LA POLA DE GORDÓN. León
N-630 PK 111,580
Se trata del puente urbano de esta localidad sobre el río
Bernesga. Cabe suponer que existía un paso desde tiempo inmemorial
probablemente de madera que lo irían reparando en función de los daños que le
causaran las variadas avenidas, a veces muy violentas. De hecho, no descarto
que cuando se construyen estas pilas, pudiera ser que todavía llevara un
tablero de madera que hasta podría ser de viga en celosía, bastante habitual a
mediados del siglo XIX. Estas suposiciones las expongo en base a que no existen
datos fidedignos sobre el origen de este puente o el de otros anteriores en ese
punto. Aunque el camino viejo que utilizaba La Pola de Gordón se asocia a la
calzada de origen romana o medieval a la que servía el vetusto puente de Torneros no cabe duda que para conectar con los pueblucos del W era necesario
otro paso, bien por vado natural en períodos de estiaje o levantando un puente,
como parece el caso, refiriéndome a las comunicaciones con Los Barrios de
Gordón o hacia los agostaderos de ganado en los altos de la montaña leonesa que
utilizaría la trashumancia.
Al mejorar las comunicaciones de este pueblo debido a la
renovación del camino real y el puerto de Pajares -ahora N-630- hecho cuyo
proceso duró alrededor de 80 años que son los que van desde mediados del siglo
XVIII hasta el año 1830 pues parece factible que al mismo tiempo, se prestara
atención a esta obra con el fin de acondicionarla ya para el tránsito cómodo de
carros y diligencias. Puede que mejorara su construcción a partir de 1875
cuando se empiezan a generalizar en la provincia leonesa los puentes y pontones
mixtos a base de sillería o mampostería en estribos y pilas con tableros
metálicos de celosía, como es el caso. Parecen obras de catálogo decimonónicas
que diseña la propia dirección provincial de obras públicas, cuando los
responsables administrativos eran los ingenieros Manuel Diz Bercedoniz, José
María Rodríguez Valbuena o José Nogales López, entre otros.
Se componía de estribos y pilas de buena fábrica en sillería de caliza con tonos rosáceos en algunos lienzos y 4 secciones de viga metálica con cruzamientos entre largueros muy juntos en forma de cruces de San Andrés que dan la sensación de celosía muy tupida y que componían el tablero inferior. En la parte superior del vigamen se acoplaban planchas de hierro cosidas a los perfiles metálicos con roblonado en caliente conformando cuadrículas del tipo rincón de claustro y que servían como solera sobre la que se disponía el firme de tierra, grava o macadam. Ya hacia el año 1986 y como comenta el inspector que lo visita para el catálogo de puentes de León, la parte metálica se encontraba muy oxidada, con agujeros en estas planchas del tablero debido a la falta de mantenimiento. Se pueden ver ejemplos de esta tipología de vigas para tableros inferiores en los puentes de Valderas, Castrillo de los Polvazares o el segundo sector del puente de Villafer, todos ellos en uso actualmente.
Este tablero tenía una anchura de 4,85 metros lo que permitía
una calzada libre de 3,25 metros, aceritas de 0,60x2 metros y barandillas de
hierro en los extremos por lo que ciertamente resultaba bastante angosto para
los tráficos modernos. En las cabeceras se producía cierto abocinamiento para
la espera de los vehículos que querían cruzar. Los pretiles de estas cabeceras
eran de piedra. Las pilas se coronaban con tejadillos semicónicos también de
piedra y un alargamiento en forma de témpano o pilastra donde se empotraban las
secciones de barandillas. En fin, era un puente histórico digno que se debió de
mantener íntegramente pero debido al manifiesto deterioro de la obra, probablemente
a finales del siglo XX se decide modificarlo sustituyendo su tablero por otro
de vigas de hormigón armado sin interés alguno y ocultando o modificando su
impronta original.
Características actuales de la obra. Tiene una longitud
total de 45 metros incluyendo estribos. La anchura es de 9,20 metros. Dispone
de 4 vanos adintelados con luces semejantes de 9,40 metros. Lo más interesante,
como decía, son las viejas pilas del tipo tabique con una anchura de 1,60
metros y cantos redondeados a modo de tajamares-espolones que están placados
con una sillería de buena traza; se desmontaron los capiteles de las pilas para
acoplar el nuevo tablero de hormigón en vuelo. Permite una circulación cruzada
y dispone de aceras, unas barandillas sencillas metálicas y alguna farola para
la iluminación nocturna.
Detalle de la obra y alguna fotografía se pueden consultar en
el libro titulado “Catálogo de puentes de León anteriores a 1936”, páginas
281/282, obra auspicia por el ingeniero José Antonio Fernández Ordoñez y
coordinado por Tomás Abad Balboa y Pilar Chías Navarro que se editó en 1988 por
el CICCP y el CEDEX-CEHOPU. En el blog de aljores se presta atención a este
puente y se ponen algunas postales antiguas.
Fotografía que podemos fechar en 1986 y dibujos de alzado y planta del puente que se exhiben en el libro "Catálogo de puentes de León anteriores a 1936".
Altura del cauce del Bernesga a su paso por el puente en la violenta crecida de finales del año 2019 según fotografías del digital Leonoticias de fecha 19.12.2019.
Tanda de fotos de fecha 27.09.2020
Junto a la pasarela hay unos jardincillos bien cuidados en donde destaca este bello arbusto en flor. Se trata del llamado Arbusto de las mariposas o Budleja de Yunnan (Buddleja fallowiana Balf. f. & W.W. Sm. Buddlejaceae).
Milamores, Hierba de las mil flores (Centranthus lecoquii Jord. Valerianaceae).
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