PUENTE NUEVO DE SANT JOAN DE LES ABADESSES SOBRE EL RÍO TER. Girona
N-260 PK 106,400
Hablar
de esta obra civil pudiera parecer sencillo y considerarlo un destino regular y
fácil también lo parece, no obstante, para un lobo perniano que trastea en sus
roquedos de la Montaña Palentina o en la gran metrópoli madrileña, la raya
pirenaica resulta muy lejana. Lo cierto es que prevaleció ese punto de audacia
o contumacia, aderezado con unas gotas de curiosidad y tras una planificación
rigurosa propia de un camionero como él, allí que marchó este cánido con el
pelaje tupido propio de un otoño entrado para su mejor defensa ante los gélidos
días que se avecinaban por aquellos parajes montañosos.
El
Quirce tenía el encargo de montar unos artículos sobre la carretera nacional
N-260 y ya de paso, cazar puentes, uno de los ejercicios venatorios que practica
asiduamente. Cuando él se refiere a esta calzada suele denominarla Eje
Pirenaico pues ése es su itinerario histórico y cierto es que, esta vía
transcurre por las escarpadas montañas
del sur de la Cordillera Pirenaica en un eje más o menos horizontal uniendo las
comarcas del Alto Gállego con el Alto Ampurdán atravesando, por tanto,
territorio de Huesca, Lleida y Girona. Sobre cualquier mapa de una escala
aproximada a 1:300.000 donde la extensión peninsular se aprecia bien y donde
existe además ese interesante triángulo con las distancias entre todas las
capitales, podríamos comprobar que tales distancias carreteriles visuales con
respecto a las reales varían mucho en el caso de la carretera nacional N-260.
Si trazamos un imaginario triángulo isósceles
en el mapa con vértices Sabiñanigo-Zaragoza-Girona (por poner un ejemplo)
comprobaríamos que los lados largos que convergen en el extremo E (Girona)
tiene la misma longitud pero sin embargo, por carretera, la diferencia entre
ambos lados es superior a 100 kilómetros. Obviamente esto es debido a que,
aunque las carreteras tienden a ser cada vez más rectas o sortean los
accidentes geográficos con túneles y viaductos más o menos rectos en el Eje
Pirenaico no hay prácticamente nada de eso. Carretera manual, hecha a pico y
pala, enrollándose en sí misma para salvar valles o quebradas, serpenteando
entre las faldas montañosas, cubriendo el piedemonte pirenaico o salvando altas
cumbres, su obsesión permanente es unir territorios dispares y así lo ha hecho
desde hace siglos aunque nos engañe su trazado.
Resumiendo,
la N-260 es probablemente la carretera más difícil de la península, la más
quebrada, la más agotadora y cansina, la más lenta, pero también la más
hermosa, bella y atractiva de cuantas se han construido en España, atendiendo a
su actual categoría de calzada nacional. Une las poblaciones de Portbou con
Sabiñánigo a través de 520 kilómetros endiablados, atravesando parajes
incomparables, ciudades y pueblos maravillosos y mostrando un patrimonio
arquitectónico muy interesante, además de tener el mérito de ser la carretera
nacional con más puertos de montaña por kilómetro de trazado, lo cual indica ya
de por sí, la dureza o dificultad de su trayecto.
En
realidad es la unión de variadas calzadas comarcales e incluso locales que se
definieron como ruta nacional en los
proyectos o desarrollo del Plan Peña carreteril de los años 40 del pasado
siglo. Esta singladura, lógicamente no es de transporte pesado ya que los
camiones tienden a coger rutas más cómodas al sur de Pirineos, no obstante,
existe un importante tráfico de rígidos de reparto alimentario, paquetería y
otros productos básicos necesarios para el buen funcionamiento de estas
localidades montañosas.
Como
es normal en obras públicas y tratándose de una calzada que no tiene destino en
la capital del reino, el kilometraje se inicia de E hacia el W luego en este
caso, el origen se encuentra un poco al norte de Portbou, esto es, en la vieja
frontera con Francia aunque en la actualidad ha desaparecido el mojón del PK 0
que lindaría con el bonito edifico fronterizo tan famoso y tan fotografiado en
aquella triste historia de los exiliados republicanos al terminal nuestra
guerra incivil. Este punto es en realidad la cima del Coll dels Belitres,
nuestro primer puerto en el largo tránsito que haremos.
A
lo largo de este trayecto se han producido algunas modificaciones sobre el
itinerario primitivo y surgen con frecuencia variantes y vías auxiliares que
suelen denominarse N-260a, N-260b o incluso N-260z; son pequeños tramos
originales, bellos pero de durísima conducción, otorgando la matrícula singular
de N-260 a otros modernos, bien acondicionados y diseñados para facilitar el
trayecto haciéndolo más fácil o cómodo, al tiempo que conexionan más
directamente a otros núcleos poblacionales que en la actualidad son más
importantes o quizás, sólo por cuestiones de turismo.
Conviene
alternar las variantes actuales para conocer de pleno la antigua nacional y
así, me atrevo a conducir por la N-260a
en un tramo carreteril impresionante por
donde hay que coronar varios puertos como son el Coll de Coubet en el PK 100,
entrada obligada para transitar por La Garrotxa así como el Coll de Canes para
llegarnos a Vallfogona de Ripollés. Sin embargo, si elegimos la N-260 -con
trazado más moderno y algo más cómodo- desde la citada Olot y en dirección S
pasaríamos por La Canya, Llocalou, L´Hostalnou de Bianyá, cruzaríamos el río
Ter y apareceríamos en el inigualable pueblo de Sant Joan de les Abadeses con
su famoso puente medieval del siglo XII. Tras la Colonia Jordana se unifican
las dos vías en la ciudad de Ripoll para seguir serpenteando por valles junto
al magnético río Freser y cruzar Campdevánol, la Colonia L´Herand, Ribes de
Freser o Planoles, en la bellísima vaguada llamada La Vall de Nuria. Se acomete
la dura subida de los puertos de Pont d´en Travy y Collada de Toses, éste
último con cota en los 1.790 metros tiene el privilegio de ser el puerto de
montaña más alto en la red de carreteras nacionales peninsulares. Se endurece
el trazado de la calzada muy cerca del límite con Francia con estrechamientos
imposibles y pendientes continuas que llegan al 10% hasta llegar a Urtx, cruzar
el río Segre y acabar en Puigcerdá. Después, Bolvir, Ger, All e Isóvol, en el
PK 192 junto al límite provincial.
Bueno,
bueno, me he pasado de destino pues mi intención hoy era simplemente llegarme a
Sant Joan de les Abadesses y aquí corto la ruta para centrarme en su monumental
joya pontonera que, lógicamente y para cualquier cánido sensible, causa impacto
y sobrecoge un poco en cuanto la divisas a la entrada de esta villa. Bien es
cierto que el Quirce dudaba y miraba a ambos lados pues las viejas piedras de
este puente medieval le atraían como imán pero también observaba aguas abajo la
bellísima obra práctica y eficiente que levantó Federico Moreno en forma de puente-viaducto
y que ya empieza a ser longeva pues se aproxima al siglo de antigüedad.
En
este caso, el Pont Nou salva no sólo el cauce habitual del río Ter, que va en
un zócalo profundo sino que tiene que elevarse sobre la amplia terraza que por
margen derecha ha ido conformando el río, depositando lodos y limos, hasta el
otro límite rocoso que existe en el margen derecho. En fin, salvar la hondonada
requería de una estructura larga que diera servicio a la carretera N-260 y une
ambos lados del pueblo, evitando el complejo paso del puente medieval, obsoleto
para los tráficos continuos y pesados de la explosión automovilística de los
felices años 20 del siglo XX.
Características
actuales de la obra: Se trata
de un puente largo, con una longitud total de 175 metros y un ancho de tablero
de aproximadamente 10 metros. Dispone de 14 vanos en esta secuencia: un arco
junto a estribo izquierdo de 7 metros de luz, el arco elíptico de 31,80
metros de luz y otros 12 arcos en bloques de cuatro, separados por pilas, hasta
el estribo derecho, todos ellos con luces de 7 metros. Las bóvedas de los arcos
sucesivos son de medio punto. La estructura del arco principal es de hormigón
armado y la de los restantes en hormigón en masa. La altura de la rasante sobre
lecho del río es de 18,70 metros.
El
tramo en arco de hormigón armado -lo más significativo de esta obra- se compone
de unas ménsulas, partiendo del zócalo de apoyos, y de una bóveda articulada en
los arranques y forma elíptica sobre la que apoya el tablero. Como decía, la
luz total entre paramentos o salmeres es de 31,80 metros y la correspondiente a
puntos de articulaciones es de 28,10 metros. Las zonas de tímpanos se cubren
con 6 pilas de sección cuadrangular en cada lado y que solidarizan el extradós
de esta bóveda con el tablero. En el proyecto original estos tímpanos se
cubrían con tres arquillos de medio punto en cada lado, que apoyaban en
pilas-tabique a su vez soldadas al forjado superior por medio de nervios o
viguetas transversales que formaban cuadrículas y cuyo resultado final producía
una armonía o estética más favorable, como bien se aprecia en fotos antiguas,
anteriores a la voladura del arco en la guerra civil.
Lo
cierto es que la tipología del arco restaurado -incluyendo las pilastras en
tímpanos- fue muy habitual en las reconstrucciones de obras pontoneras dañadas
en la guerra civil que se llevaron a cabo en los años 40 -terminado el
conflicto- y que no difieren mucho de los modelos oficiales de puentes en arco
de hormigón armado para medianas y grandes luces que la anterior Dirección de
Obras Públicas encargó a Ribera y Zafra en 1920.
El
resto de arcadas no han sufrido modificaciones aparentes y se forman con pilas
cuadrangulares en disminución hacia su cenit y bóvedas de medio punto,
chapándose con mampostería caliza los frentes de las pilas y las zonas de
tímpanos.
La
obra se completaba con una imposta de hormigón sobre el que se posaban los
largos pretiles también de hormigón armado. En la obra actual, el tablero es
más ancho y va volado en los cantos por medio de losas de hormigón y permite un
ancho de calzada de doble sentido con amplios viales peatonales; como petos, se
pusieron barandillas de acero.
Añado
partes del informe sobre esta obra que se publicó en la Revista de Obras
Públicas del año 1924 y que también aporta fecha de terminación de obra y
coste: [...] Para las articulaciones se
adoptó la pseudo-articulación Mesnager. Para la cimbra se proyectó una del tipo
recogida, análoga a la empleada en el puente sobre el Loira para un arco
elíptico de fábrica de 30 metros de luz. Después, para facilitad de montarla,
desmontarla y de trabajo, se adicionó una palizada, apoyando cada nudo de
aquella convenientemente arriostradas, en sentido transversal y longitudinal.
A los 28 días de terminada la bóveda
sobrevino una crecida del Ter tan extraordinaria que arrastró el puente llamado
de Los Suizos, en el ferrocarril de BCN-San Juan de las Abadesas, compuesto de
tres tramos de quince metros de luz con vigas en celosía de los que sólo se
encontró uno a 300 metros de las pilas sobre el que se hallaban. Durante 72
horas resistió la cimbra del viaducto, hasta que la rotura de los pies
derechos, por acumulación de leñas, ramajes y troncos delante de ellos, a una
altura de 5 metros desde el fondo del río, produjo -a las 3 de la madrugada y cuando
la crecida alcanzó su máxima altura- la caída de la mayoría de las palizadas,
quedando únicamente la cimbra recogida apoyada en las pilastras de fábrica
construidas al efecto.
Un minucioso reconocimiento posterior
de la bóveda hizo ver que el contacto entre ésta y la cimbra seguía perfecto,
sin haber padecido nada aquella, notándose tan solo una pequeña grieta, casi
imperceptible y poco extensa en la articulación derecha, por lo que el
accidente no tuvo otra consecuencia que la pérdida de algunos tablones y un
mayor trabajo para desmontar la parte de la cimbra restante. La crecida ocurrió
el 06.10.1919 de manera inesperada y no hay duda de que la celeridad en la
ejecución del hormigón armado se debe el que los daños no fueran considerables,
ya que el verano, época a propósito para los trabajos, es corto en la comarca,
prolongándose muchos años hasta bien entrado junio la temporada de lluvias, más
bien de final de invierno que de primavera.
Empezadas las obras del arco de
hormigón armado en agosto de 1919, terminaron en mayo de 1920 por haberse
paralizado durante todo el invierno, muy crudo en aquellas latitudes.
Las pruebas se verificaron
sobrecargando el arco con 400 kilos por metro cuadrado durante 2 horas y como
prueba dinámica, haciendo pasar el rodillo de 16 Tm, máximo de que disponía la
Jefatura, por todas las zonas del afirmado, sin haberse notado flecha ni efecto
alguno apreciable con lecturas de nivel sobre miras, no habiendo podido montar
flexímetros por la desaparición de todo el andamiaje. Entregado el puente al
tránsito, conserva, para las mayores cargas de camiones a velocidad, aunque se
haya prohibido otra marcha que la de paso de hombre, una rigidez absoluta, sin
notar efecto en las articulaciones.
El coste total, comprendidos 700
metros de travesía, fue de 283.468 pesetas, con un presupuesto aprobado de
296.977 pesetas. Las obras se ejecutaron por administración, destajando a la sociedad
Construcciones y Pavimentos la mano de obra del arco de hormigón armado y
pretiles, adquiriéndose directamente los materiales a los precios del periodo
de la guerra mundial, que llegaron a ser 135 pts. la Tm. de cemento portland
sobre vagón en fábrica y 115 pts. los 100 kgs. de acero para armaduras. En el
tramo en arco de hormigón armado se emplearon 169 metros cúbicos de hormigón con un peso total de acero de 35.535
kgs. que se hubiera reducido en periodo normal de poder conseguir fácilmente de
las fábricas barras de longitudes más ajustadas a las necesidades de la obra,
en vez de otras de fabricación estándar. En las articulaciones entraron 2.930 kilos
no incluidos en el peso anterior.
El puente descrito es, hasta ahora,
según nuestras noticias, el único puente de hormigón armado construido con
articulaciones en España y por su éxito felicitamos a su distinguido autor, el
ingeniero de la Jefatura de Girona, don Federico Moreno [...].
Por
demás, resaltar la cualidad original de esta obra civil, centrándonos en su
arco elíptico de hormigón armado que tiene el mérito de ser el primero que se
construye en España con rótulas o cilindros de hormigón en los arranques en el
arco, en este caso del tipo Mesnager. José Ramón Navarro Vera, en su libro
titulado "El puente moderno en España 1850-1950" lo incluye en su
lista de puentes relevantes en arco y bóveda de hormigón armado en España para
ese período comprendido. José Eugenio Ribera, en un artículo de la ROP del año
1924 tomo 2409 dice que sólo conoce tres puentes con arcos o bóvedas
articuladas -por entonces- y cita , además de nuestro puente, el puente de arco
parabólico superior que levantó Gabriel Rebollo en la carretera de Huesca a
Sabiñánigo para salvar el río Isuela y el puente de Gradefes sobre el río Esla,
con arcos escarzanos y tres articulaciones de plomo que construyó en 1920
Bienvenido Oliver.
Para
saber más:
Básicamente, el artículo sobre esta obra civil que publicó la ROP del año 1924
tomo 2406 sin firma y que detalla esta actuación. José Eugenio Ribera Dutaste
lo cita en su manual de Puentes de Fábrica y Hormigón Armado, Madrid,1925 así
como en un artículo para la ROP del año 1924 tomo 2409. José Ramón Navarro
Vera lo incluye en su compendio titulado "El puente moderno en España,
1850-1950", tomo II, editado por la Fundación Juanelo Turriano en el año
2001. Respecto a información y documentación sobre su restauración tras la
Guerra Civil no logro encontrar datos. En este páramo de falta de ilustración
al respecto, he consultado la tesis doctoral de Vanesa M. García-Lozano de
2015 para la Universidad de A Coruña titulada "La ingeniería de caminos
durante la Guerra Civil española. Destrucción y reconstrucción" y pese a
que trata una veintena de puentes carreteros sobre el Ter en la provincia de
Gerona, no se cita nuestro puente. Tampoco hay nada en los artículos que dedicó
la ROP en sus números especiales 1936/1939 tomos 7, 8, 11 y 13 sobre la
destrucción y reparación de esta obra civil lo cual no me sorprende ya que se
contabilizan 333 obras -desde viaductos a alcantarillas- destruidas solo en la
provincia de Girona. Respecto al Pont Vell, subido ya a este blog, se puede consultar aquí.
Cómo
llegar: Como señalo en el encabezamiento, nuestra obra
se encuentra en el PK 106,400 de la
carretera nacional N-260. Un acceso rápido desde Barcelona sería por la C-17
hasta Ripoll, donde cogeremos la autonómica C-26 que se convierte en N-260
(tramo nuevo) hasta llegar a Sant Joan y ver nuestro puente. La otra opción
-más interesante aunque más larga- es coger en Ripoll la antigua nacional bajo matrícula
N-260a, cruzar Vallfogona del Ripollés y antes de llegar al PK 97 coger un
desvío a Sant Joan de les Abadesses por la carretera local GI-521 hasta llegar
a la villa y el puente. Este itinerario por el Coll de Santigosa es precioso.
Dos fotografías de Lucien Roisin Besnard, tomadas en los años 20 del siglo XX del puente original.
Una postal antigua, probablemente también de los años 20 o 30 del siglo XX de nuestro puente. Tomada de la web de Todocoleccion.net
Foto del puente de fecha 10.10.2012
Tanda de fotos de fecha 01.07.2013
Tres fotos de fecha 03.11.2014
Tanda de fotos de fecha 10.08.2016
Imágenes tomadas del manual de José Eugenio Ribera "Puentes de fábrica y hormigón armado", editado en 1925.
Cuatro imágenes tomadas de la ROP del año 1924 tomo 2406 con detalle del proyecto original, cimbra del arco mayor y obra terminada.
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