domingo, 28 de marzo de 2021

PUENTE FERROVIARIO II DE QUINTANILLA DE LAS TORRES. Palencia

 PUENTE FERROVIARIO SOBRE EL RÍO CAMESA
Línea FFCC Alar del Rey (Madrid)-Santander PK 399,800
T.M. QUINTANILLA DE LAS TORRES. Palencia
N-611a PK 113,400

Siguiendo con la pontonería histórica de la vieja línea ferroviaria de Alar del Rey-Santander, ahora con inicio en Madrid, muestro otra obra de interés que podemos adjudicar a la colección de esta pequeña localidad palentina cerca de la raya con Cantabria.

Tiene una longitud de 23 metros incluyendo estribos, un ancho regular de tablero de 10,50 metros semejante a la profundidad de bóvedas y aunque nos parezca excesivo hay que pensar que en uno de los proyectos originales de esta línea se contemplaba doble carril aunque no se llevó a efecto. El puente dispone de 3 vanos con bóvedas escarzanas semejantes y luces de 5,20 metros cada una. La estructura parece que apoya en estribos perdidos o empotrados en los taludes anejos y en un par de pilas del tipo tabique que sobresalen en ambas caras redondeándose los cantos a modo de tajamares-espolones para permitir una mejor fluidez del cauce cuando lleva aguas bravas.

Como en otros ejemplos ya reflejados aquí, destaca la buena labor de cantería en toda la obra. En este caso se utiliza piedra caliza y algo de arenisca en intradós de los vanos. Sillería de buena escuadría, volumen y disposición en hiladas horizontales. Es una obra de baja flecha por lo que tampoco tiene paños excesivos, apenas con unas pocas piezas se cubren los tímpanos pero -como en otras ocasiones- se recurre al aparejamiento perfecto entre hiladas y conexión con las dovelas de boquillas recurriendo al sistema canteríl de montacaballo.

Hay cierta disparidad en la talla de las caras vista en esta obra. Los exteriores, especialmente en tímpanos, gozan de una labra picada o ligeramente apiconada, hacia las aletas y en sillería de zonas bajas la cara vista de las piezas parece más rústica a base de picado con maza o martillo y por último, los tabiques de pilas en gran parte se componen de piezas desbastadas, incluso con modelos de sillería averrugada con cara vista muy rugosa o poco trabajaba lo que confiere a esta obra una pátina especialmente interesante, más propia de los puentes de esta línea en Cantabria, algo diferentes a los de la provincia palentina por lo que no descarto que en esta obra la presencia de uno de los canteros mayores de la línea llamado Gonzalo Elías que utilizó mucho en fábricas de piedra la sillería averrugada o incluso almohadillada de mucho relieve.

La estructura dispone también de aletas en vuelta de buena sillería de gran volumen que se cierra en altura con piezas de sección triangular adaptándose perfectamente a la inclinación de estos muretes hasta la rasante. Sobre bóvedas se dispone una imposta con cierto relieve sobre la que apoyan unos bajos pretiles también de piedra, bien canteados y con esquinas superiores biseladas, dando otro punto más decorativo a este puente.

Mala conservación en general de esta obra que acusa elevados índices de musgos, líquenes, manchas y eflorescencias en la sillería en general, más preocupante en aletas y zonas bajas de estribos y bóvedas. Desprendimientos del chapado de alguna aleta e incluso pérdida de los rellenos. Abundancia de matojos y arbolado que medra entre las rendijas de la sillería y que desestabilizan la estructura exterior del puente. Llama la atención una serie de arbolitos, bien enraizados, en el talud junto al pretil de aguas abajo que de vez en cuando talan los de mantenimiento pero sin arrancar el cepellón por lo que las fuertes raíces van moviendo el pretil hasta que definitivamente caiga. Alguna fisura en bóvedas pero sin que afecte a la solidez de este puente. No obstante, se aprecia un intervención relativamente antigua que básicamente actuó sobre el llagado incorporando mortero gris en casi todos los paños y bóvedas.

Al igual que ocurre con el otro puente sobre el río Rubagón, acceder a esta obra es difícil. No hay un acceso por caminos de tierra o sendas por lo que quizás, llegar hasta él es más propicio desde el pontón carretero de la nacional N-611a. Desde este punto y bajando por la trinchera aneja para seguir caminando por el balasto hay aproximadamente 286 metros de molesto caminar. Otra opción en seguir por esta carretera hasta la salida del pueblo de Quintanilla de las Torres y una vez pasemos el precioso molino, aparcar por ahí y adentrarnos entre campos de cultivo hasta llegar al río y nuestro puente que aproximadamente se encuentra a unos 200 metros. Por último, saliendo ya del pueblo por esta carretera en sentido creciente existe un camino de tierra a la izquierda que nos lleva a un paso superior de este ferrocarril por el que podemos entrar, aparcar el vehículo y seguir por la vía hasta nuestro puente que se encuentra a una distancia aproximada de 150 metros, también por la vía y pisando el jodido balasto, baches, socavones y enredándonos en las zarzas.

Como ya indico en otras entradas para las obras de esta vetusta línea ferroviaria, la información relevante en cuanto a su historia, empresas promotoras, técnicos e ingenieros que la proyectaron, estructuras pontoneras y túneles importantes, estaciones, material móvil y diversas fuentes en que apoyo este estudio, conviene visitar la entrada que hice para la primera obra pontonera de esta línea que es el Puente de Alar del Rey sobre el Canal de Castilla, independientemente de que en otras muchas entradas hago un resumen de algunas de sus características.

El catálogo de puentes de esta pequeña localidad es amplio y podemos destacar diversas obras: El pontón carretero de la N-611a que pertenece a esta línea, el pontón carretero de la línea Quintanilla-Barruelo, el Puente Viejo del siglo XVII sobre el río Camesa y el Puente ferroviario sobre el río Rubagón además de esta obra que presento. 






































Tanda de fotos de fecha 27.03.2021


Estructura muy poco divulgada en trabajos o estudios de puentes ferroviarios, he conseguido esta reproducción del mismo, quizá en un toma de 2013/2014 que se exhibe en el libro titulado "Camino de hierro de Alar del Rey-Santander", obra de Manuel López-Calderón Barreda publicada en el año 2015. Ciertamente, no es un puente sobre el río Rubagón como dice el pie de foto sino sobre el Camesa.





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