VILLAFREA DE LA REINA. León
N-621 PK 102
La preciosa, intrincada, peligrosa… pero siempre narcótica y bella
carretera nacional N-621 nos depara sorpresas pontoneras como la que aquí se
presenta, esto es, un puente relativamente moderno pero de impronta rara, rara,
donde se mezclan los grises sucios del hormigón con retazos de buena piedra en
sillería y lienzos en bruto de mampostería irregular.
Esta estructura sirve para comunicar el puebluco de
Villafrea, en la orilla izquierda del río Esla (o Yuso, o Bayones) con la
calzada nacional y así, acceder a las localidades del entorno. En tiempos
antiguos, cabe pensar que existiría un camino, vereda o trocha en esa orilla
del río por la que se desplazaban las gentes del lugar bien hacia el N para
llegar a Los Espejos, o hacia el SW -río abajo- por el camino del cementerio
para acceder a Boca de Huérgano cruzando su histórico puente. No parece que
hubiera otra comunicación y yo no encuentro documentación que nos informe sobre
alguna estructura pontonera en este punto. El conocido ‘Diccionario
Geográfico-Estadístico’ de Pascual Madoz, editado en el año 1846 no hace
ninguna referencia a puentes en este lugar. En todo caso, el IDM (Itinerario
Descriptivo Militar) editado en el año 1866 hace algunas referencias a la zona
y hasta cita este pueblo pero dentro de lo que se denomina sector viario como
‘camino de herradura’ entre Potes y Boñar donde abundaban los pasos sobre este
río por medio de pasaderas de troncos de árbol y diferentes vados naturales
para el cruce del río por carros. En este punto del río y para acceder desde la
vieja carretera que ahora denominamos N-621 parece factible el tránsito de
carros y otros vehículos de tiro animal cruzando el cauce del Esla en períodos
de estiaje y con aguas bravas se haría por medio de barcas de soga. No obstante
y dadas las peculiaridades de la estructura, parece verosímil que a finales del
siglo XIX se decidiera construir un puente a base de pilas y estribos de
fábrica y un tablero sencillo de maderos. Por aquellas fechas se sabe que
existía allí una explotación de plata -Mina La Melendosa- que precisaría de un buen paso seguro y firme
para salvar el cauce del río en sus movimientos de operarios, maquinaria y
mineral.
Según mi hipótesis, esta estructura debió de estar en uso
hasta finales de los años 40 del siglo XX, momento en que debió de colapsar en
alguna agresiva avenida del río Esla. El actual puente, que se debió de
construir o finalizar en el año 1952 -según se muestra en alguna fotografía- se
debió de levantar aprovechando los viejos soportes ya sea en pilas así como en
estribos. El ‘Catálogo de Puentes de León’, recoge en su inventario esta
estructura pero con una información mínima: Aguas arriba del Yuso y siempre
por su margen derecha, la carretera alcanza en un par de kilómetros la
desviación que se dirige a Villafrea de la Reina y que atraviesa el río por un
puente moderno de tres bóvedas de cañón de hormigón más una pequeña en el
estribo derecho y que presenta arquillos de aligeramiento de forma ovoide sobre
las pilas.
Características actuales de la obra. Nuestro puente tiene una longitud total aproximada de 62 metros, incluyendo el muro de acompañamiento de orilla izquierda y estribos. El ancho regular de la plataforma es de 4 metros con cierto abocinamiento en cabecera izquierda que llega a 4,15/4,30 metros. Dispone de 4 vanos en geometría de arcos de medio punto con luces de 4+11,50+11,50+11,50 metros. La flecha desde claves a lámina de aguas es de aproximadamente 5 metros. Dispone de dos potentes pilas con una anchura de 2,30 metros que se protegen con tajamares y espolones de sección en cuña y con sombreretes a dos aguas. Los tímpanos centrales están horadados por aliviaderos en forma ovoide, recurso bastante singular y poco frecuente en la pontonería de hormigón; en este blog tenemos el viejo puente de Barrios de Luna, también de hormigón y que dispone de aliviaderos con otra forma parecida que se ubican en tímpanos o paños entre arcadas. Lo común a mediados del siglo XX era constituir palizadas bajo tablero o una serie de vanos con arquillos de medio punto, recurso o proyecto que resultaba muy bello y estético.
La cubierta o tablero presenta una forma horizontal salvo
hacia cabecera izquierda donde subsiste una ligera rampa. Su disposición es
plenamente perpendicular con respecto al cauce. Dispuso de gruesos pretiles de
hormigón que se debieron de sustituir por las actuales barandillas metálicas de
normativa a finales del siglo XX.
Lo singular de esta estructura lo compone su propio y diverso
aparejo. Los arranques de las pilas se levantan con excelente sillería caliza
bien escuadrada y dispuesta en 3 hiladas perfectas, bien canteadas y con mínimo
llagado que además, abarcan los tajamares-espolones. Esta cantería es lo más
noble de esta estructura. El resto de paños y muro de acompañamiento se placa a
base de gruesos mampuestos irregulares bien aglutinados en los morteros de
época. Sobre pilas y estribos se construye -o reconstruye- un sistema de
bóvedas de cañón en hormigón en masa y/o armado levantado in situ a
juzgar por las marcas del encofrado y se descarga el peso de la estructura en
tímpanos con estos óculos. Por estas fechas ya se abandona el sistema de
bóvedas de hormigón con canto variable, como se aprecia en este puente, donde
los arcos tienen en toda su longitud un ancho regular de 90 centímetros,
asociándose a pilas y estribos por empotramiento. El resto de aparejo, ya sea
en las zonas de tímpanos o el muro de acompañamiento -rampa- de cabecera
izquierda se consolida con piedra caliza a base de mampuestos de gran volumen,
careados y toscos de cara vista abrupta aunque desbastados en armonía que se
aglutinan con una buena dosis de mortero con cemento. A continuación del
arquillo, el muro se ensancha pero placado del mismo modo. En cabecera derecha
existe un mínimo abocinamiento en el estribo que se consolida también con
gruesa mampostería y que hace las veces de muro o manguardia de contención del
talud natural.
En cubierta destaca la losa continua de hormigón armado horizontal
en la zona aérea y con cierta inclinación hacia el final de la cabecera
izquierda; sobre ella descansaban los viejos pretiles de hormigón de los que
queda alguno en la curva de entrada por la carretera nacional. Los petos
actuales se componen, como decía, de barandillas de normativa impuestas por el
ministerio del ramo muy sólidas a base de montantes de acero hincados en los
bordes de la cubierta con pasadores por los que se cuelan tres cordones
longitudinales de acero que cubren todo el puente. Una base de aglomerado
asfáltico relativamente reciente compone el firme de la calzada y no hay
arcenes o viales peatonales, dada su angostura. No obstante y con la ganancia
en anchura al eliminar los viejos pretiles, se permite una circulación cruzada
de vehículos, al menos, de automóviles pues no hay señalización de tráfico por
preferencia de paso en ninguna de las cabeceras.
El paraje natural donde se encuentra esta obra civil es
singular y bello, de amplia panorámica o vistas de la montaña leonesa , los
verdes valles de pradería y el curso del río, muy ancho y de poca profundidad
pero que aporta estética en conjunción con nuestro puente.
Para saber más. Como ya he comentado, el único tratado especialista que trata esta obra aunque muy someramente pero con un buen dibujo del puente es el conocido “Catálogo de puentes de León anteriores a 1936”, obra auspiciada por José Antonio Fernández Ordoñez a través de su cátedra de Estética de la Ingeniería en la ETSICCP de la UPM donde coordinaron esta trabajo Tomás Abad Balboa y Pilar Chías Navarro con la inestimable colaboración de un nutrido grupo de estudiantes de la Escuela, destacando en los referente a las obras civiles de León durante los años 1984 y 1988 Carmen Andrés, Rafael Castejón, Pablo Otaola, Julio Suances, Consolación Pérez Alda y Ana San Salvador del Valle Zarrabeitia, libro editado por el CICCP y CEDEX en 1988, páginas 428/430. También en el IDM (Itinerario Descriptivo Militar) editado en 1866 se cita la localidad en la ruta 170 de Santander-León pero sin mencionar puente alguno en este punto geográfico. Por su parte, en el “Diccionario Geográfico-Estadístico” de Pascual Madoz Ibáñez, editado en Madrid en 1846, tomo XVI, página 143, voz ‘Villafrea’, se explica este lugar ubicado en la margen izquierda del río Esla pero sin mencionar ningún puente para sus comunicaciones. En internet se puede consultar, dentro de la web municipal de Boca de Huérgano la pestaña para Villafrea sin datos sobre el puente o la web de Escapada Rural. A nivel de caminería histórica ya traté esta difícil pero preciosa carretera nacional en un artículo para la revista Solo Camión que se publicó en el número 245 de julio del año 2010.
Sector del mapa levantado por el IGN (Instituto Geográfico Nacional) en el año 1999, hoja número 105 de Riaño donde ubicamos el puente en círculo morado.
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