LERMA. Burgos
N-I PK 200,450
Hola, estamos en Lerma, ciudad monumental, vieja e
histórica, aunque en verdad, a su patrimonio pontonero no le haga demasiado
caso. Seguro que la habré cruzado más de cien veces pero lo cierto es que para
la cosa de puentes, me reservé una visita concreta hace un par de años, en
agosto del 2021 y como siempre me pasa, pues omití alguna obra civil de interés
por lo que programé nueva visita en octubre del año 2022, específicamente para
llegarme a este puente, independientemente de que tenía en la lista otros
objetivos como eran ver el Puente de Milagros o el de Gumiel de Izan.
Para situarnos un poco en el tema deberemos de
revisar los artículos que ya dediqué al conocido como Puente Mayor sobre el río Arlanza y el Puente Carretero sobre el Caz del río Chico, ambos en la localidad
de Lerma. Los dos, al igual que ocurre con éste que presento, daban servicio
desde tiempo inmemorial al Camino Real de Burgos (o Francia) a Madrid, capital
del Reino y así se refleja hasta en los reportorios de caminos desde los de Villuga
o Alonso de Meneses del siglo XVI hasta las redes nacionales de calzadas y/o
carreras de postas, como la que promueve el funcionado Campomanes en el año
1761.
Este puente, que históricamente se le conoce como
Puente sobre el río Revilla o Carrevilla (Carretera a Revilla) en tiempos ya
contemporáneos pasa a denominarse como Puente de Madrid, obviamente por
encontrarse en la camino de Madrid, a la salida de esta villa en dirección Sur.
Ignoro si, desde su origen, era de madera o ya de piedra pero por su impronta
actual, parece que se trata de obra nueva pues no se aprecian paños o restos de
fábrica que nos hagan pensar en que se reconstruyó sobre otro anterior. La duda
principal que tengo, de acuerdo con los informes que ofrece el historiador
Inocencio Cadiñanos para los otros puentes de Lerma, es si su proyecto original
parte de las trazas que pudiera diseñar el arquitecto Francisco Javier
Mariátegui hacia el año 1822 ya que éste actuó en los otros dos puentes,
especialmente en el del llamado Río Chico aunque en un plano más academicista. Vista la configuración de nuestro puente carretero, cabría también la
posibilidad -más plausible- que hubieran sido los maestros canteros que
repararon el puente mayor unos años antes, esto es, en 1780, los que pudieran
haberlo levantado y me refiero a Juan de Beitia, Juan de Urien y José de
Elguero ya que en algunos documentos de época se hace la referencia a “un
puente nuevo hacia Madrid”, o sea, hacia el sur. Pascual Madoz nos dice
taxativamente que se levantó en el año 1804 pero lo cierto es que tampoco hay
gran diferencia entre estos tiempos que contemplo y en la evolución ingenieril
pontonera esto no es tiempo ya que se seguían diseñando puentes iguales o muy
parecidos a lo largo de siglos, más concretamente entre finales del siglo XVI y
principios del siglo XIX.
Otro viajero y erudito que nos dejó alguna referencia del puente es
Emilio Valverde Álvarez en su denso trabajo titulado “Guía del antiguo Reino de
Castilla”, obra editada en 1886 y donde nos cuenta: “Dos puentes tiene la
carretera general a su paso por Lerma, uno de un solo arco que salva el Arroyo
Carrevilla y otro en el río Arlanza de 9 ojos muy bien construido”. (Omite
el interesante puente histórico sobre el río Chico o acequia del Molino o
quizás, está llamando Puente del Arroyo Carrevilla, al del río Chico pues,
ciertamente, ambos cauces se fusionan antes de desembocar en el río Arlanza y
lo que parece que obvia es nuestro Puente de Madrid, que realmente está sobre
el llamado Río o Arroyo de Revilla o Carrevilla).
Lo cierto es que nuestro puente existe y pese a su drástica modificación
de tablero, permite ver una interesante fábrica de sillería que explicaremos a
continuación.
Características actuales de la obra. Parece un
milagro pero no lo es. Pese a su ensanche, no se ha tocado la bóveda y permite
ver y admirar tanto las aletas como los muros de acompañamiento prácticamente
originales. Ciñéndonos a la información de Madoz, esto es, que se levantó como
obra nueva en el año 1804, quiere decir que la obra civil ya tiene casi 220
años, luego deberíamos de tratarlo como un monumento patrimonial de la
ingeniería civil a mantener, cuidar y por supuesto, exhibir con orgullo, cosa
que hasta ahora, la municipalidad de Lerma ignora por desidia o dejadez.
La estructura, que mantiene una línea algo oblicua con respecto al cauce
de este arroyo -cuando lleva agua- ha permitido que con el ensanche por medio
de losas de hormigón armado, pues no haya precisado de demasiados destrozos o
desperfectos en lo que era la obra original ya que el tablero ha permanecido
perpendicular a la calzada en ambas cabeceras. La obra, con su extensión de
cabeceras oblicuas tiene una longitud total de aproximadamente 27 metros aunque
el tablero sensu stricto sólo llega a los 18 metros. El ancho regular es
de 12 metros y la flecha desde claves a lámina de aguas o lecho es de
aproximadamente 3,30 metros. Dispone de un vano de geometría ligeramente
abierta con respecto al medio punto de 10 metros de luz aunque se observa que
desde los arranques se encuentra algo colmatado por arenas y lodos por lo que
no podemos precisar el arranque de los salmeres donde apoyaría la bóveda
primitiva.
Lo espectacular de esta estructura es básicamente el aparejo en toda su
extensión. Es una obra plena en la que toda la fábrica es sillería de calidad,
sin presencia de mampostería ya sea en muros, tímpanos o aletas, que las tiene
y son espléndidas. La larga bóveda es de calidad, con una serie de roscas donde
las dovelas, de buena soga, se imbrican perfectamente, dando consistencia y
firmeza a cada rosca. La talla en cara vista también es encomiable con ligero
picado, ahora algo difuso por las excrecencias o costras de viejas humedades,
calcificaciones y comunidades de líquenes. Aunque existen algunos rejuntados en
las piezas por morteros bastantes contemporáneos, se aprecia una colocación
original en seco lo que implica una buena labor de cantería en las dovelas,
con talla ligeramente en cuña para su mejor ajuste en cada arco o rosca. Lo
mismo ocurre con las dovelas de boquillas, de excelente talla y las mínimas
hiladas que componen los tímpanos, de buena volumetría, talla y ajuste a las
curvas de la bóveda con piezas trapezoidales. Un primor de obra civil
pontonera.
En las zonas extremas y conectando con las aletas se sigue apreciando el
buen hacer canteríl con sillares acodados que sirven para unir los frentes con
las aletas oblicuas e incluso se mantienen algunos metros de imposta original
en piedra caliza. Los ensanchamientos originan la desaparición de la imposta
central y la disposición de una gruesa losa de hormigón que cubre la actual
calzada y arcenes. En estos sectores de imposta original también aparecen
imbornales o desagües de excelente talla en piedra caliza. La cubierta se
asegura con restos de los pretiles originales, probablemente a base de
ortostatos de caliza aunque pintados de blanco en cara interior y témpanos
semejantes como refuerzos intermedios. El resto se completa con piezas de
hormigón, otras de ladrillo enfoscado y cabeceras de pilastrillas de sección
cuadrada coronadas por tejadillos a cuatro aguas. La zona central del tablero
se protege con unas sencillas barandillas de cuadradillo de acero pintadas de
azul que se hincan en la moderna losa de hormigón.
He revisado los viejos mapas del IGN (Instituto Geográfico Nacional)
para ver como posicionan este puente (claramente en esviaje con respecto al
cauce) pero no se aprecia ni en el del año 1936 ni en el del año 1955 por lo
que cabe interpretar que la modificación para su ensanche se realizaría en los
años 60 del siglo XX. En el del año 2007 se le sitúa con su icono claramente
oblicuo además de que se le nombra ya como “Puente de Madrid”.
Dado que algunos historiadores nos narran las variadas cuencas fluviales
de Lerma con ciertas discrepancias, intentaré aclarar su situación más o menos
actual. Partimos de la base de que el puente salva el río o arroyo de Revilla o
Arroyo Carrevilla (se encuentra a 2,43 kilómetros de su desembocadura en el río
Arlanza) pero antes de su final, se le une o se junta con una vieja acequia que
en los mapas de Coello aparece muy al N y que se denomina “Acequia del Molino”
que cruza la población con algunos pontones; desde el punto de unión a este
cauce, más o menos, se le llama “Caz del río Chico” y ese es el cauce que
desemboca finalmente en el río Arlanza. En realidad la acequia y el caz son la
misma estructura hidráulica que nace en una presilla con aguas del Arlanza
cerca del puebluco de Santillán del Agua. Es probable que esta presa con muros y
manguardias de piedra se haya levantado
a mediados del siglo XIX -como señala Coello- y se haya ampliado ya en hormigón
a principios del siglo XX. En el mapa de Coello, el arroyo Carrevilla discurre
muy por el SW de su mapa al que se le unen otros cauce de acequia sin nombre y
siempre por la izquierda del camino real (sentido creciente) sin que al parecer
se fusiones con la llamada acequia del Molino, camino del Arrabal, suponemos
que para desaguar ya en el Arlanza. La
constancia o existencia del viejo Puente sobre el caz del río Chico por el que
según Coello no pasa este cauce nos hace pensar en que es algo inexacto su mapa
o bien, nos hemos perdido datos y posiciones más exactas. Por otra parte, sí aparece un cuérnago quizás con aguas del Arroyo Carrevilla que alimentaba a un batán hacia mediados del siglo XVIII según la web de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes pero que no se precisa su punto exacto.
Para saber más. El libro que presta atención a esta obra y lo describe bien es el titulado “Puentes singulares de Burgos. Unir orillas, abrir caminos”, obra colectiva coordinada por el ITOP Miguel Ángel Moreno Gallo, editado por la Diputación de Burgos en 2018, ver página 279. El enorme trabajo que realizó Inocencio Cadiñanos Bardeci se refleja en su tratado titulado “Los puentes del sur de Burgos durante la Edad Moderna” publicado en la “Biblioteca de Estudios e Investigación”, tomo XI, año 1996 así como por el Ayuntamiento de Aranda de Duero. En las página 27/30 describe los puentes de Lerma, incluso el del Arroyo Carrevilla pero no se expresan bien las características de éste. La información que nos facilita Pascual Madoz Ibáñez en su famoso “Diccionario Geográfico-Estadístico”, editado en Madrid en 1846, tomo V, página 621, es en la voz “Carrevilla. Riach.”. Respecto a las citas de Emilio Valverde Álvarez, se recogen en su libro titulado “Guía por el Antiguo Reino de Castilla”, editado en Madrid en 1886, página 336/337. También se aportan algunos mapas, el histórico de Francisco Coello de Portugal Quesada, levantado en 1868 y que en realidad es uno de detalle del que confeccionó completo para la provincia de Burgos. En los del IGN, hoja 273 de Lerma, correspondientes a los años 1936, 1955 y 2007 focalizando el punto geográfico de nuestro puente. Por lo demás, es una obra civil olvidada por los organismos administrativos de la Comunidad de Castilla y León y expresamente por la municipalidad de Lerma. También sería curioso que en la red se encontraran referencias a esta vieja estructura por parte de los blogueros locales o alguna web turística que quiera poner en valor la obra pública histórica de Lerma. No, no hay nada de nada.
Los puentes de Lerma que se exhiben en este blog son el llamado Puente Mayor, el del Caz del río Chico, el Puente Nuevo y una pasarela metálica, además del que aquí se presenta.
Única fotografía ajena de este puente que he podido encontrar por ahí, en este caso en el interesante catálogo titulado "Puentes singulares de Burgos", editado por la Diputación de Burgos en el año 2018.
Tanda de fotos de fecha 04.10.2022 en secuencia consecutiva desde aguas arriba del puente, aguas abajo y tablero.
PLANIMETRÍA DEL LUGAR
Mapa y plano levantado por Coello de Portugal en 1868. En el superior se observa claramente el cruce del río Carrevilla bajo la calzada real. En el segundo, la amplia derivación del río Carrevilla con respecto a un posible caz o acequia que se denomina Caz del río Chico aunque aparecen otras acequias sin nombre. Posiblemente, la de la parte superior que llama Del Molino, no tenga nada que ver con la red hidráulica que se puede ver ahora en lado derecho de la calzada real en su sentido creciente.
Mapas
del IGN, hoja 276 de Lerma, el superior editado en 1955 y el inferior en el año
2007 con la presencia de nuestro puente remarcado en círculo negro.
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