PUENTE DE TORRIJO DEL CAMPO SOBRE EL RÍO JILOCA
Provincia de TERUEL
N-234 PK 180,300 Y N-211 PK 113,140
Cabalgar por esta
nacional -preferiblemente en camión- pues es un placer para cualquier conductor
sensible, curioso y algo aventurero. Llama especialmente la atención que, como
viejo camino real, no tenga ni origen ni destino en la capitalidad del Reino,
lo cual ya es singular. Su periplo parte del Mediterráneo con intención de
profundizar en la vieja Castilla; quizás su origen esté relacionado con una
antigua calzada romana que partía del puerto de Sagunto, la llamada Saguntum,
y que comunicaba con otras civitas o mansio como podían ser Agiria
(Daroca) o Bilbilis (Calatayud). Será en tiempos medievales cuando
aparecen núcleos poblacionales con más identidad o incluso capitales en su
itinerario como pueden ser Teruel, Soria o su destino final en Burgos.
Como decía, indagar en
los orígenes de esta carretera nacional es complicado. Se trata de uno de los
ejes transversales vital en el transporte y mercadeo entre el Mediterráneo y el
Cantábrico desde tiempos pretéritos, pero que también era importante para la
comunicación con Zaragoza a través de Daroca o Calatayud, o incluso Francia por
los Pirineos centrales. Si bien es cierto que se presume en las redes de
internet sobre su origen puramente romano, especialmente en el tramo Saguntum-Bilbilis,
o sea, Sagunto-Calatayud, lo cierto es que Sagunto era nudo de comunicaciones
marítimas que enlazaba con la terrestre vía Augusta norte-sur, bordeando el litoral, al igual que
hace actualmente la carretera nacional N-340. Luego, la N-234 no parece que
fuera un auténtico corredor transversal, pues lo escabroso del terreno en el
Alto Palancia o la Sierra de Javalambre,
así como la belicosidad del viejo pueblo celta de los lobetanos (antiquísimos ancestros del lobo Quirce,
jeje) no hacía favorable tal itinerario. En las vías más antiguas que recoge la
cartografía J-30 de los Tabula Imperii
Romani os aseguro que el caminero y camionero Quirce no haya
correspondencia alguna con un posible trayecto Sagunto-Calatayud. Consultando
mapas más recientes, se observan vías de primer orden entre Calatayud y Soria,
pero no entre Daroca y Calatayud o entre Soria y Burgos, por poner unos pocos
ejemplos. Lo cierto es que la comunicación Sagunto-Valencia con Burgos se hacía
por Madrid (muy larga) o Sagunto-Teruel-Zaragoza-Logroño-Haro-Burgos (el actual
eje diagonal o del valle del Ebro, que representa la AP-68 y la N-232). La
última opción era acometer el destino de Burgos, por el sur, desde Aranda del
Duero. Volviendo al origen romano de estas vías, sí podemos catalogar como
calzada genuinamente romana la que trasiega desde Urbiaca(Teruel)-Bilbilis(Calatayud)
y otros pequeños tramos que ya comentaré.
Actualmente, el tráfico
valenciano y turolense lo absorbe la autovía A-23 por lo que transitar por
nuestra carretera se hace sosegado y tranquilo. Junto a la A-23 nace la N-234 y
en seguida nos encontramos con los primeros pueblucos: Gilet, Estivella, Torres
Torres y Algimia de Alfara. Curiosamente, en su primer recorrido abundan los
puntos kilométricos de gran exactitud, así, Gilet está en el PK 3,710 por citar
un caso concreto. En Algar de Palancia nuestra vía se fusiona con la N-225 y a
lo lejos se divisan hacia el norte las cumbres de la Sierra de Espadá. En la
provincia de Castellón se entra por Sot de Ferrer para seguir por Soneja,
Villatorcas y Geldo hasta llegar a la imponente villa de Segorbe, capital del
Alto Palancia. La vieja carretera penetra en la población de un modo
espectacular con las murallas al fondo, cruzando el milenario acueducto
musulmán y visionando algunos de sus monumentos principales, como son el Museo
Arqueológico, la Torre del Botxi (verdugo) construida en el siglo XIV, o la
Torre de la Cárcel. Segorbe tiene una interesante catedral de estilo gótico
edificada sobre la antigua mezquita musulmana, además de múltiples iglesias y artístico
patrimonio civil. Extramuros y junto al río Palancia se encuentra la famosa
fuente de los 50 caños, uno por cada provincia española, con su correspondiente
blasón.
Algunos mapas antiguos
marcan el itinerario por el pueblo de Altura, pero no localizo la conexión,
pues la vía lleva claramente hacia Segorbe y después hacia Jérica, Viver y
Barracas, donde hay una buena área de servicio que es muy frecuentada por
camioneros. Al SW se aprecia la Sierra del Toro, donde nace el río Palancia y
al que hemos llevado a la vera durante bastantes kilómetros. También destacan
las alturas del Cerro Salada, con 1581 metros y el Puntal del Agrillar con 1616
metros y que nos proporciona vientos
frescos y aire puro además de curiosos yacimientos de fósiles marinos ya que
estas sierras se modelaron en tiempos del período Jurásico.
El Quirce se aquieta y
mira hacia atrás para despedirse de las tierras castellonenses. La geografía
montañosa, los tajos del río Palancia, el embalse de Regajo, los naranjos y
almendros.... Sí, el Lobo se aquieta y olfatea vientos conocidos, para que su
memoria encriptada metabolice el momento, el lugar..., las fragancias de un
tronco genealógico más que contrastado; al fin y al cabo, allí, entre Jérica y
Barracas, están los lugares comunes de su ADN de cánido indomable. El matrero
lobo de estirpe castellana que ama las lastras de la Montaña Palentina, por
Cervera de Pisuerga, Camporredondo de Alba o San Salvador de Cantamuda, goza de
esencias lobunas en las profundas tierras valencianas con linajes muy claros y
directos de la loba alpha, en los núcleos de El Toro y Caudiel. El
Quirce, como cualquier perrilobo que se precie es un indocumentado, claro está,
pero pervive la transmisión oral y ésta, dice que atiende a apellidos genuinos
de esta zona, como son los de Selvi, Moliner, Bolós o Escrich.
Se entra en la
provincia de Teruel por las estribaciones de la Sierra de Javalambre, en el PK
70 de la N-234 cruzando los núcleos de Venta del Aire, Sarrión y La Puebla de
Valverde. Tras coronar el Puerto del Escandón cuya cota está en los 1223
metros, nuestra carretera se dirige hacia Teruel, en el PK 115. La N-234 bordea
la ciudad por el sur, cruzando el río Guadalaviar aunque antiguamente entraba en la villa por el
casco antiguo, denominándose Avenida de Sagunto. Es de destacar la imponente
obra que supuso proyectar y ejecutar la variante de la N-234 para sortear la
ciudad y salvar la rambla de San Julián. Reconozco que en la villa de Teruel me
atraen mucho sus edificios modernistas, de tanta categoría como muchos de los
que puedes hallar en Barcelona, por ejemplo, pero el Quirce se queda embobado
mirando, analizando y sopesando el singular viaducto, de vital importancia para
el transporte y las comunicaciones de esta ciudad en los años de la Belle Époque. Fernando Hué de la
Barrera, como ingeniero de la jefatura provincial de O.P. de Teruel se encargó
en 1929 del proyecto: cinco arcos, preciosos pilares de piedra blanca como la
nieve (caliza blanca de Escaleruela), 80 metros de luz, mucha altura sobre rasante
y una bella ornamentación en los pretiles de hierro forjado. Lo cierto es que
fue considerado, durante un tiempo, el viaducto con el arco de hormigón armado
de mayor luz construido en España y una de las mejores construcciones civiles
del siglo XX, además de ser uno de los viaductos más bonitos de nuestra red
viaria.
He citado anteriormente
el río Guadalaviar a su paso por Teruel. No debe extrañarnos cierta confusión
al consultar cualquier mapa: Por alguna razón que... prefiero ignorar -tampoco
es que me importe mucho- el río que nació en La Muela de San Juan, entra en la
ciudad como Guadalaviar, pero ¡cáspita! sale de la urbe llamándose río Turia,
hasta su desembocadura -invisible- en la ciudad de Valencia.
El terreno se hace un
tanto irregular y montuoso, camino de Caudé y el Monte Celadas; coronamos el
puerto de la Cella, a 1.013 metros de altitud y la vía fluctúa por la Sierra de
Albarracín, donde nace el río Jiloca, que será nuestro compañero de viaje en
los próximos kilómetros mientras sigamos en dirección N-NW. Cruzamos el pueblo
de Villarquemado y Torremocha del Jiloca para acometer la subida del puerto de
Singra, con la cota en los 1.000 metros. En los viejos mapas que consulto -como
el del MOPU de 1992- la carretera discurre por los pueblos de Torrelacárcel,
Singra y Villafranca del Campo, pero actualmente no hay rastro de ellos, pues
quedan a cierta distancia de la calzada. En Monreal de Campos, la N-234 se
junta con la N-211 (recordar aquel relato que hice sobre ella y el bello puente
romano sobre el río Pancrudo) camino de Torrijo del Campo y Caminreal, donde
vuelven a separarse. Hasta aquí y por aquello de que llego al pueblo de Torrijo
del Campo, mezclo un nuevo relato con un viejo artículo que monté para la
revista de Solo Camión sobre esta digna carretera nacional, La N-234, bastante
completo y donde ya citaba algunos puentes singulares que le sirven en su largo
periplo de 480 kilómetros. Se publicaron en dos números, el 280 y 281 de los
meses de junio y julio del año 2013. ¡Canastos!, ya hace 10 años de aquello.
Cómo pasa el tiempo.
En mi opinión, tanto el
pueblo de Torrijo como su puente se encontraban fuera o anejo a la vieja
calzada principal, camino real o carretera de primer orden, como también se la
denomina. Como una cuestión de eficiencia y ahorro de costes, varios pueblos de
la vertical junto al río Jiloca se encontraban en la ribera izquierda de éste
-evitando cruces del río- y su posible comunicación entre ellos se realizaba
por una vía ahora absorbida como camino rural y calles urbanas que pudiera
transitar desde Monreal del Campo hacia el N por Torrijo del Campo y Fuentes
Claras hasta Caminreal. El estado de caminos rurales y carreteras en la
actualidad ha cambiado mucho con respecto a tiempos pasados. Creo que el origen
del puente que aquí se presenta obedece más bien a las necesidades de comunicar
Torrijo del Campo con núcleos al E y SE de este gran valle y que precisaba el
cruce del Jiloca para dirigirse hacia Rubielos de la Cérida con derivaciones a
Bueña y Argente, lugares a los que ahora se accede por calzadas locales o
provinciales como la A-1509. Si nos
fijamos en mapas antiguos y desde Torrijo hacia el E existían viejos caminos
carreteros como el de La Poyada o el de Carratorrijo cuyo nombre ya nos indica
que era una carrera hacia Torrijo; en su trayectoria se debería cruzar el
Jiloca precisamente a la entrada de Torrijo. Algo de esto ya se vislumbra en
uno de los mapas más viejos conocidos, el del IGN (Instituto Geográfico
Nacional), hoja 516 del año 1937 aunque bastante ilegible pero también en el
del IGN, hoja 516 del año 1942. Siguiendo con la teoría de la Caminería y
prestando atención a ciertos tratados del siglo XIX podemos colegir que algunos
sectores de lo que ahora llamamos carretera nacional N-234 por aquellas fechas
eran inexistentes o meros caminos de herradura. Miñano en su detallado tratado
geográfico de España publicado en 1826 no hace referencia a ningún puente en
este lugar y Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico publicado en 1846 tampoco
menciona puente y añade que su limite por el N es con el camino real además de
que sus vías de comunicación son con los pueblos limítrofes y de mala calidad.
Sin embargo, el IDM (Itinerario Descriptivo Militar) del año 1866 ya va
aclarando la evolución de la carretera principal (la actual N-211 de Alcolea
del Pinar-Tarragona) y nos cuenta que ya está más o menos completada pero que
en esta zona y a partir de Monreal de Campos falta el sector que llega hasta
Caminreal que sigue en construcción y que podemos interpretar que se habla del
pequeño tramo donde se encuentra Torrijo del Campo aunque también se nos
informa que ya están levantados dos puentes, el del río Jiloca y el puentecillo
de la Acequia del Rey, ambos con estructuras de piedra. Desde mi punto de
vista, ahí es donde pudiera aparecer la construcción de nuestro puente,
independientemente de que con anterioridad existiera algún paso de madera sobre
el río además de los oportunos vados cuando había estiaje.
Teoría del puente: Tras
lo comentado anteriormente y con las debidas cautelas, cabe interpretar que lo
que ahora vemos como puente de Torrijo del Campo es una transformación de otro
anterior, posiblemente el que se expone en una vieja postal comercializada a
finales del los años 60 del siglo XX. Como bien informaba el IDM era de piedra
todo él. Una obra rústica, simple pero eficaz. La utilización de vanos
adintelados, generalmente con losas que se empleaban como pilas y en superficie
otras que hacían de tablero es un sistema pontonero ancestral, tan viejo como
el propio invento de los puentes. En este caso y por lo que se observa en esa
postal que menciono, disponía de 6 vanos adintelados, muy estrechos, casi diría
que el doble de anchos que las propias pilas y poca flecha por lo que ante
fuertes riadas que arrastran elementos sólidos como arbolado o ramas, parece
probable que estos ojos se ocluirían con relativa facilidad, produciendo
inundaciones en los campos de cultivo, huertas, el propio pueblo y los caminos
anejos. Suponiendo que ésa fuera su impronta original, pongamos por caso, hacia
el siglo XVIII, parece probable que en alguna reforma posterior y para elevar
la flecha de las bóvedas y conseguir el paso de más caudal ante reiteradas
crecidas, se elevan las cabeceras con rampas y se recrecen estribos y pilas
bien a base de sillería, sillarejo y mampostería -por lo que se aprecia en la
postal- para cerrar el cielo de la estructura con fuertes impostas del mismo
material y concluir la obra con unos potentes y pesados pretiles. La postal nos
muestra el puente desde aguas abajo por lo que no se aprecia si en aguas arriba
existían tajamares pero parece plausible que esos amplios sillares de arenisca
colocados como protección en su transformación, fueran parte de los que tuvo el
puente años atrás. Se ser así, nos muestra una labor de cantería en la vieja
obra muy interesante, de calidad, y ello nos hace preguntarnos del porqué se
destruyó tan recientemente, un verdadero monumento de obra pública. Algo de esa
fábrica también se observa en los estribos del puente en su estado actual con
sillería bien canteada y dispuesta aunque ciclópea pero que era necesaria para
resistir las violentas acometidas de las sucesivas avenidas del Jiloca. Parece
que también se han incorporado a la obra nueva parte de los pretiles
originales, creo de piedra caliza en piezas u ortostatos voluminosos rematados
con albardillas convexas. En aguas abajo parecen más recientes. El cauce en la
zona está canalizado por medio de manguardias de mampostería.
La transformación
radical de esta vieja obra se ha hecho siguiendo principios demasiados
economicistas. Hormigón armado prefabricado para construir dos vanos
adintelados adosados que forman la pila central y placajes en extremos del
mismo material que se empotran en los restos de los estribos de la vieja
estructura. Subsiste, como decía, una serie de piezas de sección pentagonal
formando cuña hacia cara vista que deben ser restos de algún tajamar del puente
anterior. En cubierta dispone de una calzada de doble dirección con aglomerado
asfáltico relativamente reciente y una acera en lado aguas abajo del puente. Es
reseñable el amplia área de ajardinamiento con arbolado y pasarela de madera en
lado aguas abajo de nuestro puente.
Textos consultados: El
“Repertorio de Caminos de España” de Alonso de Meneses editado en 1575 ya
describe este camino real que se inicia en Valencia con paradas en ventas como
son las de Villafranca de Campos y Caminreal, entre ambas poblaciones estaría
nuestro pueblo que aunque no se le cite, el periplo de este camino debería de
pasar junto al lugar. El “Diccionario Geográfico de España y Portugal” de
Sebastián de Miñano, editado en 1827, tomo IX, página 51 para la voz “Torrijo
del Campo. El “Diccionario Enciclopédico-Estadístico-Geográfico” de Pascual
Madoz Ibáñez editado en 1846, tomo XV, página 107 en la voz “Torrijo del Campo”
así como el IDM (Itinerario Descriptivo Militar” editado en 1866, tomo II, ruta
476 de “Molina de Aragón a Montalbán por Monreal del Campo y Caminreal”, página
365, donde se recoge la información sobre Torrijo del Campo entre otros pueblos
de la ruta. En la Wikipedia aparecen datos significativos de la población
aunque no del puente. La web institucional también aporta datos históricos de
la población. La web de Xilocapedia ofrece multitud de datos aunque nada sobre
la historia del puente; dispone de un plano según parece editado en 1927 donde
se observan los dos puentes mencionados en este artículo pero no hay
referencias al viejo puente.
En este viaje por la
digna carretera nacional N-234 y en zonas cercanas podemos visitar también
otras obras pontoneras de interés como son el Puente de Calamocha, el de Luco de Jiloca, el puente ferroviario de Entrambasaguas o las dos obras
significativas de Teruel, el Acueducto de Los Arcos y el Viaducto de Fernando Hué.
Entrada al pueblo desde la nacional N-234 en toma de fecha 14.12.2021
Interesante toma de lo que debió de ser la antigua estructura del puente con seis vanos adintelados en una escena curiosa que presenta a varias lavanderas en el río. Postal comercializada por Ediciones París de Zaragoza probablemente hacia el año 1968.
Toma que nos muestra el tablero del puente según postal comercializada por Ediciones Montanés sin más datos de registros pero que podemos datar hacia el año 1970. He visualizado una foto de mala calidad en blanco y negro que podría ser el original de ésta y que datan en los años 50 del siglo XX según archivos de Todocolección.net.
Tomas del tablero del puente en Google View con fecha octubre de 2015.
Tanda de fotos del puente en secuencia consecutiva desde aguas arriba, aguas abajo, tablero y cauce realizadas con fecha 14.12.2021.
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