los años 30 del siglo XX se observa el tablero desde un punto de
vista perpendicular y se adivina el sistema de cableado que cruza el río
idéntico al actual, pudiera ser plausible que, con anterioridad, quizás a
principios del siglo XX o unos años antes, existiera un puente-pasarela más
robusto en el que los cables de acero o quizás de hierro fundido permitieran un
entablado fuerte en el que ayudaría a los esfuerzos de tensión y presiones unos
petos a base de celosía con
triangulaciones del tipo Cruces de San Andrés o sistema Pratt. Si nos fijamos
en la foto de Zerkowitz, la conexión con el estribo del lado monasterio -según
creo-, se hace por medio de un tablero cuyos petos son macizos de madera
reforzados con pies derechos que apoyan en jácenas o traviesas bajo el propio
tablero. Esto da a entender que, en ese punto
y a unos cuantos metros del correspondiente pórtico la plataforma parece elevada sobre el suelo aunque
posteriormente, ya cierre o conexiona con la rasante del firme del camino que
parece de guijarro o piedra machacada. En este hipotético caso, me recordaría a
la vieja pasarela colgante sobre el río Pisuerga, conocida como Pasarela de la Fábrica del Campo, donde el tablero forma viga en celosía con cruces de San
Andrés, aunque sus pórticos sean mixtos, a base de cepas de hormigón y
horquillas superiores a base de perfiles de acero triangulados, puntos donde de
anclan los cables de la estructura. También es cierto que, a juzgar por lo que
ahora muestra esta pasarela, pudiera estar más cerca del prototipo pirenaico
que representa la cercana estructura de Jánovas sobre el propio río Ara, donde
no hay celosías de madera sino un tupido sistemas de péndolas que atan los
tirantes superiores o catenarias con las jácenas transversales bajo el firme del tablero.
Bien, independientemente de mis posibles y erróneas conjeturas al
respecto, lo que siempre llama la atención en estos casos es la desidia o
abandono de los organismos públicos (independientemente de que estas
estructuras tengan un posible propietario particular), ya sea la propia
Confederación que administra el río, la Comunidad Autónoma a la que pertenezca
y con mayor culpa, el ayuntamiento o municipio donde se encuentra, que debería
de velar por la buena conservación de este tipo de pasarelas, debido en parte a
su propia antigüedad, técnica constructiva histórica y muy especialmente porque
estos pasos artificiales forman parte de la memoria, cultura y devenir de un
pueblo o de una zona. No se comprende la construcción de la pasarela de Alar
del Rey sobre el Pisuerga sin saber de antemano que formaba parte de un
importante emporio textil que dio prosperidad a ese enclave durante muchos
años. Tampoco se comprende el sentido de la pasarela que ahora presento si
pasamos por alto su servicio al monasterio y los beneficios que le reportó. Es
ciertamente lamentable este olvido y si queremos mantener viejos testigos
pontoneros en uso o, al menos, con cierto mantenimiento para que no se destruyan,
deberemos actuar al respecto. La pasarela de Boltaña puede ser modesta y
arquetipo de un modelo que quizás todavía tenga varios ejemplos pero es
histórica y debe conservarse. Respecto a la que cito de Alar del Rey, todavía
es más imperdonable su abandono ya que puede que de su tipología y época de
construcción , no exista ya ninguna en el territorio peninsular. Seguiremos
insistiendo...
Características actuales de la obra. Como decía, se trata de una estructura colgante. Tiene un longitud
aproximada de 48 metros y otros 15 metros más en lado monasterio. Este último tramo, es el que se aprecia en
alguna foto que tiene barandillas de madera y da la sensación de que es
flotante, quizás con apoyos en los arranques del pórtico y en un estribo al
efecto que conecta con el camino carretero hacia el monasterio. Mantener cierta altura sobre tierra firme en este tramo, servía para defender la misma y su conexión con el monasterio de posibles y regulares crecidas del río que afectaban a esa
zona.
Servía para los tránsitos entre el monasterio y la orilla izquierda del
río Ara donde parece que existía otro edificio donde se acumularían las
mercancías y objetos que se deberían de transportar al monasterio o servía para
control de paso o incluso pago de algún peaje.
Su apoyo se producía en ambos márgenes del río, a la derecha en el
pórtico que ya he mencionado, básicamente sobre basamento de hormigón pero el
de la izquierda, según se observa en alguna foto, era sobre un auténtico
estribo de fábrica de mampostería con fundamento de hormigón. En ese estribo se
empotra el otro pórtico o poste que sustentará el tablero y su cableado. En
ambos casos, estas pilas se refuerzan con una pareja de tirantes a base de trenzados de cable de
acero que partiendo de la viga que arriostra en su parte superior estas pilas que
componen cada pórtico, se anclan en el suelo sobre basas de hormigón. En el
cenit del pórtico derecho (desde aguas arriba) también subsisten algunos
herrajes y un poste de conducción eléctrica fuera de uso. En estos tirantes,
aunque en aparente buen estado, existen anudamientos o empalmes con un mazo
menor de hilos de acero, bien sujetos con las debidas abrazaderas.
El tablero, con un ancho aproximado de 2 metros, se construye por medio
de jácenas de madera de sección cuadrada y sentido transversal, más largas que
las traviesas que forman el firme y que solidarizan las catenarias o cables
superiores anclados a pórticos con otros cables tirantes horizontales (cordones
inferiores del tablero) al clavarse en estas jácenas, separadas entre sí,
aproximadamente un metro. Al mismo tiempo y en similar secuencia, se asocian
una serie de péndolas a base de alambre grueso que engarza los cordones
superiores con las jácenas por medio de -parece ser- de un tipo de argollas o
colgadores de hierro. Entre ambos cordones existen un par de ellos intermedios
que ayudan a la consistencia de la pasarela, muchos de ellos rotos y colgando
en la actualidad.
El firme lo componen una serie de traviesas de madera -puede que de
roble-, muy deterioradas, las que aún siguen como testigos, otras colgando de
la estructura y la mayoría, desaparecidas, ya que lo que ahora se observa a
nivel de entablamento parece ser que corresponde a las citadas jácenas, mejor
fijadas al cableado que el propio firme de tablas.
Bueno, pues ahí queda el asunto de la triste Pasarela del Monasterio
que, curiosamente, no da la sensación de que haya colapsado por inclemencias, un
mal rayo, la fuerza del viento o por rotura de anclajes ante una violenta
avenida; tampoco por cuestiones técnicas de diseño. Sencillamente, ha sido la falta
de mantenimiento por desidia o abandono. Un lector llamado Albert nos informa que también servía para acceder al camino de Margudgued y nos da la dirección de un blog histórico sobre la zona.
Para saber más. Poco o nada
al respecto. En todo caso e independientemente de los enlaces a los que aludo
en las entradas para otras obras pontoneras de Boltaña, parece interesante
visitar la web donde se recopilan muchas de las fotografías del Pirineo oscense
en relación con Alfred Zerkowitz o la web del Gobierno de Aragón donde también
abundan fotos antiguas de pontonería local, incluyendo una reciente de nuestra pasarela.
Este tipo de estructuras colgantes se han puesto de moda en el ámbito
rural y fluvial y algunas son preciosas. En este blog podemos ver un buen
ejemplo con la conocida Pasarela de San Andrés, también sobre el río Pisuerga
en la localidad palentina de Herrera de Pisuerga, la antigua Pisoraca de origen
romano.
Cómo llegar. Como expongo
en encabezamiento, la pasarela se ubica aproximadamente en el PK 442,650 de la
nacional N-260, al SE de Boltaña, o sea, antes de llegar a la villa si
circulamos por esta calzada en sentido creciente. Al llegar al puente nuevo
sobre el río Ara que conexiona con la carretera A-2205 lo cruzaremos con
intención de llegar al monasterio-hotel donde podremos aparcar. Dirigiéndonos
al río en ese punto, llegaremos a la pasarela. Por la orilla izquierda del río,
esto es, sin necesidad de cruzar el puente, es probable aunque lo desconozco,
que podamos acceder al estribo de fábrica y cabecera izquierda de esta pasarela.
OTRAS OBRAS PONTONERAS DE BOLTAÑA:
Dos fotografías de la pasarela, tomadas en los años 30 del siglo XX según se indica en los archivos de Adolf Zerkowitz de BCN visibles en internet a través de Flickr.
Dos imágenes que se corresponde con la postal anterior aunque de mejor calidad. En este caso se trata de una postal poco o nada circulada que saco de los archivos que expone la web de Todocolección. En la parte inferior figura borrosa la siguiente leyenda: [Boltaña.Huesca. Puente del Sanatorio. (./.) Silverio Pascual. Broto.Huesca]. Recordemos que Silverio era fotógrafo, editor y comercializaba muchas de las fotografías que hacia Adolfo Zerkowitz y también colaboraba con su colega de Clichés Arribas (Mariano Arribas Andrés o Ediciones Arribas), muy activo en las primeras décadas del siglo XX.
Entre las escasas fotografías más o menos recientes de la pasarela que figuran en internet, he podido cazar ésta, con detalle de un pórtico, probablemente tomada hacia el año 2010 y que figura en los archivos de la Universidad de Zaragoza-SIPCA.
Un fotógrafo curioso y atento tomó este detalle del tablero ruinoso en el año 2012 que figura en los contenidos de Mapio.net y muy irónico llamó a esta obra "Puente de los Valientes".
Tanda de fotografías de fecha 01.11.2014
Fotografía de los años 30 del siglo XX del Monasterio de la Virgen del Carmen cuando funcionaba como sanatorio y al cuidado de las propias monjas carmelitas. Archivo Adolf Zerkowitz-BCN y Flickr.
Monasterio de la Virgen del Carmen junto a la pasarela, ahora Hotel Monasterio. Tomas de fecha 01.11.2014
El puente se utilizaba también para ir a Margudgued. Cuando era pequeño y el puente nuevo no estaba construido, mi padre aparcaba en el margen izquierdo del rio, cruzábamos por el puente colgante y nuestro abuelo nos esperaba con la burra para llevarnos hasta Margudgued. Más información en https://www.albertsampietro.com/category/margudgued/
ResponderEliminarGracias Albert por tu información.
ResponderEliminarPondré un enlace en texto para que puedan ver tu interesante blog.