PUENTE DE OSORNO LA MAYOR-P SOBRE EL RÍO VALDAVIA.
N-611 PK 59,500
El antiguo Camino Real hacia
Santander nos depara sorpresas pontoneras de cuando en cuando. No deja de ser
decepcionante que, tratándose en algunos sectores de la vieja calzada romana
que desde Pallentia se elevaba hacia el norte por Pisoraca para alcanzar el Mar
Cantábrico en Portus Victoriae o Portus Blendium, no haya rastro de obra civil
romana y muy poco de origen altomedieval.
En algunos casos, podemos
predecir elementos medievales en algunas estructuras aunque muy modificadas en
el tiempo. Lo mismo ocurre con las obras renacentistas o barrocas, generalmente
destruidas o arruinadas en parte durante las fuertes avenidas que consta se
produjeron a lo largo del siglo XVI y XVII para la cuenca del río Pisuerga,
incluyendo sus múltiples afluentes y arroyos. Estos arreglos e intervenciones
en la pontonería del Camino Real -ahora carretera nacional N-611- son más
abundantes a lo largo del siglo XVIII y XIX, dejándonos en los puentes la
impronta propia del clasicismo, especialmente en tiempos de Carlos III y sirva
como ejemplo el propio puente homónimo de Reinosa sobre el río Ebro, dentro del
itinerario del propio Camino Real.
Centrándonos en el puente de
Osorno la Mayor, por más que intento conciliar obra antigua debidamente
restaurada, no la encuentro. El puente debió de arruinarse más o menos en su
conjunto y se decidió construirle "casi" plenamente en el periodo
isabelino. Como digo, ese casi es determinante: de alguna manera y para ahorro
de costes, en la cabecera derecha ha quedado una hermosa reliquia de lo que era
la pontonería barroca de época con la presencia de 4 alcantarillas sucesivas
que sirvieron para mantener la horizontalidad de la calzada en esta margen del
río Valdavia, aunque bien es cierto que permanecen empotradas en groseros
lienzos de hormigón.
Tampoco existen rastros
documentales o testimoniales de la vida del puente en periodos anteriores al
siglo XVI aunque es evidente que alguna estructura habría para salvar el río. A
juzgar por la situación actual del cauce, con cierto ensanchamiento y que forma
una amplia terraza en este punto, cabe pensar que en estiaje sería cómodo su
cruce, incluso existen todavía pequeños rodales de empedrado de sillería cerca
de pilas que reafirman la idea de que era un vado propicio. Pero también he
observado en invierno y primavera volúmenes de agua en esta zona que harían
impracticable este vado, salvo para cruce en barcas al efecto.
Debió de existir una obra civil
que se deterioraría en múltiples ocasiones y que, o bien se reparaba o -como en
la mayoría de los casos- se salvaba el/los vanos arruinados con vigas de madera
que solían permanecer a veces hasta siglos.
Cadiñanos es el autor que ofrece
más información de nuestro puente para la Edad Moderna. Buceando en los
archivos del propio AHN (Archivo Histórico Nacional) así como en el de la
RABASF (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando) nos aporta estos datos:
[...] En 1.583 el vecindario de
Osorno exponía que tenía un paso sobre el río de Medio (Valdavia) "puente de cal y canto por donde pasan
carros y carretas y recuas y otras personas de trato y comercio" . Las
aguas se habían llevado 4 ojos y los demás estaban arruinados. Se le conocía
como puente de Jarzán "uno de los
mejores que hay en toda Castilla la Vieja y toda la Montaña".
Fue reconocido por los canteros
Juan de la Cuesta, Sebastián de Solares, Sancho de la Gándara y Toribio de la
Maza y vieron que tenían caídos los pilares de junto a la villa. Su reparo
costaría 7.700 ducados. Pero no veían conveniente el repararlo sino que era
mejor construir uno nuevo. En el mismo año era proyectado por Martín de la Haya
y Juan de Bolcalde. En su opinión era "necesario se haga en la parte y
lugar donde ahora está la puente vieja..., que es cómodo y buen sitio para su
perpetuidad y firmeza" porque allí el río tiene madre y los cimientos
resultan seguros. Tendría 350 pies de
largo y 24 de ancho, con 10 arcos, los dos del medio de 28 pies de hueco, los
dos colaterales de 27 pies y los seis restantes de 26 pies cada uno. Y los
dichos 10 arcos se irán empinando hasta el medio comenzando con una calzada...,
encadenados de cepa en cepa". Y trazaron el correspondiente plano.
No convenció al Consejo esa idea.
Poco después encomendaba a los canteros Juan de Celaya y el citado Martín de la
Haya que trazaran los proyectos. Llevaría 4 pilares "con sus puntas
arqueadas arriba y abajo" siendo los del centro mayores. Los arcos serían
5, los extremos de 30 pies, los de en medio de 40 y el central de 50 pies. Como
se ve todavía con reminiscencias medievales, no resultando ni de rasante
horizontal ni uniforme. Todo de piedra, sería completado con una calzada hasta
la ermita de Ntra. Sra. de la Paz. Se nombraría un veedor que fuera vigilando
la construcción y corrigiendo lo necesario. Sería finalizado en 3 años y no
habría mejoras.
Después de muchas posturas, fue
rematado en Juan de la Cuesta por 6.000 ducados en 1.584 obtenido por
repartimiento en 10 leguas. Como en tantas otras ocasiones, el maestro
encargado señaló nuevas obras indispensables para consolidar el puente. Y dijo
que, después del remate, una avenida había alterado el cauce para cuyo remedio era
preciso añadir un arco de 30 pies de hueco así como una manguardia de 350 pies
de largo, aguas arriba del río.
En 1.588 los canteros Domingo de
Cerecedo y Juan de la Lastra reconocieron que era correcta la propuesta del
constructor. Y lo tasaron en 2.000 ducados.
En 1.599 ya estaba todo concluido
aunque no se le pagó toda la deuda al maestro por lo que sus herederos entablaron
pleito. También ciertos vecinos exigieron que se les indemnizara por los daños
causados en sus heredades con ocasión del transporte de los materiales. (AHN
legajo 28.339 y Archivo Academia de San Fernando, legajo 2-31/10).
A finales del siglo XVIII ya
estaba inutilizado el puente. Tomás
López lo detalla: " Osorno tiene un famoso puente de piedra caído, no
obstante que es realengo, útil y necesario para la carrera de Santander a
Madrid". Por Miñano sabemos que, en realidad, se trataba de un puente de 9
ojos con dos de ellos completamente arruinados. En 1.830 el arquitecto Pedro
García González presentaba un proyecto ante la RABASF para su reconstrucción.
Fue aprobado y según Madoz comenzó a construirse en 1.843 pero una avenida se
lo llevó. No parece que exista más información sobre este puente. Dado que no
hay reliquias del mismo en el entorno del puente actual cabe pensar que durante
un tiempo se optó por una estructura económica, con vigamen recto de madera,
sobre sopandas y tornapuntas que apoyarían en palizadas de troncos arriostradas
que, a su vez, descansarían en parte del pilotaje o basas de antiguas pilas; en
tablero se dispondría un firme de tierra y piedra machacada y algún vial para
peatones, poco más, como ocurría en miles de puentes de nuestro territorio.
El ingeniero Juan de Orense, en
sus artículos para la ROP de 1.855 en donde trata con cierto detenimiento la
carretera Palencia-Santander -especialmente en su tramo cántabro- no cita esta
obra aunque sí evalúa los altos tránsitos de esta calzada desde Palencia. Sin
embargo y abundando en el tema de abandono o falta de mantenimiento de esta
obra, parece importante la información que, sin autor, facilita la propia ROP
en artículos del año 1.872 donde reiteradamente se critica que el Estado se
desentendiera de esta vía a nivel presupuestario, dejando las funciones de
arreglos o mantenimiento en manos de la Diputación o los propios pueblos.
Por todo lo anterior, deberemos
considerar que esta obra civil actual, se debió de formalizar a partir del
último tercio del siglo XIX y siguiendo en parte las instrucciones que marcaban
los catálogos oficiales del Ministerio de Fomento, bien los que elaboró Lucio
del Valle en 1.857 con la colaboración de Víctor Martí y Ángel Mayo o los
correspondientes a la Memoria de 1.882 titulada "Obras para salvar
corrientes de agua" de Manuel Peironcely.
Características actuales de la obra: Se trata de un puente
largo, de 150 metros de longitud incluyendo zonas de estribos, estos reducidos.
Por tramos, la sección más larga es correspondiente a los vanos
alcantarillados, que mide 69 metros; el puente moderno sensu stricto mide 65 metros y otros 16 metros de estribo
izquierdo. La anchura original, más relacionada con las bóvedas de las
alcantarillas antiguas, era de 6 metros, que guarda relación con la
planificación de carreteras clasicistas de finales del siglo XVIII. Actualmente
dispone de dos voladizos en cantos de lo que resulta un ancho de tablero de 9
metros, siendo los de calzada de 7 metros más dos viales peatonales de un metro
cada uno.
En la estructura actual se
observa fábrica de sillar y sillarejo de arenisca, ladrillo en bóvedas menores
y estribo derecho, sectores de mortero de cemento, bloques de hormigón armado y
una gran fábrica de sillería de arenisca artificial de muy buena elaboración.
La obra consta de 8 vanos, distribuidos en dos sectores muy definidos. El
izquierdo (siempre considerando desde aguas arriba, margen izquierdo) consta de
4 arcos escarzanos de bella factura con luces de 13,63 metros cada uno y altura
sobre lámina de aguas de 4,46 metros. Tres pilas-tabique intermedias de
hormigón en masa bien chapadas en piedra artificial con cantos redondeados y
dos semi-pilas en extremos, escoltando los arcos uno y cuatro. El intradós de
estas bóvedas es de hormigón y en boquillas dovelaje de arenisca. Hay un juego
potente de disposición aplantillada en la sillería, que resalta los paramentos
como si hubiera incursión de aristones en zonas esquinadas o sobresalientes. La
cara externa de las piezas se pican ligeramente con bujarda media para parecer
averrugada en un trabajo minucioso excelente. En otras zonas más ocultas y
debido a la intervención de ensanche de tablero, se tapan huecos con sillarejo
y algunas piezas de cantería más antigua, reaprovechadas para el caso. También
es muy cuidado el trabajo en la disposición de hiladas (muy menguadas y de
pocas piezas, prácticamente los tímpanos), su enlace con la rosca de boquillas
y las piezas que tienen función de salmeres, con forma de trapecio isósceles sobre
las que reposan las arcadas. Se permiten ciertas licencias decorativas con
algunos relieves, bien en las basas de las pilas o en el moldurado superior. Es
probable que existiera alguna hilada superior hasta línea de impostas aunque
con la ampliación del tablero han desaparecido y las claves rozan la rasante
hormigonada en un mal recurso constructivo. El estribo de este lado ha sido
reforzado con placas de hormigón, tapando los posibles restos de la obra
original.
Tras el sector de vanos
escarzanos hay un muro de acompañamiento en el que aún se pueden apreciar
sillares aunque predomina una especie de enlucido a base de placas de hormigón.
Esta zona se puede considerar la más antigua aunque se encuentra plenamente
comprimida en muros de hormigón. Consta de 4 vanos con arcos de medio punto
peraltados, muy regulares, con luces de 2,74 metros cada uno. Bóvedas de
ladrillo y muros del peralte de sillería de buena labra, regular cubicaje y
disposición de hiladas, todo ello en piedra arenisca. En intervenciones
modernas se procedió al enlucido de las bóvedas con mortero de cal y cemento.
Los extremos o boquillas quedan ocultos por el sobremuro de refuerzo a base de
hormigón probablemente armado fraguado in
situ a juzgar por la fuerte huella del maderamen de encofrado. Las
alcantarillas enlazan con el muro de acompañamiento hasta estribo derecho,
donde pese a restos de enlucido de mortero de cal, se aprecia bien un zócalo de
buen sillar de arenisca en cuidada disposición sobre el que se apoya un muro de
ladrillo muy antiguo, colocado a tizón; este lienzo se remata en extremo con un
ensanchamiento del estribo donde se aprecia la fábrica de piedra quizás más
antigua.
Desde mi punto de vista, lo más
llamativo de este puente es la solera sobre lecho arenoso en la sección de
alcantarillas. Es observable en tres de sus vanos y consiste en un firme a base
de adoquín de gran tamaño-propiamente sillares- en disposición primorosa,
enjuntado pleno y que cubre toda la base de estas arcadas. Pese a las costras
de cal y polvo, se puede adivinar que se trata de piedra caliza y en un par de
vanos se ha producido un enorme desgaste del firme, quedando muy visibles las
rodaduras de carruajes; debemos entender que se trataba de un camino secundario hacia el E que seguía el curso del río y fue utilizado durante siglos. Como decía antes, también aparecen determinados lienzos
de firme empedrado en el ámbito del puente, al menos, aguas arriba y que
delimitaría el paso por vado del antiguo camino.
Aunque los cauces habituales
circulan por los tres o cuatro primeros vanos (margen izquierda), he podido observar que
en momentos de crecidas, hay encharcamientos en todos los correspondientes al
alcantarillado.
La obra actual se remata con un
ensanchamiento de tablero a base de una losa de hormigón armado con voladizos
de aproximadamente un metro en cada canto. Petos de tubo de acero
correspondiente a los nuevos diseños de barandillas, viales de cemento en
baldosín muy disminuidos por la presencia o incorporación del sistema de
biondas y algunos recrecidos en el firme de hormigón asfáltico. Restos de la imposta y piezas de piedra del antiguo pretil se
encuentran caídas en las orillas del río, bien visibles en la zona de aguas
arriba; especialmente, es admirable la talla en caliza de alguna pieza de
remate externo o témpanos intermedios de pretiles, semienterrados en la terraza
fluvial. Bueno, también había allí una montaña, compuesta de aproximadamente 20
mojones históricos del Plan Peña, sin cuidado alguno, correspondientes a las
carreteras N-120 y N-611 que a mi requerimiento, fueron retirados por la actual
empresa de mantenimiento de estas calzadas y que -entre todos- rehabilitaremos
para exhibirlos oportunamente.
Es una pena el que no se haya
podido recuperar los elementos más antiguos, claramente barrocos, aunque no
cabe duda de que la obra decimonónica es muy buena, sin objeciones. El grave
impacto negativo obedece por un lado a la construcción del puente del siglo XIX
que para enlazar su tablero con la sección de alcantarillas más estrechas, optó
por la solución grosera de emparedar la vieja estructura, aunque no descarto que este desaguisado de mal gusto, obedezca a la intervención producida hacia
los años 60 del siglo XX cuando se ensanchan las calzadas nacionales a los 8
metros, momento en el que se procede a montar los voladizos actuales y quizás,
se refuerzan arcadas y muros con cemento armado. Desde luego, no conozco vestigios
pontoneros de las características de estas alcantarillas tan antiguas en
tierras castellano-leonesas y hemos perdido una oportunidad sin igual de
mantenimiento y muestra de ingeniería barroca en la zona. La diversidad de
fábrica y acabados de este puente le quitan prestancia y monumentalidad pero
debemos señalar que se trata de un raro vestigio a mantener y cuidar lo que,
según observo, no se está produciendo.
En espera de poder obtener fondos
presupuestarios para descubrir la obra antigua y el enlosado perimetral,
acondicionando la zona con jardines y elementos de esparcimiento para la
ciudadanía -terraza fluvial muy idónea para este cometido- al menos debemos
proceder a sanear, limpiar y reponer lo faltante de esta obra, ya sea en el
alcantarillado como en el propio puente. Por cierto, también está perdiendo el
cubrecantos moderno de la losa de hormigón que hace de solera de la calzada.
Hay suciedad, eflorescencias, piezas rotas, humedades, filtraciones y bastante
basura en el entorno del puente. La acumulación de troncos y ramaje atascado en algunos vanos reduce la capacidad de desalojo de aguas de los mismos.Tampoco existen señales de tráfico que dirijan
a este monumento y mucho menos, que haya un cartel informándonos de la historia
y vicisitudes de esta interesante obra civil.
Para saber más: Básicamente me
apoyo en el trabajo de Inocencio Cadiñanos Bardeci para lo referente a sus
intervenciones históricas que recoge en su trabajo "Puentes de la
provincia de Palencia en la Edad Moderna". Miguel Ángel Aramburu-Zabala lo
trata muy someramente en el libro La arquitectura de puentes en Castilla y León
en el periodo de 1.575 a 1.650". En
cuanto a la historia del Camino Real o al itinerario de la actual N-611
señalando su patrimonio pontonero y lineal, me remito a los artículos que monté
para la revista Solo Camión, números 270 y 271 de agosto y septiembre de 2.012.
También hay un extenso artículo de Luis Solera
Selvi titulado "La N-611, de calzada romana a Camino Real", con
muchas fotos de puentes y que publicó la revista del Ministerio de Fomento en
su número 666 de fecha noviembre 2.016.
Cómo llegar: Se encuentra en el PK 59,500 de la nacional N-611.
Osorno la Mayor ha sido históricamente una especie de crossroad con variadas vías de primer orden y secundarias. Desde el
sur -procedencia Madrid, por ejemplo- y como vía rápida, optaremos por la
autovía A-67 con salidas 55A y 55B que abocan a la N-120 con dirección Osorno. Para movimientos
E/W conviene tomar la autovía A-231 tomando la salida 106A que sale también a
la nacional N-120 y que nos llevará a este pueblo. Esta nacional actúa como
variante rodeando la villa y enlaza con nuestra carretera N-611 que en
dirección N tomaremos hasta llegar al río Valdavia y su curioso puente. Como es
obvio, si nos encontramos ya sea en Logroño o en Vigo, es la mítica e histórica
carretera nacional N-120 (Camino de Santiago) la que nos llevará hasta Osorno y
su cercano puente.
Vieja imagen del sector decimonónico del puente probablemente datada en los años 20 del siglo XX que me facilita el historiador palentino Javier de la Cruz Macho.
Tanda de fotos realizadas el 27.03.2016 y 31.07.2016
PROCESO DE RECUPERACIÓN Y REHABILITACIÓN DE MOJONES DEL PLAN PEÑA DISEÑADO EN 1931 Y QUE SE ENCONTRABAN ABANDONADOS JUNTO AL PUENTE.
PROCESO DE RECUPERACIÓN Y REHABILITACIÓN DE MOJONES DEL PLAN PEÑA DISEÑADO EN 1931 Y QUE SE ENCONTRABAN ABANDONADOS JUNTO AL PUENTE.
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