PUENTE NUEVO SOBRE EL RÍO UCERO EN EL BURGO DE OSMA-CIUDAD DE OSMA. Soria.
N-122 PK 214
Dentro del largo y penoso abandono que sufría la provincia de Soria desde
tiempos inmemoriales en infraestructuras viarias, durante el reinado de Isabel
II se proyectan ambiciosos planes de comunicación, al menos, entre las
localidades más importantes. Así e independientemente de las dos calzadas de
primer orden que cruzan este territorio en dirección N/S, como son las
carreteras generales de Francia por Soria y Logroño y la de Francia por Ágreda
y Navarra, se decide el diseño de una vía transversal que uniría Valladolid con
Calatayud, cruzando las tierras sorianas, en sentido W/E.
Esta larga calzada, en territorio de Soria se subdivide en tres secciones
para su construcción y en lo que atañe a nuestro puente, podemos considerar que
se trata del primer sector que va desde el límite de Burgos, término de Langa,
hasta la propia población de El Burgo de Osma. Aunque en el diseño general e
itinerario había intervenido el ilustre ingeniero Eduardo Saavedra, este sector quedó
bajo la responsabilidad de Miguel Alcolado. Se tuvo la poca fortuna de
adjudicarse la obra por contratación pública y aunque se inician las obras en
junio de 1.853, en poco tiempo, se paralizan por falta de fondos, mala
administración y quiebra del contratista, que por aquellas fechas era Miguel
Calafat. La propia carretera se ejecutaría por administración del propio Estado
y este sector de 6 leguas (33 kilómetros, aproximadamente) se terminaría en
agosto de 1.857, incluyendo el puente del río Rejas y el que nos ocupa.
Según el informe de la época que firma Eduardo Godino el 15.02.1858 como
ingeniero sustituto de Miguel Alcolado, se tuvo que luchar con determinación
contra el caciquismo local, intrigas e influencias de personas influyentes y el
propio clero que pretendían que la nueva calzada cruzara la población por angostas
y requebradas calles, incluyendo la calle Mayor y que pasara junto a la Catedral para desembocar en
el viejo puente medieval, que por
aquellas fechas ya estaba muy achacoso y anticipaba ruina. El propio Godino
había analizado el río, su caudal y consideraba que la calzada podía variarse
rodeando la población y haciendo un puente en un punto donde, por las
características del suelo, se podría hacer una buena cimentación. Esta variante
(que es la actual N-122) supuso un aumento de calzada de 400 metros y los
consiguientes aterramientos, la construcción de tres pontones y el puente por
el que aún se cruza el río Ucero.
Según este informe, el coste total de la calzada con sus estructuras
pontoneras en la provincia de Soria -que cubría 90 kilómetros- ascendió a 4.697.724.-
reales de vellón, siendo un 56% a costa de los fondos provinciales y el 44%
restante por cuenta del Estado.
Características actuales de la obra: Según el proyecto original, constaba de 3 vanos de arcos escarzanos de
11 metros de luz cada uno y flecha de 2,50 metros, construido con piedra caliza
blanca superior de la cantera cercana ubicada junto al castillo. Se ejecutó en
trece meses y se observa -como posible modificación- la incorporación de un
cuarto arco en cabecera derecha que puede ser de una intervención posterior al acondicionar
un camino rural que sigue la orilla de este río o dar continuidad a uno de los caces que llevaban a varios molinos cercanos.
La longitud del tablero es de 90 metros y la anchura de 8 metros,
incluyendo pretiles. Permite una circulación cruzada sin restricciones aunque
se han suprimido los viales peatonales para mayor facilidad de tráficos de
pesados. Recientemente, se ha construido una pasarela peatonal, en una
actuación, a mi modo de ver, desafortunada pues está excesivamente pegada a
nuestra obra, por lo que se anula la geometría y prestancia del puente y limita
mucho su visión desde aguas abajo.
Dispone de pequeños tajamares-espolones en cantos de pilas, que llegan
hasta la zona de riñones de los arcos y se coronan con sombreretes semicónicos.
Contrafuertes cuadrangulares en extremos y aletas. En cabecera izquierda y con
el aterramiento interior de hormigón el muro descansa en estribo perdido y en
cabecera derecha existe muro de acompañamiento, el vano menor ya citado con
arco muy rebajado y barbacana en ambos lados que hacen de estribo. Las
cabeceras se abocinan y dan una anchura mayor, aproximadamente de 9 metros en
cada extremo. En superficie, recrecidos con capa asfáltica en buen estado. En
lecho del río y junto a alguna pila, tongadas groseras de hormigón hidráulico
para reforzar cimentación, correspondiente a alguna obra de mantenimiento más o
menos reciente.
La obra es muy digna y firme, dada su antigüedad, y exhibe su modesta
belleza de obra civil carreteril sin mayores pretensiones: un plano de piedra
que se rompe con los perfectos arcos y una línea sobresaliente que acota las
curvas -la imposta- más los pesados pretiles. La obra es de hormigón en masa y
un chapado de piedra caliza de excelente trabajo. Recuerdo que en mi primera
visita al lugar y tras aparcar el camión y cenar en el hotel anexo donde
pernoctaba, salí a pasear y contemplar el viejo puente medieval pues aunque de
noche, existía iluminación suficiente para verlo. Después, cruzando la pasarela
que he citado, me fijaba en éste, especialmente en la boquilla de su primer
arco (margen izquierda y aguas abajo) y presumiendo de que era obra
contemporánea, no dejaba de observar la estereotomía plena de las piezas e
intuía que no era piedra artificial: hiladas cuidadísimas en su horizontalidad,
sillares homogéneos aunque de variado cubicaje, excelente talla y un perfecto
encuentro con las dovelas de la boquilla que además de en ligera cuña, se hacían
a montacaballo, con forma trapezoidal e incluso otras, pentagonales, casando con
las hiladas correspondientes. Bueno, esto ya lo hacía Juan de Herrera o el
Padre Pontones con gran maestría en sus puentes de granito y también era
frecuente en la pontonería ferroviaria de época aunque normalmente con piedra
artificial; pero en obra civil de
mediado el siglo XIX ya no era tan frecuente y ello le da un plus de calidad.
En fin, una cuidada y esmerada obra con más de ciento cincuenta años de
servicio y que parece en forma. Lástima que este monumento quede disminuido con
la presencia de la pasarela aneja. Al igual que ocurre con los otros puentes,
éste queda inserto en un ambiente amable con jardines y paseos para el disfrute
de paseantes y turistas que pueden observar con cierto detenimiento esta serie
de obras civiles.
Para saber más: Bueno, si
ya del conocido Puente Moro me quejaba de que no hay información (por lo menos,
a la que este lobo tenga acceso), excuso decir que del puente nuevo, por no
haber no hay ni fotos en blogs o webs del entorno soriano. El detallado informe
sobre la carretera (actual N-122) y sus obras pontoneras es de Eduardo Godino
Jimeno y están publicados en la ROP del año 1.858 tomos I y II.
Cómo llegar: Se encuentra en la
nacional N-122 PK 214, junto al Hotel Río Ucero. Actualmente, El Burgo de Osma dispone
de una variante de la A-11 (Autovía del Duero) que rodea la población. Una vía
rápida desde Madrid es la A-1 hasta Aranda del Duero, donde podemos seguir hacia
el E por la N-122 hasta llegar al puente.
Foto de fecha 25.09.2013
Foto de fecha 07.01.2014
Mapa de Francisco Coello de Portugal de aquella época aunque todavía no había incorporado datos del puente y calzada nuevas. Localización de los puentes principales.
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