PONTÓN DE ORIGEN ROMANO EN CALAMOCHA-TE SOBRE EL RÍO
JILOCA.
N-234 PK 190,500 Y A-1507 PK 1
Lo cierto es que, aunque lo ubico dentro de la ruta de la
carretera nacional N-234, el Quirce, por aquellas fechas lo que hacía era
correr la nacional N-330 desde su origen en Alacant hasta la raya con Francia,
pasado Canfranc, en el Puerto de Somport. Se la conoce como Carretera de
Alicante a Francia por Aragón y hace un tajo por el NE peninsular desde las
tranquilas aguas mediterráneas en la Costa Blanca hasta los abruptos peñascos
pirenaicos, tras recorrer un periplo de 675 kilómetros. Desde Teruel, nuestra
N-330 se fusiona, como digo, con la N-234 hasta Daroca, donde de nuevo, correrá
libre y con sus puntos kilométricos propios.
A su paso por el pueblo de Calamocha -un auténtico crossroad, diría que desde tiempos
imperiales- había que cruzar el río Jiloca y debería de haber un puente,
siempre es así. Los historiadores -no todos- opinan que Calamocha era la
antigua Albonica que se cita en el Iter Antonino y que comunicaba Caesaraugusta
(Zaragoza) con Castulo, ciudad ibero-romana cerca de la actual Linares.
Lo dio a conocer al mundo erudito el arqueólogo e historiador
Martín Almagro Basch hacia el año 1.952 en un trabajo para este pontón y para
el cercano puente de Luco de Jiloca sobre el río Pancrudo. Almagro quería discernir
itinerarios hasta entonces dudosos, bien como calzadas romanas o vías que se
citan en los dominios de la zona que mantuvo El Cid, hacia el siglo XI. Nuestro
puente, podía servir a los viajeros hispanorromanos que cubrían el camino de
Zaragoza a la Bética pero también fue muy utilizado en el Medievo en un abanico
de itinerarios a Tarragona, Valencia o incluso el centro peninsular, por lo que
ahora es la nacional N-211 que pasa por Molina de Aragón y Guadalajara.
De origen romano, más o menos cierto, que por el estilo de
arcada y disposición de sillares, es coetáneo de otros construidos entre los
siglos I y II de nuestra Era, no cabe duda que debió de sufrir diversas ruinas
y desperfectos a lo largo de los siglos. Estos territorios fueron vitales para
las comunicaciones en tiempos del Califato y de los almohades hasta principios
del siglo XII por lo que, a iniciativa de estos, debió de repararse en varias
ocasiones, manteniendo su impronta romana. Hay un caso parecido en la Comunidad
de Madrid, donde el puente de Alcanzorla sobre el río Guadarrama, perteneció a
una vieja calzada romana pero también estuvo bajo dominio musulmán varios
siglos y fueros estos los que lo mantuvieron franco para sus movimientos
fronterizos en esa limes. Por cierto, aunque de mayor luz, sólo se mantiene la
bóveda exenta, como ocurre en el de Calamocha.
Como ya he dicho, este cruce de caminos fue vital -y sigue
siéndolo- para las comunicaciones y enlaces entre variados destinos. Es muy
probable que se hicieran intervenciones a lo largo de su historia aunque no
llego a cazar ningún testimonio de tiempos barrocos o clasicistas. Desde luego
y a juzgar por el desgaste del extradós y las marcas de rodaduras, por ahí han
pasado carros hasta las primeras décadas del siglo XX, por acotar un poco el
asunto. De hecho, los pontones actuales que flanquean el primitivo y que dan
servicio a la carretera local, actualmente bajo matrícula A-1507, son de vigas
de hormigón y tablero relativamente estrecho ya que se circula con cesión de
paso, en un sólo sentido, probablemente construidos en los años 40/50 del siglo
XX.
Características actuales de la obra: Es una obra civil muy
digna y bella que mantiene un sólo vano en forma de arco de medio punto aunque
sus arranques quedan desfigurados u ocultos tras alguna de sus reformas. Dispone
de una luz de 6 metros y altura sobre lámina de aguas de 4,60 metros, de ahí la
dispersión geométrica hasta el medio punto que debería coincidir con una flecha
de 6 metros. Lo que queda de estructura actual nos da una longitud de 7,70
metros y su ancho de tablero es de 2,60 metros. La tipología para este tipo de
estructuras -los que actualmente subsisten- nos advierte de puentes
equilibrados de 3 vanos, el central suele ser mayor, y pequeños muros de
acompañamiento hasta estribos. También suelen existir arquillos de
aligeramiento que flanquean el vano central y que geométricamente son de medio
círculo.
En este caso, al carecer (o haberse suprimido drásticamente en
alguna rehabilitación hace siglos) de más arcadas, se produce un tablero
acentuadamente a dos aguas o en lomo de asno, cualidad no muy frecuente en la
pontonería romana. Es muy probable que, en origen, cumpliera la tipología de
puente de tres arcos, como ocurre con el de Luco de Jiloca o el de Villa del Río y un tablero alomado pero más suave. En este caso, la inclinación actual es
tan evidente que su cruce problemático aún es visible en el desgaste y marca
que han dejado las ruedas de hierro o madera al resbalar o friccionar sobre el
dovelaje externo, cuando ya no existía firme.
Aguas arriba, apenas dispone de unos pocas piedras como
tímpanos, tapándose lo restante de muros con los arranques de aletas en embudo,
más propio de una actuación de rehabilitación con sello de la ingeniería
militar de la segunda mitad del siglo XVIII. Obviamente, la disposición y
escuadría de la sillería en aletas es soberbia, como corresponde a las técnicas
del clasicismo. Aguas abajo si se observa más paramento y la carencia en
extremos de posibles espolones o contrafuertes, muy al estilo original romano,
aunque con evidencias de reconstrucciones.
En mi visita, con cauce más bien alto, no he podido observar
basas, arranques de pilas o salmeres (estos, ocultos tras la incorporación de las manguardias o muretes oblicuos). La bóveda es espléndida y las roscas perfectamente adosadas y
ensambladas, hecho muy visible en ambas boquillas. En extradós se observa una
zona central -cara interna de las dovelas- que ha sido el firme del pontón durante siglos, quizás desde el momento en que alguna avenida agresiva, se
llevó los pretiles y una posible calzada de piedra machacada y arena que
apoyaba en el extradós. Toda la obra parece que es de piedra caliza.
Es probable que en la restauración realizada entre los años
2.000 y 2.002 se acometiera la insensatez de cubrir las cabeceras con losas
-justo hasta la zona central de claves, donde se ve perfectamente el dovelaje
externo- obviando el hecho de que se trata de una obra antigua en la que deben
producirse las mínimas modificaciones. Ni el puente de Alcanzorla sobre el río
Guadarrama, ni tampoco en el de Benavente sobre el actual Caño de los Molinos o
derivación del río Órbigo -por poner dos ejemplos- se les ocurrió cubrir el
viejo extradós con placas o adoquín de piedra. También el abuso de mortero para
cubrir las juntas de sillares y dovelas es excesivo.
En ambas caras del pontón existe acompañamiento de muro de
piedra como encauzamiento con grandes sillares, que se pueden adjudicar a
diferentes épocas; abundan los caces y compuertas en el entorno del cauce, muy
bien explotado a nivel hidráulico. Es de destacar el batán cercano conocido
como Lavadero de lanas, pues aunque en un estado de ruina lamentable, todavía
exhibe 4 bóvedas con arcos de medio punto, verdaderamente admirables.
Se considera un acierto la intervención entre los años 1.992 y
2.002 en cuanto a urbanizar el entorno del puente con zonas de recreo,
descanso, paseos, fuentes y variados paneles que informan sobre el pontón, los
ingenios de molienda y lavado o la fauna y flora que se puede observar en el
medio. Está considerado BIC según BOA de fecha 30.04.2001. En el interior de la
población existen carteles que dirigen a esta obra, siempre citándola como puente romano.
Siempre resultan admirables los puentes y pontones de los que sólo queda un bello arco, generalmente en buen estado aunque exento, carente de tímpanos; todavía sirven como pasarelas para el cruce de su cauce y -además de los ejemplos que ya están en este blog- cabe señalar el puente de Mantible sobre el río Ebro, el de Udrión, sobre el río Nalón, el de Isaba, sobre el río Esca o el de Pazos de Arenteiro, sobre el río Avia, por citar algunos muy interesantes.
Siempre resultan admirables los puentes y pontones de los que sólo queda un bello arco, generalmente en buen estado aunque exento, carente de tímpanos; todavía sirven como pasarelas para el cruce de su cauce y -además de los ejemplos que ya están en este blog- cabe señalar el puente de Mantible sobre el río Ebro, el de Udrión, sobre el río Nalón, el de Isaba, sobre el río Esca o el de Pazos de Arenteiro, sobre el río Avia, por citar algunos muy interesantes.
Cómo llegar: Calamocha se encuentra en la carretera nacional N-234 y a la
altura del PK 190,500 se coge un desvío hacia la carretera autonómica A-1507
hasta su PK 1, donde aproximadamente esta nuestro puente. Esta calzada es la
que va a los pueblos de Tornos y Bello o a la laguna de Gallocanta. La vía
rápida más cercana es la A-23 tomando la salida 185 que dirige a Calamocha.
Dos postales de los años 40 del siglo XX. Web todocoleccion.net.
Fotografía probablemente realizada en 1.952 por Martín Almagro cuando realizó su trabajo sobre los dos puentes de Calamocha.
Foto de una avenida del río Jiloca en el año 1.970. Cuadernos de Etnología, nº 20 1.970
Dibujo del pintor valenciano Ramón Miralles Boscá, realizado en octubre de 2.011, antes de su drástica reforma.
Tanda de fotos realizas el 29.10.2014
Tres fotos de los muros de encauzamiento y el puente nuevo. Fecha 29.10.2014
Fotos del batán cercano al puente. Fotos realizadas el 29.10.2014
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