N-621 PK 142,900
CASERÍO DE NAROBA. T.M. LA VEGA DE LIÉBANA. CANTABRIA
Siguiendo mi periplo por esta magnífica carretera N-621 que, aunque dura y peligrosa, tiene un punto de atracción narcótica para cualquier persona a la que le gusta conducir, como decía aquel viejo eslogan y además, te muestra paisajes inigualables. Nos encontramos en la comarca cántabra de Liébana cuyo centro neurálgico es Potes aunque la municipalidad se administra desde La Vega de Liébana y nuestro puente, conocido como 'Puente Hinojo', se haya en las cercanías del caserío de Naroba.
En cuanto a la pontonería existente en toda la
ruta, aunque discreta y casi desconocida por carecer de fuentes y documentación
sobre sus obras civiles, solo nos queda conjeturar la antigüedad constructiva
atendiendo a la época en que se va conformando la propia carretera. A tenor de
lo que nos cuenta el IDM (Itinerario Descriptivo Militar), editado en el año
1866 y en referencia a este itinerario número 170 de Santander a León, se nos
informa que por aquellas fechas el tramo entre Potes y Boñar era de herradura y
remonta con fuertes pendientes la orilla derecha del río Quiviesa por terreno
sumamente áspero y quebrado; a 2,5 kilómetros de Valmeo se pasa a la orilla
izquierda por un puente de piedra de un arco. Este breve relato del IDM ya nos
da a entender que la vía es estrecha, a modo de vereda o trocha propia para
caballerías o reatas de mulas en los tránsitos habituales para los pobladores
de esta región. En gran parte de su recorrido serpentea paralela al río
Quiviesa por lo que asume su orografía abrupta y sinuosa con un posible ancho
de vía que no superaría los 2 metros y sujeta a continuas talas o desbroces en
el camino para evitar su mimetismo con la tupida fronda vegetal. Por supuesto
que, en periodos de nieves copiosas, desaparecería el camino o tal vez, la
referencia seguiría siendo el cauce del río para no perderse en el tránsito.
Pese a que el IDM nos dice que hay un puente y que
ciertamente coincide hasta hoy en la distancia entre Valmeo y la ETAP de Naroba
donde se encuentra el puente, deberemos de considerar que tanto por la anchura
de la estructura así como por su aparejo, se trata de un puente anterior al que
aquí se presenta. La hipótesis en la que podríamos trabajar es que existiría un
puente estrecho, quizás de 5 metros de latitud y aparejo de sillería en
bóveda y mampostería en el resto con un único arco de medio punto que salva el
cauce en una zona bastante profunda con respecto a la rasante del camino.
Quizás, pudiera datarse a finales del siglo XIX aunque con dudas y parece que
debió de colapsar -a juzgar por su nueva bóveda de hormigón y un placaje
recompuesto- en los años 20/30 del siglo XX. No tengo constancia de que esta
obra civil fuera saboteada o volada en nuestra Guerra Incivil hacia el año 1937
como otras estructuras de la región debido a los repliegues de las tropas
republicanas.
Lo poco que nos ofrece al respecto el “Catálogo de
puentes de León anteriores a 1936” es lo siguiente: De las dos vías hacia
Santander, esto es, la del Cares por el Puerto de Pandetrave, actual LE-2703, o
la de Potes y Liébana por San Glorio, actual N-621, se sabe que sus proyectos
carreteros estaban muy atrasados y que no se iniciaron hasta la última década
del siglo XIX continuando lentamente en los dos primeras décadas del siglo XX y
haciendo constar que en los años 80 del siglo XX todavía había sectores
cercanos a San Glorio donde no se había renovado el firme, ni existía señalización, ni ensanchamiento de calzada apropiada para
una vía de primero o segundo orden.
Por lo que respecta a la topografía más antigua
que recoge el IGN (Instituto Geográfico Nacional) en su mapa levantado en 1987,
hoja 81 de Potes, se adivina que el antiguo trazado de la calzada, quizás desde
época medieval o moderna, variaba con respecto al contemporáneo. Así, en el
punto donde se encuentra la ETAP el viejo camino seguía por la margen derecha
del Quiviesa y a unos 268 metros aguas arriba es donde se cruzaba el cauce por
un puente conocido en la actualidad como ‘Puente Viejo’ del que aún queda la
estructura aunque ese camino ya es impracticable para vehículos y lo utilizan
los senderistas. Cuando se modifica esa calzada en el entorno de Potes,
probablemente a mediados del siglo XIX es cuando probablemente se levanta
nuestro puente quedando el viejo al margen de la nueva calzada y por tanto, con
un uso limitado.
Características actuales de la obra. Se trata de un puente de tablero horizontal y
plenamente perpendicular al cauce del río Quiviesa. Tiene una longitud total de
30 metros y una anchura regular de 8 metros. Se ubica en un punto donde el río
discurre a cierta profundidad por lo que su flecha hasta lámina de aguas se
acerca a los 15 metros. Dispone de un único vano con geometría de arco de medio
punto muy peraltado para llegar a la rasante de la calzada sin necesidad de
rampas en sus entradas; su luz aproximada es de 11,25 metros. Hay que considerar
que la antigua estructura probablemente tenía abocinamientos en ambas cabeceras
que tendrían el ancho de 8 metros y que se reducían hasta los 5,50 metros en el
tablero central. Ignoro el chapado de la estructura central pero lo que parece
evidente es que el puente se ensancha en ambos lados hasta el aplomo de los
estribos, consiguiendo su ancho actual que permite con limpieza el cruce de
vehículos.
Lo llamativo de la obra civil es su aparejo del
que cabe diferenciar lo que corresponde a bóveda, tímpanos y cara interna de
estribos, donde subsiste la sillería original a base de roca esquistosa y hasta
pizarra en piezas de volumen regular, bien canteadas, de disposición horizontal
en sus hiladas y con un llagado pleno y constante que nos indica su posible
placado relativamente moderno, quizás en los años 20 del siglo XX, momento en
que se decide el ensanche de la obra civil. El arranque de la bóveda y su
sillería de roca caliza es soberbio y se compone de unas 6 hiladas de sillería
de gran volumen, sobre las que se dispone una imposta de piedra en relieve que
hace las veces de salmeres y sirven de apoyo a la nueva bóveda de hormigón (que
pudiera ser ya armado) y con ancho constante. El enlucido del hormigón se hizo
con tonos blanco que tiene un contraste con la piedra oscura de tímpanos
interesante. Los paños que componen la estructura central se igualan en anchura
con los viejos estribos con un recodo de aristones de excelente talla y
disposición y a partir de ahí, continúan los viejos muros de la estructura a
base de mampostería más o menos irregular, bien aglutinada con los morteros de
época y modernos para su mejor fijación.
Otro detalle interesante es la imposta que recorre
toda la zona central sobre bóveda, a base de piezas de piedra caliza de
excelente talla y hasta un biselado en su esquina superior como detalle
decorativo; sobre ellas descansan los pesados pretiles que -con diversas
rehabilitaciones- se componen de mampuestos y sillarejo de talla burda pero
bien fijados con morteros y sobre ellos, una albardilla de cemento de tonos
grisáceos muy colonizados por musgos. Es más evidente el alargamiento moderno
de estos pretiles en la entrada en curva por la cabecera izquierda (visión
desde aguas arriba del río) a base de mampostería en seco y albardillas de
cemento de tonos claros.
El tablero, con entradas pronunciadas en curva, se
compone de los citados pretiles y una cubierta de aglomerado asfáltico. Su
anchura actual permite, aunque ajustada, una circulación cruzada sin cesión de
paso. Como puente carretero lejos de poblaciones, no dispone de aceras ni
arcenes. Las entradas a sus cabeceras por lado externo se protegen con biondas
de acero que no han evitado los golpes -de vehículos pesados y largos- y la
caída de parte de estos primeros pretiles, como se observa en alguna foto.
Su mantenimiento técnico será evidente pero el
exterior es manifiestamente mejorable: hay demasiada vegetación que crece en
los muros, especialmente hiedras, musgos y líquenes que deterioran la piedra,
manchas y eflorescencias así como arbolado que impide una observación plena de
la obra, especialmente en su lado de aguas abajo. Yo la consideraría una ‘obra
civil singular’ carreteril que se debería poner en valor añadiendo algún panel
informativo que nos ilustre sobre su historia y vicisitudes así como aclararnos
datos de su construcción incluyendo los del puente viejo mencionado.
Para saber más. Me limito a las fuentes ya mencionadas en el artículo ya que no he podido o sabido encontrar más información de esta digna obra pontonera. Los viejos geógrafos como Sebastián de Miñano Bedoya en su 'Diccionario Geográfico' editado entre los años 1826/1829, voces 'Liébana' o 'Valmeo', como lugares cercanos al puente aporta absolutamente nada de puentes. En todo caso, Miñano nos cuenta que estos caminos son carreteros, ásperos, con nieves y llenos de fieras (Ahhh, qué maravilla; supongo que se referiría a lobos y osos). Pascual Madoz Ibáñez en su 'Diccionario' editado en 1846 y ya sea en las voces de 'Valmeo' o 'Vega de Liébana' tampoco escribe de puentes al respecto.
En sentido creciente de esta carretera y antes de llegar a Naroba existe un
viejo pontón que salva la Riega de Santa Leocadia, poco antes de desembocar en
el Quiviesa y cuya bóveda -que desconozco- pudiera corresponderse con la
construcción vieja de esta calzada. Las siguientes obras pontoneras destacables
en sentido creciente de la calzada N-621 se encuentran en la localidad de Potes
y salvan los cauces del río Quiviesa y el Deva. En este blog se pueden conocer
los siguientes puentes/pasarelas: Puente de la Cárcel, Puente de San Cayetano y Puente Nuevo, todos ellos sobre el río Quiviesa así como la curiosa Pasarela de Santa Olaja sobre el río Deva.
Sección del mapa del IGN (Instituto Geográfico Nacional), hoja 81 de Potes, levantada en el año 1987 donde se muestra en círculo verde la ubicación de nuestro puente.
Sección de un mapa de la zona levantado por Thomas López Vargas-Machuca en el año 1774. En círculo verde un icono de puente o quizás un paso de barcas ubicado al norte de La Vega de Liébana que podría tener relación con el puente viejo citado en este artículo. Como se puede observar, el camino real hacia Potes transcurre por la margen derecha del río Quiviesa pero hacia el sur -y desde la confluencia del río Frío con el Quiviesa- toma una derrota diferente, buscando el cauce del citado río Frío, esto es, siguiendo lo que ahora es la carretera CA-894 hacia Soberado lo que nos indica que en esa época la carretera nacional N-621 no era el viejo camino real en el siglo XVIII.
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