ALCANTARILLAS DE CARDAÑO DE ABAJO-P SOBRE EL RÍO CHICO P-210 PK 35
No hace mucho viajaba por la Montaña Palentina, por aquellas carreteras
tortuosas, duras, peligrosas..., pero bellas y seductoras para cualquier amante
del volante, para cualquier lobo curioso que vuelve a sus orígenes donde aún se
mantienen vivas algunas manadas de "lupus signatus", o sea,
auténticos lobos ibéricos. Estamos en pleno Parque Natural de Fuentes Carrionas
y Fuente Cobre.
Andaba despistado buscando un jodido puente que el Señor Cadiñanos ubica
por aquellos lares, por la zona de Cardaño de Arriba y que cruzaba el río
Carrión, quizás cerca de Las Lomas. Él cree que se trata de un puente barroco
aunque de origen medieval, reconstruido hacia 1.627 y que debía de ostentar 6
arcos. Lo cierto es que no cacé esa joya -a lo peor ya ni existe-. En Cardaño
de Arriba hay un pontón sobre el río, sin ninguna característica especial,
salvo el paisaje y la imponente mole de una de las tantas presas que se
construyeron allí pues estamos en la conocida Ruta de los Pantanos. En este
caso era la del embalse de Camporredondo, construido en 1.930.
Más abajo, en el punto que marco de la carretera local P-210 y junto al
pueblo de Cardaño de Abajo si me paré a escudriñar el paso que cubre el río
Chico, un pequeño afluente del Carrión que en épocas de deshielos lleva aguas
abundantes y con fuerza. Probablemente, de antiguo, era un vado pronunciado. Al
reacondicionarse estas calzadas a finales del siglo XIX, en vez de salvar esta
hondonada con un puente de arco, se eligió el sistema de aterramientos, más
costoso y lento aunque por tierras, arenas y piedra no había problemas pues es
zona rocosa de calizas y esquistos, con el material de construcción allí mismo.
Características de la obra: Se trata de una obra ciclópea, más parecida a una presa de contención
que a una estructura pontonera. La calzada mantiene un ancho aproximado a los
seis metros y ese es el espesor de esta obra. Un enorme muro central de 20
metros de alto hasta rasante con sillar de gran cubicaje y buena talla, aunque
tosca y con creces que dan relieve, bien asentados en hiladas uniformes y con
algunos puntos de ventilación o vierteaguas de posibles filtraciones. En la
base hay 4 vanos, tres iguales propios
de alcantarillas y -a la derecha, desde parte naciente- otro más elaborado,
siendo sus luces aproximadas a los dos metros. Son vanos adintelados, de
sillería perfecta y cuidada. La sección de tres vanos dispone de dos tajamares
preciosos con su coronación en sombrerete cónico y un listel superior en
relieve que aún realza más esta obra, que debería ser perfectamente anónima,
sin aditamentos o decoración alguna. Escoltan estos vanos unos impresionantes
contrafuertes en disminución hacia coronación, en uno de ellos se encuentra el
otro vano, con un trabajo de cantería muy bueno, en mampuestos grandes pero
colocados con cuidado y aristones más trabajados en extremos. Continúan los
muros de acompañamiento hasta estribos donde enlazan con aletas oblicuas que
servirán para soportar los taludes y reconducir aguas de crecidas. Es admirable
la disposición de estos enormes mampuestos, mezclados con algo de sillarejo,
ripio de gran consistencia en su acomodo y nada de mortero lo que provoca en el espectador una sensación de
fortaleza -firmitas- en una obra
verdaderamente admirable, sobre todo, teniendo en cuenta que, al tratarse de
una vía de tercer orden, no ha tenido un mantenimiento regular. Da la sensación
que permanece como cuando se construyó hace más de cien años y eso tiene
mérito. Curiosamente, aguas abajo, donde el acceso es complicado y es difícil
hacer fotografías, se observa otra imagen, ya que las alcantarillas no disponen
de espolones, son ligeramente más altas por cuestiones de la propia pendiente
del cauce, y su elaboración es más tosca; se adivina que ha habido un
desprendimiento de paramento solucionado de un modo más grosero y con añadidos
de hormigón en masa en zona de riñones.
En rasante, una línea de imposta de cantería que sobresale del muro -otro
adorno- y sobre la que se asientan fuertes pretiles de mampostería que en
cabeceras están bien labrados y mejor rematados con antepechos cóncavos; una cubierta de hormigón asfáltico al uso para
vías de poco tráfico. En general, aunque es un carretera de montaña su
mantenimiento es más que aceptable, incluso se siguen haciendo obras para
reducir curvas y cambios de rasante pronunciados. En realidad es así porque se
trata de una carretera muy turística y es conveniente que se encuentre en
estado óptimo.
Me queda por dilucidar si este estilo de obras se ajustan a los modelos
oficiales para tajeas y alcantarillas de 1.857 que puso en práctica Lucio del
Valle et al. o bien los de Ramón Peironcely, de 1.882. Seguiré investigando.
La simbiosis que mezcla un paisaje abrupto y bello con el asfalto, con la
dura carretera, sus bosques aledaños, un precioso cielo siempre cercano y la
huella humana firme que ha luchado con el relieve y los impredecibles cauces de
arroyos que lo horadan o dividen, para construir -como digo- un camino,
cualquier camino, es toda una metáfora del esfuerzo.
Por último, señalar que si bien la calzada parece que tiene un
mantenimiento acorde, en el cauce es necesario hacer una buena limpieza de
arbustos y árboles que prácticamente salen de las zonas bajas de muros así como
limpiar el cauce de ramaje y otros materiales que están cegando los vanos.
Cómo llegar: En este
laberinto de carreteras es mejor poner el GPS. Lo más civilizado es la nacional
N-621 por la que, desde Boca de Huérgano, se puede llegar a Velilla de río
Carrión y desde allí, coger en dirección N la propia vía local P-210 hasta
destino. La autonómica CL-626 (Eje Subcantábrico) pasa cerca y tiene
comunicación con Cardaño de Abajo, bien desde Cervera de Pisuerga o desde
Guardo.
Tanda de fotos de fecha 11.07.2016 con imágenes del entorno, el cauce del río Chico, explotaciones madereras de la zona y la presa del Embalse de Camporredondo de Alba.
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