domingo, 5 de marzo de 2017

PUENTE DEL TORIL

ALCANTARILLA DEL TORIL SOBRE EL ARROYO DEL CONGOSTO. Galapagar-Madrid. 

M-510 PK 6


Dentro de las diferentes rutas en torno al Sitio Real de El Escorial hay una que destaca poderosamente porque nos podemos encontrar huellas de una vieja calzada romana, algún hito caminero representado por miliarios romanos, mojones clasicistas, alcantarillas o desgastadas losas que cubrían estos caminos desde tiempos medievales.

Ya he hablado del camino que diseñó Marcos de Vierna desde el puente del Retamar hasta el pontón del Tercio. Pues bien, un poco antes de su término, en el núcleo de Galapagar, se vio en la necesidad de rehabilitar un viejo camino que derivaba hacia el N buscando comunicación con el Camino Real de Castilla (también de Valladolid o de Galicia) que ahora denominamos A-6 o Autovía del Noroeste.
Se inicia en la actual M-505 cruzando Galapagar, justo hasta el PK 17,500 donde existe un hito de información de caminos: a la izquierda, el Camino Real de El Escorial y a la derecha, el citado Camino Real de Castilla. Se aprovechaba el antiquísimo cordel de Suertes Nuevas que en esta zona cruzaba por los lugares de Fuenteálamo, Los Fresnos y el amplio espacio de El Toril. Este cordel continuaba hacia Collado-Villalba entrando por lo que ahora es Parque de La Coruña, donde se pierde, más o menos,  y que ahora es un itinerario que lleva la actual carretera local M-528.

Pero es muy probable que, parte de este camino ganadero que ahora ha desaparecido, discurriera por la actual carretera autonómica M-510, donde se encuentra el puente del Toril y al final del trayecto, el puente del Herreño, juntándose esta vía con el Camino Real de Castilla, actual A-6, precisamente en Collado-Villalba para continuar hacia el Real Sitio de La Granja o hacia El Escorial, si el otro camino de Marcos de Vierna por el arroyo del Tercio estaba inoperativo.

Respecto a los vestigios romanos, señalar que corresponden a la Vía XXIV del Iter Antonino, viejísima autopista romana que unía Caesaraugusta (Zaragoza) con Emerita Augusta (Mérida) y que en territorio madrileño cubría la Sierra de Guadarrama por el portillo de La Fuenfría y Cercedilla, y a continuación las mansio de Miacum y Titulcium, entre las cuales se encontraba el paraje de Galapagar. Aquí apareció un miliario de época de Caracalla (213-217 d.C.). Precisamente esta vía bajaba del actual puente del Herreño y cruzaba el vado que ahora conocemos como puente del Toril.

Si entramos en esta zona por el actual Parque del Toril, caminaremos por la vetusta calzada cuyo origen puede ser romano, pero que se rehabilitó a lo largo de los siglos XVI y XVIII. Las lastras de granito que componen parte de su actual cubierta más bien parecen trabajos renacentistas pues ni los romanos hacían las calzadas en monocapa, con losas directamente apoyadas en suelo firme, ni tampoco parece trabajo de Marcos de Vierna, que utilizaba cascajo, piedra machacada y arenas sobre la que -según su presupuesto- podía adoquinar el firme con piezas sensiblemente más pequeñas que las halladas aquí. En extremos y para que -al menos- se pudieran evitar los embalsamientos, se cubrían los cantos o bordillos con ortostatos bajos a lo largo del camino. Esta calzada tiene una anchura de 8 metros, amplia, que permitía el cruce de carruajes y el máximo espacio que necesitaban ganados y pastores con toda su impedimenta para circular por ella.

Este camino, ahora conocido como Calle del Descansadero de la Pocilla,  nos conduce hasta la rotonda que hay actualmente para la carretera M-510, el viejo Camino de Castilla y la M-528 hacia Collado-Villalba. Prácticamente pegado a la rotonda se encuentra nuestro puente del Toril.

Por esta suave vaguada corrían las aguas del Arroyo del Congosto, prácticamente seco en periodos de estiaje pero que en épocas de lluvia o deshielos portaba suficiente caudal como para formar una pequeña laguna llamada del Toril al unirse también el caudal del Arroyo de San Gregorio. La vaguada, al igual que ocurre con grandes zonas de pradería y dehesas del entorno del Real Sitio, está constituida por suelos poco permeables -rocas ígneas como el granito en sus múltiples variedades-  sobre los que se han depositado finas capas de sedimentos o lodos y que no absorben bien el agua. Para sortear este problema, Vierna diseña su carretera en este punto con un aterramiento de 2,50 metros de altura en su punto central, formaliza la caja sobre la que irá la calzada, refuerza las caras de los taludes con muros de piedra y construye una alcantarilla por la que pasarán las aguas de arroyada, por cierto, muy cerca de donde existe una vieja tajea de posible factura romana correspondiente a la antigua calzada.

Características de la obra actual: Se trata de una alcantarilla soberbia, de una factura impecable, donde Marcos de Vierna parece imitar el buen hacer y la técnica de sus ancestros romanos pero potenciando su fortaleza. Dispone de un vano en arco de medio punto peraltado de aproximadamente 1,60 metros de luz y altura sobre lámina de aguas de 2 metros. Los muros de la bóveda se componen de sillería de excelente talla con una moldura sobre la que reposa el arco y otra inferior sobre la basa que soporta la estructura; intradós de dovelas de igual factura, con una perfección inusitada para este tipo de obras menores. En sus caras externas destaca la boquilla con una rosca perfecta y una decena de dovelas que forman el arco de factura impecable. Sobre el arco una línea de imposta que recoge el pretil y en ambos lados muros en aleta que soportan la presión del talud y canalizan las aguas. Estas aletas, obra primorosa de cantería y estereotomía, lo forman unos pocos sillares de gran cubicaje donde los cantos externos, en disminución, se hacen con piezas en forma trapezoidal y en hiladas de no más de dos piezas, algunas en llave, atravesando el grueso del macizo, con una longitud de 1,25 metros y una anchura de 52 centímetros.

Aguas arriba de la alcantarilla, la cosa cambia. Debido al ensanche de la calzada, producido en los años 80 del siglo XX, se prolongó esta obra de cantería con un caño de cemento de luces iguales y reforzado en su cara externa con lienzos de hormigón, aletas y una reja de hierro. Curiosamente, es en ese lado donde aún mantiene el pretil original compuesto de 6 piezas de ortostatos soldados con canto superior redondeado y un par de guardarruedas empotrados en su paso. Toda la fábrica original es de granito. Es en este lado -aguas nacientes- es donde se forma la laguna del Toril, habitualmente con una fina lámina de aguas pero que es nicho de determinadas especies, como el galápago leproso, culebras, batracios y ánades reales.

Aunque la zona se ha enriquecido como parque público, con jardines, paseos, zonas de recreo y descanso, la alcantarilla parece abandonada. Quizás, la última vez que se adecentó esta obra se corresponde con los trabajos arqueológicos que llevó a cabo Jesús Rodríguez Morales en el año 2.007 cuando estudió la otra alcantarilla de posible origen romano, la vía romana, el camino de Marcos de Vierna y las losas de granito que componían la vía romano-medieval que resultó ser obra posterior,  aspectos ya comentados anteriormente.

Acercarse a la obra o intentar observar la bóveda resulta imposible por la maraña de zarzas que colonizan el lugar y los encharcamientos y cienos en el lecho del arroyo. Se aprecia que faltan sillares en zonas de coronación y hay un corrimiento evidente en piezas de las aletas, especialmente en la derecha. La vegetación que medra entre juntas tampoco ayuda a la estabilidad de los sillares y la presencia de mohos, musgos y eflorescencias aumentan su degradación. Necesita una urgente rehabilitación.

El lugar es idóneo para el paseo y disfrute de esta pequeña obra civil y dispone de variados carteles informando de la laguna, de la vieja calzada y de su alcantarilla. No he observado que por carretera exista una señal informando de este monumento. Tampoco hay una zona de aparcamiento cercana; su acceso normal es a través del paseo. Para desencharcar este área, se ha construido recientemente otro caño con tres elementos en fábrica de granito con aletas y tuberías de hormigón prefabricado.

Para saber más: Las habituales referencias que incorporo para los caminos reales al Palacio-Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y que son:  El Inventario de documentos sobre el R.M. de El Escorial existente en el propio archivo de la Biblioteca escurialense para la época comprendida entre 1631-1882, obra de Benito Mediavilla Martín, donde existe correspondencia oficial sobre la necesidad de crear o rehabilitar determinados caminos, puentes y pontones de la red caminera al Real Sitio. El mapa levantado por Juan de Ugarte en 1844 que sigue el itinerario desde Madrid a los RR.SS. de El Escorial y La Granja también ubica algunas obras pontoneras. La intervención arqueológica que hizo Jesús Rodríguez Morales en el año 2007 estudiando la cronología de la Calzada de Galapagar así como el Camino Viejo y el Camino Real, con inclusión del Mapa de la Comprensión, levantado en 1.764. La vía romana del Puerto de la Fuenfría desde Segovia a Galapagar, obra del citado  Jesús Rodríguez Morales en colaboración con Isaac Moreno Gallo y Javier Rivas López y publicada en Traianvs, 2007. Existe un buen mapa del Estado Mayor del Ejército de 1.851 con el itinerario Galapagar-Navacerrada vía R.S. de El Escorial. Otro mapa militar del Estado Mayor republicano de la Sierra de Guadarrama, confeccionado en 1.935. Una obra importante es la de Pedro Navascués, titulada "Puentes de acceso a El Escorial", de 1.985. El muy interesante trabajo de Rosario Martínez Vázquez de Parga y Teresa Sánchez Lázaro, titulado "Puentes del Retamar y del Herreño sobre el río Guadarrama", publicado en la ROP de 1994 tomo 3336. Los pasos históricos de la Sierra de Guadarrama es una obra de Leonardo Fernández Troyano, publicado en 1.990 por la CAM y el CICCP de Madrid. Para la reconstrucción del Puente en el Camino de Monesterio ver el Pliego de cláusulas y condiciones de la CAM en expediente 09-CO-22-1/2004. Existe un folleto de la Ruta 9 correspondiente a la Red de Sendas del Parque Regional Medio de la Cuenca del Guadarrama editado por la CAM en colaboración con los ayuntamientos del entorno y que aportan itinerarios de los caminos reales y monumentos. Otro trabajo que puede ser muy interesante, aunque no he tenido acceso a él, es el titulado "Caminos de Madrid a El Escorial en la época de Felipe II y puentes singulares", obra de Margarita Torres Rodríguez y Fernando Díez Rubio, editado por la ETS de ICCP-UPM. Por último, en la revista del Ministerio de Fomento, Luis Solera Selvi publicó un artículo extenso sobre estos caminos y sus obras civiles bajo el título  "Huellas del pasado. Caminos Reales al Monasterio de El Escorial" en su número 660 de fecha abril de 2.016. Esta información es genérica para la serie de obras de los caminos reales que iré subiendo al blog.

Cómo llegar: Quizás el camino más rápido (desde Madrid) sea por la autovía A-6 tomando la vía de servicio hasta el PK 35 donde cogeremos el desvío hacia La Navata para seguir por una carretera-travesía que cruza esta población y continuar por la autonómica M-510 hasta el PK 6 donde está la glorieta antes descrita en el texto y el puente. Un acceso más bonito es por la M-505 que cruza Galapagar para - en el PK 17,500 aproximadamente- tomar a la derecha este camino diseñado por Marcos de Vierna justo donde está el hito caminero del siglo XVIII que diferencia las calzadas reales de El Escorial y la de Castilla. Siguiendo por esa calle (travesía de Guadarrama) se llega también a la rotonda de la M-510 PK 6 donde se encuentra nuestra obra. La opción más interesante es dejar el coche en el casco urbano de Galapagar, por ejemplo, en las campas junto al supermercado de Ahorramas y entrar en el parque del Toril para seguir por la vieja calzada de losas de piedra y alcanzar el puente al tiempo que podemos leer todos los carteles que informan sobre el tema.

Anotar también que, de la extensa red de sendas pedestres que la CAM y los ayuntamiento del entorno han diseñado dentro del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, pasan por este punto la ruta 4 Galapagar-La Navata y la ruta 2 de Galapagar a Collado-Villalba.


Ver otros puentes de los caminos reales al Palacio-Monasterio de El Escorial.





Inicio del camino en la M.505 PK 17,500 Galapagar.


Fotografía tomada de los paneles informativos. Probablemente del año 2.007 cuando se efectuaron los trabajos arqueológicos y se hizo limpieza en torno a la alcantarilla.




















Tanda de fotografías de fecha 29.11.2015



CAMINO VIEJO











Tanda de fotos de fecha 29.11.2015 donde se muestras detalle de la entrada al parque, un hito barroco, el empedrado de la vieja calzada, el miliario de Caracalla, guardarruedas  y los estratos que componen la actual carretera.


Mapa ubicado en un cartel informativo con el trazado de los variados caminos en el entorno de Galapagar, señalizando puentes y mojones.




3 comentarios :

  1. Extraordinario trabajo. Felicidades.

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  2. ¿La foto número 23,dónde está tomada?

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  3. Gracias por tu comentario, eres muy amable.
    Entiendo que la foto 23 es la del cilindro de granito. Está situado justo a la entrada del parque del Toril, a la derecha de la verja, nada más entrar. La puerta, por si no lo conocer, es la de la foto anterior, la 22.

    No lleva ninguna inscripción y no creo que se refiera a ningún miliario romano; ni siquiera a un leguario barroco. Es un hito que, o bien, estaba allí y delimitaba las lindes de alguna propiedad o lo han hincado allí como adorno junto a la calzada de origen romano. Me inclino por la segunda opción, aunque lo ignoro.

    Lamento mi tardanza en contestarte pero estaba de viaje.

    Saludos cordiales.

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