jueves, 3 de marzo de 2016

PUENTE DEL RETAMAR SOBRE EL RÍO GUADARRAMA

PUENTE DEL RETAMAR SOBRE EL RÍO GUADARRAMA EN TÉRMINO MUNICIPAL DE LAS ROZAS-M

M-505 PK 7


La carretera autonómica M-505 nace en el pueblo de Las Rozas (Es el primer ramal de la vieja N-VI por la izquierda) y deriva hacia las estribaciones suaves de la Sierra de Guadarrama por Galapagar, con destino en  El Escorial. Este tramo se correspondería con una de las primeras calzadas de buen firme, construidas en la Península, proyectada en 1765 como  Camino Real para acceder a la grandiosa fábrica granítica del Palacio-Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Lo cierto es que, con el tiempo, se siguió estirando el camino hasta Robledo de Chavela, Valdemaqueda y Las Navas del Marqués para llegar a  Ávila, tras cubrir una distancia de 90  kilómetros.

¿Te gusta conducir...? Cuando me hago esta pregunta, o bien, se la hago a quien parece que disfruta conduciendo, siempre acabo citando esta carretera. Ciertamente, sería la prueba epistemológica para demostrar que a uno, le gusta conducir de verdad, como dice el anuncio de no sé qué coche. Es la conjunción perfecta de prestaciones+mecánica del vehículo,  configuración y relieve de la calzada y un plus añadido en cuanto a paisajes o naturaleza circundante. Es una maravilla correrla, disfrutarla y sentir que las endorfinas se elevan, los reflejos rutinarios y alicaídos del día a día..., se transforman, como al acecho en el arte venatorio propio de lobos como el Quirce y las pupilas de dilatan para que no pierdas un ápice de asfalto, cortes por el radio idóneo la curva imposible a la que llegas y siempre, observes un horizonte magnífico al que pronto llegas,  que es tu destino. Esa es la famosa M-505 que con la CL-505 como continuación al penetrar en territorio castellano-leonés, conforman la ruta, siempre teniendo en cuenta que debes cruzar los puertos y collados de Galapagar, La Cruz Verde, La Paradilla o Tornadizos y ser prudente. Si tienes la oportunidad de hacer el trayecto en camión, todavía disfrutarás más. ¡Ahhh, qué maravilla!

Volviendo al tema, la carretera original del puente según proyecto del insigne Pedro de Ribera tenía una orientación más hacia el W por Colmenarejo, con mucho desnivel y llena de contrafuertes y muros de contención (se le llamaba Camino del Paredón) y pudo terminarse en 1737 aunque Marcos de Vierna tuvo que repararla varias veces pues debido a derrumbes y corrimientos del terreno, era impracticable en épocas de lluvias o nieve. Definitivamente se abandonó aquella calzada y apenas existen restos de su firme, guardarruedas o taludes; en todo caso, alguna ruina del viejo pontón que cruzaba el Arroyo del Cacho y pequeños lienzos de piedra y zahorra como testigos de lo que fue una calzada del siglo XVIII. Actualmente sigue siendo vía pecuaria y se ha diseñado un camino -dentro de la Red de Sendas de la CAM- llamado Ruta 9 para excursionistas o ciclistas desde el Puente del Retamar hasta Colmenarejo y Galapagar. El propio Marcos de Vierna, construye un nuevo camino hacia el Real Sitio, desde este puente y que serpentea por los Altos de Galapagar hasta el actual Pantano de Valmayor, donde se unía a la calzada que construyó Pedro de Ribera; se corresponde con un sector de la actual carretera autonómica M-505.

¡Ah..., el puente! Sí, el puente figuraba también en el proyecto del Camino Real. Se tenía que cruzar el río Guadarrama y el lugar idóneo parecía ser una suave vaguada donde el río se calma y deposita limos y arenas cuando lleva aguas bravas desde el nacimiento. Se encargó la obra al  arquitecto Juan de Setién Güemes en 1691 y debido a la mala economía de la época -no había dineros en el erario público, qué novedad- se abandonó la obra cuando ya estaban edificadas las pilas. A cargo de los monjes jerónimos del Monasterio de El Escorial se pagó la obra humilde, terminándolo con tablero de madera (lo más normal del mundo y lo que ocurrió muchas veces en la mayoría de los puentes peninsulares). Por fin, en 1718 el correspondiente ministro de la cosa de obras públicas -Marqués de Vadillo, del Consejo de Estado- , encarga al arquitecto Pedro de Ribera su continuación; éste parece ser que inicia los trabajos en 1727 -9 años después- terminándose hacia finales de la década. En definitiva, aproximadamente 40 años para llegar a su realización plena, tiempos de transición, con Guerra de Sucesión incluida, cambio de monarquías y consolidación del primer borbón, Felipe V. Lo cierto es que lleva la impronta de Ribera y recuerda mucho a su famosa obra pontonera en la capital sobre el río Manzanares, esto es, el Puente de Toledo. Los nuevos estilos franceses se entremezclan con un todavía poderoso barroco tardío español, austero, herreriano, pero en este puente se adivinan nuevos aires al observar las arcadas, boquillas y líneas, en general, más racionalistas, quizás volviendo a un pasado clásico que se echaba de menos y que se generalizaría en las siguientes décadas.

Características de la obra: Lo que podemos admirar ahora es un grandioso puente de tablero horizontal, con un ancho de 6,50 metros (actualmente se permite la circulación de vehículos en un sólo sentido aunque dispone de una acera), con 7 magníficos arcos de medio punto con una luz semejante, aproximadamente de 8,40 metros, fuertes tajamares en zona naciente y los correspondientes espolones al sur, aguas abajo. Todo el conjunto es fábrica de granito de la zona y la labra es técnicamente perfecta: Los paramentos, muy delimitados hasta enjutas o tímpanos, con aparejo de sillar regular grande y mediano (entre 100 y 50 cms. de largo), plenamente isódomo, bien labrado por canteros y mejor terminados por tallistas o labrantes muestra una obra de fortaleza inmejorable. En los vanos cabe señalar la buena factura de bóvedas con dovelas largas y medianas, alternándose, para dar mayor consistencia al intradós y en caras exteriores, boquillas de arco perfecto, desde clave hasta su reposo en los salmeres con el aliciente de que -a modo de decoración- se ha tallado pacientemente una moldura en toda la rosca, bien apreciable, que no deja de ser un buen trabajo artesanal teniendo en cuenta la dureza del granito de Guadarrama. La línea que delimita la pila con el apoyo de arcos también tiene una talla primorosa, a modo de moldura o listel que realza el conjunto. Al contrario de lo que ocurre con otras obras pontoneras, aquí se intenta (y se consigue) soldar el conjunto puente-tajamar y se puede observar cómo, desde cimentación, las basas (con 4,20 m. de anchura) se fusionan con sus refuerzos, bien en tajamares o espolones, continuando acoplados los sillares hasta molduras (arranque de arcadas); a partir de ese nivel, tanto los cubos de espolones o cuñas de tajamar se elevan, sólidos, pegados a los propios paramentos, protegiéndose en coronación con perfectos sombreretes de piedra granítica en hiladas escalonadas a modo de tejados (gallonados). Debido a que en esta zona el río Guadarrama se ensancha y aterraza, el depósito de limos y arenales es importante y se observa que dos o tres hiladas escalonadas de algunas  pilas se encuentran enterradas. Sobre tímpanos, en el tablero, un fuerte zócalo sobre el que se apoya la obra de pretiles de granito, bien dispuestos y con pasamanos convexo; en rasante, sólidos y amplios canalones de desagüe también de granito. En cabeceras, apertura en embudo para el mejor paso de ganado o esperas en tránsito de carruajes. Su estado de conservación es bueno aunque sería de desear el desbroce de arbustos y arbolado aledaño para poder admirar la obra plena. No hay señalización en carretera que informen sobre este monumento y en la zona de recreo existe un buen panel informativo sobre la obra y su historia. Es zona de especial interés ecológico al encontrarse en el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama. Actualmente, este paraje está dentro del término municipal del pueblo madrileño de Las Rozas.

Ciertamente, tanto en el barroco así como en el clasicismo, se dice que en obras pontoneras se volvió a la perfección de los ingenieros romanos y al observar la enorme calidad de este puente debemos pensar que así es. Cuando te sitúas debajo de una bóveda o acaricias los sillares de pilas y observas la exactitud de la obra, sus juntas a hueso, su disposición de geometría plena, es como si viajaras a Mérida y te encontraras bajo su puente romano.

Toma el nombre Del Retamar dado que así se llama aquel lugar, profuso en retamas y aulagas y donde en el siglo XII existió una pequeña aldea con ese nombre, desaparecida siglos después aunque permaneció una ermita que aún se llama Santa María del Retamar. Bien, queda presentado por El lobo Quirce el insigne Puente del Retamar sobre el río Guadarrama en la CAM (Comunidad de Madrid) y se recomienda a los viajeros curiosos, ya sean aficionados o expertos, su visita improrrogable. Camionero colega, no temas, junto a la M-505 tienes un desvío de tierra con amplio aparcamiento para dejar tu máquina mientras admiras y fotografías este precioso puente o , simplemente, descansas un rato mientras metes los pies en las aguas frescas del río y te relajas.

Cómo llegar: Desde la capital, por la A-6 (Autovía del  Noroeste) hasta llegar al PK 18 donde nos desviaremos por la derecha para coger la M-505 desde su PK 0 (Carretera de Ávila). Transitaremos por ella hasta pasado el PK 7 que aún mantiene un bello mojón de los antiguos, los del Plan Peña, y llegar a una rotonda que informa sobre una área de recreo a la izquierda. En esa zona de recreo y descanso de excursionistas, donde existe un amplio aparcamiento,  está el Puente del Retamar al que se accede por su cabecera izquierda. Si se transita desde Ávila por la propia M-505, al bajar el Puerto de Galapagar, aproximadamente en el PK 8,700 nos desviaremos a la derecha siguiendo la indicación de Zona Recreativa; se trata de un retazo de la vieja carretera C-505 -cuando era comarcal- y que se corresponde con el viejo camino del siglo XVIII donde aún subsisten dos bellos puentes que construyó el propio Marcos de Vierna, aunque reformados. Al acceder por este lado o cabecera derecha del puente, sí podemos cruzar el mismo con el propio vehículo pues esa es la dirección obligatoria. No hay limitación de MMA o ejes.

MÁS INFORMACIÓN EN: Lobo Quirce. Biodiversidad Virtual




Instantánea del año 2006











Tanda de fotos de fecha 01.08.2014



Dos fotos del tablero y calzada de fecha 15.06.2015




Tanda de fotos de fecha 21.12.2015




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