PUENTE DE SAN MIGUEL SOBRE EL RÍO BRULLÉS
SASAMÓN-Burgos
BU-610 PK
1
La preciosa villa de Sasamón, con varios monumentos
que ver y admirar, se corresponde con el antiquísimo enclave romano de Segisamum que
disponía de campamento militar, castro defensivo, villas agrícolas y , por
supuesto, un magnífico puente que salvaba las aguas del río Brullés y que
pertenecía a las infraestructuras auxiliares (vías accesorias) de la calzada
XXXIV del Itinerario Antonino, importante autopista de la época que unía Burdingala (Burdeos)
con Asturica Augusta (Astorga) y que comunicaba también
con Legio VII Gemina (León). La actual autovía A-231 así como
la legendaria carretera nacional N-120 mantienen un itinerario muy parecido al
de la calzada XXXIV romana y ambas vías modernas reciben el nombre de
"Caminos de Santiago".
El río Brullés y sus afluentes, riegan las tierras
occidentales burgalesas, desembocando en el río Odra y éste, en el río
Pisuerga, para terminar en el caudaloso río Duero. De hecho, esta comarca de
Burgos recibe el nombre de Odra-Pisuerga.
Respecto a la obra civil, cabe señalar que consta del
puente propiamente dicho y algunos metros de calzada empedrada, especialmente
visible la de la zona contigua al tablero y el propio extradós al descubierto
en su zona central y arranques, con empedrado semejante al de la calzada que lo
cruza. En general, su estado de conservación es muy deficiente y tampoco
muestra carteles con información para el transeúnte o caminero que accede al
monumento.
Aunque la ingeniería romana tiende a fabricar tableros
rectos y vanos con arcos de medio punto se sabe que ya experimentó con arcos
ojivales, comunes en el mundo oriental mesopotámico y que conocían
perfectamente. No obstante, respecto a esta obra, cabe pensar que tras alguna
ruina se debió reconstruir en el bajo medievo y así, podemos reconocer que se
trata de un puente alomado -no muy acentuado- con tres arcos apuntados, de
ancho reducido (propio de caminos secundarios que llevarían a alguna importante
villa agraria), y con tajamares en cuña "aguas arriba" y bajos
contrafuertes, apenas visibles, "aguas abajo". Enrasando con la margen
izquierda del propio puente, subsiste un muro de cantería bien conservado que
además de servir de contención de aguas bravas, debería de tener una utilidad
de puertecillo o dársena para estiba de mercaderías.
En general, los sillares, de roca caliza y toba,
tienen buena factura, con regularidad en volumetría, escuadría y disposición. Como
en la mayoría de los puentes muy antiguos, el de San Miguel ha sufrido
múltiples arreglos y reformas a lo largo de siglos. No obstante y dado su
estricto uso zonal, las sucesivas obras de mantenimiento no parece que hayan
variado mucho la infraestructura o impronta original. El enlosado del tablero
es regular y uniforme con los restos de la antigua calzada. No mantiene
pretiles, pero eso es natural y nunca serían los originales de fábrica romana.
Es posible que aún puedan circular por el puente tractores y maquinaría
agrícola local, ya que su estructura es sólida y tampoco observo que existan
señales de tráfico que lo impidan. Los arcos extremos se asientan bien sobre
muros de contención en orillas y el central traslada su peso sobre los dos
fuertes pilares centrales, reforzados con amplios tajamares, también en buen
estado, actualmente. Los lienzos de piedra en ambos frentes, subsisten hasta
los tímpanos, en rasante con el tablero, con hiladas muy uniformes de sillares
regulares. La fábrica en los machones extremos si son de forma más ciclópea,
con algunos sillares realmente grandes. El atractivo principal lo componen las
profundas bóvedas ojivales, dignamente asentadas, perfectas, con roscas
sucesivas de dovelas unidas sin aditivos o morteros, esto es, colocadas a
hueso. En las boquillas (arcos externos y visibles) se pueden apreciar las
perfectas formas y proporciones de la dovelas, incluidas las claves. No
obstante, hay que resaltar que una de las claves del arco izquierdo (aguas
arriba) está cediendo y pudiera caer en cualquier momento; no se observa que
haya intento de rehabilitación o arreglo de esa arcada.
Quizás, si ha llegado hasta nuestro días con esa
impronta gótica, se debe a las restauraciones producidas a lo largo del tiempo
que han intentado siempre darle una estampa más o menos genuina aunque fuere en
intervenciones que pueden datar de época barroca o especialmente clasicista por
medio de alarifes o maestros canteros trasmeranos que actuarían en esta obra
así como en el resto de obras pontoneras de la villa de Sasamón.
Rescato un
texto del Archivo Histórico Nacional sobre el que ha trabajado Inocencio
Cadiñanos y que aporta más información sobre estas obras civiles: [...] En 1737 el pueblo
solicitaba que se le librase de contribuir a puentes ajenos. Mantenía a sus
expensas 4 puentes de piedra sobre el río Brullés (afluente
del Odra), denominados Puente Nueva de Peregrinos, Rupérez,
Trisla y Santa Lucía (o San Miguel), además de otros varios de madera
sobre pivotes de piedra. Se trataba de un importante centro de
comunicaciones. Siempre habían sido reparados a costa de los vecinos
por "verea", sin que nadie de fuera contribuyese para nada.
Una visita personal y declaración del alarife
Francisco Bastigueta puntualizó y detalló el emplazamiento, medidas y
reparos de cada uno de ellos. Tasó las obras en 5.465 reales y su
mantenimiento anual en 400 reales. El Fiscal opinó que podía eximirse
al pueblo durante10 años, lo que así se hizo. A mediados de siglo volvía a
solicitarse la prorrogación del privilegio. Para ello fue enviado un detallado
informe redactado por los maestros Fernando Ibáñez y José López Marcos. Se
accedió por otros 8 años. Cuando, posteriormente y tras informe de los canteros
Francisco Ruiz y Alonso Fernández, se pidió exención perpetua, el Consejo no
contestó a la petición. Corrían años contrarios a tales privilegios por lo que
es de suponer que no se accediera a la solicitud.
Hoy conservamos varios
de aquellos puentes, un tanto abandonados pero con el encanto de su primitiva
construcción. El puente de Trisla es de piedra, de 102 pies de largo por 11 de
ancho. Sus cuatro ojos mantienen otros tantos arcos de acentuado perfil
apuntado o gótico con el intradós muy marcado por el cuidadoso trabajo de su
dovelaje. No tiene espolones y los breves tajamares agudos y escalonados no
llegan a la calzada. Todo es de sillarejo de toba, con perfil un poco alomado. Muy
semejante a éste es el de San Miguel de 3 ojos, 58 pies de largo y 10 de ancho.
Presenta arcos apuntados, todos de distinto tamaño, breves tajamares de ángulo
agudo y pequeños espolones cuadrados.La puente Nueva de Peregrinos, de 3 arcos,
66 pies de largo y 12 de ancho ha resultado de ojos algo distintos en cuanto a
tamaño y formas. Es de sillarejo. Sus contrafuertes son, hoy, casi
inapreciables [...]
Además de los lienzos de calzada, de origen romano o
altomedieval, existen otras obras civiles anejas, del tipo cloaca o túnel
abovedado en cañón, por debajo de algún tramo de la calzada, que pudiera
pertenecer a algún regato, de una factura perfecta: Bóveda, sillares, hiladas y
boquillas se mantienen en perfecto estado, poco visibles por la maleza que
crece en su entorno. No obstante, estas estructuras de desagüe tienen una impronta mucho más reciente,
probablemente de época clasicista.
En mi opinión, el mantenimiento de esta obra
civil es bastante deficiente. Además de ejecutar obras de reconstrucción,
deberían efectuarse obras de desbroce y eliminación de árboles y raíces que
hacen peligrar el buen asentamiento de muchos sillares. Tampoco hay señalización
de dirección hacia el monumento y carece de un panel informativo sobre la obra,
su historia y vicisitudes.
Para saber más: Se han seguido -en parte- los estudios sobre este puente de José A. Abásolo y Carlos Fernández Casado (Historia del puente en España: Puentes romanos). Asimismo, se aporta el trabajo de Inocencio Cadiñanos Bardeci con el título " Los Puentes del Centro de Burgos durante la Edad Moderna" . pág. 194. (A.H.N. cons. leg. 28.571). También es interesante al respecto el trabajo de Isaac Moreno Gallo sobre le vía romana de Segisamon a Pisoraca. La web de la Lista Roja del Patrimonio peninsular, donde se llama la atención sobre el lamentable abandono de esta obra civil. La Wikipedia lo trata someramente y pone fotos de algunos puentes de este pueblo. La web municipal apenas hace referencias a uno de sus monumentos más emblemáticos. El Diario de Burgos hace una llamada de atención sobre su estado ruinoso en la edición de fecha 11-01-2016 y de nuevo, el la edición de fecha 15-09-2016 nos informa sobre la chapuza que se ha diseñado para que no caiga la bóveda en estado más ruinoso. Existe un video de La Sexta en internet que nos informa sobre el deplorable estado del patrimonio que atesora este pueblo. Yo también he tratado de difundir esta obra al incorporar texto y más fotos en la prestigiosa web de Biodiversidad Virtual.
Cómo llegar al
monumento: Acceder
a este puente es relativamente fácil. Circulando por la A-231 (Autovía
Burgos-León) nos deberemos desviar en Olmillos de Sasamón -salida 135- en dirección
N por la carretera provincial BU-P 4041 hasta Sasamón, atravesando el pueblo y
siguiendo dirección N para coger la BU-610 (Carretera de Sasamón-Sotresgudo) hasta
aproximadamente el PK 1 donde veremos un bellísimo pórtico románico, con siete
arquivoltas apuntadas bien conservadas, exclusivo y sólo, sobre un llano de
hierbas, sin muros, ni iglesia o monasterio. Allí mismo, se coge una vía de
tierra que nos llevará al puente "romano" de Sasamón, llamado Puente
de San Miguel. Sí, colega, también tienes acceso si viajas con el camión.
¡Adelante!
Bueno, el lobo Quirce estuvo allí y así lo cuenta.
Saludos cordiales a camioneros, caminantes y viajeros curiosos que esto lean...
y se atrevan a ir en su busca.
La preciosa villa de Sasamón, con varios monumentos
que ver y admirar, se corresponde con el antiquísimo enclave romano de Segisamum que
disponía de campamento militar, castro defensivo, villas agrícolas y , por
supuesto, un magnífico puente que salvaba las aguas del río Brullés y que
pertenecía a las infraestructuras auxiliares (vías accesorias) de la calzada
XXXIV del Itinerario Antonino, importante autopista de la época que unía Burdingala (Burdeos)
con Asturica Augusta (Astorga) y que comunicaba también
con Legio VII Gemina (León). La actual autovía A-231 así como
la legendaria carretera nacional N-120 mantienen un itinerario muy parecido al
de la calzada XXXIV romana y ambas vías modernas reciben el nombre de
"Caminos de Santiago".
El río Brullés y sus afluentes, riegan las tierras
occidentales burgalesas, desembocando en el río Odra y éste, en el río
Pisuerga, para terminar en el caudaloso río Duero. De hecho, esta comarca de
Burgos recibe el nombre de Odra-Pisuerga.
Respecto a la obra civil, cabe señalar que consta del
puente propiamente dicho y algunos metros de calzada empedrada, especialmente
visible la de la zona contigua al tablero y el propio extradós al descubierto
en su zona central y arranques, con empedrado semejante al de la calzada que lo
cruza. En general, su estado de conservación es muy deficiente y tampoco
muestra carteles con información para el transeúnte o caminero que accede al
monumento.
Aunque la ingeniería romana tiende a fabricar tableros
rectos y vanos con arcos de medio punto se sabe que ya experimentó con arcos
ojivales, comunes en el mundo oriental mesopotámico y que conocían
perfectamente. No obstante, respecto a esta obra, cabe pensar que tras alguna
ruina se debió reconstruir en el bajo medievo y así, podemos reconocer que se
trata de un puente alomado -no muy acentuado- con tres arcos apuntados, de
ancho reducido (propio de caminos secundarios que llevarían a alguna importante
villa agraria), y con tajamares en cuña "aguas arriba" y bajos
contrafuertes, apenas visibles, "aguas abajo". Enrasando con la margen
izquierda del propio puente, subsiste un muro de cantería bien conservado que
además de servir de contención de aguas bravas, debería de tener una utilidad
de puertecillo o dársena para estiba de mercaderías.
En general, los sillares, de roca caliza y toba,
tienen buena factura, con regularidad en volumetría, escuadría y disposición. Como
en la mayoría de los puentes muy antiguos, el de San Miguel ha sufrido
múltiples arreglos y reformas a lo largo de siglos. No obstante y dado su
estricto uso zonal, las sucesivas obras de mantenimiento no parece que hayan
variado mucho la infraestructura o impronta original. El enlosado del tablero
es regular y uniforme con los restos de la antigua calzada. No mantiene
pretiles, pero eso es natural y nunca serían los originales de fábrica romana.
Es posible que aún puedan circular por el puente tractores y maquinaría
agrícola local, ya que su estructura es sólida y tampoco observo que existan
señales de tráfico que lo impidan. Los arcos extremos se asientan bien sobre
muros de contención en orillas y el central traslada su peso sobre los dos
fuertes pilares centrales, reforzados con amplios tajamares, también en buen
estado, actualmente. Los lienzos de piedra en ambos frentes, subsisten hasta
los tímpanos, en rasante con el tablero, con hiladas muy uniformes de sillares
regulares. La fábrica en los machones extremos si son de forma más ciclópea,
con algunos sillares realmente grandes. El atractivo principal lo componen las
profundas bóvedas ojivales, dignamente asentadas, perfectas, con roscas
sucesivas de dovelas unidas sin aditivos o morteros, esto es, colocadas a
hueso. En las boquillas (arcos externos y visibles) se pueden apreciar las
perfectas formas y proporciones de la dovelas, incluidas las claves. No
obstante, hay que resaltar que una de las claves del arco izquierdo (aguas
arriba) está cediendo y pudiera caer en cualquier momento; no se observa que
haya intento de rehabilitación o arreglo de esa arcada.
Quizás, si ha llegado hasta nuestro días con esa
impronta gótica, se debe a las restauraciones producidas a lo largo del tiempo
que han intentado siempre darle una estampa más o menos genuina aunque fuere en
intervenciones que pueden datar de época barroca o especialmente clasicista por
medio de alarifes o maestros canteros trasmeranos que actuarían en esta obra
así como en el resto de obras pontoneras de la villa de Sasamón.
Rescato un
texto del Archivo Histórico Nacional sobre el que ha trabajado Inocencio
Cadiñanos y que aporta más información sobre estas obras civiles: [...] En 1737 el pueblo
solicitaba que se le librase de contribuir a puentes ajenos. Mantenía a sus
expensas 4 puentes de piedra sobre el río Brullés (afluente
del Odra), denominados Puente Nueva de Peregrinos, Rupérez,
Trisla y Santa Lucía (o San Miguel), además de otros varios de madera
sobre pivotes de piedra. Se trataba de un importante centro de
comunicaciones. Siempre habían sido reparados a costa de los vecinos
por "verea", sin que nadie de fuera contribuyese para nada.
Una visita personal y declaración del alarife
Francisco Bastigueta puntualizó y detalló el emplazamiento, medidas y
reparos de cada uno de ellos. Tasó las obras en 5.465 reales y su
mantenimiento anual en 400 reales. El Fiscal opinó que podía eximirse
al pueblo durante10 años, lo que así se hizo. A mediados de siglo volvía a
solicitarse la prorrogación del privilegio. Para ello fue enviado un detallado
informe redactado por los maestros Fernando Ibáñez y José López Marcos. Se
accedió por otros 8 años. Cuando, posteriormente y tras informe de los canteros
Francisco Ruiz y Alonso Fernández, se pidió exención perpetua, el Consejo no
contestó a la petición. Corrían años contrarios a tales privilegios por lo que
es de suponer que no se accediera a la solicitud.
Hoy conservamos varios
de aquellos puentes, un tanto abandonados pero con el encanto de su primitiva
construcción. El puente de Trisla es de piedra, de 102 pies de largo por 11 de
ancho. Sus cuatro ojos mantienen otros tantos arcos de acentuado perfil
apuntado o gótico con el intradós muy marcado por el cuidadoso trabajo de su
dovelaje. No tiene espolones y los breves tajamares agudos y escalonados no
llegan a la calzada. Todo es de sillarejo de toba, con perfil un poco alomado. Muy
semejante a éste es el de San Miguel de 3 ojos, 58 pies de largo y 10 de ancho.
Presenta arcos apuntados, todos de distinto tamaño, breves tajamares de ángulo
agudo y pequeños espolones cuadrados.La puente Nueva de Peregrinos, de 3 arcos,
66 pies de largo y 12 de ancho ha resultado de ojos algo distintos en cuanto a
tamaño y formas. Es de sillarejo. Sus contrafuertes son, hoy, casi
inapreciables [...]
Además de los lienzos de calzada, de origen romano o
altomedieval, existen otras obras civiles anejas, del tipo cloaca o túnel
abovedado en cañón, por debajo de algún tramo de la calzada, que pudiera
pertenecer a algún regato, de una factura perfecta: Bóveda, sillares, hiladas y
boquillas se mantienen en perfecto estado, poco visibles por la maleza que
crece en su entorno. No obstante, estas estructuras de desagüe tienen una impronta mucho más reciente,
probablemente de época clasicista.
En mi opinión, el mantenimiento de esta obra
civil es bastante deficiente. Además de ejecutar obras de reconstrucción,
deberían efectuarse obras de desbroce y eliminación de árboles y raíces que
hacen peligrar el buen asentamiento de muchos sillares. Tampoco hay señalización
de dirección hacia el monumento y carece de un panel informativo sobre la obra,
su historia y vicisitudes.
Para saber más: Se han seguido -en parte- los estudios sobre este puente de José A. Abásolo y Carlos Fernández Casado (Historia del puente en España: Puentes romanos). Asimismo, se aporta el trabajo de Inocencio Cadiñanos Bardeci con el título " Los Puentes del Centro de Burgos durante la Edad Moderna" . pág. 194. (A.H.N. cons. leg. 28.571). También es interesante al respecto el trabajo de Isaac Moreno Gallo sobre le vía romana de Segisamon a Pisoraca. La web de la Lista Roja del Patrimonio peninsular, donde se llama la atención sobre el lamentable abandono de esta obra civil. La Wikipedia lo trata someramente y pone fotos de algunos puentes de este pueblo. La web municipal apenas hace referencias a uno de sus monumentos más emblemáticos. El Diario de Burgos hace una llamada de atención sobre su estado ruinoso en la edición de fecha 11-01-2016 y de nuevo, el la edición de fecha 15-09-2016 nos informa sobre la chapuza que se ha diseñado para que no caiga la bóveda en estado más ruinoso. Existe un video de La Sexta en internet que nos informa sobre el deplorable estado del patrimonio que atesora este pueblo. Yo también he tratado de difundir esta obra al incorporar texto y más fotos en la prestigiosa web de Biodiversidad Virtual.
Cómo llegar al
monumento: Acceder
a este puente es relativamente fácil. Circulando por la A-231 (Autovía
Burgos-León) nos deberemos desviar en Olmillos de Sasamón -salida 135- en dirección
N por la carretera provincial BU-P 4041 hasta Sasamón, atravesando el pueblo y
siguiendo dirección N para coger la BU-610 (Carretera de Sasamón-Sotresgudo) hasta
aproximadamente el PK 1 donde veremos un bellísimo pórtico románico, con siete
arquivoltas apuntadas bien conservadas, exclusivo y sólo, sobre un llano de
hierbas, sin muros, ni iglesia o monasterio. Allí mismo, se coge una vía de
tierra que nos llevará al puente "romano" de Sasamón, llamado Puente
de San Miguel. Sí, colega, también tienes acceso si viajas con el camión.
¡Adelante!
Bueno, el lobo Quirce estuvo allí y así lo cuenta. Saludos cordiales a camioneros, caminantes y viajeros curiosos que esto lean... y se atrevan a ir en su busca.
ALCANTARILLA Y CALZADA ANEJA AL PUENTE
Colección de fotos de fecha 20.04.2014
Fotografía difundida por Diario de Burgos con fecha 10.01.2016 mostrando el deteriorado estado de la primera bóveda. Esta noticia no proviene de un interés especial del Ayuntamiento o de los organismos autonómicos de Castilla y León por la conservación del patrimonio local; obedece a la preocupación del colectivo social del pueblo que se está moviendo para que políticos y entes públicos tomen conciencia sobre el tema.
Fotografía de Diario de Burgos de fecha 15.09.2016. Aunque parezca inverosímil, lo que muestra la fotografía es cierto. Como remedio casero, cutre y provisional se ha clavado una chapa de hierro en forma de semiarco sobre las venerables dovelas del puente milenario para..., lo cierto es que no sé muy bien para qué. La bóveda lleva así por lo menos 100 años (o más) y no se va a colapsar. Lo que hay que hacer definitivamente, es un proyecto de restauración, desmontando esta bóveda con una buena cimbra que soporte su peso, eliminar las raíces del arbolado y volver a colocar las dovelas, corrigiendo su desequilibro. Y por supuesto, sin excederse con cementos y morteros. En realidad, lo más afectado por el crecimiento de raíces y maleza es la primera rosca de esta bóveda y la manguardia de margen izquierda.
Observo en el interesante blog huermeces.blogspot.com que en mayo de 2.018 parece que ya se ha restaurado el histórico Puente de San Miguel.
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