PUENTE DE SANT JOAN LES FONTS-GI SOBRE EL RÍO FLUVIÁ.
N-260z PK 78,300 desvío GI-522 PK 3,500
Cuando
estudiaba la mítica carretera nacional N-260 para hacer unos artículos me
encontré con esta zona enigmática donde se mezclan los aires del Pirineo con
los aromas de la vieja historia representada en sus pueblucos, su arquitectura
medieval, el frescor de sus bosques de galería impenetrables y un silencio
solemne apenas roto por la cadencia y rumor de las aguas de sus ríos. Los
valles y quebradas intentan separar la comunicación pero siempre se idean
estructuras que salvan aquel impedimento. Aparecen las obras civiles que cruzan
cauces desde tiempo inmemorial y en eso estoy, descubriendo sus joyas
pontoneras entre los paisajes abruptos y mágicos del Parque Natural de la Zona
Volcánica de la Garrotxa.
La
Garrotxa es un buen ejemplo de estas historias y también de sus puentes. En
este caso, me interné por Sant Joan les Fonts, un municipio perteneciente al
partido judicial de Olot y que acoge a otros pequeños núcleos como son La Canya
y Begudá. Como observador de carreteras (y de la vieja caminería) diría que
está en un punto que es crossroad,
con conexión hacia Girona, Olot, Figueres, Camprodón-Francia, Vic o Ripoll;
también soporta gran tráfico pues se encuentra en el Eje Pirenaico o N-260 que
comunica la costa gerundense con el profundo Aragón en Sabiñánigo. Menudean las
rutas pedestres como la de Las Tres Coladas de Lava hacia los viejos volcanes
hoy sin actividad; la Ruta de Las Fuentes y Verlets; la Ruta de Boscarró o la
conocida Ruta Medieval que pasa por el Castillo de Juvinyá y la iglesia del monasterio románico.
Independientemente de estas rutas, Sant Joan les Fonts ya tiene su propio interés
histórico por su monumentalidad medieval entre monasterios, iglesias, castillos
y casas palaciegas blasonadas.
El
primer núcleo poblacional del que hay constancia se constituyó en el siglo IX -probablemente
y como ocurre frecuentemente, junto a un puente- y fue desarrollando su
impronta medieval a lo largo de los siglos y aun cuando los terremotos de 1.427
y 1.428 destruyeron gran parte de su patrimonio arquitectónico, su
reconstrucción parece que siguió la impronta de una sociedad más medieval que
renacentista, incluyendo la reconstrucción de sus obras pontoneras.
Algunos
testimonios arqueológicos indican que existía una calzada romana de segundo
orden como derivación de la Vía Augusta (la calzada del Mediterráneo) que tenía
sus inicios en L´Ampudia, seguía por la actual Figueres en dirección W/NW y se
internaba por la Vall de Bianya que conformaba desde antiguo el Clodianus
Flumen (Río Fluviá) para alcanzar el Capsacosta, las explotaciones mineras de Rocabruna
y quizás, siguiendo por el Coll d´Ares penetrar en la Galia donde, de nuevo, se unía a la
Vía Augusta (en Galia es la Vía Domicia) para seguir hacia Roma. Esta calzada parece
que la denominaban Vía Annia y continuó siendo útil -aunque con un
mantenimiento cada vez más deficiente- durante siglos. Los vestigios del puente
de San Salvador apoyan la posibilidad de la ruta romana. La colección de
puentes, ya sea el de Camprodón, Castellfollit de la Roca, Besalú o éste que
nos ocupa, pudieran ser puentes de madera durante muchos años, rehabilitados o reconstruidos de nuevo hasta que, por
importancia de la calzada, en el Medievo se decide hacerlos de fábrica, bien en
el lugar de los antiguos, utilizando sus basas romanas o construyéndolos en
lugares más accesibles, como parece que ocurrió en la colección citada.
Las
primeras referencias escritas de nuestro puente se refieren a un privilegio de
caza y pesca otorgado por Pere Cervera, Vizconde de Bas, a favor del priorato de Sant Joan les Fonts de
fecha 14.10.1247. Otras referencias del siglo XIII y XIV son las siguientes:
En 1.281 se cita en el
documento: [...] venta
hecha por (…) Planella y su hijo Guillermo a favor de Pedro y su mujer
Berenguela de la mitad de los molinos del ponte, sitos sobre el Fluvià en San
Joan las Fonts, reservándose la otra mitad; y bajo la condición de pagar a los
otorgantes 3 medias cuarteras de trigo por Navidad en ayuda del censo que
pagaban a la iglesia del monasterio de San Joan. Actum est hoc IIII kalendas
januarii anno Domini M. CC. LXXX, primo… Signum Gaucelmi prioris qui hoc firmo[...]
(Montsalvatge. Noticias históricas. Vol 12. Pag. 252
Documento MX)
En 1.328 se cita en otro
documento: [...] Firma de señoría o nou establiment que fa per el prior Juan de
Montuello a Arnau de Juviñá y als seus de las dos parts dele molins que hi ha
en esta en lo cap del pont al riu Fluviá per la cantitat 1… sous barcelonesos
de terno, se salva la señoría y lo cens de tres cortas de blat net al 1º agost,
y mesura de Olot. Actum est hoc pridie nonas februarii anno domini millesimo
trecentesimo vicesimo octavo [...] (Montsalvatge. Noticias históricas. Vol. 12.
Pag. 370. Documento MCCXXIV). Ambas citas son de la memoria sobre el puente
preparada por el Ayuntamiento para obtener financiación en orden a su
reparación y mejora, con la colaboración de la Asociación de Amics de Sant Joan
les Fonts.
En
el alto medievo habría un puente de impronta románica que serviría para las
conexiones hacia Besalú, Cerdenya y Berga y tras diferentes avenidas del río
Fluviá a lo largo de los siglos, arruinaría la obra civil que se rehabilitaría
en un estilo más gótico entre los siglos XIII y XIV fechas a las que se alude
en los documentos y parecido a lo que ahora podemos admirar ya que los citados
terremotos del primer tercio del siglo XV -si bien debieron afectar a la
pontonería de la zona- en el caso de Sant Joan no impidieron que su
reconstrucción imitara el estilo original. El viejo puente disponía de cinco
vanos, siendo los centrales más grandes y los que mayor ruina sufrieron; la
solución de la época, probablemente hacia 1.450, fue la de unificar los dos arcos en uno de
mayor luz de tipo ojival con mucha flecha y que seguía forzando un tablero a
dos aguas, tal como vemos ahora, obviando quizás, las nuevas corrientes
renacentistas que ya trabajaban con tableros horizontales y retomaban las
arcadas clásicas de medio punto. Otro vano extremo quedó cegado en alguna
reconstrucción de la villa, probablemente a inicios del siglo XX.
Características
actuales de la obra: Se trata de un puente
con tablero alomado con una longitud aproximada de 73 metros, incluido
estribos. El tablero propiamente es bastante equidistante desde vértice a
extremos pues corresponden 31,10 metros a su lado izquierdo (aguas arriba) y
32,20 metros al lado contrario. Hay que añadir en longitud los estribos
(4,70+2,70 metros) así como terraplenes (10+2,40 metros). La pendiente en ambos
tramos no sobrepasa los 6º de inclinación. La anchura es de 3,30 metros de
calzada más 0,30x2 metros de pretiles. Dispone de 3 vanos y 2 aliviaderos. Los
arcos son variados: el más grande, es ojival o ligeramente apuntado y los dos siguientes son de medio
punto. Sus luces son de 18+5,90+5,90 metros. Los arquillos de aligeramiento o
aliviadero son muy parecidos pues ambos tienen luces de 3 metros y son de medio
punto peraltados, aunque uno más que el otro y tampoco se encuentran en la
misma línea horizontal de paramentos. El protagonismo lo tiene el gran arco
ojival, como decía, con luz de 18 metros, flecha de 10,50 metros y altura sobre
lámina de cauce de 13 metros. Entre arcadas, una pila central de 3 metros de
grosor y otra más de 2,70 metros, siendo el resto actual paramentos hasta
estribos. Bóvedas de buena fábrica y terminación aunque en ese estilo propio
pirenaico que acentúa lo medieval rústico; lo visible en intradós es un dovelaje
menudo, apretado, bien aparejado aunque con demasiado relieve y restos de un
enlucido de amarillo sucio que quita prestancia a las bóvedas; oquedades
lineares a varias alturas (mechinales) donde se acoplaban las cimbras en
diferentes rehabilitaciones. La geometría de los arcos es significativa y ello
se acentúa en la conformación de las boquillas. Aunque la obra es de fábrica
variada en la que predominan diferentes tipos de basalto, toba y arenisca rojiza,
las boquillas permanecen uniformes, con un dovelaje equilibrado y armonioso de
tono oscuro. En general -y especialmente en el arco principal- las dovelas son
profundas aunque de poca anchura (60x20 centímetros) y su disposición es
cuidada. En muros y zona de tímpanos predomina una fábrica irregular de sillarejo
y mampuestos variados careados cuya horizontalidad de hiladas pierde
regularidad a medida que avanzamos en altura de muros, debido a las diferentes
rehabilitaciones que ha sufrido la obra así como el propio colorido y
composición de la piedra utilizada en cada caso; también se observa la
presencia de lajas de esquisto pizarroso y ripio en juntas. En general y en
contra de las modas presentes para rehabilitaciones, no es llamativo o evidente la presencia de
mortero entre juntas. Parece que dispone de restos de un tajamar entre los dos
arcos menores y resulta curioso que carezca de uno central y contrafuertes,
aguas abajo. En estribos la regularidad en el empedrado es la misma aunque
abunda el mampuesto ciclópeo; en cabecera derecha parece que el estribo
descansa naturalmente sobre una enorme masa de roca madre de esquisto. En lado
contrario, donde pudiera encontrarse el arco faltante, parece que existía un muro
de encauzamiento (actual Carrer de Santa Magdalena) y aun quedan junto al cauce
restos de construcciones o muros de caces de algún molino anejo al puente. El
tablero es curvo en cabecera derecha pues dirige el camino hacia las rampas de
acceso al viejo castillo y la iglesia y es perpendicular a Santa Magdalena en
cabecera contraria. Dispone de altos pretiles de mampostería con albardillas a
base de lajas de basalto a tizón de buena talla y rejuntado aunque se observa
presencia de cementos como unión o remates en alguna zona. Sobre ellas y a modo
de barandillas cutres se han instalado tubos longitudinales con secciones verticales
empotradas en la vieja obra. En calzada, un buen grosor de recrecidos de
aglomerado asfáltico.
Su
mantenimiento actual no parece malo aunque es de desear una mayor dedicación a
la erradicación de matas y arbustos que crecen en los muros, la eliminación del
arbolado pues está demasiado cerca del monumento e impide la visión del
conjunto. Dispone de iluminación pero la red y cajetines de distribución de la
misma es cutre y demasiado visible en paramentos y arcadas. No sé si ha sido un
acierto edificar tan cerca -en margen derecha, parte naciente- un par de
edificios para la oficina municipal de turismo.
El
puente ha estado en servicio hasta hace poco con circulación alternativa a
través de semáforos. Actualmente es peatonal aunque tiene unos pivotes levadizos
o movibles que permiten la circulación de vehículos autorizados aunque no
observo limitación por tonelaje o anchura de ejes. No hay señalización en
carretera que dirija al monumento pero sí dispone en cabecera izquierda de un
cartel informando sobre sus características e historia.
En
el año 2.015 se procedió a efectuar varios sondeos arqueológicos en la obra
civil con motivo de su remodelación. En las catas sobre cubierta se ha
localizado un enlosado de piedra antiguo, que se puede fechar en el siglo XV y
que ha sido puesto al descubierto así como los tradicionales guardarruedas
junto a pretiles. Estos trabajos han sido dirigidos por la arqueóloga Maribel
Fuentes.
Para
saber más: Es determinante el trabajo
efectuado por el ICCP Ángel López Sánchez en su tesis doctoral para la ETSICCP
de Barcelona titulado "Puentes de época medieval en las cuencas de los
ríos Ter, Fluviá y Muga", volumen III, Año 2.010. En la web de turismo del
Ayuntamiento se hacen pequeñas referencias a la obra. Más información en la web
Artmedieval.net. La Wikipedia en la voz "Sant Joan les Fonts" también
alude al puente brevemente. Sobre los datos de la calzada romana y localizaciones de vestigios he utilizado la TII (Tabula Imperii Romani) carta K/J 31 "Pirineos Orientales". Sobre la reforma y descubrimiento del enlosado de
la cubierta del tablero ver artículo en La Vanguardia de fecha 26.03.2015.
Para conocer con más detenimiento la impresionante carretera nacional N-260 (Port-Bou a Sabiñánigo) de 520 kilómetros de longitud con detalle de algunos de sus puentes y su importante patrimonio lineal podéis consultar los artículos que escribí para la revista Solo Camión en sus números 320 y 321 de octubre y noviembre de 2.016.
Para conocer con más detenimiento la impresionante carretera nacional N-260 (Port-Bou a Sabiñánigo) de 520 kilómetros de longitud con detalle de algunos de sus puentes y su importante patrimonio lineal podéis consultar los artículos que escribí para la revista Solo Camión en sus números 320 y 321 de octubre y noviembre de 2.016.
Dentro
del término municipal, en la zona de Begudá, también podemos admirar un bello
puente románico sobre el río Toronell conocido como Puente de Cossei.
Cómo
llegar: Se encuentra en la carretera
provincial GI-522 aproximadamente en su PK 3,500 a la entrada de la población
si venimos desde el W. Como decía, se encuentra en la influencia de la
carretera nacional N-260 "Eje Pirenaico". En esta zona la nacional se
matricula como N-260z por el E y al llegar a su PK 78,300 nos desviaremos hacia
el W por la citada GI-522 que nace en este punto hasta alcanzar Sant Joan y su
puente. Si circulamos desde el W (La Canya) por la N-260 pues aproximadamente
en el PK 85,500 y al llegar a una rotonda tomaremos la provincial GI-522 hasta
el pueblo y su puente. La vía rápida más cercana es la autovía A-26 con salidas
hacia Sant Joan les Fonts en los PK 79 y 84.
Tanda de fotos de fecha 03.11.2014
Imagen que recogía el periódico La Vanguardia con fecha 26.03.2015 sobre la recuperación de parte del enlosado antiguo del puente.
Dibujo de alzado efectuado por A. López y C. Suárez de fecha 02.12.2009 para la tesis doctoral del primero.
Alzado y datos de caudal para calcular la obturación del puente en función de su calado. Datos de A. López, C. Suárez y M. Turull. Una gran avenida del río Fluviá producida en 1,940 llego a rebasar los pretiles del puente.
PONT DE COSSEI
Foto tomada de la web Patrimonio de la Garrotxa
Foto del año 2.011 tomada por Ricard Ballo en el blog Catalunyamedieval.
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