PUENTE ROMANO DE VILLA DEL RÍO-CO SOBRE EL ARROYO SALADO DE PORCUNA
A-4 PK 347
Se trata de una obra republicana
del siglo I a.C. que formaba parte de la legendaria Vía Hercúlea o Vía Augusta que
unía Gadir (Cádiz) con Roma a través de un itinerario de casi 3.000 kilómetros.
Sí, era la gran autovía de hace dos milenios y así, se tuvo en cuenta que, pese
a que se trata de un arroyo que la mayor parte del año está seco o con mínimo
caudal y se podía vadear fácilmente, era necesaria la construcción de un fuerte
puente para evitar imprevistos en épocas o años de lluvias copiosas. Por otra
parte, conviene destacar que en la Roma republicana -auténtico imperio en
expansión- ya eran muy importantes ciudades como Córdoba, Montoro o Andujar y
que existía un intenso tráfico de personas y mercancías entre estos puntos,
luego este camino debería ser siempre seguro y franco.
Esta obra ingenieril romana está
situada a la salida del pueblo cordobés de Villa del Río, en sentido N, entre
las poblaciones de Montoro y Andújar, a unos 100 metros del límite provincial
entre Córdoba y Jaén. Para no variar y siguiendo la desidia que acompaña a
algunas corporaciones autonómicas y municipales, adelanto que no existe cartel de
dirección sobre este monumento en las proximidades o en la propia autovía desde
la que es visible. Yo lo descubrí porque circulo en camión y mi punto de vista
es lo suficientemente elevado como para verlo, aunque sea fugazmente. Está
situado, concretamente, en la A-4 PK 347 y existe un pequeño desvío hacia una
especie de zona de descanso, unos 50 metros antes de llegar, si circulamos en
dirección N. donde podemos parar para visitarlo. Lo que sí es cierto es que, al
borde de la autovía A-4, existe un típico cartel informativo marrón que anuncia
el cruce con el Arroyo Salado de Porcuna. Tampoco se ha puesto un panel informando sobre la historia y vicisitudes de esta joya pontonera, lo cual
también resulta curioso ya que está catalogado como BIC desde el tres de junio
de 1931.
Ha sido útil -a nivel de
usuarios- durante muchos años, pues era puente de la carretera de primer orden
hacia Córdoba y Sevilla. En 1934 el Circuito Nacional de Firmes Especiales
revolucionó nuestra vetusta red de carreteras y, en este caso, modificó el
trazado de la futura N-IV para suavizar la curva del puente, construyendo un
puente adyacente que se sustituyó por otro construido en 1992 en el
desdoblamiento de la autovía A-4, actuando éste en sentido descendiente de la
propia vía. Fuera de uso desde hace años aunque todavía es útil pues se puede
cruzar dentro de una vía de tierra. La zona se ha acondicionado como parque o
merendero con arbolado y bancos para el disfrute de lugareños y viajeros que
desean descansar un rato. Tanto este arroyo
como otros cercanos, con alta salinidad en sus aguas, desembocan en el río
Guadalquivir a unos pocos cientos de metros de distancia.
Características de la obra: Actualmente, el puente se
encuentra en un estado preocupante. Aún mantiene 4 arcos, uno de ellos
semienterrado por el talud de refuerzo de la antigua calzada y cúmulos de lodos
, mas dos arquillos de aliviadero o aligeramiento bien conservados y de una
armonía perfecta. Deberían existir un par de tajamares que llegarían hasta la
altura de los aliviaderos, pero se encuentran enterrados. Carece de pretil -aunque
lo tuvo, a juzgar por fotos antiguas- y pese a reformas y arreglos de los
últimos siglos, el tablero mantiene apuntamiento hacia el centro, esto es, su
carácter de puente alomado. Es uno de los puentes más bellos que nos ha dejado
la ingeniería romana. Todavía se observa el primor de la talla en sillares y
dovelas, muchas de ellas, almohadilladas. Todos los vanos son con arcos de
medio punto, el central tiene una luz de 9,10 metros y los adyacentes
3,60+3,00+2,00 metros; los arquillos tampoco son simétricos pues sus luces son
de 1,10+1,00 metros. El dovelaje de sus boquillas resaltadas es
perfecto, pese al desgaste de milenios. La fábrica es de piedra arenisca roja,
con intrusiones de toba y ladrillo en sus múltiples reformas. Aún guarda cierta
correlación y simetría entre vanos y pilas aunque cabe pensar que el proyecto
original sería el de un puente de tablero recto, con un arco central amplio y 2
arcos simétricos menores a cada costado más los arquillos de aligeramiento,
buenos paramentos de sillería, tajamares en cuña, ausencia de espolones y
algunos metros de muro de acompañamiento y refuerzo, como en muchos otros
puentes menores de factura romana en época republicana. Como se puede comprobar
en una de las viejas fotos que subo, por comparación con la situación actual,
las arenas y lodos han enterrado la estructura al menos un metro y medio, ya
sea en pilas o arranques de arcos por lo que los propios arquillos de
aligeramiento -siempre más elevados- se conviertan en auténticos arcos de
desalojo de cauce normal, ya que se mantienen al nivel del lecho.
Las tímidas reformas y
reconstrucciones que ha sufrido el puente, tanto en tímpanos como en bóvedas, sillares
y dovelas del intradós, aunque muy gastadas, no influyen en su estampa y mantienen
y conservan su firmitas y belleza. También destaca la calidad de
los propios sillares averrugados (borde liso y relieve algo tosco en su cara
externa), muchos de ellos con tizón de 1 metro (profundidad) y anchura regular,
manteniendo la horizontalidad en hiladas. Interesante labor de cantería en la talla de algunos sillares con dos caras
de contacto en dos planos para formar un engatillado y evitar desplazamiento en
las piedras. Obviamente, la zona más sufrida es la de aguas arriba, esto es, la
situada al S-SE, por donde chocan las riadas y los elementos flotantes con las
pilas y tajamares (ahora enterrados)
Reformas, modificaciones,
replanteamientos y rehabilitaciones: Obviamente, esta obra civil no duró permanentemente;
debió de sufrir ruinas en diferentes momentos de la historia. La inclusión de
ladrillería como sustituto de sillares nos hace pensar en una primera
reconstrucción árabe, entre los siglos X y XI. El carácter de puente alomado es
producto de alguna intervención bajomedieval consolidada la reconquista. Derrumbes
de arcos y parte de paramentos en otras épocas, en las que se incorpora
sillería lisa, bien canteada, probablemente en los siglos XVII-XVIII.
Desgraciadamente, la reforma más lamentable se produce en 1999, cuanto se
intenta rehabilitar tras la riada de 1997. Teniendo en cuenta la solidez de
sus pilas, con buena cimentación, pilotaje y emparrillado, en virtud de los
2.000 años de vigencia de la obra, la empresa responsable de esta actuación se
limita a formar una sobre-cimentación, supongo que con ferralla interior, de
unos pocos metros cuadrados y rodeando las pilas, arquillos y llegando a
estribos. No se procedió a dragar el cauce para acceder a la cimentación
original y proceder desde ese nivel -aproximadamente a un metro de profundidad,
como se observa en viejas fotos, pues ése es el arranque de pilas- sino que se
formó la plataforma sobre arenas y cieno, reforzando las planchas con dos viguetas
de acero, una en cada arco extremo, como se aprecia en fotografías, para evitar
que la intervención nueva se resquebrajara o volara, simplemente, ante una
fuerte acometida de aguas bravas. Actualmente y dado que son visibles los
escalonamientos de las losas de hormigón, estas actúan como resorte de presa y
ayudan a que en los aliviaderos se produzcan colapsos por acumulación de
ramajes que portan las aguas. El hormigón de esas bases también interviene como
circuito para que la salinidad de las aguas ascienda por capilaridad por los
paramentos produciendo eflorescencias y reacciones químicas dañinas en la
arenisca. Tampoco se ha solucionado el problema del incremento de caudal al
desviar el cauce del cercano Arroyo de las Cañas en 1986 hacia este mismo que,
en períodos de fuertes lluvias producen repetidas avenidas, algunas de las
cuales colapsa la capacidad de admisión del viejo puente romano y rebosan sus
aguas por el tablero. Los pretiles fueron barridos en una de esas típicas
avenidas, en el año 1997 y por ahí andan, en el lecho del río, tapados por los
cúmulos de arenas. Atendiendo a la maestría de los ingenieros romanos, cabe
pensar que cuando procedieron a sustituir un pontón de madera por este airoso
puente, es porque ya habían estudiado sobradamente los límites de mayor caudal
en este arroyo y diseñan los vanos pertinentes para su buen desalojo de aguas.
Resulta curioso que ahora, con un vano menos y otro medio ciego, multiplicamos
el caudal del arroyo con las aguas del de Cañas y pretendemos que el viejo
puente romano siga absorbiendo las avenidas sin problema alguno. No parece
normal y deberemos actuar cuanto antes pues de lo contrario llegará un momento
en que se arruinará. He rastreado alguna nueva actuación en el puente hacia el
año 2004 pero ignoro donde se intervino y eso que se gastaron 300.000.- euros;
probablemente fue en el acondicionamiento como merendero, seguro. Parece ser
que los únicos que se ocupan, al menos, de un discreto mantenimiento, limpieza,
desbroces y vigilan el estado del puente, son los propios vecinos, por medio de
la Asociación en defensa del puente romano de Villa del Río.
Dada la calidad y antigüedad de
esta obra civil, semejante a muy pocas en nuestro inventario peninsular, me
cuesta creer que exista tanta desidia en las diferentes administraciones, ya
sea la municipal, autonómica o estatal y que sean incapaces de destinar fondos
para su restauración global y rápida.
Más información y fotos en: Lobo Quirce. Biodiversidad Virtual. y lahiguerajaen
Tanda de fotos realizadas el 08.11.2012
Detalle del intradós de la bóveda del arco central en una instantánea tomada de internet.
Detalle del tablero -sin pretiles- con una solera de hormigón con inclusión de piedra mediana perteneciente a la antigua calzada. Foto de fecha 08.11.2012
Acopio de sillares de arenisca para una posible restauración que no llega. Foto del 08.11.2012
Interesante imagen tomada de la web "Lista roja del Patrimonio" donde se observa la fuerte presión que soporta el puente cuando hay riadas, debido sobre todo por el plus de caudal que desaloja el Arroyo de las Cañas, además del propio del Arroyo Salado de Porcuna. Al disponer de poco vano para desaguar, actúa más como presa de retén que como estricto puente.
Dibujo del alzado del puente tomado del libro "Puentes romanos" CSIC-1970 de Carlos Fernández Casado.
Vieja estampa fotográfica, tomada desde aguas abajo, probablemente de principios del siglo XX donde se aprecia perfectamente la altura de pilas y luz de arcos, semejante al proyecto original romano.
Otra imagen de los años 30 del pasado siglo desde parte naciente. Se observa parte de los tajamares, ahora ocultos, y los pretiles, sin las barandillas que aparecen en la foto anterior.
Imagen de 1987. Se observan los arranques de pilas de hormigón (a modo de tajamares) y todavía mantenía los pretiles. Revista MOPU número 345 julio-agosto de 1987.
Tres fotos antiguas de nuestro puente tomadas del blog lahigueradejaen.
No fue la primera vez que veía el puente desde la autovía pero sí fue la ocasión en que llevaba la cámara a mano para poder cazar el instante en que podía verlo desde la cabina de mi camión. Foto del 27.09.2012. Lástima que aquel día llovía con fuerza.
Curiosa instantánea. El 28.05.2015 un colega camionero parece que se despistó, o algún vehículo que iba delante hizo un extraño y el camión se precipitó desde el puente de la autovía al cauce del arroyo. Bueno, no fue grave ni para el camionero ni para el viejo puente romano. Durante unos días, este modesto puente romano fue noticia nacional.
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