miércoles, 22 de septiembre de 2021

PONTÓN DEL CAMINO REAL. Término de ARBAS DEL PUERTO. León

 PONTÓN CARRETERO SOBRE EL RÍO BERNESGA
ALCANTARILLA SOBRE EL ARROYO BOVIA
TÉRMINO DE ARBÁS DEL PUERTO. León
N-630 PK 87,900 A PK 88,050

Nos encontramos con dos pequeñas obras de fábrica pontoneras que quizás, tienen el privilegio de ser los primeros puentes del viejo camino real de Las Asturias en territorio leonés, ahora carretera nacional N-630. Pese a los daños por abandono o incuria de las autoridades públicas que deberían administrar los bienes culturales dignos de catalogarse como patrimonio de obra civil y al que pertenecer estas pequeñas estructuras, lo cierto es que no se conservan excesivamente mal debido a que ni soportan los tráficos de una calzada nacional, ni fueron muy modificados con ensanches ya que hace tiempo, probablemente a finales de los años 60 del siglo XX, se construyó una pequeña variante de trayectoria recta que evitaba este sector en curva del camino viejo, quedando desde entonces ocluido.

Esta modificación del trazado obligaba también al levantamiento de dos pasos bajo la nueva calzada que salvaban los cauces del río Bernesga y del Arroyo Bovia. Respecto al sector abandonado pues cabe señalar que pese a destrozos, ruinas y dejadez, podemos observar el estilo constructivo e ingenieril de una carretera histórica: trazado en curva pero bastante abierta para la época y con peralte en su cuneta derecha (sentido descendente), aterramientos para elevar la cubierta sobre posibles inundaciones que se refuerzan con muros de contención de piedra en diferentes actuaciones, firmes antiguos que en algún punto entrevé su capa superior de macadam o piedra machacada aglutinada con arenas y otros áridos aunque ahora lo que subsiste es una fina capa de aglomerado asfáltico cuarteado. También las defensas en cunetas a base de variados pretiles que si bien es cierto no son los originales que pudieran existir en el siglo XVIII o XIX se conforman con piezas de sillería y mampostería bien asentada con argamasas o morteros variados y suelen coronarse con albardillas. Los hay de estas características, probablemente de época decimonónica y otros más recientes en bloques homogéneos de hormigón que pudieran ser los primitivos del nuevo camino llevados aquí tras su reforma a finales del siglo XX.

Lo cierto es que tanto el sector carreteril ocluido como el cauce del río Bernesga en este punto se ha convertido en una autentica escombrera y nadie hace nada por revertir la situación exigiendo una limpieza del río y su entorno así como adecentar la zona eliminando los cutres vallados que se han colocado para impedir el paso de curiosos y crear un área de aparcamiento y descanso que permitan a turistas o viajeros parar y observar estas primitivas obras pontoneras además de los cauces de estos ríos y admirar los excepcionales paisajes que se divisan desde este punto. Es sorprendente que en la actualidad y sobre un dominio público como es esta antigua carretera se hayan puesto una serie de cercados que impiden su acceso al visitante; habrá que dar otra solución a los ganaderos del entorno pero no cerrar el paso a la ciudadanía en general. Esta pequeña sección del viejo camino real debería de declararse patrimonio lineal y sujeta a su oportuno mantenimiento, limpieza y paso franco por parte de los organismos administrativos oficiales empezando por el ayuntamiento al que pertenece esta zona que es el de Villamanín, ciertamente algo alejado de este punto pero al que debería de exigírsele una actuación al respecto ayudado por la Diputación o la consejería correspondiente de la Junta de Castilla y León. Mientras tanto, lo que podemos observar es un histórico camino que se va deteriorando paso a paso no sólo en lo que es la plataforma sino en los dos ejemplos pontoneros de piedra que van perdiendo consistencia debido a humedades por filtraciones, desprendimiento de sillería y abandono continuado.

Respecto a la historia de este viejo camino real y su evolución así como documentos, fuentes y bibliografía se pueden consultar las entradas en este blog para los puentes de Vega de Gordón, Tornero o Puente de Alba así como otros puentes y pontones que se pueden localizar en la sección Puentes por Provincias-León, especialmente los que salvan el río Bernesga.

Aunque en el trazado de este camino hacia Pajares existen obras de fábrica con un cierto origen bajomedieval, renacentista o barroco, en este caso la tipología de estos puentecillos parece que tiene un origen decimonónico, propio de los años 50 del siglo XIX, momento en el que acabó el proyecto reformista de esta vía y ciertamente la impronta de estas estructuras es la que se difundía en los viejos catálogos oficiales del Ministerio de Fomento en época isabelina basados en los modelos que diseñaron los históricos ingenieros del ramo Lucio del Valle, Víctor Martí y Ángel Mayo entre los años 1844 y 1845 y que titularon “Modelos oficiales para tajeas, alcantarillas, puentes y pontones” aprobados en 1857 por el ministerio competente, quizás entre los mandatos de Claudio Moyano Samaniego o Pedro Salaverría Charitu durante el reinado de Isabel II. Precisamente y en base a su tipología y antigüedad – aproximadamente 170 años- merecen un cuidado y conservación dentro del patrimonio de obra civil de interés ya que su estructura no ha cambiado drásticamente por ensanches de calzada como ocurre con otros puentes y pontones históricos de esta carretera que por seguir sirviendo al camino actual se han modificado, especialmente alargando sus bóvedas a base de hormigones. Un puente semejante en tipología y cercano a estos, puede ser el del término de Camplongo de Arbas sobre el Arroyo Camplongo y podemos observar su estado actual, incluso la inquietante remodelación que está sufriendo en estos momentos, septiembre de 2021.

Características actuales de estas obras. El pontón sobre el río Bernesga tiene una longitud aproximada de 9 metros cuyos estribos se empotran en aparentes aterramientos artificiales. Su anchura original era de 6 metros que fue ensanchada hasta 7 metros con un pequeño vuelo en lado aguas arriba a base de añadidos de hormigón, quizás una gruesa losa que parece armada en una actuación muy antigua, probablemente de los años 50 del siglo XX. Dispone de un solo vano en arco escarzano con luz aproximada de 6 metros.

Aunque el añadido de la losa ha perjudica la sillería sobre claves la obra presenta aún un placaje exterior interesante. Roca caliza de tonos rosáceos de la zona convertida en sillería bien tratada con escuadría, volumen variado y talla más que aceptable para una obra menor perdida entre estos montes. Respecto a las boquillas, destaca la buena talla del dovelaje y de las piezas que conforman los salmeres aunque haya cierto descuido en la unión del arco con las hiladas horizontales correspondientes probablemente debido a alguna recomposición de estos lienzos. Incluso en aguas arriba el probable muro de piedra se ha embebido en hormigón.

En la estructura lo más interesante es la bóveda, aparentemente intacta. Se utiliza la misma roca de tonos rosas o rojizos en sillería de gran volumen y bien dispuesta en los muros que componen los estribos e incluso resulta llamativo el zócalo sobre el que reposa la carga de la bóveda por medio de 3 hiladas de amplia sillería con más de un metro de soga perfectamente dispuestas. Algo parecido ocurre con el intradós donde el trabajo del dovelaje que componen las diferentes roscas es encomiable. Las humedades y el abandono han hecho desaparecer los morteros de unión y hay cierto desgaste en la piedra por descomposición o erosión pero la firmeza de las dovelas permanece.

Probablemente el puentecillo tuvo buenos pretiles de piedra bien tallada pero desaparecieron. Subsiste un cutre pretil de hormigón en aguas abajo, el resto ha desaparecido o yace junto al cauce como se puede advertir en alguna toma. Causa vergüenza contemplar estos restos y escombros junto al río, además de residuos sólidos -incluyendo plásticos- así como ramas secas y arbolado caído junto al puente que obviamente y en caso de crecidas influirán negativamente en el desalojo de caudales.

Para la calzada moderna se construyó otro pontón en hormigón con un vano en arco de medio punto y luz aproximada de 6 metros cuya bóveda se ha alargado hasta los 16 metros para dar servicio al nuevo ancho de calzada, arcenes y barandillas, renovándose la de aguas abajo así como el muro de ese lado con nuevas placas de hormigón, quizás prefabricados, que se habrán dispuesto en una actuación muy reciente.

Respecto a la alcantarilla vieja señalar que incluso parece que es obra más perfecta que la del pontón dentro de su mínimo aparejo en boquillas y muretes. El vano es en arco también muy abierto y tiene una luz aproximada de 3,50 metros. Sorprende también la profundidad de su bóveda, cercana a los 10 metros, y los retoques modernos constan de un alargamiento de 1/1,50 metros en lado de aguas arriba con hormigón que incluye la construcción de una aleta y la destrucción de la sillería original repuesta con mampostería descuidada en su disposición. Sin embargo, en aguas abajo y aunque la manguardia de contención del cauce se empotra en su lado izquierdo todavía nos permite ver un buen trabajo en la sillería así como en el dovelaje de la boquilla. Al igual que en el pontón y también debido a la longitud de la bóveda, llama la atención el buen trabajo en las roscas, la buena traba del dovelaje, su larga soga y la solidez de la trabazón, carente ahora de morteros que han desaparecido debido a las filtraciones. También los muros de carga de estribos disponen de buen cantería y llama la atención el zócalo de piedra o basa de la obra, probablemente asentado sobre roca madre del cauce y que dispone de una hilada de sillería en relieve con respecto al aplomo de estos muros, poco habitual en la pontonería de época. Una pequeña obra civil carreteril de gran belleza digna de cuidarse, conservase  y exhibirse.

Al igual que ocurre con el pontón y para dar servicio a la nueva calzada se precisó de la construcción de una alcantarilla de hormigón sobre el Arroyo Bovia que presenta en su lado aguas abajo la construcción más antigua incluyendo buenas aletas de apoyo y cuya bóveda se debió de alargar hasta los 22 metros actuales por aguas arriba para dar servicio a la calzada, arcenes, protección de bordes con biondas y taludes anejos de tierra.

Siguiendo el curso del Bernesga hacia su nacimiento los puentecillos catalogados se pueden ver en la entrada del blog para “primeros puentes” y en su curso descendente el viejo pontón de Arbas del Puerto sobre el Bernesga o el que para la nacional N-630 salva el cauce del Arroyo de los Pozos, ambas estructuras también entrarían en la pontonería histórica del viejo camino real. Ciertamente y si seguimos la carretera N-630 en sentido creciente, a menos de 600 metros, en el PK 89 y salvando el río Bernesga tenemos otro puente antiguo de traza parecida a la de los aquí presentados aunque con mejor fábrica en lo que se refiere a paños originales y que también se encuentra en un pequeño sector del viejo camino real ahora fuera de calzada. 












































Tanda de fotos en fecha 21.09.2021 del pontón del viejo camino real en secuencia de aguas arriba, aguas abajo, tablero, calzada, muros de contención y cauce en ese punto del río.

PONTÓN MODERNO EN LA CARRETERA N-630 SOBRE EL RÍO BERNESGA













Tanda de fotos de fecha 21.09.2021

ALCANTARILLA DEL VIEJO CAMINO REAL SOBRE EL ARROYO BOVIA

























Tanda de fotos de fecha 21.09.2021 en secuencia desde aguas arriba, aguas abajo, tablero, muros de contención y cauce del río.

ALCANTARILLA MODERNA DE LA CARRETERA N-630 SOBRE ARROYO BOVIA












Tanda de fotos de fecha 21.09.2021


Ubicación de estos puentecillos en el círculo azul cuando aún prestaban servicio a la carretera de Asturias. Planimetría del IGN, hoja número 103 del año 1943.


Visón reciente de Google View con la ubicación de las cuatro obras pontoneras.