martes, 6 de diciembre de 2016

PUENTE DE SAN VICENTE SOBRE EL RÍO ZAPARDIEL

PUENTE DE SAN VICENTE SOBRE EL RÍO ZAPARDIEL
SAN VICENTE DEL PALACIO. Valladolid
A-6 PK 149


Originariamente se debió construir quizás en madera, para el paso de ganado pues está en el itinerario de la cañada abulense que, desde Arévalo, empalmaba en Medina del Campo con la Cañada Real Leonesa Occidental. Hay constancia también de que este camino ya existía en tiempos de los Reyes Católicos pues está tipificado como "Ruta Isabelina", la que tomó la reina Isabel I camino de la citada Medina del Campo, importante ciudad castellana en el siglo XVI donde residió en muchas ocasiones y donde murió. También es Camino de Santiago del Sureste, para peregrinos con origen en Alicante, Cartagena, Murcia o Albacete.

Con el diseño de nuestra red de carreteras de tipo radial, proyectada por los ilustrados, especialmente Melchor Gaspar de Jovellanos, el marqués de la Ensenada, Olavide  o Campomanes, entre otros, se acometen las primeras obras de firme y construcción de puentes en las principales vías peninsulares. Es la época de la llegada de los borbones a España y el reinado de Felipe V, Fernando VI  y Carlos III. En los itinerarios de carreteras y postas que diseña el propio Pedro Rodríguez de Campomanes para el Secretario de Estado y Superintendente de Correos Ricardo Wall en 1791, el camino de Madrid a Medina del Campo, de 28 leguas, coincide con la situación actual de este puente.

El río Zapardiel nace en la Sierra de Ávila, discurre por la meseta castellana y desemboca en el río Duero, cerca de Tordesillas. Su tránsito por la comarca de Tierra de Medina es , como poco, bastante extraño. Debido a la composición del terreno, muy poroso, se producen filtraciones que impiden un cauce regular en épocas de poco caudal; al mismo tiempo, existen capas endorreicas en toda la planicie y movimientos de surgencias de aguas, provocando la proliferación de charcas, lagunas y lavajos en las proximidades del río pero impidiendo que mantenga un cauce regular, por lo que la mayor parte del año está seco. No obstante, en ocasiones lleva caudales grandes que sobrepasan el cauce ordinario; he visto fotos del puente en la primavera de 2013 con niveles de agua muy elevados.

Existen fuentes documentales concretas sobre este puente: En 1750 los maragatos (dedicados a la trajinería y movimiento de ganados) exponían una petición al gobierno donde hablan del mal estado del camino de Medina así como de la conveniencia de que se construyera un puente con urgencia (se entiende que el de madera estaba arruinado). El proyecto para su realización se encargó al cantero y arquitecto Fray Antonio San José Pontones (1710-1774) que proyecta una estructura barata mezclando la siempre más costosa cantería con fábrica de ladrillo; su presupuesto es de 88.546 reales. Dada su presencia en la zona, aprovechó para diseñar otros pontones en la cuenca del río Zapardiel. Hay que tener en cuenta que uno de sus refugios habituales era el convento de su orden jerónima llamado de Nuestra Señora de La Mejorada en la localidad cercana de Olmedo, lugar donde tenía su estudio y desde donde hizo trazas para muchos puentes y caminos, especialmente de la zona de Castilla La Vieja. Eran encargos que normalmente le hacía el propio Consejo de Castilla y que normalmente él no realizaba aunque solía supervisar muchos de ellos y encargaba o nombraba los maestros de obra o alarifes que debieran de intervenir. En este caso y como consta en los planos del puente, la traza la hace en el año 1753 y lleva su firma bastante legible. 

Parece ser que, bien él o el Consejo de Castilla por medio del Fiscal correspondiente, se adjudica la obra al reconocido contratista y maestro de obra Hilario Alfonso de Jorganes, habitual en los encargos que hacía la Administración de la época, ayudado técnicamente por José V. Palacio al que sustituye el ayudante técnico Andrés Hernández; según un informe del propio Jorganes, da por terminada esta obra así como los caminos aledaños de San Vicente, El Simplón y La Laguna el 8 de abril de 1787, ciertamente años después del fallecimiento del Padre Pontones por lo que éste, no pudo ni controlar materiales y obra y tampoco defender su resultado. Se produjeron varias polémicas en cuanto a la calidad de la obra que se resolvieron con diferentes inspecciones que analizaron hasta las características de la piedra utilizada (se envió una muestra de sillar a la Academia de San Fernando para aseverar la mala calidad de la piedra). Entre los peritos que tuvieron que intervenir se cita a Machuca, Ventura Rodríguez, Juan Antonio Otero o Diego de Ochoa, reconocidos arquitectos de la época que fueron consultados y emitieron sus informes sobre el trabajo, la calidad, su solidez y seguridad. Parece ser que -en última instancia- los informes favorables de Machuca, Juan de Sagarvinaga y Fernando González  a la obra terminada por Jorganes dieron resultado y el Consejo de Castilla aprueba la obra y el repartimiento de costes entre los pueblos aledaños en el año 1790, esto es, tres años después de finiquitada la obra civil.

Estos procesos de peritaje, discusiones y desconfianza obedecen a la pugna y competencia que seguía existiendo entre los maestros de obra tradicionales, como es el caso de Hilario Alfonso de Jorganes y otros canteros trasmeranos -en general, siempre apoyados por el que fue comisario de obras y caminos Marcos de Vierna- y el grupo de profesionales que había pasado por la Academia de San Fernando que tenían una formación técnica y artística más acorde con los tiempos, especialmente con las corrientes francesas e italianas. Como se sabe -y el tiempo lo atestigua- ganaron los segundos y los maestros y canteros trasmeranos, ciertamente reconocidos en su labor, empezaron a ejercer como encargados de obra, sobrestantes o aparejadores, siempre a la orden del arquitecto que hubiese proyectado la obra y que ya definitivamente tutelaba e inspeccionaba la Real Academia. 

No deja de ser curioso que, en esta obra, técnicamente proyectada por el grupo de maestros trasmeranos de gran maestría pero sin titulación, se aceptaran los mandatos del proyecto original. Lo cierto es que la preparación de su proyectista - el Padre Pontones-  estaba fuera de cualquier discusión técnica pues este fraile, muy prolífico en la obra civil de caminos y puentes, era un arquitecto reconocido e innovador además de un tratadista que había estudiado con detenimiento las técnicas renacentistas italianas. Sus trabajos en las pasarelas de la Casa de Oficios del Monasterio de El Escorial son magníficos en cuanto a la construcción de arcos, estereotomía e innovación. En el caso del puente de San Vicente, pone en práctica el mayor desalojo de aguas por medio de arcos carpaneles y la utilización de pilas más estrechas que dan al conjunto de la obra una perspectiva bella y singular además de su componente práctico en hidrometría. Quizás, la valía y experiencia del fraile cántabro Padre Pontones, extensible a sus colaboradores trasmeranos más habituales, entre los que se encontraba Jorganes, Juan de Sagarvinaga y otros muchos, influye en que la famosa Academia y el propio Consejo de Estado otorgaran la conformidad a esta obra civil. Para situarnos, estamos en tiempos del periodo del reinado de Carlos III que falleció en 1788 y los comienzos del reinado de Carlos IV.

Características actuales de la obra: Consta de 8 vanos iguales y dos largos muros de acompañamiento, contención y nivelación para mantener un tablero plano. La fábrica es de piedra caliza blanca, con sillares regulares, lineados y bien asentados a hueso. La obra de arcos, bóvedas, zócalos y tímpanos es perfecta y la conjunción con el ladrillo en pretiles y muros de arranque (cabeceras) recuerda el estilo propio de la zona en casas, palacios o iglesias antiguas, mezcla de arquitectura castellana y mudéjar. Hay que tener en cuenta la influencia que ejerció en el Padre Pontones la edificación mudéjar en ladrillo que pudo contemplar y estudiar en sus largas estancias en el convento de la orden de Sahagún de Campos. 

Los arcos son carpaneles y sus boquillas se encuentran en buen estado así como las bóvedas del intradós. Los salmeres (arranques de los arcos) se asientan sobre amplias basas, quizás reforzadas en alguna de sus reformas o reconstrucciones. Dispone de cortos tajamares y espolones  de sección en cuña que llegan hasta la altura de claves y con discretos copetes coronando estos fustes, algunos en mal estado, con sillares rotos y proclives a desprendimientos; obsérvese la unión de estos tajamares en sus arranques con las bóvedas por medio de sillería en zigzag, sin recurrir al adosado de piezas lo que nos hace pensar que en el alzado de la obra, ya se iba conjugando la construcción de bóvedas, pilas y sus protecciones de tajamares-espolones. Los movimientos de arenas y lodos acumulados impiden ver la extensión original de las pilas, que deberían ser de mayor alzado como así se aprecia en los planos originales. Sin embargo, los paños de tímpanos en lado aguas arriba han sufrido las embestidas de algunas avenidas que dañarían la obra con desprendimientos evidente de sillería que se ha repuesto de modo más grosero, Por el contrario, la sillería del lado opuesto, muestra todavía la maestría de estos canteros ya sea en volumetría, escuadría, disposición y cara vista bastante lisa en todas las piezas. 

El tablero dispone de entradas en embudo, propio de zonas con gran tránsito de ganado. La obra de aparejo a tizón y soga con ladrillo castellano en arranques, muretes y pretiles es meritoria y puede que haya sufrido renovaciones a través de los años.  El pretil reposa en las impostas de piedra ligeramente sobresalientes sobre los paramentos que realzan el porte del puente y están coronados con pasamanos de piedra de superficie convexa. También dispone de imbornales entre los huecos de los ladrillos que evacuan las aguas de la lluvia y para no dañar la piedra, estas escorrentías chocan sobre sillares sobresaliente de estos paramentos.  Algunos tramos del pretil así como parte de los muros de ladrillo de las cabeceras "aguas arriba" se encuentran en precario estado y necesitarían una reforma urgente.

Entendemos que a lo largo de estos siglos, la estructura habrá sufrido reparos o reconstrucciones como la comentada en tímpanos. En fotos a las que he podido acceder correspondientes a su última restauración en la cimentación, se pueden observar las cabezas de los pilotes originales de madera y el emparrillado que rodean las pilas de sujeción (Leonardo Fernández Troyano. Revista CSIC. Noviembre 1985).

Considero que la obra no tiene los cuidados adecuados en cuanto a su mantenimiento y se debería de controlar el tránsito de vehículos pesados o maquinaria agrícola que probablemente son los responsables de la caída de secciones de pretiles. No existe ninguna señal de dirección al monumento y mucho menos un cartel informativo sobre la historia del puente lo cual sorprende ya que podemos catalogar este puente como obra civil de carácter monumental e histórico. En el entorno de Medina del Campo existen varios puentes interesantes y de épocas semejantes a éste en la cuenca del río Zapardiel en los que la traza o impronta se deben también al Padre Pontones. Sigue en uso lo cual es importante pero, como decía, se debería controlar la MMA y anchura de ejes para que vehículos de gran tamaño o peso no dañen la estructura. 

Para saber más: El trabajo de Inocencio Cadiñanos Bardeci titulado "Los puentes de la provincia de Valladolid durante la Edad Moderna" del año 2006. El muy interesante trabajo titulado "El puente de Renedo sobre el Esgueva y su relación con los proyectos ilustrados contemporáneos" de José Ignacio Sánchez Rivera et al. presentado en el Sexto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Valencia, Año 2009 y donde se hace un estudio y comparativa que alude al puente de San Vicente. El nomenclátor de canteros cántabros titulado "Artistas Cántabros de la Edad Moderna" de María del Carmen González-Echegaray et al. editado por el Instituto Mazarrasa-Universidad de Cantabria en 1991 aporta información interesante de los alarifes y maestros de cantería que intervienen en esta obra. Un trabajo también reciente pero fundamental para conocer a este fraile y su obra es el titulado "Fray Antonio de San José Pontones. Arquitecto jerónimo del siglo XVIII", obra de Pablo Cano Sanz editada por el CSIC en el año 2005. También incorporé este puente a la web de de Biodiversidad Virtual. Por último y poniendo en valor la actividad carreteril de Pontones, todavía podemos contemplar secciones originales de su traza para la vieja calzada que desde el Pontón del Tercio se dirigía al Real Sitio de El Escorial, tramos que normalmente se encuentran bajo las aguas del Embalse de Valmayor y de cuyo tema hice un par de artículos para la revista del Ministerio de Fomento, uno titulado "Huellas del pasado. Caminos Reales al Monasterio de El Escorial", número 600 de abril de 2016 y otro titulado "Puentes bajo el agua I" en el número 681 de marzo de 2018.

Cómo llegar: Se encuentra a 12 kilómetros de la villa de Medina del Campo. Actualmente, el puente queda ubicado en un camino de tierra, junto a la A-6 dirección SE, parejo a otros puentes modernos de hormigón armado -también de interés ya que copian o se integran el sistema de arcadas del puente viejo- construidos por el Ministerio de Fomento para dar servicio a los aforos propios de una gran autovía. Se accede al mismo por el desvío de la A-6 PK 149 salida de Gomeznarro-Ramiro y sigue en uso para automóviles y maquinaria agrícola. Se encuentra cerca del puebluco vallisoletano de San Vicente del Palacio y es muy visible desde la autovía.



Toma desde aguas abajo probablemente del año 2004, la más antigua que he conseguido. Se expone en el libro sobre el Padre Pontones que publicó Pablo Cano Sanz (ver referencias abajo).


Primera foto que hice del puente desde el camión con fecha 20.04.2008


Volví a fotografiarlo igual de mal con fecha 11.11.2010. Aunque la velocidad del camión siempre es más lenta que la de los automóviles, también resulta difícil preparar una toma que quede decente.












El 19.11.2010 por fin, me decidí a desviarme para contemplar esta joya con más detenimiento y aparqué el camión allí mismo, en el camino de tierra donde está ubicado. Tanda de fotos de aquel día. 


Nuevamente aunque esta vez con mejor fortuna, le fotografié desde el camión en una toma en perspectiva amplia y con el parabrisas más limpio, con fecha 13.04.2012.


Imagen de fecha 13.06.2014 tomada de internet en la que se aprecia bastante caudal en el río Zapardiel a su paso por el puente.



Dos tomas de fecha 06.07.2015


Planos del puente y sección de la calzada diseñados por el Padre Pontones, fechado en 1753 y con su firma legible. Lo exhibe el libro sobre este arquitecto que publicó Pablo Cano Sanz. (Ver referencias abajo). 




Alzado del puente, perspectiva axonométrica y diseño de arco carpanel tomados del trabajo citado sobre el puente de Renedo, de José Ignacio Sánchez Rivera, Paola La Rocca, Salvatore Barba y Gianmario Bignardi, Instituto Juan de Herrera, Madrid, 2.009


Foto tomada de la revista del CSIC, Informes de la Construcción, noviembre 1.985 en trabajo de Leonardo Fernández Troyano que cita brevemente la obra que deja al descubierto las cabezas de los pilotes y el emparrillado de este puente. Apartado L-XXVII Cimentaciónes con pilotes de madera.



Interesante plano que detalla las lagunas, charcas y lavajos que se producen en periodos de amplios caudales y avenidas del río Zapardiel en esta zona. Tomado del blog valladolidenbici





Imágenes en la que se aprecian las arcadas del puente contiguo de la autovía A-6 así como una curiosa alcantarilla de fábrica de ladrillo. Fotos de fecha 19.11.2010. 




3 comentarios :

  1. Enhorabuena, muy buen artículo, pero ya de paso, podías citar nuestro plano (https://valladolidenbici.wordpress.com/2013/04/11/las-navas-de-medina/) ¿o vas camino de presidente del gobierno?

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  2. La enhorabuena suena más falsa que una gallina de plástico, Piscator.
    Hala, ya he colocado el enlace en la foto del plano. Por cierto, muy interesante vuestro blog.
    Lo del presidente, suena a chascarrillo y es inoportuno o quizás, impertinente.
    Saludos cordiales.

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  3. Dudo que la enhorabuena sea falsa pues el artículo es bueno e ilustrativo. Lo único que reclama es que indiques las fuentes de tus documentos ¿no es lógico?

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