PUENTE DE ALCANZORLA SOBRE EL RÍO
GUADARRAMA.
Término Municipal de Galapagar. Madrid
M-519 PK 3
M-519 PK 3
Independientemente de las
antiguas rutas comarcales que existían en el entorno, generalmente caminos de
tierra, sendas y trochas por las que transitaba o se movía la población se aprovecharon para la buena comunicación
las amplias cañadas de ganado trashumante
o las coladas y cordeles de enlace, especialmente, la Cañada Real
Leonesa y la Cañada Real Segoviana que cruzan estos territorios. Quizás, es el
conocido Camino Real de Valladolid la ruta principal desde la capital del Reino
al monasterio y se asemeja con pequeñas variantes a la actual carretera
nacional N-VI o autovía A-6 cuyo viejo itinerario pasaba por Las Rozas, seguía
por Torrelodones y Collado-Villalba hasta el pueblo de Guadarrama desde donde
se cogía una vía pecuaria muy antigua -Colada de Guadarrama- que llevaba hasta
El Escorial (actual carretera autonómica M-600).
Este camino largo, de
aproximadamente 58 kilómetros, se redujo pronto al considerar la posibilidad de
crear un camino tangente con respecto al habitual trayecto. En el término de
Galapagar aunque cerca de Torrelodones, se rehabilita un viejo camino
-probablemente la Cañada Real de Peregrinos- y se acomete la construcción de un
puente para salvar el cauce del río Guadarrama. Hasta ese momento y dado que el
paso por Alcanzorla estaba arruinado, se solía vadear el río muy cerca de allí
aunque con peligro cuando había aguas bravas. Debido a ello, Juan de Herrera proyecta y ejecuta su Puente
Nuevo (o de Herrera), una obra sencilla con un solo arco de 13 metros de luz
que aún podemos admirar. Sabemos por el arquitecto e historiador Luis Cervera
Vera [...] Felipe II dispuso desde Lisboa en 20.01.1582 que se construyera un
puente de piedra para pasar el Guadarrama, entre el lugar de Torre de Lodones y
Galapagar conforme a la traza que efectuaría Juan de Herrera, corriendo la
construcción a cargo de la fábrica de San Lorenzo [...].
Destacar que en este tramo se
utilizaba la antiquísima Carrera Toledana que ya se menciona en escritos de
Fernando III hacia el año 1.249 y que unía las ciudades de Segovia con Toledo.
Esta carrera a su vez, estaba semi-montada sobre la Vía XXIV del Itinerario de
Antonino, compendio de vías romanas significativas datadas en el siglo III d.C.
Lo que ahora se conoce como carretera M-519 -ya citada- fue otro proyecto de
rehabilitación de Marcos de Vierna que terminó en 1.765, reformando la calzada
romano-medieval y ensanchándola hasta los 8 metros con incorporación de nuevas
lastras de granito y añadiendo bordillos guarda-ruedas. Aunque con el tiempo
han desaparecido la mayoría de estas piezas lisas labradas de granito, aún
quedan retazos que se pueden admirar; también hay restos de una vieja tajea
romano-medieval y la más actual que
construyó Vierna, conocida como Puente del Toril. Todo ello en la denominada
Ruta 2 de Galapagar-La Navata, correspondiente a la Red de Sendas del Parque
Regional del Curso Medio del río Guadarrama, promovido por la CAM con la
colaboración de los pueblos insertos en el entorno. Muy ilustrativo del modo de
construir calzadas es el punto donde se halla el Puente del Toril ya que en un
metro de grosor se pueden contemplar las diferentes capas de firme desde el
siglo XVIII hasta la actualidad. Así
mismo, apuntar también que en el inicio de esta ruta podemos contemplar la
bellísima obra pontonera conocida como Puente del Herreño sobre el río
Guadarrama construida hacia 1.784 en tiempos de Carlos III y que dispone de
tres arcos rebajados, tajamares sencillos rematados con sombreretes, excelente
sillería granítica, fuertes estribos y largos muros de acompañamiento además de
una muy buena tajea de 1,20 metros de luz revestida de sillar de granito
excelentemente conservada y por la que he podido cruzar para contemplar ambas
caras del puente. El conjunto tiene huella y factura de haber sido construido
por el ya consolidado cuerpo de ingenieros militares desde su creación por
Felipe V. Lo cierto es que también se utilizaba este itinerario como camino
hacia el Palacio de la Granja de San Ildefonso si se quería evitar cruzar el
complejo palaciego de San Lorenzo de El Escorial como se advierte por
documentos relativos a los desplazamientos de Carlos III y Carlos IV.
(Seguidamente, se subirán estas obras al blog).
Tras esta primera introducción,
ubicaremos el viejo puente de Alcanzorla en estos caminos que, de alguna forma,
tenían un destino en El Escorial. Desde el Medievo existía una Marca Media o
frontera más o menos difusa entre los dominios árabes y la expansión que poco a
poco, se producía en los reinos cristianos hacia el sur. En los movimientos
fronterizos para hacer razias o para acceder más rápidamente a puntos calientes
de confrontación, las tropas de Al-Andalus utilizaban caminos estrechos
abandonados desde hacía siglos -muchos de ellos era calzadas romanas de segundo
orden- a los que, como mucho, dedicaban cierto mantenimiento, incluyendo
puentes y pontones del propio trayecto. En esta especie de limes, se encontraban
obras civiles tan señaladas como pueden ser el puente de Talamanca del Jarama, puente del Grajal, puente del Batán o el de Alcanzorla; en todos
ellos, se especula con su origen romano, aunque por sus características
actuales, más bien pudieran ser obras reconstruidas a lo largo de la Edad Media
con materiales antiguos pero con la impronta de obras románicas de tableros
alomados y muy estrechos.
El camino del puente de
Alcanzorla continuaba hacia Galapagar, donde podría derivar hacia el NW en
busca de las ferrerías anteriores a la constitución del Real Sitio o buscaba
derroteros hacia Segovia y Valladolid. Pero también derivaba hacia el sur pues
desde Galapagar y siguiendo la vieja calzada romana alcanzaba la Cuesta Blanca
(cruce con el Camino de Pedro de Ribera o del Cerro del Paredón) y se deslizaba
junto a los arroyos contiguos hacia Los Ranchos, Villanueva del Pardillo y por
Brunete y Navalcarnero alcanzar Toledo, en tiempos en los que Madrid, todavía
era un pueblo. Evidentemente, a raíz de la construcción del Puente de Herrera,
el itinerario principal que se le concede a esta calzada es su acceso al Real
Sitio a través de Galapagar o a la capital, a través de las opciones de
Torrelodones o la del puente del Retamar y Las Rozas.
Características actuales de la
obra: Se ubica en una zona de batolitos de granito muy transformada, bien por
los huecos que han dejado viejas canteras de extracción de esta piedra así como
por la propia erosión del río. A juzgar por la altura de rasantes en ambos
extremos, es muy probable que la vieja estructura fuera más larga, con un muro
de acompañamiento hasta empalmar con la continuación del camino, en este caso,
la propia roca aplanada, o bien, con uno o dos vanos pequeños que suavizaran la inclinación del tablero. Lo
que queda ahora es un bellísimo arco de medio punto exento que apoya en restos
de estribos (o pilas). Debió de tener un tablero alomado; la anchura que ofrece
el extradós es de 2,70 metros y se aproxima a la medida de puentes árabes que solía
ser de 5 codos rassassíes (un codo: 55,77 centímetros, como medida oficial del
Califato entre los siglos IX y XI). El arco vivo tiene una luz aproximada de 8,80 metros y es espléndido; mantiene un intradós perfecto con dovelas muy
regulares y bien asentadas, probablemente a hueso en origen. En boquillas se
advierte una muy buena disposición de piezas, talladas a dos alturas,
ligeramente en cuña, bien asentadas y con tizones a dos longitudes para
aumentar la trabazón y resistencia. En zona de clave tienen una dimensión de
30x40x50 centímetros (ancho-alto-profundidad). En zona de extradós se ve la
cara contraria del dovelaje y un irregular hormigonado a base de piezas relativamente grandes y muy aristadas, sin presencia de canto rodado. La arcada se sustenta
en roca madre que ha sido previamente intervenida tallando zócalos o zarpas
horizontales a modo de basas y sobre las que se asientan varias hiladas de
mampuestos ciclópeos que soportan el arco. Los estribos, con alguna
rectificación pues se aprecia que originariamente eran más anchos, se hacen
también con sillarejo y mampostería intentando mantener la horizontalidad en
las hiladas en un trabajo más discreto que el de bóveda.
A juzgar por su propio nombre
-Alcanzorla- y siguiendo las indicaciones etimológicas de Covarrubias (siglo
XVII), derivaría de "alcandora", que venía a significar luminaria o
linterna, muy comunes en esa marca fronteriza en la que los musulmanes solían
construir atalayas o almenaras de vigilancia y entre las que se comunicaban con
señales a través de antorchas encendidas. La torre más cercana es precisamente
la de Torrelodones.
La reciente rehabilitación,
excesiva a mi modo de vez, por abuso de mortero en las juntas de sillares y
otras piedras, hace al monumento algo artificioso. Por cierto, hay paralelepípedos
de granito muy desgastados colocados en las zonas bajas del estribo derecho a
los que se podría datar como romanos pero al estar tan tapados por la argamasa
de unión, no se puede determinar su forma exacta o si pertenecían a la antigua bóveda.
En relación con su posible origen romano lo cita Carlos Fernández Casado en su
compendio "Historia del puente en España: Puentes romanos", pág.
494-495, editado en 2.008 por el CSIC.
DATOS DE LA REHABILITACIÓN:
DATOS DE LA REHABILITACIÓN:
La Dirección General de
Patrimonio Cultural de la CAM acometió en 2015 el desarrollo de un proyecto
para su restauración, comenzando con la limpieza y desbroce del entorno así
como con la realización de dos catas arqueológicas. Posteriormente se procedió
a una lectura de paramentos y a su consiguiente limpieza, eliminando a su vez
la colonización biológica. Finalmente, se procedió a su consolidación y
retacado, tratando también oquedades y descalces y recuperando parcialmente sus
arranques.
Ficha técnica:
Coordinación
técnica: Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de
Madrid. Área de Conservación y Restauración: Jefe de Área: Luis Serrano Muñoz.
Arquitecto técnico: Carmen Anegón Esteban.
Redacción y dirección del
proyecto: Eduardo Marsal Moyano
Empresa de
restauración: Grupo Braud. Arquitectura y Urbanismo
Periodo de
ejecución: 2015 Inversión: 60.500
euros
No he observado en la carretera
de acceso o en calles cercanas ninguna indicación que señale el camino hacia este
monumento. Sin embargo, al llegar a la obra, existen varios carteles con una
buena información de la historia del puente aunque no nos muestran el antiguo
camino al que daba servicio este puente.
Para saber más: Las habituales
referencias que incorporo para los caminos reales al Palacio-Monasterio de San
Lorenzo de El Escorial y que son: El
Inventario de documentos sobre el R.M. de El Escorial existente en el propio
archivo de la Biblioteca escurialense para la época comprendida entre
1631-1882, obra de Benito Mediavilla Martín, donde existe correspondencia
oficial sobre la necesidad de crear o rehabilitar determinados caminos, puentes
y pontones de la red caminera al Real Sitio. El mapa levantado por Juan de Ugarte
en 1844 que sigue el itinerario desde Madrid a los RR.SS. de El Escorial y La
Granja también ubica algunas obras pontoneras. La intervención arqueológica que
hizo Jesús Rodríguez Morales en el año 2007 estudiando la cronología de la
Calzada de Galapagar así como el Camino Viejo y el Camino Real, con inclusión
del Mapa de la Comprensión, levantado en 1.764. La vía romana del Puerto de la
Fuenfría desde Segovia a Galapagar, obra del citado Jesús Rodríguez Morales en colaboración con
Isaac Moreno Gallo y Javier Rivas López y publicada en Traianvs, 2007. Existe
un buen mapa del Estado Mayor del Ejército de 1.851 con el itinerario
Galapagar-Navacerrada vía R.S. de El Escorial. Otro mapa militar del Estado
Mayor republicano de la Sierra de Guadarrama, confeccionado en 1.935. Una obra
importante es la de Pedro Navascués, titulada "Puentes de acceso a El
Escorial", de 1.985. El muy interesante trabajo de Rosario Martínez
Vázquez de Parga y Teresa Sánchez Lázaro, titulado "Puentes del Retamar y del
Herreño sobre el río Guadarrama", publicado en la ROP de 1994 tomo 3336.
Los pasos históricos de la Sierra de Guadarrama es una obra de Leonardo
Fernández Troyano, publicado en 1.990 por la CAM y el CICCP de Madrid. Para la
reconstrucción del Puente en el Camino de Monesterio ver el Pliego de cláusulas
y condiciones de la CAM en expediente 09-CO-22-1/2004. Existe un folleto de la
Ruta 9 correspondiente a la Red de Sendas del Parque Regional Medio de la
Cuenca del Guadarrama editado por la CAM en colaboración con los ayuntamientos
del entorno y que aportan itinerarios de los caminos reales y monumentos. Otro
trabajo que puede ser muy interesante, aunque no he tenido acceso a él, es el
titulado "Caminos de Madrid a El Escorial en la época de Felipe II y
puentes singulares", obra de Margarita Torres Rodríguez y Fernando Díez
Rubio, editado por la ETS de ICCP-UPM. Por último, en la revista del Ministerio
de Fomento, Luis Solera Selvi publicó un artículo extenso sobre estos caminos y
sus obras civiles bajo el título
"Huellas del pasado. Caminos Reales al Monasterio de El
Escorial" en su número 660 de fecha abril de 2.016. Esta información es
genérica para la serie de obras de los caminos reales que iré subiendo al blog.
Para el caso concreto del Puente
de Alcanzorla he encontrado una noticia en el periódico digital Madrid Diario
de fecha 21.11.2016 firmada por Javier García Martín, muy bien documentada
sobre los puentes del siglo XVIII en el río Guadarrama y que aporta dos videos
estupendos de estas obras civiles, especialmente desde el punto de vista
geológico de su material principal -el granito- y que están auspiciados por
varios organismos académicos de la CAM, como son la Fundación Madrid+d, el CSIC
o la Facultad de Geológicas de la UCM. Focalizan su actuación en los puentes
del Retamar, Alcanzorla, Herreño, Herrera y del Rosario. En este link se pueden ver aquí. También hace referencia a él,
Leonardo Fernández Troyano en su trabajo titulado "El patrimonio histórico
de las obras públicas y su conservación: Los Puentes", página 45, donde
pone ejemplos de puentes que han perdido los tímpanos y dice lo siguiente: Tiene una luz de 8,80 metros y es
sorprendentemente estrecho pues mide 2,80 metros entre paramentos exteriores.
Su despiece de arcos es curioso porque en los arranques las dovelas son irregulares
en forma y tamaño y no se regularizan hasta llegar a los 30º.
Cómo llegar: Desde Madrid,
tomando la A-6 hasta el PK 18 donde nos desviaremos por la derecha para coger
la M-505 desde su PK 0 (Carretera de Ávila) hasta el PK 14,300 donde, al llegar
a una rotonda, cogeremos la carretera M-510 dirección Guadarrama-Torrelodones
hasta llegar al PK 9,500 (justo antes de entrar en Galapagar) y tomaremos a la
derecha la carretera local M-519 hasta el PK 3,600 donde cogeremos una
desviación a la izquierda (Carretera del Puente Nuevo) que lleva a la Urbanización Los Jarales y Las
Minas y dentro de ella, buscar la calle Encina y subir por ella -tiene una
cuesta pronunciada- hasta el final, donde encontraremos una cancela que
deberemos abrir para entrar en la senda que dirige al puente. También podemos
seguir por la A-6 hasta la salida de Las Matas, en el PK 24 y seguir por la vía
de servicio hasta Torrelodones para coger la M-519 y seguir los pasos
anteriores, pero es un itinerario más feo y aburrido.
También se encuentra en la Red de
Sendas pedestres del Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama y su
entorno auspiciada por la CAM y el Ayuntamiento de Galapagar, dentro de la Ruta
6 que discurre entre Torrelodones, Galapagar y Colmenarejo y a través de la
cual, se pueden ver varios de estos puentes.
Ver otros puentes de los caminos reales al Palacio-Monasterio de El Escorial.
Tanda de fotos de fecha 29.11.2015
Dos tomas del libro "Historia del puente en España: Puentes romanos" de Carlos Fernández Casado. No existen muchas imágenes antiguas de esta obra por lo que esta foto, probablemente realizada en los años 60 del siglo XX, nos muestra un estado de ruina semejante al que tenía hace pocos años, cuando se restauró. En la segunda se observan dibujos con medidas de esta obra, realizados por el autor del libro.
Punto de la carretera donde está el desvío a la Colonia Los Jarales, el río Guadarrama y nuestro puente.
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