PASO SUPERIOR DE MARQUÉS DE SUANCES
MADRID
A-2 PK 7,410
Lo cierto es que El Quirce a
veces se trastoca un poco sin saber bien a qué obedece. Refugiado en su Babia
particular y bien dice pues en su larga estancia por tierras leonesas por allí
olisqueó piedras viejas y montó algunos artículos, hoy ya en zonas palentinas,
continúa sumido en ese estupor que produce el campo, paisajes de armonía y una
vida de silencio y pastoril más propia de frailes y donde ejerce su arte
venatoria de cazar puentes.
Un poco confundido y aturdido
intentando diferencias rasgos y caracteres de las marcas que los putos canteros
grababan en sus piedras hace siglos, le aparece al Lobo entre sus ficheros
pontoneros esta obra. Bueno, quizás es el momento de romper aquel silencio pastoril
donde se refugia este cánido y adentrarse en la jungla madrileña aunque sea de
un modo más virtual que otra cosa.
De momento, paso de muescas de
cantería (intentaba encontrar coincidencias entre las marcas que observo en algunos sillares y dovelas del puente de Villanueva del Río sumergido bajo las aguas del pantano de
Aguilar de Campoo -ahora emergido debido a la fuerte sequía- con las de otros
puentes de época en la zona) y salto al siglo XX para subir un puente
plenamente contemporáneo.
Se trata de una obra más del tándem
Fernández Ordoñez-Martínez Calzón que alzaron en la ciudad de Madrid para la
glamurosa autovía A-2 y que se sitúa entre la digna pasarela de hormigón y hierro de la calle Josefa Valcarcel y el puente de La Piovera, obra del ingeniero Luis
Sierra que ya subí al blog con su serie que comienza con la obra conocida como
Puente de la CEA. No muy lejos, aproximadamente en el PK 4 hizo unos años
antes, en 1982 el propio JAFO un paso superior sobre la A-2 que llamo de la
Calle Torrelaguna y que recuerda mucho a la obra que ahora presento.
El proyecto encargado por el
Ayuntamiento de Madrid es de 1985 y la obra se terminó en 1987 llevando el
estudio de ambos ingenieros el proyecto básico, el proyecto de construcción y
la dirección de obra. El presupuesto se cuantificó por un contravalor de
650.000.- euros.
Aunque por el proyecto es
conocido como Paso Elevado de Marqués de Suances, la obra está ubicada en la
actual calle Felipe Juvara y sirve para conectar La Piovera con Canillejas,
circundando el viejo parque de La Quinta de los Molinos.
Características de la obra:
Se trata de una obra mixta en hormigón armado y acero corten. Tiene una
longitud de 110 metros y la anchura del tablero es de 26 metros. Dispone de
tres vanos adintelados siendo el mayor de 40 metros de luz que cubre los
carriles centrales de la autovía.
Tablero mixto de canto constante formado
por tres secciones dobles de vigas metálicas de acero corten en cajón para
evitar el efecto de gran ensanche del mismo al formar una línea escalonada o en
dos cuerpos. Las pilas -básicamente dos bastidores cuadrangulares- también son
mezcla de hormigón blanco y un chapado de corten aunque son visibles sus caras
internas de hormigón para que quede clara su tipología. La solución de estribos
en hormigón armado también parece novedosa prolongándose la forma exterior
volada de la viga cajón y su retranqueo al máximo del muro frontal de cierre lo
cual parece o hace el efecto de proyección del propio tablero resaltando su
volumetría y belleza de línea.
En cubierta una amplia losa de
hormigón armado por segmentos, muy volada y que permite una calle amplia con
tres carriles de circulación para cada sentido, un separador central de
hormigón y aceras que han quedado un tanto disminuidas con los protectores a
base de altos New Jersey de hormigón para evitar la invasión de vehículos sobre
las aceras. Queda patente el buen gusto en la elección de los petos a base de
barandillas sencillas con dibujo geométrico muy utilizadas por los autores y
que siempre me recuerdan -salvando las distancias- las que se hicieron en el
paso sobre el Paseo de la Castellana (Museo de Escultura al Aire Libre)
diseñadas por Eusebio Sempere aunque en este caso el matiz curvo sólo se
encuentre en los discos centrales de la rejería y en los extremos de las mismas.
Suelo quejarme del olvido y falta
de mantenimiento en mis puentes rurales, donde lucho con la fronda de
vegetación para abrirme paso y poder ver la estructura, las más de las veces en
abandono pero ocurre algo parecido en la gran ciudad. Aunque peor suerte lleva
el ya citado puente de la calle Torrelaguna, el paso de Felipe Juvara en
superficie necesita urgentemente un recrecido asfáltico y señalización
horizontal además de un buen repintado de las barandillas. La suciedad y
abandono en las partes inferiores llaman la atención y hasta los grafitis -que
no me desagradan- en este caso son muy mejorables aunque debo respetar el de mi colega Wolf que recientemente también ha metido sus zarpas en las vigas y estribos del puente con su rótulo característico. Un signo evidente de las
obras de JAFO y Martínez Calzón es la herrumbre. La calidez y naturalidad de
esos tonos marrones de variados matices del acero corten y que aquí, quedan anulados en
asociación a la mugre que soporta la obra pontonera y otros brochazos a tono que intentan tapar pintadas pero que empeoran el resultado.
Proceso de construcción y obra terminada en fotos de 1987 tomadas de la web de MC2 Estudio de Ingeniería, S.L.
Estado del firme en fotos tomadas el 13.05.2015
Dos fotos de la obra de fecha 10.07.2015
Fotos de mi tránsito bajo el puente en fecha 10.01.2017
El País sacaba foto de nuestro puente en la edición de fecha 19.03.2017 con motivo de las obras para la nueva Clínica Universitaria de Navarra.
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