miércoles, 10 de marzo de 2021

PUENTE DE VEGA DE ESPINAREDA. León

 PUENTE VIEJO SOBRE EL RÍO CÚA
VEGA DE ESPINAREDA. León
LE-711 PK 22,720

La villa de Vega de Espinareda está ubicada al norte de la Comarca de El Bierzo en plena zona de Los Ancares leoneses. Tras la agregación de pueblucos como Burbia a finales del siglo XIX y Valle de Finolledo en 1974 se ha convertido en un municipio de los más extensos de El Bierzo. Otras aldeas y pedanías adscritas son Sésamo, San Pedro de Olleros, El Espino, San Martín de Moreda, Moreda, Espinareda de Vega, Villar de Otero, Penoselo, Bustarga y el despoblado de Las Algueiras.

Ubicada lejos de las calzadas reales hacia Galicia, Vega de Espinareda también tenía una difícil ruta al NW por el camino denominado de “Cacabelos al Puerto Viejo de Antelo”, probable vía medieval que ya utilizaba el poderoso monasterio benedictino de San Andrés de Espinareda quizás desde su fundación hacia finales del siglo X y que fue expandiéndose durante varios siglos pues consta que hacia el año 1317 el rey Alfonso XI concede el señoría de esta villa al abad del monasterio con intención de asentar población y desarrollar el mundo agrario y ganadero de la zona entre lo que deberemos de pensar que incluiría caminos carreteros y los puentes necesarios para salvar estos ríos. Sin embargo, por Cacabelos pasaba el camino real, luego nacional N-VI y de allí parte la actual carretera local LE-5202 que asciende serpenteando junto a la cuenca del río Cúa y Ancares hasta Vega de Espinareda. No obstante y pese a que en este núcleo se cruzan variados caminos, cuesta creer que fueren de fábrica romana por lo que asociar la puente vieja de esta villa con elementos de origen romano resulta más que dudoso. La red viaria romana más cercana, según los diferentes estudios al respecto, pasaría más al sur, por la antigua Bergidum Flavium, cerca de la actual Cacabelos, ya fuere el sector conocido como Vía Nova o sectores de las que se citan en el Itinerario Antonino como pueden ser la Vía XVIII y XIX que venían de Bracara Augusta (Braga) y se dirigían a Asturica Augusta (Astorga). Se supone que los caminos hacia el norte desde Vega de Espinareda, tortuosos, estrechos y mal diseñados, obedecen más bien a sendas y trochas ensanchadas por las caballerías y rebaños que teniendo su raíz en las comunicaciones de los pueblos autóctonos nunca llegaron a ser calzadas en tiempos romanos sino más bien, caminos de uña de caballo durante el Medievo que no han sido reacondicionados para carros o vehículos a motor hasta tiempos muy recientes, pongamos que en los años 30 del siglo XX y que pudieran afectar al llamado Camino al Puerto Viejo de Antero por el río Cúa o al llamado de Los Gallegos por el cauce del río Ancares.

Respecto a nuestro puente, podemos deducir una impronta netamente altomedieval, bien por su perfil en lomo de asno, la angostura de su tablero, la disparidad de luces en los vanos y la rusticidad empleada en su fábrica aun cuando subsistan determinadas piezas de cantería que algunos estudiosos quieren catalogar como romanas o tardorromanas.

Esta curiosa obra pontonera, pese a su antigüedad, debió de tener poco o nulo mantenimiento durante años y aunque era paso útil en el siglo XVIII, como se refleja en el mapa de Tomás López o incluso en tiempos más recientes ya que lo cita Pascual Madoz a mediados del siglo XIX como puente de piedra en uso, parece que la Administración delegaba su mantenimiento en el propio Ayuntamiento y se reducía a apaños o apuntalamientos en una de las pilas centrales, de vez en cuando. La realidad es que en alguna agresiva avenida del río Cúa producida en el año 1962 (algunos autores creen que fue en 1959) se produjo el derrumbe de parte del puente, afectando a una de las pilas centrales y a dos bóvedas. Tengo entendido que se ha mantenido en ruina durante mucho tiempo ya que se actuó con prontitud para el levantamiento del puente nuevo, que creo que se terminó en 1970, y la posible reconstrucción de la obra medieval se fue demorando hasta el año 1996.

Desde un punto de vista purista en lo que es el concepto de conservación o rehabilitación, esta actuación es controvertida pues la obra se ha reconstruido enteramente siguiendo su posible modelo original sin diferenciar -al menos visualmente- las zonas originales de las reconstruidas dejando que el tiempo otorgue una pátina de vetustez a la obra completa lo cual es engañoso. Como no existen paneles a pie de obra que nos informen sobre su estado original, su colapso y su reconstrucción, el visitante concede a esta obra la verosimilitud de su antigüedad, incluso es frecuente que se le denomine como obra romana sin ningún fundamento real. Entiendo que es dramático para un pueblo decidir qué hacer con una digna obra civil monumental arruinada y lo cierto es que no impacta tanto -especialmente desde un punto de vista meramente turístico- contemplar un puente en ruina como puede ser el caso de Velilla del río Carrión, por poner un ejemplo. Tampoco resulta plenamente atractivo la adaptación de un puente arruinado como pasarela por medio de nuevos recursos como pueden ser tramos de madera o acero en el tablero para hacer la obra viable que sería el caso del viejo puente de Vegacervera sobre el río Torio. Sin embargo, aquí se optó por una reconstrucción fiel a la obra original que probablemente tampoco lo era ya que cualquier estructura antigua ha tenido reparos y reconstrucciones importantes a lo largo de los siglos y éste no será un caso diferente. También llama la atención -para este caso- la falta de sensibilidad ya fuere a nivel estético o histórico por parte de los responsables de su reedificación como obra civil histórica al permitir que interfieran en la impronta y paisaje del conjunto puente-villa-río elementos modernos que distorsionan drásticamente la visión u observación del puente como objeto antiguo de estudio o admiración. La estructura metálica del sistema de compuertas, excesivamente pegado a la obra es un sinsentido desde el punto de vista de la estética o conservación de un bien monumental de interés. Obviamente, esto lleva aparejado por extensión, lo poco convincente o extraño que resulta ver junto a un puente medieval una amplia piscina -más que playa fluvial- que se extiende en aguas arriba de esta estructura. Tampoco parece pertinente el exceso de tongadas de hormigón en la base de la obra en ambos lados para protegerlo de posibles descalces, solución que también chirría con la esbeltez de un posible puente antiguo. Estas rarezas de carácter estrambótico confieren al observador ciertas contradicciones y dudas sobre la categoría de la obra monumental que está contemplando. Sin embargo, la nueva pasarela de madera se ha levantado a cierta distancia en aguas arriba y se mimetiza bastante en un entorno de elevados chopos. 

Características actuales de la obra. La longitud del puente es de aproximadamente 66 metros. Su ancho regular de tablero no llega a los 3 metros. Como decía, es de tipología en lomo de asno. Dispone de 4 vanos irregulares en geometría de medio punto y luces variadas. Tres de ellos consecutivos sostenidos por las pilas centrales y uno menor bajo estribo izquierdo (visión desde aguas arriba). La calzada libre para paso de carros y peatones queda reducida a poco más de dos metros ya que los gruesos pretiles de 44x2 centímetros reducen sustancialmente la vía. La altura de estos pretiles es de 1 metros aproximadamente y disponen de albardilla de piedra en buena talla. También el firme original tiene una clara impronta medieval a base de losas y canto rodado con roderas para el buen paso de carros. Se han incorporado discretos puntos de luz encastrados en la base de estos pretiles. 

Respecto a la fábrica, especialmente en las secciones originales, predomina un aparejo muy variado en función de los reparos que ha sufrido a lo largo de siglos aunque siguiendo siempre un estilo rústico por parte de los alarifes que han intervenido. Abunda la piedra esquistosa, pizarras y calizas de la zona en formato que varía entre algo de sillería, sillarejo, canto rodado y mampostería irregular y hasta ciclópea en los variados paños de la estructura, ya sea en estribos, tímpanos o pilas. Dispone en aguas arriba de dos tajamares de sección en cuña que algunos autores adjudican a intervenciones posteriores a su fundación, en concreto al siglo XV, pero que se construyen con los mismos elementos de obra. Estos tajamares llegan hasta la rasante produciendo refugio o descansadero para los viandantes ante el cruce de carros o ganados. Donde más se observa la diferencia entre lo antiguo y lo reconstruido es en las bóvedas, especialmente en las boquillas, más regulares y de larga soga en el dovelaje viejo, con predominio de tonos grises de la piedra de esquisto y buena labra en cara vista lisa.

Abstrayéndonos de los elementos modernos que circundan la obra, no cabe duda de que se trata de un puente bello que deberemos de conservar y cuidar. Su mantenimiento parece correcto aunque el exceso de reacciones químicas o eflorescencias en las bóvedas antiguas están dañando la piedra y se deberían de eliminar. Convendría mejorar el acceso al pequeño vano junto al estribo izquierdo pues parece ser la zona más antigua y que representa mejor la labor de los maestros canteros medievales o sus sucesores en el tiempo.

Para saber más. Prácticamente, el único tratado que se fija en esta obra con cierto detalle -salvo error por mi parte- es el  "Catálogo de puentes de León anteriores a 1936", obra auspiciada por José Antonio Fernández Ordoñez a través de su cátedra de Estética de la Ingeniería en la ETSICCP de la UPM donde coordinaron esta trabajo Tomás Abad Balboa y Pilar Chías Navarro con la inestimable colaboración de un nutrido grupo de estudiantes de la Escuela, destacando en los referente a las obras civiles de León durante los años 1984 y 1988 Carmen Andrés, Rafael Castejón, Pablo Otaola, Julio Suances, Consolación Pérez Alda y Ana San Salvador del Valle Zarrabeitia, libro editado por el CICCP y CEDEX en 1988, páginas 256/258. Una mínima referencia al puente de piedra la hace Pascual Madoz Ibáñez en su “Diccionario Geográfico-Estadístico” editado en 1845, tomo VII, página 185, voz “Cúa”. En el tomo XV, página 624 nos describe la villa de Vega de Espinareda. Algunas sites locales ponen fotografías del puente y hacen alguna referencia a su historia entre las que destacan vegadeespinaredaturismo, terranostrum, ancaresleoneses o hernandezrabal. La Wikipedia dispone de un buen artículo sobre esta localidad. El periódico La Nueva Crónica dedicó un artículo a ciertos vestigios romanos y al puente en su edición de fecha 15.03.2019. Por su parte, Diario de León, informó sobre el ensanche del puente nuevo en su edición de fecha 08.11.2008 sin aludir a otras consideraciones como podrían ser la fecha del levantamiento de éste, el colapso del viejo o su propia reconstrucción, aspectos de los que no he podido obtener información fidedigna en la red.

Cómo llegar. La vía rápida más cercana es la autovía A-6, al sur de este pueblo, por la que deberemos de seguir hasta el PK 394 o 399 para seguir hacia el N buscando Cacabelos. Al N de este pueblo disponemos de dos vías que nos llevan hasta Vega de Espinareda, la local LE-5202 y la provincial LE-4211 que se une a la LE-711 y nos lleva hasta el pueblo y su puente. Si transitamos por el N existe una bella ruta muy interesante y con un buen número de puentes históricos que es la CL-626 o Eje Subcantábrico, por la que circularemos hasta el pueblo de Colominas o Villablino para seguir hacia el S por la carretera autonómica CL-631 hasta las cercanías de Páramo de Sil donde ya cogeremos la citada LE-711 vía Fabero hasta nuestro destino. 



Mapa parcial de la zona levantado en 1786 por el geógrafo real Tomás López Vargas Machuca donde se señala con su icono el puente de Vega de Espinadera lo que nos da a entender que por aquella época era paso franco. 


Panorámica del pueblo en toma de los años 70 del siglo XX donde ya se aprecia el levantamiento del puente nuevo. 



Toma del puente arruinado parcialmente probablemente realizada en 1986 y dibujo del mismo. Ambos se exhiben en el libro "Catálogo de puentes de León anteriores a 1936"



Otra toma del puente arruinado que exhibe Emiliano Simal en la web de Ver Pueblos. Aunque sin fecha, podríamos datarla hacia finales de los años 80 del siglo XX.



Dos tomas del puente ya restaurado realizadas por Aquilino en mayo de 2008 que se muestran en la web de Ver Pueblos.  


Buena imagen del puente -como siempre- de Fanny Peñaranda en fecha 01.09.2008 que se exhibe en la web de Ver Pueblos.


Curiosa reproducción del puente impreso en una bolsita de azúcar que servía el Hostal La Cuesta. Lo he encontrado en una subasta o venta por internet de antigüedades y lleva fecha del año 2009. 


Buena toma de V.C. Tuñón realizada en el año 2009 que colgó en la web de Ver Pueblos.


Foto sin fecha que exhibe la web de Vegadeespinareda.org-Turismo. Puede que sea hacia el año 2010 e intenta evitar el armatoste de las compuertas de hierro, quizás utilizando un objetivo de "ojo de pez". 


Toma de fecha 12.08.2012 realizada por David Pérez para la Wikipedia. 


Pintura al óleo sobre tabla de nuestro puente realizada hacia el año 2014 por Alfonso González del Dedo que se exhibía en la galería Artelista hasta que se vendió. 


Excelente toma en blanco y negro realizada en 2014 por Roberto Vega para Pinterest.


Panorámica del pueblo con su puente en toma del año 2016 que exhibe la web local de Vega de Espinareda-Turismo. 

TOMAS DESDE AGUAS ARRIBA


















TOMAS DESDE AGUAS ABAJO












TOMAS DESDE EL TABLERO











Tanda de fotos de fecha 10.08.2017


Interesante imagen del puente que adjudico al año 2018 y que se muestra en la web local de casasrurales.net.


Interesante nocturno del tablero iluminado. Toma de Ramón González Llamazares efectuada en noviembre de 2019 que incorporó a los mapas de Google View.

SISTEMA DE COMPUERTAS JUNTO AL PUENTE EN EL RÍO CÚA











Tomas de fecha 10.08.2017

PLAYA-PISCINA FLUVIAL EN EL RÍO CÚA






Tomas de fecha 10.08.2017













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