PONFERRADA. León
N-VI PK 384,710
También se le llama
Puente de la Puebla o Puente Viejo. Quizás, en los vetustos pliegos que tratan
la pontonería de Ponferrada también se alude a esta obra como Puente Escaril.
Siguiendo al historiador Cadiñanos o ciertas referencias a la obra que figuran
en el “Catálogo de puentes de León anteriores a 1936” la mayoría de los
testimonios escritos sobre esta obra suelen hacer referencia al conjunto
pontonero de esta ciudad que, en diferentes momentos de la historia, requirieron
arreglos o rehabilitaciones. Ello obedece a que la próspera villa intentaba
evitar cargas o arbitrios para puentes ajenos comprometiéndose a mantener los
propios a sus expensas por lo que es frecuente referirse a obras y arreglos de
puentes conjuntos de esta villa con pocas referencias a una obra concreta. Muchas
de estas actuaciones ya las detallé en la entrada para el Puente del Mascarón y
poco más puedo añadir aquí salvo que parece más plausible la intervención del maestro
Calderón -quizás un cantero trasmerano- a finales de la Edad Media y la
intervención de Sancho Meléndez con una modificación del puente en 1775
aumentando la luz del vano y elevando tablero y estribos. Algún autor apunta a que esta intervención de 1775 corrió a cargo de los maestros canteros Diego de Veira y Pedro Viqueira y cuyo coste ascendió a 25.000.- reales de vellón. De nuevo en 1830 este
puente se rehabilita por el arquitecto Fernando Sánchez Pertejo con un proyecto
aprobado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Existen dos
proyectos del viejo MOP de los años 1950 y 1953 donde se especifican algunas de
las características de la obra antigua.
De la impronta general
de la estructura, al parecer de bella factura, dieron cuenta algunos viajeros
de época como Claude de Bronseval hacia el año 1532 cuando visita la península
para asistir a los capítulos generales de la orden del Cister y siguiendo el
viejo Camino de Santiago hace parada en Ponferrada describiendo su puente en la
obra titulada “Incipit peregrinatio Hispanica” o Albert Jouvin de Rochefort en el año 1672, cartógrafo francés que peregrinó a Santiago y
describe su periplo por estas tierras.
No quedan otros restos
del puente barroco que quizás, se levantó sobre la base de una vieja obra
medieval. Se han cubierto los arranques que apoyarían en la roca madre de este
cañón horadado por el río Sil. También los frentes de sillería y tampoco hay
rastros de sus pretiles originales. La agresiva modificación de esta obra civil
entra dentro de las más desacertadas en ingeniería ya que hacen imposible su
posible recuperación futura. Se ensanchó la bóveda primitiva en ambos lados,
siendo el sector de aguas arriba de mayor profundidad. A juzgar por la impronta
se modificó con nuevas cerchas de madera y encofrados verticales que además,
han dejado la huella cutre de las maderas. No ha existido ningún intento de
recrear un puente que atendiera a visos historicistas que pudieran seguir
formando parte de un paisaje más o menos medieval con el castillo como fondo. Esta
crudeza de actuación se perpetró a raíz del nuevo proyecto de ensanche de la
calzada nacional N-VI en el año 1953 y por aquellos años se terminarían sus
obras (Proyecto de Olegario Llamazares Gómez, Ensanche puente de fecha
09.07.1953 AGA, O.P. caja número 17356).
Características
actuales de la obra. Tiene una longitud
total de 55 metros incluyendo estribos o cabeceras. El tablero estricto mide
38,80 metros y su anchura tras el ensanchamiento es de aproximadamente 16 metros;
originariamente tenía 6,40 metros de ancho. Dispone de un solo vano escarzano
de 22 metros de luz. Como se observa, en la actualidad se ha embebido la vieja
bóveda en ambas caras a base de hormigonados que impiden ver la fábrica antigua
salvo por el intradós donde pervive la bóveda de piedra de granito de excelente
factura con dovelas de gran tizón que llegan a un metro y sogas regulares de 0,60
metros en excelente trabazón y disposición. Parece ser que los tímpanos y chapados
exteriores de estribos eran de mampostería. También los pretiles, coronados por
albardillas de granito. En algunas fotos se observa que los nuevos pretiles
eran los ya homologados de barrotes en hormigón armado que también han sido sustituidos
más recientemente por barandillas historiadas de acero. La anchura en cubierta
original era, como decía, de 6,40 metros que descontando la de pretiles (60x2
cm) dejaba una calzada libre de 5,20 metros. Ciertamente, la cubierta actual es
extensa permitiendo una vía de doble sentido y amplísimas aceras en ambos lados
muy utilizadas por el vecindario en sus paseos habituales pues el puente está
ubicado en una zona muy céntrica de la ciudad con amplias vistas hacia los dos
tramos del río Sil. Durante muchos años y hasta la construcción de la variante
era un puente que daba servicio a la nacional radial N-VI y aunque no hay
testigos o mojones, su PK sería el 384,710 aproximadamente.
Se sigue cierto orden cronológico en la exposición gráfica.
Misma postal de Hauser & Menet comercializada hacia el año 1900. En este caso lleva el matasellos de Ponferrada de julio 1902 y sellos con la efigie de Alfonso XIII, conmemorativos del año en que se aprueba su mayoría de edad para reinar.
Dos excepcionales tomas del puente viejo probablemente realizadas a finales de los años 50 del siglo XX, antes de su modificación. Las publicó en el año 2016 la web digital de InfoBierzo.
Otra instantánea de los años 50 del siglo XX con la sinagoga marcada en círculo. Artículo de la revista Ponferrada que exhibe la web escalameo.com.
Imagen del puente en toma de fecha 12.04.2015
Curiosa pasarela en aguas arriba de nuestro puente. Tomas de fecha 21.07.2018
Información sobre la iluminación nocturna de nuestro puente que recoge el periódico La Nueva Crónica en su edición de fecha 04.04.2023.
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