PONTONES SOBRE EL ARROYO MARDANCHO
VILLANUEVA DE LA NÍA. Cantabria
CA-273 PK 0,680
Este precioso puentecillo sobre el
Arroyo Mardancho se encuentra junto a la localidad de Villanueva de la Nía en
el valle de Valderredible.
Toda la información sobre esta
zona, otros puentes de interés, los pueblucos del entorno, historia y
patrimonio del valle, cómo llegar hasta allí y otros pormenores se pueden consultar en los
enlaces al respecto que he puesto en la entrada del Puente Viejo sobre el río Ebro en esta localidad.
Como ya se refiere en esa entrada,
el proyecto provincial de Santander para esta carretera se aprobó en 1882 según
recoge la propia Gaceta del Ministerio de Fomento en fecha 01.06.1882. Aunque
carecemos de información sobre la obra se puede entender que su construcción se
produciría en aquellos años o quizás, a principios de la década de los años 90
del siglo XIX. Su tipología entra de lleno en los catálogos oficiales de pasos
sobre cauces de época decimonónica, probablemente los que proyectó en 1882 el
ingeniero Manuel Peironcely modificando los anteriores de Lucio del Valle,
Víctor Martí y Ángel Mayo, adaptándolos a obras en las que predominaban los
arcos escarzanos aunque se siguieran construyendo en piedra de sillería, como
es este caso y que menudearon por toda la geografía nacional.
Características actuales de la
obra. Tiene una
longitud total de 20 metros incluyendo sus largos estribos. La anchura original
debió de ser de 3,50 metros que era la regular para calzadas de tercer orden de
aquella época sin incluir viales peatonales. Nuestra bella obra dispone de 3
vanos de arcos escarzanos de primorosa talla con luces semejantes de 4 metros
cada uno y un par de pilas intermedias de 1 metros de ancho.
Como decía, la característica
principal de este juego de pontones es su bella factura, perfecta disposición
en la fábrica, armonía y equilibro de vanos y masas. Se ha utilizado piedra
arenisca de color rojo con variados tonos que, como se muestra en fotografías
donde se proyecta la luz solar de tarde, ofrece unos contrastes muy
interesantes. Es una obra de primorosa talla a base de sillería perfecta en
forma, volumetría, escuadría y disposición en hiladas uniformes. Piezas de
labra en cara vista muy lisa donde también destaca la sillería en relieve de
los aristones en aguas arriba o tajamares de pilas, no así en los opuestos
espolones que mantiene la línea de los propios cantos de estas pilas en un
recurso curioso.
La fábrica de los frentes es
mínima, reducida a los tímpanos y destacan especialmente las pilas y las roscas
exteriores de las bóvedas donde también se exhibe la excelente calidad de la
labra con dovelas perfectamente talladas y dispuestas que conforman estos arcos
abiertos de geometría perfecta. Las bóvedas se apoyan en salmeres junto estribos
de sección pentagonal muy original para adaptarse a las hiladas de piedra de
estribos así como al listel sobresaliente del interior de la propia bóveda en
una labor de estereotomía precisa y meticulosa, poco habitual en la pontonería
rural. También las piezas de salmeres sobre pilas son soberbias a base de
sillares se sección triangular que recogen las cargas de las bóvedas aunque
estén algo tapadas por los sombreretes semicónicos de los tajamares-espolones.
La obra civil ha resistido bien los
posibles empujes de riadas a lo largo de su historia porque dispone de una
solera de hormigón hidráulico y potentes basas también de hormigón que soportan
el juego de pilas.
Probablemente en los años 80 del
siglo XX se procedió al ensanche del tablero por medio de losas de hormigón
armado con vuelo en cantos que han permitido aumentar el ancho de la calzada
hasta los 5,50 metros, incorporando aceras en ambos lados. Dispone de
barandillas de acero pintadas de verde aparentemente en buen estado. Parece
razonable que en esta actuación o quizás en alguna más reciente se procediera a
sanear la fábrica original, las basas de hormigón y la limpieza de la obra ya
sea en pilas y estribos. Su estado de mantenimiento actual es perfecto aunque
siempre hay que estar pendiente de la limpieza del cauce y la retirada de
matojos y arbustos que medran en las arranques de pilas y estribos. No obstante
y siempre conviene recordarlo, en obras pontoneras antiguas y especialmente en
las que parece ser no han sufrido daños que precisen reparaciones o
rehabilitaciones importantes, conviene mantenerlas en su estado original por lo
que en este caso y previa construcción de otro pontón en zonas aledañas, se
debería de restituir a su precioso estado original y mostrarlo o exhibirlo con
orgullo pues la reducción de tablero no implica que deje de ser un puente en
uso, ya sea para tráficos alternativos con cesión de paso o pasarela peatonal
impecable.
Como se muestra en alguna
fotografía existe junto al puente en su cabecera izquierda un panel informativo
sobre esta zona de Valderredible y una ruta pedestre de interés. Se echa en
falta un panel que nos informe sobre esta preciosa obra civil centenaria así
como la del interesante puente viejo de esta localidad sobre el río Ebro.
Panel informativo junto al puente de la senda SL-L-33 por el Arroyo Mardancho.
Tanda de fotos de fecha 03.05.2019
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