EL NUEVO PUENTE DE GÉNOVA
VUELVE A UNIR LA CIUDAD DOS AÑOS DESPUÉS DEL DERRUMBE QUE DEJÓ 43 MUERTOS
Sumida en una crisis sin
precedentes a causa de la pandemia de coronavirus, y aún bajo las secuelas
del derrumbe del puente de Génova en 2018, en el que
fallecieron 43 personas, Italia necesita señales de recuperación. Este lunes ha
inaugurado el nuevo viaducto, llamado Génova San Giorgio. Devolver a la ciudad
su principal arteria de comunicación es importante por su valor simbólico
además de práctico, y se ha percibido como la metáfora de un país herido que
vuelve a renacer. “Es el emblema de la Italia que se pone de nuevo en pie”, ha
resumido el primer ministro, Giuseppe Conte.
Es también, como han señalado diversas autoridades, un modelo para futuras construcciones en un país con las infraestructuras notablemente envejecidas y un recordatorio para revisar las ya existentes, muchas en estado de abandono.
La ceremonia de inauguración apenas ha contado con la presencia de dos familiares de las 43 víctimas, que aún claman justicia. El resto ha preferido no acudir y reunirse en privado con el presidente de la República, Sergio Mattarella. “Todo este despliegue de medios se podía haber hecho antes de que nuestros seres queridos perdieran la vida”, protestaban. En un primer momento las autoridades plantearon una inauguración festiva, que los afectados calificaron como “un carnaval”. Finalmente y tras la intervención del jefe del Estado, se optó por una ceremonia sobria en la que se leyeron los nombres de todos los fallecidos, sonó el himno nacional e intervinieron brevemente varias autoridades nacionales y regionales.
En algo menos de dos años, con 1.200 operarios trabajando día y noche y con un único día de descanso, el de Navidad, Italia ha demolido lo que quedaba del anterior puente y ha levantado el nuevo, firmado por el arquitecto genovés Renzo Piano, que lo ha definido como “hijo de la tragedia”. Se considera todo un récord, teniendo en cuenta los tiempos habituales de este tipo de trabajos.
Génova quedó partida en dos
aquel fatídico 14 de agosto de 2018 cuando se derrumbó el puente Morandi, una
de sus vías principales y fundamental para conectar los dos lados de la ciudad
y el puerto con las autovías del norte y el sur del país. En el derrumbe 43
personas fallecieron y unas 600 que vivían en los aledaños del viaducto se
quedaron sin sus viviendas. Los días siguientes al siniestro pudieron entrar
unos minutos por turnos acompañados por los bomberos para llevarse lo que
pudieran y ya no volvieron a pisar sus casas. Algunas han sido directamente
derribadas durante las obras de la nueva pasarela y otras lo serán
próximamente.
Para que la ciudad pueda
pasar página y superar la catástrofe, aún es necesario que la justicia aclare
quiénes son los responsables del hundimiento.
Hará falta esperar, ya que la fase preliminar de las investigaciones se ha alargado más de lo esperado y el proceso aún no ha comenzado. Aunque se prevé intrincado. Hay 71 investigados por posibles delitos de homicidio involuntario o atentado contra la seguridad de los transportes, entre otras cosas. Muchos son altos cargos de la concesionaria de autopistas Atlantia, la compañía de la familia Benetton y de su filial Autostrade per l’Italia, que era la encargada de explotar el puente y de su mantenimiento.
Los fiscales del caso trabajan con la sospecha de que algunos investigados han ocultado información o incluso falsificado documentación útil, con el fin de entorpecer el proceso.
La complejidad es tal que la cuestión ha arrojado material para una investigación paralela por una probable falsificación de informes sobre el estado de conservación de otros viaductos similares a lo largo del país. Varios testigos declararon que en ocasiones los informes técnicos se modificaban, para edulcorarlos se entiende, después de las reuniones con los supervisores.
A esto se suma una eterna pugna entre la concesionaria y el Gobierno que comenzó después del derrumbe del puente. A mediados de julio, el Ejecutivo de Giuseppe Conte llegó a un acuerdo con Autostrade para que el Estado controle la concesionaria. Los Benetton dejarán de tener representantes en la nueva directiva y deberán reducir sus inversiones drásticamente en unos meses, además de pagar una multa de 3.400 millones por el derrumbe del puente.
La otra opción, la preferida del Movimiento 5 Estrellas, era la revocación de las concesiones a Autostrade, que controla la mitad de las autopistas del país y gestiona una red de más de 3.000 kilómetros de carretera. Esto sería muy costoso para las arcas públicas, ya que los contratos tienen validez hasta 2038.
Los familiares de las víctimas lamentan que el nuevo puente esté gestionado de nuevo por la empresa aunque esté en nuevas manos. “No tenemos intención de levantar polémica, pero esperamos que todo se maneje de manera diferente. Los que gestionaban el puente en el momento de la tragedia ya no deberían tener la confianza de los italianos”, ha dicho la presidenta del comité de víctimas, Egle Possetti.
Para la construcción, Piano trabajará en colaboración con la constructora Salini Impregilo, el ala de infraestructura del constructor naval Fincantieri, y la filial ferroviaria estatal Italferr.
El diseño de Piano, que
presentó de forma gratuita, incorporará columnas con pesas que recuerdan la
proa de un barco. En honor a las víctimas, 43 lámparas arrojarán una luz a
través del puente, en forma de velas de barco. El equipo de diseño recibió
instrucciones de no utilizar cables fijos en el diseño del puente para evitar
recuerdos de los cables metálicos que se rompieron durante el colapso anterior.
Con gran orgullo, Génova y el resto de Italia celebran la finalización del nuevo viaducto, que sustituye al que en agosto del 2018 se derrumbó, el tristemente famoso puente Morandi, causando la muerte de 43 personas. Entonces, los técnicos dijeron que serían necesarios al menos cuatro años para completar una nueva obra. Pero se ha realizado en un tiempo récord para Italia: solo han transcurrido 20 meses desde la tragedia y la reconstrucción se ha realizado prácticamente en un año. Se trabajó día y noche, las 24 horas del día, sin descanso ni siquiera durante la cuarentena del coronavirus. Para celebrarlo, las sirenas del puerto se han escuchado en Génova y el eco ha llegado a toda Italia.
Con el objetivo de realzar la importancia del nuevo puente, obra del célebre arquitecto Renzo Piano, el primer ministro, Giuseppe Conte, ha estado presente en Génova para observar cómo se colocaba la última pieza: «Estoy aquí con gran placer porque hoy curamos una herida. Hubo 43 víctimas y somos conscientes de que esta herida no puede ser completamente marginada. Nos estamos comprometiendo al máximo para garantizar que tales tragedias ya no se puedan repetir. Esta es una construcción que es un símbolo de Italia que se realza y que no se deja abatir por una tragedia de estas dimensiones». «Ahora –continuó Conte-, las imágenes del sacrifico italiano darán la vuelta al mundo, mientras se enfrenta al mayor desafío desde el período de posguerra hasta hoy, pero somos conscientes de que una nueva luz desde la Linterna (el faro, símbolo de Génova) se difunde en toda Italia».
Justo 620 días después de la
tragedia del 14 de agosto de 2018 que conmocionó a Italia, se han completado
los 1067 metros de acero compuestos por 19 tramos situados a 40 metros de
altura. La emergencia del coronavirus obligó a las autoridades a realizar una
ceremonia sobria. Es probable que en julio se haga la ceremonia oficial de
la apertura del puente. Ya solo falta asfaltarlo. Aún no tiene nombre: Se
ha pedido a los niños de Italia que sugieran cómo debe ser conocido el nuevo
viaducto. Con los tiempos eternos que se utilizan en Italia para ciertas obras,
muchos italianos consideran que la reconstrucción del nuevo puente de Génova en
tiempo récord ha sido un milagro. Un destacado protagonista de la obra, el
arquitecto Renzo Piano, admirado por los italianos, apela a lo que debería ser
la normalidad: «No es un milagro, sino la normalidad».
Más información en los diarios El País, ABC así como en la web de Plataformaarquitectura.
Tres tomas de la web de Plataforma Arquitectura.
Toma que difunde el diario ABC durante su construcción.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, camina este lunes por el puente el nuevo puente de San Jorge, en Génova. En vídeo, la fatídica historia del puente Morandi. FOTO: MATTIA D'ALBERTO (LAPRESSE / AP) (VÍDEO: EPV). El País, 04.08.2020
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