PONT SOBRE EL RÍU GUADALEST
CALLOSA D´EN SARRIÁ. Alacant
CV-715 PK 53,300
En este punto el río Guadalest marca el límite entre los municipios de
Polop de la Marina y Callosa d`en Sarriá. La obra civil da servicio a la actual
carretera autonómica CV-715 que desde Oliva se dirige hacia el S terminando en
La Nucía donde se asocia a la CV-70 (Carretera de Benidorm-Alcoy). En este
galimatías de calzadas secundarias y terciarias que se fueron construyendo por
Alicante en tiempos de la Restauración, último tercio del siglo XIX, cabe
considerar que en definitiva lo que se intentaba era dar salida hacia los
puertos marítimos a los géneros y manufacturas de Alcoy, ciudad que a nivel de
comunicaciones estaba aislada de la costa aunque siempre dispuso del Camino Real
(actual N-340) por el que podía acceder a Madrid o Barcelona. Cuando se
construye la mítica carretera de Silla-Alacant, ahora N-332, se buscan accesos
secundarios hacia las comarcas del interior como son l´Alcoiá y El Comtat que a
principios del siglo XX eran zonas industriales de primer orden donde estaban
situadas Alcoy y Cocentaina. En estas ramificaciones de la carretera de la
costa o N-332 cabe considerar las calzadas secundarias CV-715, CV-755 o la
CV-70 con muchos puentes y pontones de características semejantes según los
catálogos de normativa del propio Ministerio de Fomento de la época. En este
caso y siguiendo la información que ofrece la "Guía de puentes de
Alicante" parece que este puente se construyó hacia el año 1883 en tiempos
del reinado de Alfonso XII siendo ministro de fomento Germán Gamazo Calvo,
político de confianza del rey que también ocupó este ministerio en tiempos de
la regencia de María Cristina. Nada se sabe del proyecto e ingenieros
involucrados en la obra o en esta carretera.
Características actuales de la obra. El río Guadalest, independientemente de que circula por estrechas
barrancas desde su nacimiento, toma cuerpo en este punto al ensancharse
acomodándose a un amplio valle que él mismo horadó a lo largo de miles de años por
lo que se diseñó un puente verdaderamente largo para la consistencia de su
caudal, más bien magro salvo cuando existen gotas frías que producen grandes
avenidas aunque en la actualidad el cauce está regulado por el embalse de
Guadalest. La longitud de la obra civil es de 175 metros, incluyendo estribos.
Dispone de 10 altos vanos con bóvedas de cañón y luces semejantes de 11,20
metros cada una. Es un puente armónico y equilibrado donde se buscó la estética
formando tres secciones de vanos (3+4+3) diferenciadas por pilas gruesas de
4,50 metros de ancho, siendo las restantes de 2,15 metros de anchura y muros de
acompañamiento de aproximadamente 30 metros de longitud total cuyas cabeceras
se empotran en los taludes rocosos del cauce, una de ellas, la de cabecera
izquierda en ligera curva.
Quizás, lo que predetermina su configuración siguiendo la normativa de
los catálogos de puentes decimonónicos es el aparejo de la obra, donde como en
otros casos, se generaliza el uso de sillería, mampostería y ladrillo,
normalmente bien conjugado para dar esbeltez y cierta belleza a la estructura.
En este caso, la sillería de gran volumen, escuadría, cara vista ligeramente
picada y una buena disposición se refleja en los arranques de las pilas o
basas, de mayor perímetro que sus fustes y donde es esmerada la labor de cantería
con piezas de excelente labra y redondeando cantos para darle apariencia de
tajamar-espolón incluso con tejadillos inclinados a base de lajas que cierran y
protegen estas basas. El resto de las pilas hasta zona de salmeres donde apoyan
las bóvedas son de sección rectangular y chapadas en sillería más rústica,
picada en cara vista, variada volumetría aunque perfecta disposición en hiladas
horizontales. Estos fustes se ennoblecen por medio de aristones en sus cuatro
esquinas con sillería de mejor factura. Como aspecto decorativo también se
incorporan en todas las pilas un arquitrabe en relieve con canto biselado en
piedra caliza de tonos terrosos que acentúa la magnitud y belleza de estas
fuertes pilas.
Sobre estas pilas reposan las bóvedas de medio punto que en su intradós
se componen de paramentos de ladrillo y externamente o en boquillas a base de
dovelaje de piedra de tonos blancos y grises de excelente factura y colocación
contrapeando sus tizones para dar mayor consistencia y agarre a estas roscas.
Exteriormente se rellenan estos tímpanos a base de sillería de cara vista
picada y bien dispuesta incluso tallando piezas trapezoidales que encaran o se
ajustan perfectamente a la curvatura de las boquillas. Sobre zona de claves
subsiste la vieja imposta de piedra original del puente. La delimitación entre
arcadas y estribos también se completa decorativamente con pilastras en ambas
caras de la estructura siguiendo las pautas de cantería de sillería y
aristones.
En cubierta parece probable por alguna vieja instantánea del puente
-aunque no se aprecia bien- que se completara la obra con pretiles a base de
ladrillo y refuerzos de piedra en témpanos intermedios así como en extremos,
todo ello coronado por albardillas de piedra caliza de superficie cóncava como
aún se puede observar en parte de estos pretiles y que todavía presentan
calidad y belleza. El tablero original debía de tener una anchura de 6 metros como
era preceptivo en las carreteras locales de estas características.
En época contemporánea, quizás en los años 80 del siglo XX, se procedió a
la modificación de esta estructura dotándola de un relleno de hormigón armado
en extradós y nueva cubierta a base de losas de hormigón armado prefabricado
con amplio vuelo por lo que el tablero actual tiene 10 metros de ancho lo que
permite amplias aceras en ambos lados y calzada de doble sentido. Aunque los
pretiles de ladrillo son de nueva obra, se han reaprovechado los témpanos de
piedra intermedios -que indican que los pretiles antiguos eran más bajos- así
como los petos de extremos y las albardillas, consiguiendo una impronta en el
puente que le da cierto aire histórico. Pese a la actuación de ensanche por
voladizos que suele interferir en lo que es la obra original, sigue siendo una
obra civil imponente y de gran impacto visual, muy atractiva y que conjuga bien
la artificiosidad de una obra ingenieril con el paisaje abrupto del amplio
barranco donde está asentado.
No parece común una obra pontonera de estas características en territorio
alicantino pues no existen ríos de grandes caudales que obliguen a los
ingenieros a construir puentes tan largos y elevados. Sin embargo, la belleza
de esta obra se ve mediatizada o incluso devaluada debido a la falta de interés
en promocionarla o hacerla visible por parte de los organismos públicos
competentes, empezando por los ayuntamientos implicados. No existen carteles de
dirección que adviertan sobre este monumento ni paneles informativos que
ilustren al visitante curioso que pretende admirarlo o fotografiarlo. Intentar
llegar a la base de la obra puede ser hasta peligroso y laberíntico en un
entramado de cañaverales absurdo. También el exceso de cultivos de nísperos y
los chamizos agrarios en una zona que es de dominio público y que debería
administrar la CHJ, hace poco menos que imposible pasear por el lecho del río y
poder observar con más detenimiento esta obra civil interesante e histórica. Pareciera
como que al llegar al río nos retrotrajéramos a siglos anteriores donde
pudiéramos creer que existía un mayor abandono ya fuera en el campo o en las
estructuras civiles pero no es así. Si observamos la foto que incluyo datada en
1952 se puede ver la ligereza y geometría del puente libre de todo tipo de
cañaverales, chamizos e inconvenientes que impidieran su visualización lo cual
no deja de ser paradójico ya que parece que es en la actualidad cuando tenemos
mayor cuidado y hasta cultura para poner en valor y exhibir todo tipo de
edificaciones y obra civil de interés histórico.
Fotografía del puente original tomada en 1952 antes del ensanchamiento de tablero.
Fotografía del año 2011 que exhibe la Guía de Puentes de Alicante.
Entrada al puente en una toma de fecha 03.12.2017
Tanda de fotos de fecha 24.09.2019
Precioso ejemplar de Campanilla de jardín, Enredaderas o Maravillas, que así se le llama popularmente (Ipomoea indica (Burm.) Merr. Convolvulaceae), probablemente escapada de cultivo -planta muy invasiva- que medraba junto al estribo derecho del puente.
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