PASARELA DE HIERRO GIRATORIA ALFONSO XIII SOBRE EL RÍO ARTIBAI
BI-633 PK 56 ONDÁRROA-VIZCAYA
TAMBIÉN CONOCIDO COMO PUENTE DE LA PLAYA.
En 1925 Celedonio Arriola Orduña,
alcalde de Ondárroa, dirige una petición a la Diputación Provincial de Bizkaia
para construir una pasarela a fin de facilitar el paso a la playa de Arrigorri.
El alcalde aduce como razones principales para fundamentar la petición la
notable colonia de veraneantes, la atracción que suponían para la sociedad de
la época las playas y la penosa situación de los enlaces para acceder a las
mismas además del excesivo coste que tenía para la gente humilde el bote que
atravesaba la ría. Dada la existencia de navegación en la ría y las condiciones
urbanas consolidadas de la margen izquierda, la única posibilidad de dar
solución al problema consistía en la adopción de la tipología de puente móvil.
Cinco meses más tarde, el 14 de
octubre de 1925, la Comisión Provincial de la Diputación Foral de Bizkaia
aprueba el proyecto de la pasarela redactado por el ingeniero José González de
Langarica. En el proyecto se establecen dos capítulos de obra claramente
diferenciados para los que incluso se recomiendan modalidades diferentes de
contratación: por un lado la obra fija, de hormigón armado y piedra y por otro
la móvil metálica. El importe total presupuestado asciende a 114.206,51
pesetas, de las que 51.513,29 corresponden a la parte metálica.
En esencia la pasarela proyectada
consiste en dos vigas en cantilever de celosía formadas por perfiles
metálicos, cuyo canto disminuye al alejarse de los apoyos formando un arco
rebajado, vigas que se prolongan en una culata de alma llena que equilibra las
cargas de forma que constituyen dos semivanos isostáticos. Estas vigas en
voladizo apoyan sobre dos pilas ligeramente troncocónicas de hormigón armado,
revestidas de sillería de piedra caliza, que se emplazan dentro del cauce de la
ría; el diámetro inferior de las pilas es de unos 3 m y el superior de 2,50 m,
siendo su altura de algo más de 5 m, y se levantan sobre zapatas de cimentación
de hormigón armado. La luz libre entre pilas es de 28 m y el ancho de la
pasarela es de 1,50 m. El gálibo del puente en pleamar viva en la clave es de
4,50 m y en los arranques de 2,30 m (Ariztondo, 2001, 48).
Dado que la pila de la margen derecha
se emplazaba entonces alejada del muelle, la obra incluía la ejecución de una
pasarela de hormigón armado entre la estructura metálica y el propio muelle,
apoyada sobre una palizada intermedia situada en la ría. En la margen
izquierda, sobre la plaza arbolada Nafarroako Zumardia, la urbanización acoge
la parte de pasarela que desciende sobre la plaza con inclusión de un trazado
curvo que se adapta al movimiento giratorio necesario para la apertura de esa
mitad del puente. Sobre las pilas y bajo la base de apoyo de las dos
estructuras metálicas, la pasarela dispone de un mecanismo de engranajes y
rodamientos que puede accionarse mediante motor o manivela. La maquinaria para
el giro consiste en una cremallera circular sobre la cual se hace girar un
piñón al que se aplica la fuerza motriz suministrada por un motor eléctrico. El
tiempo de apertura y cierre de la pasarela es de dos minutos en cada maniobra.
Sobre la pila izquierda la pasarela tiene un pequeño ensanchamiento sobre el
que se aloja la caseta de madera para el control y peaje.
El pavimento de la pasarela consiste
en un entablado de madera de 3 cm de espesor clavado sobre viguetas de madera,
protegido con un frente de fundición de hierro a manera de cenefa decorada con
circunferencias resaltadas. Para la protección de los paseantes dispone de una
barandilla de tipo portuario de 90 cm de altura, formada por una barra
cilíndrica superior y otra intermedia unidas mediante elementos de fundición a
los montantes verticales, también de sección circular.
Para la construcción del puente se
convocó un concurso al que sólo se presentó una empresa, la de Alejandro Bengoechea
y Cía. Lda. de Deusto, por lo que las obras le fueron adjudicadas el 17 de
agosto de 1926 con un plazo de ejecución de tres meses. La estructura metálica
en celosía que se arriostraba tanto en el plano horizontal inferior como en el
plano vertical transversal mediante cruces de San Andrés, fue suministrada por
Altos Hornos de Vizcaya.
Las obras se desarrollaron con
relativa normalidad, pese a la solicitud aceptada de dos prórrogas justificadas
por el mal tiempo invernal, de modo que a finales de 1926 ya estaban ejecutadas
las pilas, la pasarela de hormigón y la adecuación del muelle. Sin embargo
hubieron de salvarse las dificultades económicas de la Diputación, que
obligaron al Ayuntamiento de Ondárroa a comprometerse y adelantar el dinero. Se
gestionó en 1927 un préstamo de 70.000 pesetas de cuyos intereses se hizo cargo
el propio municipio a cambio de recaudar los derechos de peaje durante los diez
años del préstamo (Ariztondo, 2001, 46).
El 1 de mayo de 1927 los
representantes de la Diputación y del Ayuntamiento inauguraron la pasarela que
recibió el nombre de Alfonso XIII.
Según Salvador Ariztondo, autor del
excelente trabajo de investigación sobre la pasarela citado anteriormente, a finales
de los años ochenta del siglo xx el fuego afectó a la caseta del guarda y al
poco tiempo se renovó la pasarela entera; se eliminaron la caseta y el sistema
eléctrico de accionamiento, se pintó de nuevo, se cambió la barandilla por otra
de características ajenas a la original del puente y se renovó el tramo de
hormigón. Finalmente, durante las importantes obras portuarias que incluían la
construcción del nuevo puente proyectado por Santiago Calatrava (1995), se
destruyó este tramo de hormigón y se construyo una escalera en el nuevo muelle
de la margen derecha para acceder a la pasarela. Tras unos años de cierto
ostracismo, el propio Ayuntamiento asume el interés patrimonial de la pasarela y
solicita su protección legal. Por Orden de 15 de mayo de 2008, de la Consejera
de Cultura, se inscribe la Pasarela giratoria Alfonso XIII como Bien Cultural,
con la categoría de Monumento, en el Inventario General del Patrimonio Cultural
Vasco (BOPV 16/06/2008). El régimen de intervención prevé, entre otras cosas,
la recuperación de las barandillas originales y la caseta de control,
reconstruida ésta según el plano de 1931 que se conserva, así como mantener y, en
su caso, recuperar el sistema de engranaje que permita al menos el
accionamiento manual original que dote de movilidad a los dos semivanos.No
puede caber ninguna duda respecto a cuáles fueron las referencias que González
de Langarica tuvo a la hora de decidirse por una tipología concreta para su pasarela.
El hecho de que en Bilbao existiera
desde 1892 una de idénticas características, la de San Agustín o del «perro
chico » –en referencia al peaje de cinco céntimos– realizada por iniciativa y
según el proyecto del ingeniero Antonio Ruiz de Velasco (Salazar, 2003, 104) y
dinamitada en 1937, tuvo que ser decisivo. El otro antecedente geográficamente cercano
de un puente móvil era el del tramo que, según proyecto de 1890 del ingeniero
Eduardo Miera, se había inaugurado en 1905 en el puente sobre la ría de Treto
en Cantabria, que constaba de una sola plataforma equilibrada que giraba sobre
una pila central; aunque inutilizado desde época muy temprana, el tramo móvil
del puente de Treto que fue fabricado en Lieja aún existe y la estructura completa se ha restaurado recientemente.
El puente de Ondárroa es una muestra
significativa aunque tardía de la familia de los puentes móviles, que tuvo pocos
ejemplos en España dada la escasez de ríos o canales navegables. Puentes
móviles que, como indica el ingeniero Fernández Troyano, se caracterizan
fundamentalmente por permitir el paso de forma alternativa a las dos corrientes
de tráfico que se cruzan en ellos, el terrestre y el marítimo, lo que les
confiere un carácter de mecanismo móvil, contrario a la idea de fijeza e
inalterabilidad del puente (Fernández Troyano, 1999, 709); y que en los últimos
años han vuelto a ser objeto de atención por parte de los ingenieros como
demuestran los últimos ejemplos construidos y los proyectos existentes para las
nuevas comunicaciones entre las dos márgenes de la ría de Bilbao.
Texto de Joaquín Cárcamo Martínez. Obra Pública de
Ondárroa-Vizcaya. Bibliografía de S. Ariztondo, 2001; L. Fdez. Troyano, 1999 y
J.L. Salazar, 2003.
El 03.07.2017 la cadena de televisión La Sexta se ocupó de esta obra con un artículo en el que se denunciaba el lamentable estado de la estructura y su posible rehabilitación. Subí al blog este asunto para el fichero de Noticias Pontoneras que se puede ver aquí. En el año 2019 se procedió a su desmontaje para sanear y fortalecer la estructura de hierro y su cimentación como nos informa el diario DEIA en una crónica de fecha 04.06.2019.
Tanda de fotos de fecha 27.03.2012
Tanda de fotos de fecha 15.09.2013
Imagen del puente-pasarela de 1931 captada por el fotógrafo vasco Indalecio Ojanguren (1887-1972). Archivo General de Guipuzcoa.
Vieja imagen del puente-pasarela cuando aún existía el tramo fijo de hormigón. Archivo-Colección de Joaquín Cárcamo.
Solo una corrección
ResponderEliminarLa caseta no se incendió por accidente...
Fue incendiada por unos "buenos vecinos" de la muy noble y leal villa de ondarroa, los cuales sus amigos dirigen el ayuntamiento