domingo, 10 de noviembre de 2024

PUENTE DEL REY. Madrid

 PUENTE DEL REY SOBRE EL RÍO MANZANARES
Paseo de la Virgen del Puerto/Entrada Casa de Campo
MADRID

Presentamos un interesante aunque raro -dada su manipulación a lo largo de los años- puente madrileño que salva el cauce del río Manzanares en el entorno de la Casa de Campo. El autor del proyecto fue el arquitecto real Isidro González-Velázquez Tolosa (1765/1840), conocido según firmaba sus obras como Isidro Velázquez. Aunque ya era técnico real en tiempos de Carlos IV como discípulo de Juan de Villanueva, su notable trayectoria cobra importancia -tras la Guerra de Independencia- en tiempos de Fernando VII. Intervino en obras de edificación de sitios reales como los palacios de Aranjuez, El Pardo, La Granja y en menor medida en el entorno del Palacio Real madrileño, además de cuarteles, iglesias y plazas o monumentos públicos. En lo referente a la ingeniería, destaca la obra que aquí presentamos, además de otros proyectos para el Canal del Manzanares.

La situación del puente en el cauce del Manzanares como estructura propia es la siguiente: En el ámbito municipal de la capital existen aproximadamente 70 estructuras ya sean como puentes, pasarelas, presas o puentes-tuberías; el primero sería el Puente Nuevo de San Fernando o Puente de Puerta de Hierro y siguiendo aguas abajo, la estructura 19 es el Puente del Rey que se encuentra entre la Pasarela de Antonio Marinas ya que la conocida 'Pasarela de La Isla', ha desaparecido y la Presa Nº 5 que se expone en esta entrada y ya más abajo el histórico 'Puente de Segovia'. 

El encargo real era el de construir un puente sobre el río Manzanares que permitiera a la Corte acceder desde el Palacio Real a los cazaderos y estancias reales de la Casa de Campo, paraje natural del que disfrutaba en exclusiva la familia real. No hay mucha información documental al respecto sobre el proyecto pero los estudiosos estiman que se debió de levantar entre los años 1816 y 1828. La cartelería junto al puente actual dice que lo fue en 1828. La obra civil se acompañaba de un bello portón de entrada a la Casa de Campo y algunas columnatas u obeliscos, adornos que gustaban al arquitecto y que había recuperado de la arquitectura egipcia modificándolas al gusto neoclásico de época. La sencillez de su proyecto pontonero no fue fácil ya que debía corregir algunos proyectos realizados anteriormente en la amplia zona; siguió manteniendo el pasadizo a modo de túnel que, previamente, había levantado el rey José I así como rehabilitar e incrementar los extensos jardines del Palacio Real extendiéndolos hacia la margen izquierda del río y así, crear un espacio bien ordenado, ajardinado y con los debidos viales de paseo orientados hacia el río y acceso al paraje real de la Casa de Campo. Se construye una estructura plenamente geométrica, armónica, bella  donde predomina la piedra sillar de granito madrileño aunque con intradós de ladrillo -estilo capitalino que economizaba la obra-, tablero muy horizontal, robustos pretiles aunque dejando una anchura de tablero bastante angosto -4,50 metros- pero con una potente puerta de entrada al recinto de recreo con una rotunda rejería de hierro forjado asociada a altas columnas cilíndricas bien esculpidas. Quizás, el historiador que mejor define o describe este monumento es el polígrafo Pascual Madoz Ibáñez en su famoso ‘Diccionario Geográfico-Estadístico’ editado en el año 1846 donde nos cuenta: El ‘Puente de la Casa de Campo’ es una bonita obra de granito con sencillos adornos de piedra de Colmenar; se compone de 6 arcos rebajados con las manguardias correspondientes en los extremos. Le corona un antepecho y en la embocadura tiene 2 pilares coronados por jarrones con una puerta de hierro en el centro. Fue construido en el reinado de Fernando VII y tiene por objeto dar paso a la Casa de Campo desde los nuevos jardines de Palacio atravesando el pasadizo abovedado que abrió el intruso José por debajo del paseo que va desde la Puerta de San Vicente al Puente de Segovia. Tiene 17 pies de largo, 18 de ancho y 16 de alto. La extensión total del puente es de 214 pies con 28 de luz para cada ojo. Ateniéndonos al SMD aunque con las lógicas diferencias de las conversiones de pies a metros, calculo que su longitud original se aproximaba a los 51,80 metros, su latitud era de 5,50 metros -que no está mal-, su flecha o altura hasta lámina de aguas o lecho del río era de 4,88 metros y las luces de sus vanos era de 8,53 metros.

El ingeniero Vicente Machimbarrena nos lo describe antes de su brutal modificación y así nos lo cuenta en un artículo para la ROP del año 1924: Construido en el reinado de Fernando VII tenía por único objeto comunicar la Casa de Campo con los jardines del Palacio Real, atravesando el pasadizo abovedado que abrió José Bonaparte por debajo del Paseo de la Virgen del Puerto. Actualmente es de servicio público y enlaza las dos vías laterales al río. Consta de 6 arcos escarzanos de 8 metros de luz, rebajados al octavo y separados por pilas de 2 metros de ancho. La fábrica es mixta de sillería granítica en estribos, pilas y boquillas y de ladrillo las bóvedas. Sus cimientos, de pilotes y emparrillado de madera, de sección cuadrada, se han recalzado varias veces y en general, esta obra ha sido mal conservada. Dos pilares cilíndricos de granito coronados por jarrones situados en la entrada izquierda del puente son su único ornato, donde, por su destino primero, había además una puerta.

Por su parte, la información que nos ofrece José María Cano Rodríguez, ingeniero que modificó drásticamente nuestra obra según proyecto del año 1934 es escasa en cuanto a mediciones pero nos cuenta: El puente sobre el río Manzanares que comunica directamente los jardines del Campo del Moro y la Casa de Campo, conocido antes como ‘Puente del Rey y llamado ahora ‘Puente de la República’ tiene un ancho entre barandillas de 4,70 metros. Antes, la Casa de Campo formaba parte del Real Patrimonio y como principal finalidad del puente era el acceso a dicha posesión ya que por él pasaban casi únicamente las personas que iban a la misma. Ahora, se ha abierto al público; acuden todos los días festivos más de 50.000 personas, llegando a reunirse en algunos determinados -14 de abril o 1 de mayo- más de 200.000 personas. Por otra parte, la antigua carretera de Castilla, que atraviesa la Casa de Campo, se ha convertido recientemente en una vía de penetración a Madrid lo que ha contribuido a que el tránsito de vehículos por el puente tenga un gran aumento. A la vista de estos datos se comprende que la anchura de 4,70 metros resulte escasa y por ello el Ayuntamiento de Madrid me encargó estudiar la solución del problema.

También la Wikipedia nos ofrece una interesante información sobre este puente: Durante la ocupación francesa el arquitecto español Silvestre Pérez Martínez realiza un plan de urbanismo de la zona del Palacio Real. El puente fue edificado en el año 1816 por orden del Rey Fernando VII. Su función era enlazar los Jardines del Campo del Moro del Palacio Real con la Casa de Campo, ubicados en la margen derecha del Manzanares. Los jardines eran un recinto privado de caza para el rey, por esta razón se construye un puente estrecho por el que pasa apenas un carruaje (unos cinco metros). El puente posee seis vanos (de arco rebajado) y con esta luz salva las dos orillas y la vega del río, en su lado derecho desemboca a orillas de la denominada puerta del Río que da acceso a la Casa de Campo. El puente se ejecuta con cantería de granito y elementos decorativos de piedra caliza de Colmenar de Oreja y fábrica de ladrillo. Al realizarse a comienzos del siglo XX algunas obras de canalización del río Manzanares, el cauce del río se estrecha considerablemente dejando dos de sus vanos parcialmente enterrados: los de la margen derecha del río. ​ El puente estaba rematado a la salida que daba a la orilla izquierda con dos pilares coronados por jarrones.​ Estos dos pilares se desmontaron en las obras de remodelación de la zona que se realizaron posteriormente. En 1931 el área de la actual Casa de Campo deja de ser finca de uso exclusivamente real para convertirse en parque de uso público. Debido a esta decisión tomada por el Gobierno de la Segunda República, el puente se modifica mediante un ensanche llegando a quintuplicar su anchura (alcanzando los 25 metros), el proyecto y el diseño recae sobre el ingeniero de Caminos José María Cano. ​ Esta operación de ensanche de puentes era muy habitual en las grandes ciudades europeas desde comienzo del siglo XX, existían precedentes como el puente de la Concordia en París. De esta forma se permitía el acceso al gran público. El ensanche se ejecutó con la construcción de un puente paralelo y un tablero de hormigón que salvaba la distancia. Durante la II República se le denominó Puente de la República, y su ensanche permitía circulación en los dos sentidos. El frente del puente aguas arriba conservó su disposición original. En los años sesenta del siglo XX, perdió esta utilidad al construirse la autovía madrileña de circunvalación M-30, convirtiéndose en un importante nudo viario, siendo adaptado al tráfico rodado reduciendo las aceras y suprimiendo la iluminación del centro. Hasta 2007, ha canalizado el tráfico desde la A-5 hacia la citada M-30 y el centro de Madrid, a través de la glorieta de San Vicente y la plaza de España, junto con otros pasos elevados. En 2007 se prohibió la circulación de vehículos por el puente, tras la reforma y soterramiento de la M-30 (realizada precisamente entre el Puente del Rey y el Nudo Sur). Dentro del proyecto urbanístico Madrid Río, con el que se pretende la recuperación de las riberas del Manzanares, está prevista la restauración del puente y su utilización como paso exclusivamente peatonal, como enlace con la Huerta de la Partida, un espacio de 38.000 m² que en tiempos de la corona se alquilaba. Emplazada en la entrada de la Casa de Campo, esta huerta ha sido reconstruida con la plantación de 873 árboles frutales. El puente se rehabilita limpiando ambas fachadas, se reparan las estructuras de hormigón armado de su interior. Se convierte en un puente de uso peatonal. En 2010 la selección de fútbol de España celebra en la explanada su título de campeón del mundo.

Características actuales de la obra. Partiendo de que la obra original media aproximadamente 51/52 metros, el ancho del tablero era de 4,88 metros, que disponía de 6 vanos escarzanos de 8,50 metros de luz cada uno y que existía un portón con cancela muy decorativo como entrada al recinto de la Casa de Campo, entre otros detalles, la estructura actual varió su longitud hasta 42 metros debido al estrechamiento del cauce debido a las canalizaciones en orillas y su encauzamiento con nuevas manguardias al tiempo que se ampliaban las terrazas de acceso por ambas cabeceras del puente. Su anchura actual es de 25 metros, exclusivamente para tránsitos peatonales o de vehículos de servicio municipal. Recordar que ya no es calzada para comunicaciones entre la M-30 o Cuesta de San Vicente y la carretera de Extremadura. Las sucesivas modificaciones de la estructura se referencian en los enlaces oportunos. En el proyecto de José María Cano Rodríguez se reduce a 4 los vanos del puente, prescindiendo de los dos extremos aunque recupera parte de las pilas anejas o contiguas como semipilas para los nuevos estribos, aunque en la actualidad tampoco son visibles al ampliar las manguardias o muros de canalización del río. Se mantuvo la geometría y luz de estos arcos, básicamente escarzanos o rebajados a 1/8 de círculo. El grueso de pilas originales es de dos metros y su longitud de 4,50 metros; son en principio del tipo tabique, o sea, que cubrían el ancho del tablero original y así se mantienen en lado aguas arriba. Cano incorpora nuevas pilas en aguas abajo con fábrica de sillería similar y añade en la medianía del nuevo intradós otras para que la carga del nuevo tablero quede compensada; estas pilas intermedias apenas se visionan por la profundidad de la cubierta y el exceso de vegetación en el lado de aguas arriba.

Entiendo que la labor del ingeniero Cano Rodríguez es meritoria y gracias a su proyecto, todavía de puede admirar una obra civil pontonera neoclásica en la capital, de las que quedan muy pocas. De haberse aprobado este proyecto en los años 50/60 del siglo XX, en plena autarquía, pues este puente habría desaparecido y se hubiera levantado uno nuevo de hormigón armado o pretensado, barato y fácil de construir. Entre los proyectos -más o menos históricos- de ensanchamiento de tablero de puente, éste, el del Puente del Rey, se corresponde con los que apoyan los ingenieros más sensibles y respetuosos con la historia de la obra civil. Fernández Troyano, por poner un ejemplo, siempre criticando que la anchura de un puente histórico por corrimiento de pilas, extradós y tablero, suele chirriar con respecto al estilo e impronta de la obra original, no deja de apuntar que es la solución más respetuosa aunque la más cara y lenta pero que cualquier técnico tiene que intentar llevar a cabo en su proyecto si la Administración se lo permite. Arriba ya se cita el icónico Puente de la Concordia sobre el Sena en París como ejemplo de ensanchamiento de tablero por corrimiento de paramentos. En España se ensancharon muchos puentes, especialmente decimonónicos, por este sistema y sirva como ejemplo el que se expone en la portada de este blog conocido como 'Puente de las Monjas' sobre el río Pisuerga. 

Como el traslado o corrimiento de paramentos con toda su fábrica de sillería y dovelaje es compleja, expondré algunas consideraciones que el ingeniero Cano Rodríguez tuvo en cuenta para la ejecución con ampliación del Puente del Rey. Comenzaré haciendo un resumen textual del proyecto: […] La ampliación consistía en conservar donde se encontraba la mitad aguas arriba del antiguo puente; trasladar la otra mitad aguas abajo, reconstruyéndola exactamente como estaba; intercalar entre las dos mitades de cada una de las antiguas pilas un apoyo aislado intermedio y colocar un tablero de hormigón armado. El ancho útil del puente pasaba de 4,70 metros a 25 metros distribuidos en dos calzadas de 7,50 metros que se pavimentarían con loseta de asfalto comprimido de 4 cm de espesor y dos aceras de 5 metros proyectadas con losetas de gres; entre las calzadas se disponía un refugio bajo el que se situaba una galería visitable cubierta con losas movibles reservada a las canalizaciones. La solución elegida se consideró que era económica, conservaba las características del puente antiguo, separaba las diversas circulaciones y era apta para situar las canalizaciones y servicios interiormente sin que su colocación o inspección exigiera levantar el pavimento. Lo primero que se hizo fue ejecutar sondeos para conocer con exactitud los terrenos que habían de encontrarse; esta operación, en buena lógica, se debía haber practicado al estudiar el proyecto, pero no se hizo así por causas independientes a mi voluntad y de razones técnicas. Los sondeos comprobaron las referencias que se tenían: debajo de una capa de acarreos se encontraron bancos potentísimos de arcillas, casi superficiales, del lado de la Casa de Campo y a 6 metros de profundidad por el lado opuesto con la particularidad de la que superficie del terreno resistente no variaba de una manera gradual sino que descendía bruscamente hacia el centro del cauce por lo que parece deducirse que el antiguo lecho del Manzanares no coincidía con el actual sino que se hallaba situado más próximo a Madrid; contribuye también a este supuesto el hecho de haberse encontrado, al derribar los muros de encauzamiento, que el puente antiguo tenía dos arcos más de los que aparecían a la vista. La cimentación se ha hecho hincando cajones de hormigón armado hasta llegar a la capa de arcilla y rellenado luego el interior con hormigón. La importancia de los agotamientos no podía preverse exactamente; además, supuse que al agotar en el interior el agua que entrase por debajo de los bordes inferiores, podía arrastrar tierras, y por tanto, el volumen que habría que excavar podía ser muy superior al ocupado por el cajón; por estas razones me pareció lo más justo que los agotamientos y la hinca se abonaran al contratista por su coste con cargo a una partida existente en presupuesto para este fin. Esta previsión fue acertada pues en la capa de acarreos se encontraba arena de finura extraordinaria, sólo comparable a la que se encuentra en dunas, la cual, por sifonamiento, penetraba en grandes cantidades, sobre todo cuando la presión del agua pasaba de los dos metros. No puedo precisar el volumen exacto excavado porque parte de esta arena era aspirada por las bombas pero, desde luego, fue muy superior al volumen desplazado por el cajón ya que la cantidad de arenas extraídas con cubos fue en algún caso superior a siete veces dicho volumen. Los cajones tenían bastante peso de modo que entraron fácilmente pero los correspondientes al centro del cauce encontraban la capa de arcilla donde presenta la mayor inclinación (entre 2 y 2,20 metros de desnivel); estando un borde apoyado en la arcilla, se encontraba bajo el opuesto la arena finísima a que he hecho referencia por lo cual el cajón tendía a girar alrededor del borde que descansaba en la arcilla; con objeto de evitarlo se excavó a lo largo de ese borde mientras se guiaba el cajón por medio de vigas de madera. De este modo se consiguió que prosiguiera la hinca verticalmente hasta que todo el borde quedó bien apoyado en la capa de arcillo. Al hacer los sondeos se puso de manifiesto la insuficiente cimentación de parte del puente antiguo que se pensaba conservar: consistía en pilotes de madera enlazados en la parte superior por emparrillado, también de madera, sobre el que se apoya la fábrica. Las cabezas de los pilotes y el emparrillado se hallaban podridos y la fábrica había sufrido asientos; se pusieron testigos, se tomaron referencias y se pudo comprobar que con la circulación continuaban aumentando. Por esta causa, decidió el Ayuntamiento, rehacer la cimentación que se hallaba en malas condiciones, construyéndola como en la parte ampliada. Eso fue objeto de un proyecto adicional, en que se incluyó, además, la pavimentación de los accesos y una modificación en los muros de encauzamiento del Manzanares a fin de acordar gradualmente la sección normal del cauce con la del puente. Antes de desmontar los sillares del puente antiguo fueron numerados con objeto de colocarlos después del mismo modo en que se encontraban y además e sacaron fotografías para que no pudiera haber duda de cómo estaban situados y cómo se había hecho la numeración. Los sillares se volvieron a colocar perfectamente, por lo cual, los frentes actuales quedan, no como estaban de antiguo, sino como deberían haber estado. El resto de la construcción se ha desarrollado como se proyectó y las únicas variaciones han sido las siguientes: El pavimento de las aceras se ha construido con loseta de asfalto comprimido de 2 cm de espesor en lugar de con losetas de gres porque no se dispuso de estas últimas en el momento oportuno. Se decidió colocar sobre el puente dos tuberías para gas no previstas en el proyecto y como por el peligro de que se formen mezclas detonantes no deben situarse estas conducciones en galería visitable se las dispuso bajo las aceras rodeadas de arena; la galería visitable central da paso a las conducciones de aguas y electricidad y en lugar de ser cubiertas con losas movibles se han construido dos registros de acceso en los extremos. Las fotografías que acompañan este artículo dan idea de la obra. Quedan completamente al descubierto las pilas estribos, antes parcialmente ocultas por el talud del encauzamiento y que se han suprimido los rastrillos de hormigón colocados alrededor de las pilas antiguas en época reciente, sin duda porque ya se apreció la deficiente cimentación de las mismas. Es indudable que el lecho del río en este punto ha descendido recientemente pues la parte inferior de la fábrica de las antiguas pilas se hallaba más alta que el cauce por lo cual, ha habido que colocar en las basas de las nuevas pilas cinco hiladas de sillería en lugar de las tres que tenía el antiguo puente. Es probable que al descenso del lecho haya contribuido la construcción aguas arriba de la presa de Santillana por disminuir la cantidad de acarreos que arrastraba el Manzanares y predominar entonces el efecto de la erosión sobre el depósito de aquellos. Lo cierto es que en algunas épocas podía quedar en seco la madera de la parte superior del cimiento y sin duda, protegerla de las socavaciones y alternativas de sequedad y humedad pudiera ser el motivo del rastrillado que tenía una altura de 50 cm sobre el lecho del río y abrazaba el arranque de la fábrica. En mi opinión, ha sido muy acertado que las pilas no tengan todo el ancho del puente; se ha conseguido con ello el mejor aspecto y notable economía en la cimentación. Creo que este mismo sistema es muy adecuado para ensanchamientos de puentes ya que permite conservar los frentes antiguos y utilizar los métodos de construcción modernos. Como dije en el artículo publicado en el número de 15 de agosto de 1934, las obras fueron adjudicadas a “Cubiertas y Tejados, S.A.” cuyo personal ha llevado a cabo toda la construcción con gran competencia y el espíritu de colaboración que debe siempre existir para el mejor éxito de los trabajos. José María Cano Rodríguez […].

Quedan dos cuestiones que dilucidar en las modificaciones de esta estructura y de las que no consigo cazar fuentes directas. La primera es la que afecta al acortamiento del puente, esto es, reducir de 6 a 4 los vanos y que debió de ser en una actuación anterior a la de Cano Rodríguez. Siguiendo parte del contenido del artículo para la ROP del ingeniero Luis de Fuentes López en el año 1958, tomo 2921, se alude a los primeros proyectos de encauzamiento (o canalización) del río Manzanares que parten de la primera década del siglo XX pero que se desarrollan lentamente, precisamente hasta los años 60 de aquel siglo. Fuentes cita dos proyectos de los años 1914 y 1925 no realizados -o realizados tardíamente- donde podríamos conjeturar que se realiza el acortamiento del tablero para ajustarse al proyecto de canalización de 40 metros de anchura (cauce y orillas), longitud semejante a la de nuestro puente una vez capado por ambas cabeceras. A juzgar por el histórico de testimonios gráficos, podríamos pensar que esta significativa y deprimente modificación del puente se realizaría a finales de los años 20 del siglo XX. Respecto a la segunda cuestión aludida arriba y significando que el ingeniero Cano Rodríguez nos comenta que decidió conservar a la vista parte de las pilas anejas a los vanos ocluidos y que en la actualidad tampoco existen, podríamos conjeturar que -tras el ensanche de Cano- probablemente en el año 1957 y con la aprobación de un nuevo ‘Plan General de Urbanización del Manzanares’, se refuerzan los viejos muros o manguardias de canalización incorporando (y reduciendo el ancho del cauce) muros-pantalla de hormigón. Así lo explica el propio Fuentes: Muro de hormigón en masa con sección en desplome cimentada por superficie en las arcillas compactas y atravesando una capa de arenas freáticas de 6 a 8 metros. El paramento visible de los muros va chapado de mampostería granítica concertada y coronada por una imposta caliza y un pretil granítico con pilastras del mismo material que soportan unas barandillas metálicas. Junto al paramento de tierras y a la cota del lecho del río se construye un dren visitable que se prolonga, con pendiente inferior a la del río, para desembocar al final del antiguo encauzamiento. Por cierto, la perpendicularidad de aquel nuevo diseño de encauzamiento también afectaba al Puente de Segovia, obligando al cauce a que preferentemente pasara por los tres arcos centrales de esa estructura. Otro problema que surgía con el estrechamiento del cauce era la amplitud que ofrecía la famosa ‘Isla’ donde se encontraba el complejo deportivo y de piscinas proyectado por Luis Gutiérrez Soto y que también se eliminó para estrechar el cauce en aquel punto. Aguas arriba de construyó la presa número 4 y la Pasarela Aniceto Marinas, ambas en 1955.

Por lo que respecta a la fábrica, obra bien diseñada y con excelente cantería, cabe señalar que quizás, para diferenciarse de la típica piedra berroqueña propia de época barroca, nuestro arquitecto, señor Velázquez, prefiere un pulimento fino sobre la roca de granito madrileño que, en todo caso, contrasta con los blancos calizos de Colmenar utilizados en la ornamentación. La cara de aguas arriba del puente presenta la originalidad de la estructura y se observa la calidad de la talla, distribución, disposición del sillar, especialmente en el largo dovelaje de perfecta colocación y enjarje con mínimo mortero y aplicando el arte de montea con la técnica del montacaballo en las piezas y un timbre especial al destacar las claves de los vanos con cierto relieve y tono de color blanco. Los tímpanos se cubren con medallones aunque sin definir relieve o figura alguna. Las pilas en esta cara del puente, también originales, se defienden con tajamares de sección en cuña y tejadillos gallonados. La cara de aguas abajo, también es en su mayoría de fábrica original debidamente transpuesta a esa fachada, perfectamente dispuesta donde sobresalen los espolones de sección semicilíndrica también protegidos con tejadillos de buena talla. El interior de bóvedas se completa con fábrica de ladrillo. Obviamente, las nuevas cargas totales de la obra se distribuyen entre los viejos elementos de extremos, esto es, los estribos, y las pilas intermedias más las nuevas en la medianía del tablero por intradós que se refuerzan con vigas de hormigón armado perpendiculares al cauce -a modo de traviesas- y sobre ellas, longitudinalmente otros largueros de hormigón armado con apoyo en estribos. Por el exterior del tablero o en cantos destaca la bella imposta corrida así como los imbornales, todo ello de piedra, como elementos de nueva traza, tras levantarse el nuevo tablero de hormigón armado. Algo parecido ocurre con los largos y buenos pretiles, donde los sectores originales son los pares de témpanos o pilastras coronados con basas que deberían de portar jarrones o tallas de esferas como decoración urbana pero que nunca se levantaron; originariamente, estos bloques de ortostatos de granito pertenecían al diseño primitivo, hacia los años 50 se sustituyen por barandillas metálicas y, de nuevo, hacia el año 2010 se reponen -supongo que otros nuevos- los bloques de granito a semejanza de los originales. Algo parecido ocurre con el adoquinado que tiene como firme el tablero, probablemente incorporado en la última restauración, eliminando la cubierta de aglomerado asfáltico. Respecto a la columnata en cabecera derecha que coincide con la entrada a la Casa de Campo, pues tampoco parece que son las que diseñara Isidro González Velázquez y la puerta original con su interesante rejería tampoco se divisa en el conjunto de puente y amplias rotondas que lo acotan. En lo relativo a su iluminación, el sistema de farolas de época se ha sustituido por unos focos encastrados en los pretiles como luz indirecta para el paseante.

Bueno, la reciente remodelación de la zona en el año 2009, su puente, paseos aledaños, campas y jardines se conjugan en un actualísimo proyecto grandilocuente y excesivo que podrá gustar o no al ciudadano que lo visita. A este lobo y como ha ocurrido en otras actuaciones urbanísticas madrileñas, tanto granito aburre y además, en tiempos tórridos es un acelerante de temperaturas más que altas. Respecto a su estado parece que se muestra limpio y en buen mantenimiento, carente de manchas, grafitis o plantas medrando en su sillería, no obstante, el creciente arbolado en la cara de aguas arriba impide la observación y fotografiado de la estructura. En ese punto, abunda la cartelería informativa pero no he podido comprobar que exista un panel exclusivo para nuestro puente con su historia y vicisitudes a lo largo de su vida útil.

Para saber más. En la ROP (Revista de Obras Públicas) aparecen variados artículos que tratan de este puente. Vicente Machimbarrena Gogorza lo trata a modo de inventario de puentes madrileños sobre el río Manzanares en un ejemplar del año 1901, tomo 1329 y otro del año 1924, tomo 2417. También su colega Eduardo Fungairiño Fernández lo describe brevemente en su artículo para esta revista del año 1925, tomo 2421. Muy interesantes porque nos describen características del viejo puente así como del ensanchamiento del tablero son los artículos de José María Cano Rodríguez, ingeniero de este proyecto, que los plasma en la ROP del año 1934, tomo 2651 y del año 1936, tomo 2625, con interesantes fotos de la evolución de las obras y su terminación. En esta revista, año 1958, tomo 2921, del ingeniero Luis de Fuentes López, se describen los diferentes planes de canalización del río Manzanares desde el año 1901 en adelante y toma como referencia nuestro puente para segmentar algunos de estos proyectos que, debido a la intención de estrechar el cauce despreciando las terrazas fluviales anejas aunque elevando las manguardias, pudieran ser determinantes en el acortamiento del puente, eliminando dos de sus vanos extremos. Por último y como auténtico colofón a la detallada descripción de nuestro puente deberemos de citar al ingeniero Carlos Fernández Casado que también compendió en artículos para la ROP todos los puentes antiguos y contemporáneos de Madrid sobre el río Manzanares; es en el ejemplar del año 1974, tomo 3116 donde pone atención al Puente del Rey y lo estudia con conocimiento y causa, aportando datos desconocidos hasta entonces como son los relativos al intradós de la obra ensanchada y sus nuevos soportes en vigamen de hormigón armado sobre pilas y estribos. Entre los manuales pontoneros al uso que tratan obras de Madrid, destaca el librito de la historiadora Pilar Corella Suárez titulado “Puentes históricos de Madrid, editado por “Ediciones La Librería”, páginas 35/36 donde conviene reseñar que la historiadora no se atreve a poner fecha concreta a la obra civil y además, atribuye el proyecto al arquitecto Silvestre Pérez por la similitud de esta estructura con algunos de los dibujos que Pérez hizo para un proyecto de Puente de Triana en Sevilla. Ambas dudas coincidentes también las recoge el artículo ya mencionado de Carlos Fernández Casado. Otro estudio interesante es el titulado “Puentes, Viaductos y Acueductos de la Comunidad de Madrid”, obra de varios autores editada por la CAM en 2018, páginas 244/245. Pascual Madoz Ibáñez lo describe con cierta precisión en su magnífico “Diccionario Geográfico-Estadístico” editado en 1846, tomo X, página 929, voz ‘Madrid’. En internet aparecen diferentes sites que tienen voz propia para esta obra civil o desarrollan estudios técnicos o divulgativos sobre la estructura, destacando la Wikipedia, Mirador Madrid, Parque Madrid Río, el muro de facebook Historias de Madrid, Pasión por Madrid o para la renaturalización del cauce una web municipal.

Se sigue cierto orden cronológico en la exposición gráfica. 


Curioso grabado con una imagen del puente que podría ser el primitivo puente del Rey y que se puede datar hacia los años 40 del siglo XIX. Figura en el trabajo sobre los puentes de Madrid que publicó el ingeniero Carlos Fernández Casado en la ROP del año 1974, tomo 3116. No aporta datos del documento, autor o fecha. 


Imagen más viejuna que he encontrado del puente, desgraciadamente en visión muy parcial ya que los protagonistas -escena de matiz etnológica- son los jóvenes bañistas. Obsérvese el deterioro, en aquellas fechas, de las viejas manguardias o muros de protección del cauce. Es una fotografía que aparece bien difundida en artículos y webs que muestran la historia de Madrid. En este caso, la fotografía es del mítico estudio de Laurent (Jean Laurent), imagen comercializada por 'Gráficas Baena' como postal y que lleva un franqueo del joven rey Alfonso XIII, emisión lanzada en el año 1901, año en el que podríamos datar la fotografía en cuestión. Se exhibe en la web comercial de Todocolección así como en la web Pasión por Madrid.


Otra buena toma de calidad aunque parcial del viejo puente primigenio. Destaca el portón de entrada en su cabecera izquierda con las columnatas y su bella rejería. También se observa el deterioro en el muro de encauzamiento y el bajo cuidado de la obra con profusión de matorral entre sillares que deterioran la piedra. Fotografía comercializada como postal sin más datos que podríamos datar hacia el año 1910.




Primer testimonio gráfico con un puente que exhibe sus seis ojos, como se proyectó originariamente. Fotografía muy difundida como postal -sin más datos- que se exhibe en la web de Pasión por Madrid y se comercializa en Todocolección. Toma efectuada probablemente en la segunda década del siglo XX con tres ejemplos gráficos. 


Interesante muestra etnológica, vivencial y ganadera en la plataforma fluvial junto al puente. Convive el magro cauce del río con ganado pastando en sus orillas y el ordenado negocio de lavandería con los tendederos al sol bien repletos. Ignoro todo de la fotografía aunque podríamos datarla en los años 20 del siglo XX. Se exhibe en la interesante web de 'Parquemadridrio. Sendas Temáticas'. Interpreto que la toma se hace desde aguas arriba, dejando a la izquierda el Palacio Real y aunque sólo se observan 5 vanos (tenía 6), se trata de la estructura original levantada en el año 1816 que cuando se capta la imagen ya tenía un siglo de existencia. 


Curiosa imagen del viejo puente original con su tablero angosto donde se observa al fondo la entrada al Palacio Real. Dignos jinetes, quizás personal de alto rango del palacio, saliendo de paseo con sus monturas hacia la Casa de Campo. Podríamos datar la imagen en la segunda década del siglo XX. No tengo datos. Se exhibe en la web 'Madrid en Guerra'. 

                                       

Otra de las exclusivas imágenes donde se muestra el puente entero, con sus seis ojos, con varios bañistas, paisanos mirando y algún arriero con sus bestias. Toma efectuada desde aguas arriba del río Manzanares. Estructura completa incluyendo la iluminación del tablero por medio de farolas historicistas. Fotografía que se muestra en la interesante web de 'Pasión por Madrid' sin más datos. 



Visión del puente y su pórtico de entrada que aporta el ingeniero Vicente Machimbarrena para su artículo titulado 'Los puentes sobre el Manzanares' publicado en la ROP del año 1924, tomo 2417. Aunque las tomas son borrosas se observa todavía el puente con 6 ojos. Podemos datas las imágenes entre los años 1923 y 1924. 








Serie de fotografías de la evolución en los trabajos de modificación del puente por ensanche del tablero que se realizó según proyecto del ingeniero municipal de Madrid José María Cano Rodríguez entre los años 1934 y 1936 según nos cuenta en un buen artículo para la ROP (Revista de Obras Públicas) en el año 1934, tomo 2651. Se redujeron los vanos de 6 a 4 como se aprecia en alguna toma. 

                                       

Buena fotografía del puente aunque parcial tras la drástica reforma que sufrió. Buen detalle de una de las pilas extremas (visión aguas arriba) que ahora queda empotrada en el estribo como una semi-pila decorativa aunque sirve para afianzar ese estribo. Ignoro procedencia y otros datos aunque se podría datar entre los años 1934 y 1936. Se exhibe en la web 'Parquemadridrio. Sendas temáticas'. 


Impactante imagen de una gran crecida del río Manzanares que se produjo en el año 1936 y que cubrió la altura total de pilas. Hasta entonces sólo funcionaba como regulador el embalse viejo de Santillana, construido en 1907 con baja capacidad de retención de caudales. Fotografía que se exhibe en la web de 'Pasión por Madrid'. 


Toma de otra gran avenida del río Manzanares a su paso por Madrid acaecida en fecha 05-03-1947. El único embalse de retención de aguas seguía siendo el viejo de Santillana ya que hasta  1971 no entró en servicio el nuevo que duplicó los caudales apresados. El del Pardo entró en funcionamiento en 1970. En primer término la esclusa o presa número 5 original se corresponde con los diseños del ingeniero Eduardo Fungairiño modificados después en los años 50 del siglo XX tal como se ven ahora con las casetas de control en piedra berroqueña de estilo neo-barroco. La fotografía se muestra en la web de 'Historia de Madrid' que administra JP Urbi. Toma que distorsiona la distancia de estas estructuras por profundidad de campo; probablemente se hizo desde el Puente de Segovia situado aproximadamente a 530 metros del Puente del Rey. 


Excepcional toma cenital desde aguas abajo de nuestro puente. Detrás y en el cauce se puede observar el complejo deportivo con piscinas llamado 'La Isla' obra icónica del racionalismo de época diseñada por el ilustre arquitecto Luis Gutiérrez Soto en 1932; dañada en un bombardeo en 1939 durante la Guerra Civil y aunque rehabilitada, de nuevo sufrió daños en la riada de 1947 y terminó por desaparecer en 1954 con la creación del Parque Sindical aguas arriba del río Manzanares. La imagen, sin más datos, se exhibe en la web de 'Pasión por Madrid'. Fotografía que podríamos datar en 1950. 


Fotografía del puente probablemente en toma de inicios de la década de los 70 del siglo XX que expone Carlos Fernández Casado en un artículo sobre los puentes del Manzanares en Madrid publicado en la ROP del año 1974, tomo 3116.


Buena fotografía del puente desde aguas abajo. Se puede datar hacia el año 1985 y se muestra en la revista del viejo MOPU, número 345 extraordinario de julio-agosto de 1987 titulado 'Guía de puentes de España', página 146 en capítulo titulado 'Puentes del siglo XIX' a cargo de Soledad Búrdalo y Carlos Delgado. 


Toma del puente en fotografía de fecha abril de 2008 que se exhibe en la web de 'Pasión por Madrid'. Realmente no es que la fotografía muestre una crecida del río sino que se trata de que la presa de retención número 5 estaría cerrada y la altura del cauce solía llegar hasta la cabecera de tajamares, circunstancia habitual ya que nuestro puente tiene una flecha entre claves y lecho de río bastante baja; Madoz nos decía que -a mediados del siglo XIX- era de 16 pies, o sea, inferior a los 5 metros y que con acumulaciones de arenas y lodos debido a estas represas, probablemente bajaría hasta los 4 metros. 


Toma del puente en febrero de 2010 que se exhibe en la web de 'Pasión por Madrid'. La falta de caudal obedece a que se abriría la presa 5 para limpiar el lecho y soltar agua estancada, proceso que solía realizarse todos los años. La naturalización del río se produjo en el año 2016, momento desde el cual el río recupera su caudal ecológico con fauna y flora riparia. 


Toma del puente realizada en fecha 21.06.2011 realizada por Luis García para la Wikipedia. Misma razón que en la anterior toma para observar un cauce tan bajo. 


Fotografía de fecha 25.12.2011 realizada por Tamorlán para la Wikipedia. 


Fotografía del monumento que nos informa sobre las diferentes modificaciones que sufrió tanto el puente como su entorno. Lleva fecha de 08.04.2012, su autor es Tamorlán y se exhibe en la Wikipedia, voz 'Puente del Rey'. 



Fotografías del puente y entorno, probablemente en tomas del año 2015 que se muestran en un panel informativo municipal a pie de obra. 




Varias tomas del Puente del Rey realizadas probablemente hacia el año 2017 que se muestran en el libro titulado "Puentes, Viaductos y Acueductos de la Comunidad de Madrid", obra editada por la CAM en 2018.





Serie de fotografías probablemente realizadas en el año 2020 que se muestran en la web de 'Mirador de Madrid'. 


Toma del puente desde aguas arriba realizada en fecha junio de 2022 por Just Charife para Google Map. 


Toma del amplio tablero del puente realizada por Alejandro Pepe en enero de 2023 y que la colgó en Google Map. 


Imagen parcial del puente desde aguas abajo en un interesante ocaso madrileño en fecha mayo de 2024 cuyo autor es J.O. y que la muestra en Google Map. 


Nocturno de la columnata, tablero y Palacio Real al fondo. Lleva fecha de junio de 2024 y es obra de Javier LS que la exhibe en Google Map. 












































Tanda de fotografías de fecha 09.09.2024 en secuencia consecutiva desde aguas arriba del puente, aguas abajo, tablero, cauce y cartelería informativa. 

PRESA NÚMERO 5




Proyectos de estas presas de control de cauce sobre el río Manzanares. Dibujos de alzados en visión frontal y lateral según el artículo elaborado por el ingeniero Carlos Mendoza en la Revista de Obras Públicas, año 1945, tomo 2757.







Tanda de fotos de fecha 09.09.2024.

                                       

Vieja imagen de la estructura que existía en aguas arriba del Puente del Rey. Es una toma datada hacia el año 1935 de la que desconozco más datos que se exhibe en este enlace. Se hace referencia a este complejo deportivo y pasarelas anejas en este artículo. 



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