PUENTE SOBRE EL RÍO CURUEÑO. Tolibia de Abajo

PUENTE SOBRE EL RÍO CURUEÑO

TOLIBIA DE ABAJO. León

LE-321 PK 32,150

Hemos dejado atrás el viejo Pontón de Villarias y nos dirigimos hacia otra de las joyas que colecciona esta carretera provincial junto a la mítica calzada de La Vegarada en el puebluco de Lugueros, donde se encuentra quizás el puente más hermoso de todo el periplo sobre este río y que denomino Puente Viejo de Lugeros.. No obstante y atendiendo a que corremos una carretera también histórica, quiero poner el foco en una de las obras pontoneras más significativa que también me encontré por estos pagos.

Muchos kilómetros de la calzada y anexos de La Vegarada se encontraban abandonados desde hacía tiempo pues los ganados trashumantes con privilegios del Honrado Concejo de la Mesta había desaparecido en el año 1.836  cuando reinaba Isabel II y ya estaba abierto el moderno camino real hacia Asturias por Pajares por lo que tanto los periplos por los puertos de Piedrafita o Vegarada tenían sensiblemente menos tránsitos. La calzada estaba tan deteriorada que era raro que lo tomaran carruajes, especializándose en el paso de rebaños hacia los pastos cercanos, recuas de mulas y jinetes o caminantes.

El estado de conservación de esta mítica carretera fue desde hace siglos más que deficiente, en parte por la propia configuración de la misma así como por el abrupto relieve por el que discurría. Según nos cuenta Mariano Domínguez Berrueta (1871-1956), autor que vivió y conoció plenamente la situación de esta vía así como las actuaciones en orden a su rehabilitación y ensanche a principios del siglo XX relata al respecto: […] Por el camino angosto y descarnado, serpenteando para adaptarse a lo menos agrio de las peñas y que todavía hoy se dibuja en estas montañas de la izquierda del río Curueño, la nieve, los hielos y las bajas temperaturas aumentan la dureza de la ruta en el invierno. Entonces -me dicen los arrieros- se apretaban las cargas y las cinchas, se daba algo de pienso a los machos, se ponían unos trapos atados a los cascos, unas antojeras para que las bestias no vieran los precipicios hacia el río y de uno en uno, con un arriero delante y otro al mismo borde del camino, iba pasando la recua penosamente […]. De lo que cuenta no hace un siglo, pero sus antecesores de los siglos XV y XVI no hubieran hecho un relato diferente. Más que carretera parecía camino de uña de caballo y como sigue contando la autora, Adela González : Hacia el norte, a través de los puertos, la carga se ha de llevar a lomos de machos o mulas. Generalmente iban varios arrieros llevando la recua de animales para el transporte y protegidos por los inseparables perros para defenderles sobre todo de los lobos de la montaña. Los animales llevaban la carga en fardos sobre el lomo o en dos serones o alforjas a los lado. Por los puertos de San Isidro, Vegarada, Piedrafita -muy frecuentado entonces-, Pajares y Ventana pasaban los arrieros a tierras del Principado. (Artículo de Adela González Vega titulado “La reparación de los caminos y puentes en la provincia de León actual desde el reinado de los Reyes Católicos hasta fines del siglo XVI”. Cuadernos de Investigación Histórica, número 11, año 1987, editado por el Seminario Cisneros de la Fundación Universidad Española). 

El proyecto de un camino renovado desde La Vecilla hasta Vegarada quedó aprobado por el Gobierno en tiempos de la regencia de María Cristina, empezándose las obras entre los años 1.912 y 1.916 y desarrollándose hasta 1924. Esta calzada de trazado tortuoso y difícil conserva en la actualidad algunas obras pontoneras de fábrica estimable y robusta. Uno de los puentes modernos -por decir algo- ya ha sido presentado en este blog en la entrada para los Puentes del Paso y no lejos de aquel, se encuentra otro pontón interesante a la altura del PK 32,150 de esta calzada provincial, poco antes de llegar al pueblo de Tolibia de Abajo que presento aquí.

Puente bajero de Tolibia de Abajo.  Tras varias curvas y trayecto  pegado al río Curueño, nos encontramos con este precioso pontón original del proyecto carreteril de principios del siglo XX. Tiene una longitud de 24 metros, un solo arco escarzano con 7,75 metros de luz, estribos muy empotrados en roca viva y aletas. Fábrica a base de mampostería, de grandes dimensiones en las aletas. Bóveda de hormigón en masa con ancho de 6 metros. Cubierta protegida con pretiles de hormigón calado, generalmente estaban reforzados con varilla de hierro o acero. Firme moderno de aglomerado asfáltico. Dispone de una campa para poder aparcar y observar esta interesante obra, perfectamente inserta en un paisaje agreste e indómito de gran belleza.

Me comenta un lector que esta obra civil también sufrió voladura durante la Guerra Civil y pudiera ser así aunque no conste en los informes que manejo al respecto sobre los puentes de la cuenca del Curueño, bastante incompletos y que se reducen para este sector en las anotaciones que hace Vanesa María García Lozano en su tesis doctoral de 2015 para la Universidad de A Coruña, donde cita el puente 19 como único saboteado en esta carretera hacia Asturias. Tampoco se le cita en las variadas ROP de puentes arruinados durante la Guerra Civil. No obstante y fijándome un poco en la estructura parece evidente que la fábrica -al menos en su visión aguas abajo- ha sufrido una amplia rehabilitación en la disposición de la mampostería y sillería sin cantear, especialmente en tímpanos, donde su colocación es más ramplona y tiene exceso de mortero. También se observa una gran diferencia en la pátina o color de estos mampuestos con respecto a los de las aletas, estos últimos, con una capa de líquenes, musgos y reacciones químicas más propios de su propia antigüedad. Por todo ello, podríamos conjeturar acertadamente que la obra se reconstruyó en los años 40 del siglo XX, incluyendo obviamente la bóveda de hormigón que, este caso, se levantaría ya armada. Esta conjunción ya guarda más similitud en tipología con los pretiles actuales, propios de los catálogos pontoneros de obras públicas que se extendieron hasta los años 60 del siglo XX. 

Existe otro enlace en este blog para otras obras pontoneras dentro del término de Tolibia de Abajo. 

Para los asuntos de "saber más" o "cómo llegar" se puede consultar cualquiera de las entradas para los puentes del Alto Curueño y puede servir el viejo Pontón del Arroyo de Francamuerta, aproximadamente en el PK 41,600 de esta calzada, cerca del puebluco de Redipuertas. Para hacernos una idea aproximada de la belleza del entorno, algo de la historia de estas calzadas, incluyendo la de Vegarada así como puentes y fotografías, se puede consultar el artículo que monté para el periódico La Nueva Crónica en edición de fecha 03.09.2018.

Al tiempo que trabajaba en esta entrada la aplicación de Blogger me avisa de que se han llegado a las 200.000 visitas en este cutre y raro blog de puentes y otras historias. Asunto raro de cojones (con perdón) en un país en el que las variadas Administraciones no se ocupan mucho de difundir el interesante patrimonio lineal y pontonero de este país y, por extensión, la ciudadanía media pues tampoco es que tenga demasiado interés en este asunto salvo para fotografiarse delante del puente de rigor, donde la obra civil no deja de ser un forillo teatral, o sea, un decorado que viene bien para el instagram. Bueno, parte del éxito que pudiera tener este blog se debe al interés o curiosidad que se muestra en el extranjero, de donde se reciben el 47% de las visitas, especialmente EEUU que abarca el 30% del total de páginas vistas. 

Instantánea del puente en el año 2001 tras una rehabilitación. Web CHD Patrimonio Hidráulico del Duero.

Interesante imagen del puente en el año 2015 que exhibe el blog de Tolibiaybordon.

Tres tomas de fecha 23.05.2015

Tanda de fotos de fecha 01.07.2017