PUENTE DEL HERREÑO SOBRE RÍO GUADARRAMA
COLLADO-VILLALBA. Madrid
M-510 PK 1
Se trata de uno de los puentes
más bellos e interesantes de los caminos reales en el entorno del
Palacio-Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y, por extensión, una de las
obras pontoneras más significativas de la Comunidad de Madrid.
Al igual que ha ocurrido con
otros cruces en los ríos de la Sierra de Guadarrama y debido a los fuertes
estiajes que sufrían en los periodos veraniegos así como a los caudales
menguantes por sequías prolongadas o por estar en zonas muy cercanas a sus
puntos de nacimiento, sin grandes aportes de otros afluentes, en este punto se
salvaba el río con un vado, a base de alguna solera de piedra, gravas y arena
o, en todo caso, con tablones de madera, permitiendo el cruce de viajeros,
jinetes y carros. Especialmente y dado que la obra civil se encontraba en una
cañada real pues el paso habitual solía ser el de ganado. Desde antiguo se le
denominada Paso del Ferreño pues se encontraba cerca de algunas ferrerías de la
zona y el paso de ganado era el que llegaba por la Cañada Real Soriana con
destino en las dehesas extremeñas. Existen testimonios de que ya era punto de
paso desde época musulmana según cita Félix Hernández Giménez en un artículo
publicado en 1973 que atendía al nombre de Balat Humayd, muy transitado desde
Toledo hasta la raya fronteriza del califato, por aquellas fechas en la línea
del Duero. Leonardo Fernández Troyano, en su trabajo titulado "Pasos
históricos de la Sierra de Guadarrama" coincide con el anterior y ambos
creen que esta ruta pasaba por Collado-Villalba a la altura del puente del
Herreño. Fernández Troyano llega a citar un documento del siglo XIII en el que
se ubica el "lugar del ferreño" y que debe coincidir con nuestro
puente. También parece obvio que servía de comunicación en la Mesta al camino
de Monesterio del Campillo cuando éste era la Colada del Camino de Villalba.
Con el auge de mercancías y
viajeros que se produce desde el siglo XVI con la capitalidad en Madrid y los
sitios reales de El Escorial y La Granja, estos caminos rurales cobran
importancia y se focaliza la labor ingenieril en los ejes Madrid-Las
Rozas-Torrelodones-Galapagar y Madrid-Torrelodones-Villalba-Guadarrama con
mejora de calzadas y los puentes oportunos. El propio avance en la técnica de
construir puentes al difundirse el Tratado de Fortificaciones de Juan Müller,
traducido por el capitán de infantería Miguel Sánchez Taramas en 1769, es
también significativo y van dejando huella en la calidad y firmeza de muchas
obras pontoneras. Se van apreciando ligeras modificaciones en los trazados,
menudean los arcos rebajados, disminuye el grosor de pilas, se atiende a la
hidrodinámica conformando tajamares ahusados o como se les llamaba entonces, de
"pico de pato", se atiende a la protección de pretiles con
guardarruedas empotrados en sus bases, se presta atención a una mínima
decoración con lineas sombreadas horizontales a través de impostas en relieve y
otros ornatos como los sombreretes gallonados, muchas de estas peculiaridades
se han ido mostrando en la serie de obras civiles de los caminos reales
presentados en el blog. Es una época en la que podemos pensar que hay cierta sintonía
o fusión entre el buen hacer de los ingenieros militares, los arquitectos de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y hasta diría, que con algunos
maestros-canteros trasmeranos de larga tradición, como es el caso del propio
Marcos de Vierna y algunos de sus avezados discípulos y parientes.
Cuando Vierna proyecta el nuevo
camino real de Galapagar que debe conectar con el de Castilla a través de
Collado-Villalba, se entiende que diseñó las obras pontoneras necesarias hasta
destino y aunque se sabe que construyó el puente del Toril, respecto al puente
del Herreño no hay noticias de su autor y además, difiere respecto a la
impronta que Vierna procura dar a sus puentes. Más bien, parece obra de
ingenieros militares que ya tenían experiencia en obras de fábrica desde que
Felipe V crea este cuerpo, imitando el sistema francés. No obstante y en
función de la época en que se fue haciendo este camino, se puede fijar la fecha
de su construcción hacia 1765 cuando Carlos III ya llevaba varios años
reinando. Existe documentación en los archivos del Palacio Real de Madrid y en
el de Simancas donde se cita a Juan de Navacerrada trabajando en esta zona en
el año 1775 y bien pudiera ser para la terminación del puente o en alguna
reforma significativa.
Aun cuando el río Guadarrama no
lleva demasiado caudal en este punto, la erosión que han ido produciendo las
sucesivas crecidas durante miles de años ha creado una suave vaguada que no se
podía salvar con el solo puente; para que el camino mantuviera su
horizontalidad se requería un largo aterramiento, especialmente en la margen
izquierda (aguas arriba).
Características de la obra
actual: Es un puente de dimensiones discretas, con un tablero de 18 metros de
largo a los que hay que añadir 12+10 metros en estribos con aletas que producen
cabeceras abocinadas para la espera de vehículos cuando hay otros cruzando la
calzada. Dispone de tres vanos con preciosos arcos carpaneles iguales, con
luces de 4,10 metros y pilas intermediadas con fuste de 1,50 metros de ancho.
Flanqueando las pilas, tajamares y espolones semejantes, de planta ahusada más
aguda de lo normal en este tipo de puntales, un listel en relieve y coronando
la obra sombreretes gallonados de tres cuerpos que llegan hasta la línea de
impostas. Excelente trabajo en bóvedas con dovelaje muy regular, bien asentado
y originariamente a hueso sin fisuras o grietas aparentes. Es una obra de talla
muy baja por lo que apenas dispone de paramentos y los tímpanos quedan
reducidos a dos sillares formando ángulo recto en cada lado del arco; este
recurso es necesario para la disposición a montacaballo de las dovelas en
boquillas. El trabajo de estereotomía de la piedra es cuidadoso, conformando el
cantero formas y volúmenes muy medidos para que se produzca la armonía y
belleza que pretendía su proyectista. Desde la zona de arranques de cada
boquilla hay dovelas hexagonales, pentagonales y cuadrangulares en perfecta
fusión con pilas, tajamares, tímpanos y línea de impostas que no impiden la
regularidad y perfección de un arco carpanel con tres centros que se mantiene
vivo. Aguas abajo si se aprecian tres imbornales de época pero en el frente del
puente contrario hay una serie de perforaciones groseras en las dovelas que no
se muy bien si son desagües o agujeros donde se empotraba algún cachivache o
barras de viejas barandillas. La zona de claves también alcanzan la línea de
impostas que en este caso, es un listel curvo o de media caña, muy del gusto de
la arquitectura militar. Sobre esta línea, pretiles elevados y pesados a base
de sillares ciclópeos en dos hiladas hasta extremos, donde se rematan con
piezas en ángulo con un pequeño adorno en la base a modo de volutas. Los
lienzos mayores de sillería corresponden a la zona de estribos, en forma de
baluarte y construidos con sillares grandes, muy bien dispuestos, con hiladas
perfectamente horizontales y contrapeando las piezas a soga y tizón para su
mejor trabazón. El tablero es horizontal y tiene una anchura regular de 7
metros, llegando hasta los diez en las cabeceras. Toda la obra es de fábrica de
granito de la zona.
Como decía, la irregularidad del
terreno y las rasantes a diferente altura, obligaron al proyectista a construir
un larguísimo muro que en cabecera derecha no sobrepasa los 10 metros pero en
la izquierda alcanza los 200 metros con altura en zona de estribo de
aproximadamente 6 metros que va disminuyendo hasta que se fusiona con la
rasante de calzada. Una primera parte de este muro está compuesto de obra
semejante a la de estribos, con grande sillares de buena talla y un cordón
superior a modo de imposta; sobre esta, un murete de mampostería ordinaria que
parece obra reciente. Una segunda parte -la más larga- está compuesta de mampostería
ordinaria, con piezas muy grandes, irregulares pero careadas. La longitud de
esta pared o talud es tan larga que para evitar los embalsamientos por
desbordamiento se construyó una tajea en su zona media. También puede ser que
se construyera previendo la molestia o dificultad que podía ocasionar a los
vecinos que se movían en las proximidades del río y para evitar los largos
recorridos para cruzar la calzada. Se trata de una bellísima obra de fábrica de
granito en la que destaca el primoroso trabajo del cantero, sus perfectas
proporciones y simetría, quizás en un trabajo excesivo para el lugar y fin que
se le otorgaba. Dispone de una bóveda excelente con una altura de 1,50 metros,
arco rebajado con luz de 1,20 metros y el dovelaje tan cuidado como en el
propio puente y con características semejantes. Aún se utiliza para pasar a la
otra parte de la carretera y hay un cartel municipal que así lo indica con la leyenda
"paso de peatones" aunque eso sí, agachándose un poco.
Por demás, comentar que sigue
siendo un puente en uso, con grandes tráficos de todo tipo de vehículos pues no
hay limitación por tonelaje. Eso sí, por la angostura en su zona central, el
servicio es alternativo, con preferencia de paso en un sentido. Todavía hay una
señal de tráfico que indica semáforo pero ahora no existe.
Observada la obra, señalar que su
mantenimiento -si es que lo tiene- es muy deficiente. Tanto en cauce como en
orillas hay exceso de maleza y residuos. En bóvedas exceso de grafitis,
suciedad y eflorescencias, aunque exteriormente los paramentos parecen limpios.
En un arco extremo todavía subsiste una tubería de buen calibre adosada a la
bóveda con dos medio pilas de hormigón, cutrez antigua que cuesta creer que no
tiene solución en pleno siglo XXI al tratarse de un puente famoso, reconocido y
monumento. En cubierta, faltan piezas de pretiles, algunos caídos a la terraza
del río, otros quebrados y el que remata una cabecera, semienterrado en el
hormigón asfáltico. En otra cabecera también cayeron piezas de pretiles y ahí
como parece que había peligro, se colocaron tres o cuatro barreras new jersey
de plástico que calculo, más o menos, que llevan más de dos años sin que se efectúe
la reparación oportuna.
No hay ninguna señal de tráfico
que señale el monumento; ni mucho menos, un cartel turístico que informe sobre
su historia. Aunque hay varias campas de tierra en el entorno del puente, no
hay intención de hacer una zona ajardinada o de descanso desde la que el
visitante pueda admirar la obra civil. Tampoco aparcamientos, salvo esas zonas
de tierra sin indicación de parking. En fin, lamentable el poco interés
municipal por cuidar y mantener el que puede ser probablemente su monumento más
significativo. El mantenimiento de la calzada pertenece a la CAM y tampoco
parece que se tome muy en serio las circunstancias de este puente. Quizás, no
entra en el proyecto de mejora y rehabilitación de los 100 puentes de la
comunidad con más de cien años de antigüedad, ya lo miraré pero me extraña mucho ya
que es BIC desde el 2009.
Para saber más: Las habituales
referencias que incorporo para los caminos reales al Palacio-Monasterio de San
Lorenzo de El Escorial y que son: El
Inventario de documentos sobre el R.M. de El Escorial existente en el propio
archivo de la Biblioteca escurialense para la época comprendida entre
1631-1882, obra de Benito Mediavilla Martín, donde existe correspondencia
oficial sobre la necesidad de crear o rehabilitar determinados caminos, puentes
y pontones de la red caminera al Real Sitio. El mapa levantado por Juan de
Ugarte en 1844 que sigue el itinerario desde Madrid a los RR.SS. de El Escorial
y La Granja también ubica algunas obras pontoneras. La intervención
arqueológica que hizo Jesús Rodríguez Morales en el año 2007 estudiando la
cronología de la Calzada de Galapagar así como el Camino Viejo y el Camino
Real, con inclusión del Mapa de la Comprensión, levantado en 1764. La vía
romana del Puerto de la Fuenfría desde Segovia a Galapagar, obra del
citado Jesús Rodríguez Morales en colaboración
con Isaac Moreno Gallo y Javier Rivas López y publicada en Traianvs, 2007.
Existe un buen mapa del Estado Mayor del Ejército de 1851 con el itinerario
Galapagar-Navacerrada vía R.S. de El Escorial. Otro mapa militar del Estado
Mayor republicano de la Sierra de Guadarrama, confeccionado en 1935. Una obra
importante es la de Pedro Navascués, titulada "Puentes de acceso a El
Escorial", de 1985. El muy interesante trabajo de Rosario Martínez
Vázquez de Parga y Teresa Sánchez Lázaro, titulado "Puentes del Retamar y
del Herreño sobre el río Guadarrama", publicado en la ROP de 1994 tomo
3336. Los pasos históricos de la Sierra de Guadarrama es una obra de Leonardo
Fernández Troyano, publicado en 1990 por la CAM y el CICCP de Madrid. Para la
reconstrucción del Puente en el Camino de Monesterio ver el Pliego de cláusulas
y condiciones de la CAM en expediente 09-CO-22-1/2004. Existe un folleto de la
Ruta 9 correspondiente a la Red de Sendas del Parque Regional Medio de la
Cuenca del Guadarrama editado por la CAM en colaboración con los ayuntamientos
del entorno y que aportan itinerarios de los caminos reales y monumentos. Otro
trabajo que puede ser muy interesante, aunque no he tenido acceso a él, es el
titulado "Caminos de Madrid a El Escorial en la época de Felipe II y
puentes singulares", obra de Margarita Torres Rodríguez y Fernando Díez
Rubio, editado por la ETS de ICCP-UPM. Aunque indirectamente, pues la entrada
es para el Puente Nuevo o de Herrera sobre el río Guadarrama, Javier Parrondo
nos da una excelente explicación sobre la obra en su blog FCKestructural. Por último, en la revista del Ministerio de
Fomento, Luis Solera Selvi publicó un artículo extenso sobre estos caminos y
sus obras civiles bajo el título
"Huellas del pasado. Caminos Reales al Monasterio de El
Escorial" en su número 660 de fecha abril de 2016. Esta información es
genérica para la serie de obras de los caminos reales que iré subiendo al blog.
Cómo llegar: Lo habitual desde
Madrid es acometerle por la autovía del Noroeste o A-6 hasta la salida 42
(dirección Guadarrama) para seguir por la antigua N-VI y a través de un par de
rotondas, la segunda hacia el S, coger la carretera autonómica M-510 (dirección
Galapagar) hasta su PK 1,19 donde está el río Guadarrama y nuestro puente. Un
itinerario curioso es el que sigue el viejo Camino de Monesterio del Campillo,
desde la autonómica M-600. Al llegar a su PK 3,700 donde nos desviaremos a la
izquierda siguiendo la indicación de camping hasta encontrar la vía de tierra.
Este viejo camino y colada ganadera termina en Collado-Villalba (Colonia Media
Luna) y desemboca en la M-510, girando a la derecha encontraremos en seguida el
monumento.
Tanda de fotos de fecha 21.12.2015
Dos fotos de 12.07.2016 donde se aprecia que todavía no se ha actuado en las deficiencias señaladas en pretiles.
DETALLE DE MUROS Y TAJEA
Tanda de fotos de fecha 21.12.2015
Gracias, magnífica entrada, interesantísima.
ResponderEliminarGracias, excelente artículo. Lástima de mala vida que coches, grafiteros, paisanaje y autoridades han procurado a este hermosos puente, vedado por lo demás al paso de peatones. Ambas orillas vuelvan a estar incomunicadas a pie, ya que la tajea discurre enteramente por la margen derecha.
ResponderEliminarEfectivamente, la tajea sólo cruza la carretera en la misma margen del río.
ResponderEliminarGracias por tu interés, Anónimo.
Buenos días Lobo Quirce:
ResponderEliminarMuchas gracias x tu estupendo artículo describiendo la situación del PUENTE DEL HERREÑO sobre el río Guadarrama. Me he impresionado tanto el detalle en la descripción del monumento como la historia que lo acompaña.
Gracias a ti, desconocido, por molestarte en leerlo y valorarlo tan positivamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lobo Quirce
Enorme trabajo el que haces, me encanta. Y yo que pensaba que se me había ocurrido una gran idea 🤣… que nivel. Gracias por todos estos datos de este puente, lástima que esté tan abandonado, yo lo uso mucho en rutas en bicicleta por su paso inferior. He visto en tu listado que no tienes uno, del que no encuentro casi información, cerca de un pueblo de Segovia a donde voy. Es el puente metálico de Mozoncillo. Por si es de tu interés . Además aquí en C. Villalba el ayuntamiento protegió otro, de un antiguo ferrocarril del berrocal y tiene placa y todo, pese a ser discreto. Está en la carretera de Moralzarzal a Villalba al lado de la finca La Huerta.
ResponderEliminarGracias!
Gracias por tu comentario, Ciudadano Kane. Sí, tienes razón, parece interesante el puente de Mozoncillo. Intentaré visitarlo cuando pueda, ahora estoy bastante lejos pero todo se andará... El ferroviario de Moralzarzal-Collado Villalba no lo encuentro en Google pero también me lo anoto.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Gracias por tu aportación al conocimiento de nuestro entorno. Yo también lo utilizo para pasar con mi bici y en coche. Ahora lo miraré de otra manera sabiendo su historia.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn cordial saludo,.
Magnífica investigación y gran trabajo. Llevo años buscando información sobre este puente y por fin encuentro algo, y además de gran calidad. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn placer, saludarte.