PUENTE VIEJO SOBRE EL RÍO PISUERGA
TORQUEMADA. Palencia
A-62 PK 67 Y P-130 PK 12
Torquemada y su puente se pierden en el
tiempo, en el polvo de legajos antiguos que ya no podemos traducir; es una
incógnita. Al encontrarse en un suave valle que conformó el propio río a lo
largo de milenios es lógico pensar que atraería a tribus de autóctonos que lo
repoblarían enseguida, que lucharían contra los romanos, que perderían y serían
absorbidos por la propia romanización, que se hallarían incipientes vestigios
del románico y hasta del gótico altomedieval. Sólo quedó la "Turre cremata"
o sea la torre quemada..., Torquemada, el pueblo perdido en el Cerrato
palentino. Alguna iglesia, ruinas de muros y fortalezas, la fuente de Los
Caños, cardenales e inquisidores con tal apellido (Fray Tomás de Torquemada y
Fray Juan de Torquemada) y un puente, siempre hay un puente aunque éste fuera
de madera. Allí el río Pisuerga, planea y se ensancha en un meandro haciéndose
imposible su travesía salvo por puente aunque sea puente de barcas. En veranos
secos y largos seguro que se vadeaba bien por estos contornos.
Acabadas las luchas entre los reinos de León y de Castilla en el siglo XIII
y pacificada esta zona, es seguro que prosperaría y que el poblado cobra
importancia pues en el libro Becerro de las Behetrías, mediado el siglo XIV, es
ya señorío perteneciente a los Sandoval. El lugar se encuentra en un sitio
idóneo que comunica bien con los caminos reales que conectan con Burgos,
Valladolid, Palencia y el puerto de Santander, ciudades prósperas en el
renacimiento que une España y se consolida con el barroco.
Aunque las primeras citas del puente se refieren al siglo XV o principios
del XVI yo entiendo que su construcción es anterior, probablemente a mediados
del siglo XIV con la consolidación de la dinastía de los Trastamara, el
apaciguamiento general y una incipiente planificación estatal que afectó a
caminos y puentes. En la estructura más antigua de nuestro puente el Bajo
Medievo se puede apreciar, especialmente, en la construcción de arcos ojivales (todavía
existe uno y hay otros rectificados), el desgaste de la piedra arenisca y la
toba indican trabajos muy antiguos y, por último, la angostura del tablero
original (donde se puede determinar) es propio de un puente medieval.
Se supone que era camino importante pues
así se atestigua con la presencia de importantes personajes que, o bien
pernoctaron, vivieron o pasaron por Torquemada, aprovechando una vía de
comunicación que se encontraría en un estado más o menos aceptable (lo cual era raro en aquellos tiempos) y así,
se sabe de la estancia de la reina Juana I en 1506 presidiendo el cortero
fúnebre de su marido Felipe; la presencia de la infanta Catalina; el paso del
viejo emperador Carlos I hacia su retiro en Yuste e imagino a otros personajes
importantes de la Corte transitando por aquí porque habia un paso seguro para
sortear este amplio cauce. En el catastro de Ensenada de 1749 se refleja una
villa próspera, con más de 500 almas y bajo la protección como señorío del
Duque de Medinaceli, lo que nos hace pensar en la importancia que tenía poseer
un puente práctico y habilitado para el buen tránsito de mercaderías y enseres.
Las primeras referencias a un puente concreto se refieren a la ruina
acaecida por una gran avenida hacia el año 1582 que afectó a Burgos y Palencia
(cauces del Arlanza y Arlanzón que desembocan en el Pisuerga). En el año 1583
hay profusión de documentos que hablan de este puente. Los plano de Diego Gómez
de Sisniega y García de Sisniega de 1583 se refieren a 3 arcos nuevos que añadirían
a los de una puente semi-arruinada. El presupuesto debió de ser muy alto ya
que se requirieron varios fiadores: aparecen importantes familiares y colegas
trasmeranos que respondieron por la finalización de la obra como son Pedro de
Carasa, Juan de Nates, Francisco Gómez del Río o Juan del Río, canteros y
empresarios que tenía una especie de oligopolio en los trabajos de cantería en
Palencia. Las fuertes avenidas que se produjeron en 1586 en pleno proceso de
construcción ocasionaron nuevas ruinas y evidentes retrasos. Hacia 1592 se
envía como inspectores a Francisco Pinedo y Francisco López de Alvarado para
que revisen planos y desperfectos, cifrando la obra nueva en 224.000 reales.
Con posterioridad también lo revisaron Antolín Rodríguez y Nicolás Campón. En
1640 hay constancia de que Juan Gutiérrez del Pozo, probablemente ayudado por
Martín de los Cuetos, tenía a su cargo la reparación del puente. Nuevos derrumbes hacen que sea de nuevo
tasado, en este caso por Narciso de las Cavadas, José Martínez y Francisco
Pinedo en 1746 que apuntan la posibilidad de añadir 3 vanos en la margen
izquierda al tiempo que reparan daños por valor de 65.833 reales. Dadas las
deficiencias de obras anteriores (se dice que la mala práctica de Cuetos) las
inspecciones de Antolín Rodríguez y Juan de Sagarvinaga declaran la obra en
ruina completa y en 1747 el maestro cantero Ventura Padierne levanta nuevos
planos sin que al parecer se tomen nuevas decisiones. En 1774 el Consejo de
Estado determina que el arquitecto Juan Antonio de Otero planifique la
reconstrucción de la obra, levantando planos y aportando un presupuesto de
347.144 reales. La influencia del comisario de obras Marcos de Vierna intenta
que se adjudique a gente de su confianza, como son Santiago de la Incera y Juan
Antonio Vierna Camino. De nuevo, en 1777 los vecinos de Torquemada denuncian
la ruina de los arcos 21 y 22. Diego de la Riva levantó planos y presupuesto de
363.000 reales y el Consejo de Estado para cerciorarse mandó como comisionado
al propio Juan Antonio de Otero (por aquellas fechas debía estar trabajando en
el cercano puente de Zarzosa de Riopisuerga), acompañado de Antonio Carracedo.
Estos dictaminan que además de otros trabajos hay que reconstruir tres arcos,
elevando el coste hasta 394.459 reales que serían repartidos entre las poblaciones
que se encontraban a 40 leguas a la redonda y adjudicando los trabajos a Incera
y Vierna que lo terminan en 1783. Tampoco duro mucho el estreno pues tras la
invasión francesa, en este lugar quedaron tropas del general Lassalle que al
retroceder en 1814 hacia Francia, volaron algunos arcos. Se debió reconstruir
en tiempos de Fernando VII pues el historiador Sebastián de Miñano cita el
puente como bellísimo, con sus 25 arcos, los que actualmente tiene. Es probable
que hasta que se construyen los pantanos de cabecera la estructura seguiría
soportando fuertes avenidas y tendría desperfectos de mayor o menor
consideración pero, más o menos, la impronta sería muy semejante a la actual:
un puente híbrido en el que perduran elementos medievales, renacentistas,
barrocos y sobre todo, clasicistas. Dispone en tablero de un hito con leyenda
epigráfica ilegible pero que era habitual para informar de las rehabilitaciones
o reconstrucciones producidas en los reinados de Carlos III y Carlos IV.
La última rehabilitación importante se ha producido en 2012. La Junta de
Castilla y León a través de su Consejería de Fomento y la empresa pública
PROVILSA aprueban un proyecto evaluado en 600.070 € que encargan a Freyssinet ,
S.A. la cual subcontrata a CPA (Construcciones Pérez Abilleira, S.L.) para que
realice la obra por un montante de 531.000 €. El 12.05.2012 entra de nuevo en
servicio el puente.
Las actuaciones llevadas a cabo, con el aparente rigor y cuidado dado que
se trata de un monumento que el propio ayuntamiento ha solicitado que se
declare BIC van encaminadas a la conservación preventiva y consolidación de la
estructura, intentando mantener el aspecto e impronta original.
Se detectaron desgastes y erosión en elementos de fábrica que afectaban a
aristas, remates, pilas, soleras y cimentación. Las reparaciones se iniciaron
en la zona de la pila 11 y la escalera (aguas arriba) donde se intervino sobre
el cajeo y extracción de piezas deterioradas, limpieza y preparación de
superficies, introduciendo nuevas piezas, rejuntado de mortero de cal,
replanteo, nivelación y aplomado. Se procedió a una limpieza en seco eliminando
suciedad, polvo, vegetación e incrustaciones de cales y se utilizaron
herbicidas para evitar la proliferación de vegetación que medra en arranques y
muros. Se limpió enteramente la fábrica mediante proyección de agua atomizada
con pulverizadores aerográficos y brocas de boquillas rotativas. Se repusieron
piezas de piedra en paramentos y zonas ornamentales utilizando morteros de
restauración a base de arenisca molida similar a la existente.
Se ha actuado también sobre elementos sillares con cosido e inyección en
núcleos utilizando varilla de acero inoxidable corrugado en taladros
practicados al efecto. Se ha levantado todo el tablero, eliminando todas las
cubiertas existentes hasta encontrar la primitiva de macadam y piedra. Se
diseña un caz junto a pretiles para recoger las aguas y derivarlas a su
desalojo directo para evitar filtraciones hacia bóvedas. En descansaderos se
han hecho excavaciones, limpieza de solera, rehabilitación de gárgolas y
ejecución de una nueva solera de hormigón lavado de 15 centímetros de espesor,
evitando el contacto con elementos de fábrica en pretiles. Se han empotrado
nuevas gárgola de acero inoxidable junto a pretiles para aumentar la capacidad
de desalojo de aguas.
Demolición de todos los antepechos viejos de hormigón con reposición de
nuevos en fábrica de sillería caliza , alineación y aplomo de los mismos. Por
último, el controvertido sellado de juntas con picado y limpieza de rebabas de
mortero de actuaciones anteriores.
Sobre tablero estaba proyectada una capa de hormigón asfáltico dado que el
puente sigue siendo carretera. No obstante, de modificó el proyecto y se ha
construido un pavimento más noble a base
de losas y adoquines de granito, diferenciando la calzada propiamente dicha de los viales
peatonales.
Los trabajos de rehabilitación han sacado a la luz evidencias arqueológicas
propias de un puente medieval. Son frecuentes los sillares con marcas de
cantero y también se ha descubierto una estela funeraria medieval que se puede
datar entre los siglos IX y XIII. También aparecieron marcas que señalar los niveles
de crecidas producidas a lo largo del siglo XIX, en concreto las de 1843 y
1855. En su momento, el delegado territorial de la Junta, Luis Domingo
González, acompañado por el alcalde de Torquemada, Jorge Domingo y el director
del Museo Provincial, Jorge Juan Fernández presentaron las novedades relativas
a la obra, su rehabilitación, su petición para declararlo BIC (Bien de Interés
Cultural) y los vestigios hallados.
Características actuales de la obra: La determinación de un cauce de meandro
que conforma una curva en el trayecto, se ensancha y deja cúmulos de arenas y
lodos a lo largo de los años ha propiciado que lo que se podía solucionar con
una sola estructura pontonera -quizás la de origen románico o medieval-
derivara en el diseño de otra nueva para alcanzar la otra orilla. Ello origina
que el actual tablero sea quebrado y muy largo, ampliando especialmente las
cabeceras para corregir su configuración de tablero alomado. Yo diría que es el
puente más largo de Palencia y tampoco debe haber muchos en la península que
llegan a su longitud.
Se tiene como medida más divulgada la de 352 metros. Yo lo he medido por
secciones tras la reforma y efectivamente su longitud exacta es de 352,80
metros. El ancho es variable pues en cabeceras, especialmente la izquierda, empieza
con 21 metros y se estrecha hasta 9,40
metros por el abocinamiento original para el tránsito de ganado. Por sectores,
el ancho regular es de 7,80+8,50+6,80 metros a los que hay que añadir 0,50
metros de pretil en cada lado. No obstante y dado lo quebrado del mismo,
resulta angosto para el tránsito de vehículos. Aunque existe limitación de
velocidad a 50 Kms/hora y MMA de 16 toneladas, el tránsito de tractores no
tiene limitaciones y en ocasiones estos lo cruzan con amplias cargas,
especialmente de volumen. Cuando se estaba rehabilitando se produjo un
accidente de tractor cuyas pacas de heno se llevaron por delante secciones de
pretil en uno de los descansaderos de curva que cayeron al río. (Creo que debería limitarse la velocidad a 30 kms/hora)
Dispone de 25 vanos de variadas formas y luces. Los correspondientes a las
reformas barrocas y clasicistas (desde margen izquierda) tienen luces de
11,70+11,20+11,20+11,20+11,20+10,70 metros con arcos de medio punto. Las pilas
llegan a grosores de 3,50 metros y su complejo de tajamares-espolones es en
forma ahusada con copetes en forma de teja y no sobrepasan la clave de los
arcos. En el quiebro o empalme con otra estructura anterior se suceden otros
cuatro vanos en forma de arco de medio punto, alguno rebajado, más antiguos y
que enlazan con una escalinata que lleva al cauce. Las luces de estos arcos se
encuentran entre los 7 y 8 metros. En este sector los tajamares son en cuña y
los espolones cuadrangulares a modo de contrafuertes, todos ellos llegan hasta cubierta
para formar descansaderos. El tercer sector que arranca de la escalinata es
complejo pues se ha diseñado una derivación de aguas en la que la esquina se
soluciona con una bella pechina bien labrada, la escalera se alarga con un
murete y se habilita un nuevo arco (sería el 26) para desalojar crecidas.
Pudiera ser una especie de parque con estanque para disfrute de la población o
del señor del lugar en el siglo XVIII. En este sector los tres tajamares son en
cuña pronunciada y amplia y los contrarios espolones son de contrafuerte. Los
vanos se mantienen en su forma de arcos de medio punto, ligeramente abiertos
algunos, con luces regulares entre 8 y seis metros; aquí ya se van apreciando
las colmataciones de lodos que impiden ver los arranques de muchos arcos. El
cuarto sector es el más largo -154,30 metros- y por el que se entra en la
población. A mi modo de ver es el más antiguo, con vanos variables pues aunque
predomina el arco de medio punto, se puede contemplar un arco ojival y otros
que se han modificado. La arenisca de sillares y dovelas está muy deteriorada y
es evidente el ancho original de la obra, que no sobrepasaba los 3,50 metros,
propio de estructuras medievales. Esta sección se ensanchó por el sistema de
ampliación de muros con actuación en extradós a base de hormigonado y nuevo
chapado exterior de sillar de arenisca. En algunos arcos se observa la
modificación de boquillas que ahora se presentan abocinadas por efecto del
ensanche o doble boquilla, sistema por demás que se ha empleado en ensanchamiento
de puentes hasta principios del siglo XX. En algunas bóvedas, en vez de
dovelas, se ha dispuesto rajuela (piedra de pumita o toba en forma de ladrillo).
Se hace evidente el ensanchamiento de bóvedas con dovelaje de arenisca de buena
talla y acoplado a hueso. En otros arcos -evidentemente arruinados- se observa
en el intradós que el ensanche, aunque diferenciado, obedece a la misma factura
en ambos lados.
Sobre línea de arcos y a modo de imposta sobresaliente se aprecia una
decoración a base de modillones que señalan todo el tablero. En general, la
fábrica en conjunto es regular, con predominio del sillar homogéneo, escuadrado
aunque con variado volumen y menudea el sillarejo en paramentos más antiguos.
También hay armonía en la disposición de hiladas que persiguen la
horizontalidad. El relleno de mortero reciente quita prestancia a la fábrica,
como suele ocurrir. Se observan pequeños tajamares en hiladas escalonadas,
probablemente de factura barroca. Evidentemente, el trabajo más completo
corresponde al sector clasicista (junto a margen izquierda) pero en el resto,
el trabajo de bóvedas en bueno aunque las boquillas están peor trabajadas,
salvo la correspondiente al arco ojival que es espléndida. Sobre rasante un
largo pretil de fábrica muy reformado de 90 centímetros de altura.
Llama la atención el sistema de protección en margen derecha, de
inspiración clasicista, con amplios y altos muros de contención de cauce con
sillería ciclópea pero de buena talla y alguna alcantarilla muy bien dispuesta.
En esta parte, tanto la margen como el propio cauce ha sufrido modificaciones
por la derivación de un ancho caz que
generaba energía a un bello molino que dispone de cinco arcos.
La disposición del cauce es irregular. Circula en cabecera derecha por
efectos del cuérnago mencionado por dos arcos, con ritmo lento. A
continuación viene un largo sector de arcadas sin cauce que corresponde a la
amplia terraza de arenas y limos donde se han plantado choperas y se ha
diseñado una zona de jardín y esparcimiento con caminos de tierra y bancos.
Desde la escalinata, el cauce es regular y cruza por todos los arcos de puente.
Dada la longitud y disposición zigzagueante de la obra, incrementada por el
exceso de arbolado, resulta difícil la contemplación plena del puente o la
panorámica fotogénica salvo que sea cenital. Incorporo una vista de Google View
para mayor conocimiento de la estructura. Debemos felicitar a los órganos
competentes provinciales y autonómicos por procurar el rescate de este
monumento pontonero y sobre todo, por conseguir que siga vivo en su objetivo
principal que es el de canalizar los tráficos de vehículos. Muchos puentes
antiguos se han rehabilitado pero como meros vestigios monumentales sin
utilidad viaria salvo como pasarelas. Es más importante que el puente siga
teniendo su uso propio como camino o calzada para todo tipo de vehículos pues
se entiende que su cuidado y mantenimiento será más completo.
Para saber más: El trabajo de Inocencio Cadiñados Bardeci
titulado "Los puentes de la provincia de Palencia en la Edad Moderna"
ha sido básico pues éste se apoya en documentos originales sacados de viejos
legajos del AHN (Archivo Histórico Nacional). La información de Miguel Ángel
Aramburu-Zabala Higuera en su libro "La arquitectura de puentes en Castilla
y León 1575-1650" es más breve y concisa aunque también sirve. (Puede que
haya contradicciones entre la información de ambos autores). El libro
"Artistas cántabros de la Edad Moderna" de María del Carmen González
Echegaray et al. de la Institución Mazarrasa-Universidad de Cantabria nos
facilita información sobre muchos intervinientes de la obra ya sea como
peritos, inspectores, canteros o maestros de obra. (En todo caso, sigo teniendo
dudas entre la personalidad de Martín de los Cuetos, de Liérganes y el que cita
Cadiñanos como Antonio de los Cuetos). La web del Ayuntamiento y la Wikipedia
aportan una información poco relevante. Curiosamente, he encontrado un buen
apoyo para el desarrollo del artículo en la pormenorizada información que ha facilitado el periódico El Diario Palentino en sus ejemplares de fecha 30.01.2012,
12.05.2012 y 26.07.2012 donde se aporta historia, vicisitudes del puente,
percances y rehabilitación.
Cómo llegar: Torquemada es un pueblo muy cercano a
Palencia. Su carretera principal es la que afecta al puente, esto es, la P-130
en su PK 12. Dispone de una vía rápida que accede a la población a través de la
autovía A-62 (Palencia-Burgos) en sus salidas 66 y 68. Tampoco queda lejos de
la autovía A-67 (Palencia-Santander) ni de la mítica nacional N-611 que hace el
mismo recorrido que la autovía A-67.
Por demás, comentar que en la amplia zona ajardinada junto al río este lobo
también cazó una pasarela de madera de la que pondré fotos. Olvidé, eso sí,
prestar atención y cazar un interesante puente sobre la vieja nacional N-620
(ahora reconvertida en autovía A-62) que es proyecto y ejecución de Carlos Fernández Casado, finalizado en 1960 (ya tiene años) y hecho con hormigón en
masa y bellamente chapado en granito. Es una lástima y ello me obliga a que
deberé volver a Torquemada; al fin y al cabo, siempre es un placer viajar por
El Cerrato palentino.
Saludos cordiales y, como siempre, salud, buena ruta y mejor lectura.
Tanda de fotos realizadas el 02.07.2016
Planos de Diego Gómez de Sisniega hacia 1583
Planos de Antonio de Pontones Rubalcava hacia 1740
Planos de Ventura Padierne, hacia 1750
Planos de Hilario Alfonso de Jorganes de 1762
Tres fotos del Diario Palentino correspondientes a la marcha de las obras y el hallazgo de la estela funerario tomadas en julio y noviembre de 2012 por Óscar Navarro.
Instantánea del Diario de Valladolid, tomada en la fuerte crecida del 11.01.2016
Foto de R. Alonso, probablemente de los años 20 del siglo XX. Web todocolección.net
Imagen probablemente tomada en los años 30 del siglo XX que figura en el MOSA (Archivo Monasterio de San Agustín) de la Diputación de Burgos. Lo cierto es que esta institución hace unas digitalizaciones tan cutres, borrosas y de muy pequeño formato que resulta difícil adivinar si se trata realmente de nuestro puente.
Postal de 1930 tomada de la web de Todocolección.net
Fotografía anónima tomada en septiembre de 2005 en el que se aprecia su estado, antes de la restauración.
Dibujo a lápiz de Rosi Treviño. junio de 2009
Acuarela de Isabel Menéndez Izquierdo realizada en en el año 2012
Óleo de Germán López Bravo en el año 2015
Puente de Torquemada sobre el río Pisuerga (actual A-62) construido por Carlos Fernández Casado entre 1956 y 1960 (fotografía de Cehopu-Cedex)
.
Gracias por permitirnos disfrutar de nuestro patrimonio a través de este impresionante trabajo de recopilación. La lectura obliga a pasear y observar de nuevo el puente aunque se haya visto mil veces con anterioridad.
ResponderEliminarGracias a ti, M.A. por tu amable comentario.
ResponderEliminarUn saludo.