PERALBILLO BAJO. T.M. Miguelturra. Ciudad Real
N-401 PK 179,200
Recuerdo que acabé por estos lares cuando estaba tomando notas y estudiando
esta vieja carretera a finales del año 2016 para un artículo que hacía para la
revista Solo Furgo. Esta
calzada se formó al expansionarse la reconquista en el Medievo hacia el sur y
se consolidó con la función de cañada real y posteriormente como camino real a
finales del siglo XVIII. También coincide su itinerario con el primer diseño de
la carretera de Andalucía en tiempos de Carlos III hasta que se habilita el
acceso por el mítico paso de Despeñaperros. Es también ruta quijotesca y parte
del camino manchego hacia Santiago.
Desde que se construyó
la autovía A-42 (Madrid-Toledo) entre los años de 1984 y 1991 dejó de existir
en ese tramo ya que se montó sobre la antigua carretera. Con cierta paciencia
he logrado desentrañar los misterios de la misma y descubro que aún quedan vestigios,
bien en pequeños sectores que aún sirven al tráfico y que se han matriculado
como N-401 y N-401a así como en la toponimia que pervive en el nombre de muchas
calles y travesías de los pueblos por las que pasaba, generalmente llamados
‘calle real’ o ‘camino real’.
El límite con la provincia de Ciudad Real está en el
PK 149 y el primer pueblo es Fuente del Fresno que también conserva su calle
Real y era itinerario de la ancestral Cañada Real de la Mesta, como he podido
comprobar al cruzar por allí y tener que dar preferencia a un rebaño de cabras
(la costumbre aunque anterior a la ley, en muchos casos es preeminente).
Después se llega a Malagón que aunque tiene variante, en su casco urbano
conserva el itinerario por medio de su calle Real para acabar de nuevo en la
actual carretera. Dentro del sistema de los Montes de Toledo, esta zona es más
suave y pertenece a los llamados Campos de Calatrava. En el pueblo de Fermín
Caballero también es la calle Real la que atraviesa el pueblo hacia el sur,
camino de Peralbillo.
Hacia el kilómetro 179 lo que se considera calzada
antigua desaparece bajo las aguas del pantano del Vicario, embalse que recoge
el cauce del río Guadiana y de otros tributarios como son el río Bañuelos con
el Becea. Como el pantano está en un nivel bajo he podido pasear y estudiar el
viejo puente clasicista, probablemente construido en tiempos de Fernando VI o
Carlos III, muy deteriorado en el tablero y firme aunque los arcos se mantiene
perfectamente pese a estar sumergido bajo las aguas durante muchos años. Dado
que el embalse de Vicario entró en funcionamiento a finales del año 1973 y cabe
considerar que -con buenos cauces en el Guadiana- esta obra civil y el sector
de carretera quedaría anegado por aquellas fecha, pues a día de hoy, podemos
considerar que lleva medio siglo bajo las aguas con los períodos intermitentes
de sequias en los que parece probable que quede la estructura exenta de aguas.
Por ejemplo, cuando yo tomo las fotos en diciembre de 2016, las aguas anegaban el
puente hasta la mitad de las bóvedas en altura y sin embargo, en septiembre de
2017, apenas 10 meses después y como se demuestra en las tomas que aparecen en
el blog elsayon, toda la estructura esta ‘en seco’.
En cuanto a los topónimos relacionados con la obra
civil y la zona, pues observo variaciones: El puente es conocido como Nolaya
pero he encontrado referencias que lo citan como de ‘Doña Olalla’ o abreviando,
de ‘Nolalla’. El núcleo poblacional más cercano es Peralvillo Bajo, diminuta
aldea que en algunos mapas antiguos aparece como ‘Peralbillo Bajo’. Pascual Madoz en su famoso “Diccionario Geográfico-Estadístico” del año
1846 nos informa al respecto: Frente al molino del Emperador o del Mal
Vecino y en la margen izquierda aparecen los restos de Calatrava la Vieja y a
media legua aparece el molino de Puente-nolaya con 5 piedras en el
término de Malagón y partido judicial de Piedrabuena; a otra media legua los
Palos de Peralvillo… En este caso, Madoz cambia alguna letra en el nombre
de estos lugares o parajes. Por su parte, Sebastián Miñano nos da otras pistas
en su conocido tratado titulado “Diccionario Geográfico-Estadístico” del año
1826 donde nos relata: Peralvillo en una aldea de la provincia de La Mancha,
partido de Almagro, término de la villa de Miguelturra. Viene a ser un cortijo
o casería de labor de varios vecinos…/… está situado al sur del río Bañuelo, a
tiro y medio de bala, y solo tiene una ermita con la advocación de Santa María
la Blanca y de continuo solo un vecino que habita la posada o mesón donde se
acogen los transeúntes. A la parte opuesta del río y muy inmediato a su
corriente hay otras caserías con el nombre de Peralvillo el Bajo en donde solo
habitan algunos labradores en las estaciones de sementera y barbechera. También
Miñano nos informa sobre las características de estos terrenos semifluviales
entre lo que destaca lo siguiente: Aquel terreno flojo a quien únicamente
dan alguna consistencia las plantas acuáticas y que atraviesa el camino real
donde se filtra el agua casi por debajo de los pies del viajero …/… y como la
tierra es tan llana y forma unos tablares de agua tan extendidos y
superficiales por una parte y tan abundantes por otra de espadañas, eneares,
carrizos y otros herbajes, no se echa de ver su corriente. Esto que nos cuenta Miñano es pertinente para
entender la estructura y configuración de nuestro puente, su lugar en este
punto del río y otros pormenores constructivos
de la obra civil.
Características actuales de la obra. La estructura
completa es verdaderamente larga para los magros cauces que llevaba el río
Guadiana en aquellos tiempos, pongamos que a partir del siglo XVIII. Entre
cabeceras hay aproximadamente 267 metros que conforman un tablero quebrado en
ángulo obtuso con un lado más largo hacia la cabecera derecha. La anchura media
del tablero es de 6,20 metros incluyendo pretiles aunque hacia el vértice
señalado llega hasta los 9,30 metros. La disposición de sus vanos es parcial: en
el sector izquierdo del tablero (visión desde aguas arriba del puente) que
tiene una longitud de 61 metros aparecen 7 vano homogéneos en geometría de
medio punto y luces que no sobrepasan los 4 metros; en el otro sector del
tablero, perpendicular al cauce y con una longitud de 206 metros,
aproximadamente, aparecen 3 únicos vanos, también con arcos de medio punto y
luces semejantes a los anteriores. Las pilas, en ambos casos, tienen una
anchura cercana a los 3,20 metros. En el caso del sector izquierdo están
reforzadas por tajamares en cuña aunque muy modificados y espolones de sección
semicilíndrica con sombreretes. El sector contrario dispone de tajamares en
cuña que llegan hasta la zona de claves de arcos y aguas abajo, espolones
semicilíndricos muy deteriorados pero en los que se supone, hubo también
sombreretes de piedra como protección.
Respecto al aparejo, bastante regular, se corresponde con fábrica de
sillería de caliza y granito en gran parte de la estructura aunque de talla,
cubicaje y disposición regular en muros y de calidad en los trabajos de
bóvedas, donde predominan las roscas bien tratadas, su enjarje y de cara vista
bastante lisa; el trabajo de boquillas en los arcos del sector oriental o
cabecera izquierda es espléndido así como los intradós de estos arcos; también
la sillería de los tajamares es de buena factura, tamaño y disposición,
independientemente de que con las aguas que los cubren, se hayan producido
desprendimientos o deslizamientos de sillares. El resto de la estructura, esto
es, los muros de acompañamiento, se placan con mampostería de tamaño regular,
bien aglutinada con variados morteros y también ha sufrido desprendimientos por
la influencia de las aguas cubriendo los muros.
Dispone de pretiles a base de pequeña mampostería y aparecen albardillas,
algunas de piedra y otras de cemento correspondientes a arreglos durante el
siglo XX. Hay sectores del tablero que han perdido estas defensas. También
aparecen algunos guardarruedas en las cabeceras que serán de piedra. Respecto
al firme y debido a lo descarnado o arrasado del mismo por efectos del agua, se
llega a vislumbrar varios suelos o capas, desde la más primitiva donde se puede
observar la cama a base de canto rodado con piezas muy semejante en cuanto a
forma y diámetro, perfectamente acomodadas al firme y que estarían aglutinadas
con otros áridos hasta una última capa de rodadura a base de aglomerado
asfáltico y que constituye el último firme que tenía esta carretera nacional
hasta el cierre del puente por efectos del pantano allá por el año 1973.
Quizás, la gran incógnita de este puente, especialmente pensando en su
diseño, sea la disposición tan rara en cuanto a sus arcadas y el giro acentuado
del tablero hacia su cabecera izquierda así como su incómoda y costosa
longitud. Conviene releer lo que comentaba Miñano sobre la calidad de estos
suelos, su permanente humedad, su falta de compactación y probablemente la
falta de roca madre donde sustentar bien las pilas y estribos. Es una zona de
marjales o marismas de difícil paso cuando no existía este puente por los
cienos y barros acumulados que hacían que el tránsito fuera incomodo, trabajoso
e incluso a veces, imposible, especialmente para carros o vehículos de tracción
animal. Imagino que los maestros de obra que trabajaron en esta calzada, bien
cuando era todavía cañada ganadera o cuando ya parecía que iba a ser un camino
carretero, pensaron en un diseño de obra civil con un gran aterramiento que
evitaba que las aguas sobrepasaran la rasante del tablero o camino; al mismo
tiempo consideran que como existen dos corrientes de agua, de poco caudal y
separadas ampliamente -dentro del ancho lecho del río- pues deciden dar a la
estructura una luz acorde a esos caudales para lo que se construye una serie de
arcadas hacia la cabecera izquierda del puente, por donde fluían caudales más
amplios y otros tres arcos en la cabecera derecha donde, al parecer, parece
plausible que en momentos de crecidas o desbordamientos, era necesario darle
luz suficiente -con tres vanos- para la evacuación de esos caudales, evitando
encharcamientos continuos. Hay que tener en cuenta la acentuada horizontalidad
del terreno en este punto donde -como se muestra en diferentes mapas- además de
señalar la anchura normal del cauce, se suele reflejar la inconmensurable zona
de inundaciones o desbordamientos que puede tener el río Guadiana, además de
las posibles cargas de agua del cercano río Bañuelos, que desemboca junto a la
cabecera derecha produciendo retenciones en el propio caudal del Guadiana y,
por lo tanto, elevaciones de caudal en éste último, rebasando la cota de
desalojos habituales.
Bien es cierto que, la incorporación del molino de Nolaya o quizás, la de
alguna otra rueda, han modificado un poco la disposición del puente con
respecto al cauce, el fluir de aguas o la perpendicularidad del cauce mayor con
respecto a la estructura física. Aparecen cuérnagos de piedra en la cabecera
izquierda para derivar las aguas del río hacia estos ingenios molineros.
En fin, que en apariencia, nuestro puente parece más una especie de
presilla o azud que un puente sentu stricto. Esto suele ocurrir, no con
frecuencia, en estructuras pontoneras o carreteriles que se levantan con suelos
generalmente encharcados y flojos, como dice Miñano, por donde el camino
diseñado debe elevarse a base de taludes o aterramientos prolongados para
evitar que la calzada permanezca inundada permanentemente en épocas de
deshielos o copiosas lluvias que hacen que los caudales del río en cuestión, se
desborden y obturen o bloqueen el camino. Tengo en el blog un ejemplo gráfico y
que originó que un sector de una vieja calzada que además era ‘Camino de
Santiago’ se convirtiera prácticamente en un puente por el elevado número de
arcos que precisó para su buen servicio que, en cierto modo, se parece a esta
digna obra civil: El Puente de Bárcena sobre el río Odra en la localidad de
Castrojeriz, obra pontonera con una impronta y antigüedad semejante a la de
este puente. Otro ejemplo de prolongado aterramiento con bóvedas añadidas,
además de la arcada principal, es la del viejo puente de Becilla de Valderaduey, o la llamada "Calzada de los 40 ojos" en Villarta de San Juan.
En definitiva, nos encontramos ante un puente histórico que aunque bajo
las aguas en muchos momentos, debería de prestársele más atención: consolidar
su fábrica, pretiles y calzada en lo posible. Eliminar los engendros de
tuberías que aparecen en su cabecera izquierda y rehabilitar los
tajamares-espolones así como delimitar
bien o asociar la obra a lo que queda arrasado del viejo Molino de Nolaya,
especialmente completando los canales de derivación. De seguir así su abandono,
es probable que la estructura desaparezca en pocos años y dado que es bastante
frecuente que la obra se encuentre en seco, pues sería interesante intentar
recuperarlo como monumento pontonero histórico para mostrarlo a la ciudadanía y
darnos a conocer su historia y vicisitudes. Creo que en sus inmediaciones hasta
se produjo una memorable batalla -o derrota- en tiempos de la Guerra de la
Independencia.
Para saber más. No he encontrado ningún estudio serio sobre esta interesante obra pontonera. Entre los diccionarios decimonónicos que aluden a estos pueblucos, al río Guadiana o a los molinos aledaños cabe destacar el de Sebastián de Miñano titulado “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal”, editado en Madrid en 1829, tomo VI, página 504, voz Peralvillo o en el tomo IV, voz Guadiana. Por su parte, Pascual Madoz Ibáñez en su magna obra titulada “Diccionario Geográfico-Económico-Estadístico de España y sus posesiones de Ultramar”, editado en Madrid en 1846, se limita a citar el molino de Puente-Nolaya en su tomo IX, voz ‘Guadiana’ sin datos sobre nuestro puente, independientemente de que debió de cruzarlo en sus correrías geográficas pero que, seguramente, asociaría a un sector del camino elevado sobre las aguas variables del río donde se incorporaban juegos de alcantarillas para el mejor paso de las aguas. El lobo Quirce sí intentó divulgar o dar a conocer esta bella obra pontonera, eso sí, bajo el nombre de su alter ego homínido, Luis Solera Selvi, en una serie de artículos dedicados a los puente sumergidos bajo aguas de pantanos; concretamente, lo dio a conocer en el trabajo titulado "Patrimonio bajo el agua II", publicado en la revista del entonces llamado Ministerio de Fomento, número 683 de mayo de 2018. Modernamente y ya consultando variadas sites en internet, destaca sobremanera la presentación fotográfica de nuestro puente que hace Emilio Martín Aguirre en su blog titulado Elsayón. Otras webs que aluden o describen esta zona y el lugar de Peralvillo son la de Miguelturra, Peperomagosa o la de Senderos-Ciudad Real. El conocimiento de sendas o rutas cercanas para caminantes y bicicleteros se puede consultar en Wikiloc, Mapa-Gob. Noticias en prensa como la de Lanza o MiCiudadReal, ésta última informándonos sobre una limpieza ciudadana con voluntarios que recogió toneladas de residuos junto a nuestro puente.
Con bastante vergüenza, he de reconocer, que esta bella e histórica obra
pontonera es la primera que incorporo al blog ubicada en esta extensa provincia de
Ciudad Real. Espero, en el futuro, ampliar el catálogo de puentes de la misma,
seguro que los hay de gran interés.
Salud y buena ruta.
Se sigue cierto orden cronológico en la exposición gráfica.
Pintura al óleo sobre lienzo que utiliza la fotografía anterior. Es obra de Eugenio Retamosa Espadas y lo debió de pintar en el año 2008. Se muestra en la web de Artelista.
Tanda de fotos de fecha 02-12-2016 en secuencia consecutiva desde aguas arriba del puente, aguas abajo, tablero y acceso desde la nacional N-401.
Cuatro tomas de Google Street View realizadas desde el tablero del puente nuevo en febrero de 2024 mostrando el puente viejo desde su cara aguas arriba: las dos superiores presentan parte de la cabecera izquierda y las dos últimas el primer tramo de la cabecera derecha.
Hoja número 759 'Piedrabuena' del IGN con mapa levantado en 1966 donde todavía nuestro puente (círculo negro) presta servicio a la carretera de primer orden de Madrid-Ciudad Real. En traza roja discontinua y aguas arriba del Guadiana se muestra el proyecto para la nueva variante con su correspondiente puente, hecho que se realizó en el año 1973.
Tres tomas del tablero del puente realizadas en febrero de 2024 por el vehículo de Google Street View.
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