sábado, 11 de septiembre de 2021

PONTÓN DE ARBAS DEL PUERTO SOBRE ARROYO VALLE MADERA. León

 PONTÓN SOBRE EL ARROYO VALLE MADERA
ARBAS DEL PUERTO. León
N-630 PK 89,500

Dentro de mi propósito por catalogar con cierto detenimiento las obras pontoneras del viejo camino real de León a Asturias, ahora un sector más de la carretera nacional N-630, me encuentro con las clásicas obras civiles propias de la gran reforma de este camino en el siglo XVIII y primer tercio del siglo XIX pero como ya refieren algunos historiadores de la caminería, esta vía era una más de las que acometían el cruce del Sistema Cantábrico para llegar a la costa asturiana y su origen pudiera ser perfectamente medieval. Los tratados y guías de postas barrocos ya citan esta calzada y aluden a pueblos de paso que son los mismos del camino actual.

Independientemente de que podamos ver en este periplo puentes de genuina traza clasicista y decimonónica aparecen otros que, aunque muy modificados, siguen teniendo una impronta de época anterior que abarca desde el bajo medievo, renacimiento o barroco y ésa es la sorpresa con la que nos encontramos al llegar a este puentecillo, posiblemente uno de los más antiguos del itinerario, independientemente de que, como ya he comentado, haya sufrido una agresiva transformación.

Características actuales de la obra. Tiene una longitud aproximada de 32 metros incluyendo muros de acompañamiento y estribos, distancia larga pero que era necesario aplicar para salvar la suave vaguada que produce el cauce de este arroyo en el trayecto de la carretera que además en este punto tiene una ligera pendiente. El ancho original era de 6 metros. La obra dispone de un solo vano de 6 metros de luz en forma de arco de medio punto que se peralta en una especie de jambas que escoltan el interior de los estribos. La bóveda original se asienta sobre roca madre del lecho del río debidamente aplanada para el apoyo de la misma en alguno de sus puntos.

El aparejo aunque algo rústico es bastante homogéneo utilizando roca de calizas veteadas de óxido ferruginoso que le dan una tonalidad que embellece la obra. Destaca especialmente la sillería de soga larga aunque de poca altura que compone la zona central y bóveda con piezas bien dispuestas, manteniendo la horizontalidad de hiladas y otras piezas de mayor volumen donde se apoya la bóveda a modo de salmeres. En cuando al interior de esta bóveda o incluso en la rosca exterior de aguas abajo también el trabajo de cantería es bastante regular y preciso con dovelaje estrecho pero bien imbricado para fijar las diferentes roscas y donde la piedra es acentuadamente rojiza, presentando la cara vista de las piezas cierta rugosidad, poco trabajada con cincel o escafilador.

Sin embargo, en los muros de acompañamiento, básicamente de mampostería irregular y variada donde predomina la caliza y el esquisto, se observan actuaciones más recientes, quizás producto de que la pesada carga de los rellenos ha colapsado el placado de sillería o mampostería original y se han hecho diferentes rehabilitaciones. Subsiste una línea de imposta central en piedra de talla más o menos correcta que nos hace pensar en que originariamente dispondría de pesados pretiles de piedra en sillería. Estos, se han sustituido en alguna actuación decimonónica por otros de mampostería aglutinada con masas de mortero o quizás, cemento y se coronan con una albardilla al uso.

Todas estas referencias se hacen sobre la estructura vista desde aguas abajo ya que la contraria ha desaparecido. Al concederle a esta vía el carácter de nacional se procedió a su ensanche hasta los 10/12 metros por lo que se alargó la bóveda original hasta esa distancia por medio de un arco escarzano de hormigón, probablemente en masa y un nuevo tablero con losa de hormigón armado, actuación que pudo tener lugar en los años 70 del siglo XX. No siendo suficiente este apaño que ya desfiguró nuestro vetusto puente, parece que a principios del siglo XXI se ensanchó de nuevo la calzada con otro alargamiento de la bóveda hasta los 18 metros actuales, quizás con intención de dejar la bóveda original fuera del circuito de calzada. Curiosamente, los recrecidos asfálticos, rellenos del talud, hormigones para fijar la bionda y otros sucesos hacen imposible ver bien la cara del pontón en aguas arriba, como se aprecia en alguna fotografía que he tomado.

En una nueva actuación que se está llevando a cabo en estos momentos parece que la obra original quedará exenta de la calzada y quizás, hasta se cree o acondicione una pequeña campa donde poder aparcar el vehículo para observar este vetusto puentecillo de bella factura aunque soy escéptico pues hasta ahora, en toda la ruta hacia Asturias desde León -donde existen puentes históricos de gran interés- no hay ni señales de tráfico que adviertan de la obra (las que llevan el fondo rosa que señalan monumentos) ni tampoco existen paneles informativos que ilustren al turista, estudioso o simple curiosos sobre la historia y vicisitudes del puente concreto que está visitando.

Como se puede ver en estas instantáneas, esta última actuación en el puente se excede de todo conocimiento en la restauración histórica de bienes monumentales. El abuso de mortero así como de su tono en los paramentos, ya sea en los de sillería, dovelaje o mampostería es absurdo y parece difícil que la obra adquiera con el tiempo la pátina de antigüedad que le es debido. Los tonos fuertemente rojizos de las dovelas asociado al aglutinante blanco nos hace pensar en que la bóveda es de ladrillo y nos recuerda a un burdo tabique de rasilla. Ahora parece de “cartón piedra” y me temo que su restauración es más ambiciosa pues afecta a los pretiles de esta cara que aunque los han consolidado e imagino que conservaran los antiguos de hormigón, se añaden otros más como refuerzo del borde en hormigón cutre de cara vista gris en una solución innecesaria pues desvirtúan más la impronta del viejo puente aunque su intención sea la de clavar ahí alguna barandilla o protección. También resulta llamativo el apaño para fijar las primeras roscas de la bóveda por medio de una cercha, no sé si con mallazo de acero, a base de cementos que pudieran corresponder con una actuación anterior o quizás ya es obra nueva de la rehabilitación en marcha pero que, sin duda, distorsiona la vetusta fábrica de este digno puentecillo. Existen métodos más miméticos para consolidar el intradós de cualquier bóveda aunque sean más caros.

A pocos metros del pontón en sentido creciente de la calzada existe aunque muy tapado por la maleza una vieja tajea de piedra cuyos muros se consolidan con sillar apenas picado, lecho probablemente también solado aunque invisible por las arenas y cienos y una bóveda a base de losas de piedra al estilo ancestral pero bastante común en las actuaciones de esta calzada para estos desagües de tajeas y caños, eso sí, difícil de localizar por encontrarse generalmente muy ocultos o incluso ciegos. Ésta sigue siendo útil porque recoge el vierteaguas del arcén contrario de la calzada para encauzarlo hacia el Arroyo Valle Madera.

Para conocer la historia de esta vieja calzada, su evolución, fuentes documentales y otra información recomiendo la lectura de las entradas en este blog para el Puente de Vega de Gordón, Puente del Tornero y el Puente de Puente de Alba










































Tanda de fotos de fecha 18.08.2021 en secuencia fotográfica desde aguas arriba, aguas abajo, tablero y cauce del arroyo.

TAJEA DE ÉPOCA JUNTO AL PUENTE







Tanda de fotos de fecha 18.08.2021






Entre el puente y la tajea crecían varios robustos ejemplares de esta bella planta llamada Acónito de flor azul, Acónito o Matalobos (Aconitum napellus L. subsp. vulgare Rouy & Foucaud. Ranunculaceae).





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