PUENTE DE FRECHILLA-P SOBRE EL RÍO VALDEGINATE.
P-924 PK 12,600 Y P-944 PK 0
Correr las llanuras infinitas de Tierra de Campos puede parecer monótono,
especialmente en el crudo invierno, con los campos ralos, quemados de escarchas
permanentes, mínimo arbolado y un cielo azul pálido que es inabarcable. A veces
te encuentras con una especie de crossroad,
como en las viejas carreteras americanas que parece que no van a ninguna parte
o, simplemente, el destino queda lejano.
Frechilla es algo así, un cruce de caminos con destinos que poco dicen al
forastero o viajero de puro paso. Este pueblo, que tiene algo de importancia
pues es cabeza de partido, se encuentra al SW de Palencia y tiene la suerte de
encontrarse en una especie de reserva de pájaros muy interesante. Es la ZEPA
(Zona especial de protección de aves) de La Nava-Campos Norte, dentro de la Red
Natura 2000, o sea, un caramelo para los amantes de la observación de todo tipo
de aves, especialmente anátidas y zancudas. Por allí pasé un día y tuve tiempo
-cómo no- para cazar algún puente de interés.
Lo cierto es que Frechilla, como población antigua tenía puente, incluso
varios puentecillos o alcantarillas desde el siglo XVII. Me sirve de referencia
la antigüedad de su iglesia parroquial, la de Santa María, de estilo barroco y
cuya construcción data de aquella época. En legajos polvorientos que se
conservan en el AHN (Archivo Histórico Nacional, legajo 1125) de finales del
siglo XVIII se hace referencia a una petición municipal al Consejo del Reino en
tiempos de Carlos IV para no pechar en los gastos que ocasiona el levantamiento
del camino de Cabezón de Pisuerga a Quintana del Puente ya que según algún
concierto en vigor, se encontraban exentos debido a que ellos corrían con los
gastos de mantenimiento del puente mayor sobre el río Valdeginate junto con
otros puentecillos más; este privilegio de exención llevaba fecha de 1.737.
Efectivamente, el Intendente de Palencia mandó como peritos a los canteros José
Camino Martín y Antonio Antón, los cuales inspeccionaron las obras y
consideraron que estaban en perfecto estado de mantenimiento. En el diccionario
de Tomás López, por aquellas fechas, también se informa de que Frechilla tiene
un puente de piedra bien ejecutado con tres ojos y que se puede cruzar sin
riesgo.
Ahí acaba lo histórico del puente de este pueblo. Como la obra civil
actual no tiene mucho que ver con lo anteriormente relatado, debemos pensar que
se arruinó en algún momento o que se siguió utilizando -si existían pilas- a
base de poner tableros de madera para cruzar el río cuando llevaba aguas altas.
El histórico de avenidas de este río es voluminoso pues como no tiene
regulación de embalses, hasta en pleno siglo XXI, suele producir avenidas
violentas e inundaciones en muchos kilómetros cuadrados alrededor del cauce. Es
probable que se descalzara alguna pila y se produjera la ruina de algún arco.
No obstante, como se trata de un río con gran estiaje en la mayor parte del
año, su cruce se solucionaría a través de diversos vados en los variados
caminos que confluyen en el pueblo.
A finales del siglo XIX se proyectan ambiciosos planes para la mejora de
carreteras, caminos vecinales y puentes en tiempos de la regencia de María
Cristina, que tuvo varios ministros de obras públicas emprendedores, como Sagasta, Pidal, Gasset o
Canalejas y que se aceleraría con Alfonso XIII y más concretamente con el
directorio del general Primo de Rivera. El Ministerio de Fomento de aquellos
años hizo muchos kilómetros de nuevas calzadas y rehabilitó caminos y
estructuras pontoneras arruinadas desde hacía décadas.
Hay constancia de la intervención en carreteras de Torquemada, Cordovilla
la Real, Paredes de Nava o Villarramiel, por citar núcleos cercanos a
Frechilla, entre los años 1896 y 1899. Los detalle que se leen en las memorias
de estas obras públicas ofrecen, para las estructuras de fábrica, materiales
propios de alcantarillas, tajeas, pontones y algún puente que puede ser el de Frechilla.
Se utiliza mampostería en seco o de relleno, careada o concertada; muchas
toneladas de rajuela para los hormigonados interiores y fábrica de ladrillo,
elemento muy barato y fácil de conseguir en esta zona. Toda la piedra natural,
ya sea en losas, sillares o sillarejo se obtenía de las canteras de caliza de
la cercana localidad de Monzón de Campos. La mampostería provenía de Autillo de
Campos y el ladrillo de las tejeras de Fuentes de Nava. Este informe detalla la
reparación de un puente sobre el río Valdeginate y varias tajeas y
alcantarillas (los puentecillos citados anteriormente) en este término aunque
no explicita el núcleo concreto. La calzada que se estaba construyendo en 1.898
y que se terminaría en 1.901 debía tener un ancho según norma de 6 metros, que
también coincide con el ancho de este puente.
Bien es cierto que, no es precisamente muy abundante la fábrica de
ladrillo en la pontonería septentrional hispana y en Palencia tampoco es
abundante según mis registros, pero en Tierra de Campos se acentúa esta
preferencia por la arcilla cocida. No lejos de aquí -Gozón de Ucieza- cacé un puente de la misma tipología que éste
y el conocido Puente del Deseo, sobre el ramal de Campos del Canal de Castilla
y muy cerca de Frechilla, también resulta parecido, aunque con menos vanos. Hay
que reconocer que en estos viales de poco tránsito de vehículos pesados tampoco
es importante la capacidad de resistencia ante cargas en movimiento; el
ladrillo tiene menos densidad que la piedra por lo que hay que aumentar su
espesor en muros y estribos para que crezca su aguante ante la compresión de
empujes oblicuos. También aumenta su capacidad de resistencia si se incorporan
elementos más duros, como ocurre en este ejemplo, ya que se trata de una obra
de fábrica mixta, con predominio del ladrillo pero con la presencia de lienzos
de piedra en estribos, boquillas de bóvedas, pilas y tajamares.
Siempre he creído en la solvencia y calidad de las arcillas de Palencia
con las que se han creado ladrillos de excelente resistencia, consistencia y
hasta color. Recuerdo, y escribo de memoria, algún comentario al respecto de
Rafael Moneo, arquitecto que ama el ladrillo como se demuestra en muchas de sus
obras y que para la fachada de una de sus construcciones más emblemáticas
-Edificio Bankinter en Madrid, junto al viejo palacete también de ladrillo, en
colaboración con Ramón Bescós- eligió
una manufactura palentina para la fabricación de su ladrillería. Hoy, después
de 40 años, todavía mantiene su bella factura y colorido.
Características actuales de la obra: Como decía, se trata de una estructura mixta de fábrica de ladrillo visto
y piedra, en este caso, caliza blanca. Es una bella obra bien inserta en el
ámbito urbano de este pequeño pueblo y que tiene un plus de encanto al estar
situado en línea -fotográficamente hablando- con la imponente iglesia
parroquial de San María. Es un puente relativamente corto que llega a los 31
metros de longitud y una anchura total de 6 metros. Dispone de 4 vanos con
perfectos arcos escarzanos, rebajados al 1/8 y con luces crecientes (desde
margen derecha lado naciente) que oscilan entre los 5,50 metros del primero y
los 8 metros del último. La obra, en su interior, está construida con hormigón
en masa y en su exterior destaca el ladrillo, siempre a tizón, colocado
minuciosamente, con equilibrio, manteniendo las hiladas horizontales y con gran
regularidad en el enrasamiento así como en el grosor del tendel o mortero
aplicado. Las bóvedas, del mismo material, son de perfecta construcción y el
resto del cubrimiento ladrilleríl en paredes de pilas, tímpanos, otros
paramentos así como en aletas, sigue manteniendo su viejo porte y calidad.
Es una estructura muy técnica pues a juzgar por la memoria de materiales
-aunque no lo podamos comprobar- se procedió al horadado profundo sobre suelo
lodoso y se hincaron pilotes de madera y se procedió al emparrillado oportuno;
sobre ellos, basas de hormigón hidráulico bajo pilas y en estribos. Los
elementos de soporte son básicamente pilas-tabique, tres centrales exentas y en
extremos a modo de estribos dos más empotradas en el talud de obra, todas
chapadas en ladrillo pero con refuerzos de sillares de piedra caliza de canto
redondeado, perfectamente talladas que actúan como tajamares-espolones ante la
fuerza de las aguas; la central, añade una basa de hormigón en forma de cuña.
Estas pilas se coronan con una moldura perimetral sobresaliente y en cantos,
sombreretes semi-cónicos como detalle decorativo de gran lucimiento y muy
frecuentes en la pontonería de la época, probablemente porque así lo marcaba la
normativa de estandarización de puentes. El ritmo geométrico y estético lo
marcan las boquillas, en un dovelaje perfecto -probablemente el corte es
mecánico- con piezas bien ensambladas donde no se aprecia el llagado de mortero
y con tizón variable para que engarcen bien con el intradós de la bóveda de
ladrillo; efectivamente, no se aprecian grietas por este motivo, lo cual da a
entender la buena técnica y material utilizado. Los arranques de arcadas
cuadran perfectamente al utilizarse salmeres triangulares que recogen las
fuerzas de los arcos implicados que reposan en ellos. Resto de paramentos, ya
sea tímpanos o aletas, también de buena factura; las alas, en posición oblicua
para recoger los cauces, se coronan con una albardilla de piedra caliza en buen
estado actual. Sobre extradós, una pronunciada o gruesa imposta bien conservada
y que recoge el peso de los pretiles, en los que predomina el ladrillo aunque
se incorporan refuerzos interiores de témpanos y en extremos, pilas
cuadrangulares como adorno y remate de pretiles, todo ello en buena piedra
caliza bien tallada; coronan los pretiles, albardillas de piedra de canto
redondeado; la altura de estos es de 60 centímetros y su anchura de 20
centímetros, lo que deja una calzada libre de 5,60 metros. Cubierta con
hormigón asfáltico en buen estado. No tiene señalización horizontal ni viales
peatonales; tampoco existen limitaciones para preferencia de paso, anchura o
MMA transportada. En cabeceras, subsisten varios guardarruedas cónicos, propios
de los que se instalaban en el siglo XIX.
El lecho del río está transformado pues no hará más de 10 años que se
procedió a su limpieza y canalización acentuando los taludes e incorporando manguardias
de mampostería y en madre del río se echaron lechadas de cemento e incluso se
creó un canal central por donde corren las aguas en periodos de menor caudal.
Pese a esta actuación, el cauce sigue acumulando grandes cantidades de lodos y
arena que proceden de su amplísima red de arroyadas y riveras que, al atravesar
sus cárcavas y los extensos campos de cultivo, en períodos de grandes lluvias,
arrastran arenas y piedras hasta el cauce mayor del río Valdeginate.
Comentar, como suele ocurrir casi siempre, que no existen indicaciones de
tráfico que anuncien el puente como monumento y tampoco hay interés por parte
del Ayuntamiento en hincar junto a la obra un cartel que informe sobre la
calidad e historia de su monumento pontonero; desde luego, la CHD no lo va a
hacer y la Junta que gobierna la comunidad sólo lo hace en lo que ellos
consideran puentes históricos, bueno, quiero decir muy, muy históricos. Aunque
no observo deficiencias significativas, debería procederse a una actuación de
mantenimiento de paramentos, limpieza de albardillas en alguna aleta,
descalcificación del intradós junto a boquillas, limpieza y consolidación en
arranque de pilas y arrastre y limpieza
de limos, arenas y vegetación del cauce. Una escalerilla que facilite el acceso
al cauce tampoco sería mala idea.
Ahí queda la cosa. Adentrémonos, queridos lectores, en el laberinto de
viejas carreteras de tercer orden por estos Campos Góticos de belleza
enigmática, gran atractivo y desperdigadas joyas pontoneras por doquier.
Otros puentes de la zona subidos al blog:
Para saber más: Bueno, ya
digo, no figura esta obra civil en los tratados de puentes de Palencia o en los
de la Comunidad de Castilla y León. Ni siguiera, la web del pueblo lo cita
entre su acerbo monumental aunque, curiosamente, lo coge en primer plano para
enseñarnos su majestuosa iglesia. La wikipedia, en la voz Frechilla, tampoco lo
recoge (tendré que subir una buena foto de esta obra para que presuman de
monumentos civiles) y por último, tampoco he podido conseguir viejas
fotografías del puente, intención que suelo practicar, para poder hacer la
comparativa e incluso, adivinar posibles modificaciones y reformas en la obra. Para
la información sobre memorias de calidades, materiales, presupuestos y subastas
de obras en carreteras como la que nos ocupa, he recurrido a informes de la ROP
(Revista de Obras Públicas) en los años 1.898 tomos 222 y 309 y en el año 1.899
tomo 18, por poner unos pocos ejemplos. Los aspectos históricos, aunque no correspondan a esta obra contemporánea, los he tomado del tratado de "Puentes de la provincia de Palencia en la Edad Moderna", obra de Inocencio Cadiñanos Bardeci.
Cómo llegar: Frechilla, como decía antes, es un cruces
de caminos: por aquí, nacen o atraviesan varias carreteras provinciales como
son la P-924, la P-944, la P-970 o la P-932. La vía rápida cercana es la A-62
(Tordesillas-Burgos) con desvío en Palencia para seguir por la nacional N-610
hacia el W hasta el PK 17 en Mazariegos, donde nos desviaremos por la derecha
para coger la P-940 hasta Fuentes de Nava y seguir por la P-944 hasta su
kilómetro 0 en Frechilla, junto al puente. La carretera autonómica CL-613
también sale de Palencia y nos lleva hasta Paredes de Nava, desde donde podemos
seguir por la local P-951 hasta Frechilla y nuestro puente. Si venimos del N y
por la autovía A-231 o la nacional N-120 será en Sahagún de Campos donde
tendremos que coger la autonómica ya citada CL-613 hasta Cisneros, pasa seguir
por la P-932 hasta Frechilla. Lo cierto es que, en los pueblos del entorno,
podremos contemplar una docena de puentes interesantes, ya sean carreteriles o
sobre el Canal de Castilla.
Tanda de fotos de fecha 29.12.2016
Como puedo contactar contigo?
ResponderEliminarBueno, puedes llamarme al teléfono 600600643 o mandarme un e-mail a loboquirce@gmail.com
ResponderEliminar