jueves, 21 de junio de 2018

PUENTE DE PEDROSA DEL REY. Pantano de Riaño

PUENTE DE PEDROSA DEL REY. León
Río Yuso/Esla. Pantano de Riaño
N-621 PK 98

Cazar algunos puentes, en ocasiones, resulta arduo y tedioso, o deberemos de aplicar las mejores artes venatorias entre las que se encuentra la paciencia infinita. Ha ocurrido en este caso en el que el Quirce, haciéndose eco de las numerosas noticias en prensa referidas a la sequía y la situación de nuestros embalses bajo mínimos, era frecuente que se exhibieran fotografías de los vasos de estos pantanos secos y cuarteados, en los que a veces, sobresalía entre lodos un viejo puente, la mayoría de las veces arruinado.

En el caso del Puente de Pedrosa del Rey -al igual que ocurrió con el de Villanueva del Río, en la provincia de Palencia- era frecuente leer noticias en la prensa leonesa aludiendo a su nueva presencia debido a la sequía. Allí que me fui y aunque mediado el mes de junio todavía estaba bajo las aguas, en un segundo intento a finales de julio, pude comprobar que se encontraba prácticamente exento por lo que me decidí a estudiarlo.

Puede que su origen sea bajomedieval o renacentista y siendo ahora una puente carretero se entiende que más que a soporte de una calzada antigua, quizás obedecía a servicios a la ganadería. En épocas de estiaje hasta habría un vado natural por donde pasaría el ganado pero que, en ocasiones, con lluvias o crecidas, se haría necesario un paso artificial, un pontón a base de maderos. Con la preponderancia del Real Concejo de la Mesta, creado en el año 1273 por Alfonso X y muy apoyado política y económicamente en tiempos de los Reyes Católicos es muy probable que se realizara a iniciativa de los ricos ganaderos de la zona una obra pontonera de fábrica, al menos en pilas, aunque el tablero siguiera siendo de madera.

Debemos recortar que nuestro puente se ubica en la  Cañada Real Leonesa Oriental, una amplia red pecuaria que entre cañadas, cordeles y veredas en territorio leonés llega a los 700 kilómetros de longitud. El arranque de esta vía podría partir del Puerto de Tarna, en la raya con Asturias, cuya cota se acerca a los 1.500 metros y el descenso de ganados y pastores se producía por dos vertientes, en función de la climatología o estado de estas vías de trashumancia. Independientemente del camino, ya fuera desde el Valle de Valdosín o desde el núcleo de Maraña, donde nace el río Yuso o Esla, la cabaña en tránsito se unía, descansaba y se efectuaban los conteos de cabezas en el amplio valle que se forma en Riaño, zona abducida acuáticamente por el grandioso embalse y donde esta nuestro puente. Este valle, en tiempos pasados fue importante para la ganadería trashumante por la elevada concentración de cabezas, pastores, mayorales y personal de servicio que requerían alimentación y cobijo en las aldeas de la zona que se agrupaban en lo que se conocía como Merindad de Valdeburón, especie de concejo que administraba y mandaba el Merino Mayor o Adelantado, normalmente proveniente del núcleo poblacional más importante o cabeza de partido que durante años fue Burón y así, siguiendo estas pautas y durante ocho siglos, permaneció el sistema de control y trashumancia de los ganados, especialmente de ovino merino.

Es notorio y conocido que en muchos lugares de la península fuese este Honrado Concejo de la Mesta quien actuaba como promotor en la construcción de puentes y pontones en cañadas y cordeles para dar servicio al movimiento de ganados, especialmente cuando disfrutaban de un enorme poder económico, hacia el siglo XV y XVI.

En lo que respecta a nuestra obra, su impronta y la mínima información sobre su posible levantamiento, deberemos ser cautos y aunque se puede aventurar una obra primitiva bajomedieval, tampoco es descartable que se hiciera ya en tiempos renacentistas, siguiendo las pautas y técnicas que ya se empleaba en siglos atrás, pues en la ingeniería pontonera es prácticamente imposible -sin testimonios de época- determinar fechas de construcción: Durante los siglos XV o XVI  y en Burgos, un maestro de obra podía proyectar un puente con arcos ojivales y tajamares en cuña que llegaban hasta la rasante mientras que al mismo tiempo, otro profesional levantaba un puente en Palencia con rasgos netamente renacentistas, a base de arcos de medio punto, rasante horizontal y tajamares en semicírculo que no sobrepasaban los riñones de arcadas, por poner un solo ejemplo. Siguiendo su posible origen renacentista o hasta barroco cabe señalar que otros puentes del valle como son los de Riaño, Salio y Puerta (donde pudiera incluirse éste) disponían de una imposición de pontazgo por privilegio concedido por Fernando I en 1478 cuyo beneficiario era el Marqués de Tabarca cuyo rendimiento se cifraba en 500 maravedíes. 

Lo cierto es que, en este camino N/S pecuario de gran importancia ganadera se edificó un puente en estilo de transición donde junto a un arco central apuntado de tipo bajomedieval, aparecen dos arcos menores de medio punto y detalle en paramentos y pilas más propios de tiempos renacentistas o barrocos.

Las noticias más antiguas sobre esta obra -aunque sin citarla- las ofrece el historiador de puentes Aramburu-Zabala cuando se refiere a que entre los años 1586 y 1590 se construyen dos puentes en  Valdeburón. Para que así se señale cabe pensar en obras importantes sobre el cauce de aquel río y realmente los puentes importantes eran el de Pedrosa del Rey y el llamado de Torteros. De este topónimo de Valdeburón se cree que deriva el actual nombre del río ya que desde antiguo se le cita como Ásture, Éstola o Esla, también llamado Yuso en su primer tramo; al fin y al cabo, estas escorrentías en las cabeceras de los puertos de Tarna, Pontón, Pandetrave o San Glorio, derivaban o confluían en un cauce al que, como digo, nombraban como Valdeburón, según algunos estudiosos del tema.

El historiador Inocencio Cadiñanos nos aporta más datos sobre este puente aunque, como él mismo reconoce, no cuadran mucho con la impronta que presenta el actual puente de Pedrosa del Rey. La Información taxativa que nos cuenta es la siguiente: [...] Bajo el pantano hubo un notable puente del que quedan algunas noticias y fotografías. El camino al que daba servicio era el de Cistierna hacia el Puerto de Pandetrave y la que se cruzaba desde Guardo hasta el puerto de Tarna.
En 1674 los vecinos informaban que pegante a la villa, en el río Bayones (hoy, Vierón) había un puente de piedra por donde pasaban ganados de La Mesta y bajaban los arrieros de Asturias, Liébana, Santander y otras partes que iban a los mercados de Valladolid. Pero ya no existía porque las riadas se lo había llevado "casi todo el edificio" ya que sólo permanecían las cepas y los restos de cantería se los había llevado los vecinos para construir o reformar sus casas. Era transitable a través de tableros de madera.
Cuatro años después era reconocido por Antonio Agüero y Jerónimo de Arroyo. Pusieron 10 condiciones y levantaron planos. Sería de 3 arcos, dos de a 36 pies y el central de 46 pies. Irían sobre dos cepas más otras dos medias en los extremos. Podría construirse con 30.500.- ducados en un sitio muy cercano al antiguo. Lo cierto es que hubo muchas rebajas y se adjudicó a Juan de la Lastra por 16.000.- ducados, una diferencia muy notable con lo presupuestado anteriormente. El Fiscal, pese a todo, consideró que la baja era todavía corta ya que existían otras ofertas por valor de hasta 10.740.- ducados. El montante se repartió entre lugares ubicados en un radio de 20 leguas a la redonda.
Fue comenzado en 1686 coincidiendo con el año en que Domingo García del Rivero y Bartolomé de la Vallina inspeccionaron los materiales apropiados y consideraron correcto lo levantado para que se pudiera librar el primer pago.  
En 1689 se entabla pleito con Juan de Lastra Ortíz por una actuación deficiente en este puente. Una vez construido en el año 1.688 sobrevino una riada "que fue una de las mayores e inopinadas que se ha  visto en el Reyno de León de muchos años a esta parte". Se hundieron dos arcos y una cepa. Que se viese si era culpa suya. Uno de dichos arcos había sido fabricado a destajo por Juan de la Riba y Jerónimo de la Teja por cesión del citado Lastra. Trabajaron mal, a pesar de las advertencias del propio Lastra utilizando defectuosas mezclas de cal y arena. El arco central se debió al citado Juan de la Riba ayudado por Juan de la Cavada, Andrés de Baras y Francisco García, todos ellos a destajo pero que, en este caso, con buena ejecución de obra.  Para informar con detalle se nombró veedores a Mateo Salgar, Jerónimo Álvarez y Bartolomé de la Vallina confirmando en este informe que no se había hecho conforme a arte.
En 1691 los canteros Diego Ruíz y Antonio del Campo Horna proyectaban la reconstrucción por un valor de 60.304.- reales de vellón aunque entonces, reaccionó el propio Juan de la Lastra ofreciéndose a levantarlo por su cuenta. Pese a todo, a Felipe, sobrestante provisional de la obra e hijo de Juan de la Lastra se le encarceló como culpable y se sabe que en 1708 todavía seguía en prisión. Lo cierto es que, al parecer, fue reconstruido con las mejoras adicionales necesarias y se evaluó su coste en 50.000.- reales de vellón lo que en aquellos momentos pareció excesivo.
Hay también constancia de que el arquitecto Fernando Sánchez Pertejo reparó esta obra en el año 1829. (AHN legajo 26481. ICB Rev. Tierras de León nº 113 año 2001)
El resultado final es que la obra presenta un paso alomado, de tres arcos de medio punto, siendo mayor el central. Los tajamares en ángulo recto y los espolones cúbicos, todo ello en obra de sillarejo. Sin embargo, ciertas fotografías demuestran que en el momento de su desaparición difería bastante de la anterior descripción. Poseía un amplio arco de líneas ojivales, flanqueado por otro muy pequeño en un extremo y otro grande de medio punto. Los espolones eran cuadrados y retranqueados a media altura. Una imposta separaba las claves de los arcos del arranque del pretil. En todo él se mezclaba el sillarejo con la mampostería [...]

Hasta aquí, entre llaves y en cursiva el texto que ofrece Cadiñanos sobre el puente, que no es poco, pero ciertamente confuso con la obra que aún podemos contemplar. No conozco otros testimonios fiables sobre el levantamiento o intervenciones de restauración o reconstrucción de este puente y hay que considerar que, si bien es cierto que se han podido estudiar muchos legajos notariales relativos a canteros y alarifes de origen trasmerano (como muchos de los citados) relativos al siglo XVI y XVII, también parece cierto que, desgraciadamente, carecemos de registros de esta índole para profesionales del gremio que actuaran en siglos anteriores, salvo casos puntuales.

La opinión que se refleja en el "Catálogo de puentes de León" es que se trata de una obra con diferentes actuaciones: parte de la bóveda central y las pilas serían las obras más antiguas, probablemente del siglo XV, la bóveda lateral más grande hacia el siglo XVIII y la lateral más pequeña durante el siglo XIX. Añadir, por último, que entre las variadas marcas, muescas y guarismos de cantero que existen en diferentes piezas, también aparece en una bóveda la cifra 1573 que, o bien pertenece al año de su construcción, a quizás, a alguna fecha de reparación importante en esta obra civil.

Es interesante a este respecto la referencia o información que nos facilita Emilio Valverde en uno de sus periplos por la zona en el año 1886 donde además de escribir sobre nuestro puente también hace referencia al pontón sobre el Arroyo Rimielfo: [...] A los dos kilómetros de Prioro se asciende con regular pendiente al puerto del Pando, en la cordillera del mismo nombre, divisoria de los ríos Cea y Esla, de la cual se desciende a los cinco kilómetros a este último río por terreno áspero y cubierto de espeso bosque, a los 11 se pasa por un puente de un arco un pequeño riachuelo, y a los 108 se llega a Pedrosa, villa con 81 viviendas, dependiente de Riaño. En Pedrosa se cruza por un puente de tres arcos el río Bajones, uno de los brazos del Esla, y a los 111 está Riaño. Emilio Valverde Álvarez. Guía del Viajero por el Antiguo Reino de León, Madrid, 1886, itinerario 111, página 596 [...]

Características actuales de la obra: Se trata de un puente originariamente con tablero alomado, con una intervención posterior para rectificar la rasante y dejarla horizontal en su zona central y cierta inclinación en ambas cabeceras. Tiene una longitud de 54 metros y un ancho de tablero entre cantos de 5,10 metros coincidente con la de bóvedas. Dispone de tres vanos con luces de 12,50+14,15+5,10 metros (visión margen izquierda desde aguas arriba) siendo el central en forma de arco apuntado y los laterales en arco de medio punto, con gran diferencia de abertura entre ellos que desequilibra la obra aunque entiendo que originariamente se construiría un puente armónico y simétrico. La obra en extremos se asienta en estribos casi perdidos aprovechando la solidez de los taludes rocosos que encauzan el río y en la zona central por medio de dos gruesas pilas con anchuras de 3,40+3,60 metros, también desiguales. En su cara naciente se refuerza con dos tajamares muy diferentes: uno de sección en cuña con sombrerete a base de hiladas escalonadas hasta cenit y otro semicilíndrico que también se corona con sombrerete semi-cónico; aunque la altura de ellos es diferente, en ambos casos llegan hasta la zona de riñones de arcos. Otra característica de ambos es la de que se construyen o adhieren a las pilas -sin formar un cuerpo único y solapado- lo que indica que no constituyen parte original del conjunto sino que en derrumbes o ruinas del arco central en algún momento, una vez de reconstruye el arco se procede a reforzar las pilas con estos tajamares. Algo parecido ocurre con los contrafuertes o espolones de aguas abajo, soberbios y potentes, muy semejantes y que recuerdan la firmeza en el estilo romano, de sección cuadrangular y construidos en dos cuerpos en disminución y un sombrerete a base de hiladas en disminución o piramidales. En este caso es más evidente la falta de solidaridad entre pilas y el cuerpo superior de estos contrafuertes, siendo quizás, de misma factura y conexión las partes bajas de pilas y espolones debido a una reconstrucción posterior pues bies es cierto que -por norma y estética- los contrafuertes o espolones no deben tapar los arranques de boquillas de los arcos, punto donde suele ser más esmerado el trabajo de los maestros canteros y que siempre tiende a exhibirse. Otro motivo de que el levantamiento de estos espolones es sensiblemente posterior a la obra original se atribuye a que las basas en que se sustentan -especialmente visible en la de cabecera izquierda- son de hormigón con cemento portland en una intervención que, como poco, debe ser de los años 30 del siglo XX aunque seguramente se reconstruirían con la impronta o configuración original. Esta actuación probablemente es la que se realizó financiada por el erudito local Antonio Valbuena Gutiérrez, fallecido en 1929 y en cuyas mandas o legados testamentarios figuraban dineros para la construcción de algunos edificios públicos del pueblo y arreglo del puente.

El trabajo en bóvedas es también variopinto. Parece de mejor calidad el correspondientes a los arcos menores, con regularidad y buena disposición en el dovelaje de cada rosca, buena talla, solapamiento entre piezas para conseguir mayor resistencia y prácticamente colocadas a hueso, sin llagado alguno. Sin embargo, en la bóveda central se observa mala ejecución y da a entender que ante una ruina -no se sabe cuándo- la mala calidad de la cimbra o el deficiente trabajo de los peones que allí trabajaban, si bien es cierto que reutilizaron el dovelaje anterior existente, la disposición de las roscas es más grosera e incluso son frecuentes los chorretones de mortero que sobresalen de la unión de piezas. Las características de ese aglutinante me hacen pensar que también obedece a una actuación muy contemporánea, semejante a la de los espolones.

Respecto a la fábrica cabe diferenciar zonas: Existen bastantes piezas de buena sillería en las zonas bajas de pilas, tímpanos y estribos pero en hiladas desiguales, muchas sin guardar la horizontalidad, lo cual también hace pensar en que hubo desprendimiento de paramentos en alguna de sus ruinas y que en la reconstrucción no se buscó la proporcionalidad al montar de nuevo las hiladas de piedra. Esto también es extensible a otros lienzos en los que predomina el sillarejo. Existen zonas donde la mezcla de sillarejo y mampostería a base de piedra caliza y canto rodado de tamaño grande es muy evidente y denota la rusticidad o economía con que se afrontó alguna de sus rehabilitaciones. Externamente, el dovelaje de boquillas parece de los más regular aunque es frecuente encontrar piezas de mayor tizón que otras aunque todas suelen presentar sección frontal en cuña. Quizás, es en los tajamares y espolones donde se observa un mejor trabajo de cantería, con buena disposición y escuadría de piezas. También destaca el estribo izquierdo con un pequeño muro oblicuo con respecto a la perpendicular del tablero (cabecera abocinada) donde se aprecia un trabajo excelente de cantería en tamaño y calidad de sillería así como en la conexión o esquina entre paramento del puente y muro de estribo por medio de piezas talladas con el ángulo obtuso correspondiente que recoge ambos frentes.

El trabajo para rectificar la rasante a dos aguas y conseguir un tablero más horizontal exteriormente tampoco es de gran calidad, con piezas de talla descuidada, incorporación de mortero grosero y hasta ripio entre juntas, todo ello bajo una imposta que no parece de mala factura y que está en línea con la clave de los arcos 1 y 2 (margen izquierda aguas arriba). Todavía subsiste un imbornal de piedra original sobre el arco central.

En cubierta destaca el firme donde se observan diferentes estratos que van desde los de cascajo y macadam hasta otras de capa asfáltica si bien, en cabeceras y debido a su inclinación, están más arrasadas y predomina la grava y arenas. El ancho del tablero es de 5,10 metros perteneciendo a calzada estricta aproximadamente 4 metros (entre 4,05 y 4,14 metros según mis mediciones en diferentes puntos)  y el resto a gruesos pretiles de 50x80 centímetros de ancho por alto. En general, se componen de dos hiladas de largos sillares de buena traza en el que la superior se cantea en esquinas, simulando una albardilla y donde se denota una de las pocas licencias decorativas que se permitieron los constructores. En otros puntos, los pretiles faltantes se han cubierto con grandes piedras u ortostatos y también abunda la mampostería, generalmente sobre la que apoya la albardilla mencionada.

En la cabecera izquierda es acentuado el abocinamiento para el mejor tránsito de los rebaños y donde la anchura o arranque del tablero llega a los 8 metros. En la contraria, sin embargo, no existe mayor anchura dado que para mantener la horizontalidad del camino se eleva en un aterramiento de casi tres metros de altura (conexión con tablero) por lo que los petos para evitar que se despeñase el ganado, continuarían unas decenas de metros más.

Esta obra de prolongación de la calzada que conexiona con el puente, en la citada cabecera derecha es ciertamente larga, de unos 100/150 metros de aterramiento hasta su conexión horizontal con suelo. Dado que en momentos de crecidas las amplias terrazas del río Esla se anegaban y para evitar el efecto presa, se dispusieron obras pontoneras adicionales.  La más cercana al puente es una alcantarilla con bóveda de cañón y luz aproximada a los 2 metros, bellamente construida y donde he podido observar marcas de cantero que también menudean en la sillería del puente por lo que se puede colegir que -en algún momento de rehabilitación o restauración del puente-  se debió construir esta alcantarilla.

Más lejana al puente se encuentra otro juego de alcantarillas de dos vanos, de semejantes luces y factura a la anterior, muy colmatadas de cienos y claramente dotada de pretiles que se han rapiñado ya que el ancho del firme de hormigón asfáltico, que no llega a extremos, así lo indica. Existe otra entrada en el blog para ver el Pontón de Pedrosa del Rey sobre el Arroyo Rimienfo.

El estado de todas estas estructuras es más que deficiente desde un punto de vista meramente visual. El puente, aunque todavía no sufre desprendimientos de muros -pienso que queda poco para que ocurra- tiene daños considerables en bóvedas, con boquillas prácticamente separadas; también hay grietas ostensibles en tajamares y espolones o desprendimiento de piezas en paramentos y pretiles. Sin embargo, la solidez de los basamentos en pilas y estribos parece que influyen en que la estructura permanezca en pie. La ventaja que tiene el agua, cuando el puente está sumergido, es que  al menos por gravedad, el peso sobre sus cimientos en menor aunque también existen otras degradaciones pero cuando va emergiendo porque bajan deprisa los niveles de agua, como en junio-julio de 2.017,  el peso por absorción de agua en intradós y el ablandamiento o dilatación de los hormigones interiores ejercen una fuerza hacia los frentes de sillería que, normalmente, acabarán desplazando sectores de hiladas hacia fuera (como ya se observa) y derrumbarán los paramentos en principio y después, caerán las bóvedas.

Añadir, como conclusión, que pese a considerarse un bien mediático de primer orden cuando las sequías profundas dejan ver el puente y hay auténticas romerías de visitantes que tienen intención de ver el monumento y aprecian su calidad, belleza e historia, no existe intención por parte de las administraciones en general, ya se la propia Junta de Castilla y León, la Diputación, la CHD (Confederación Hidrográfica del Duero) o el mismo Ayuntamiento de Riaño en exhibir esta obra, darle visibilidad, programar visitas, montar una ruta o camino señalado para que los visitantes o turistas lleguen hasta él de un modo seguro y cómodo. No, en absoluto, la idea es ocultarlo -cuando no lo hacen las aguas del pantano- y que pase desapercibido, lo cual me parece poco razonable cuando la sociedad civil de nuestros tiempos, es curiosa, culta y hasta exigente y desea encontrar o conocer parte de nuestro patrimonio que normalmente está invisible. He podido conocer variadas opiniones al respecto que muestran indignación por la desidia y falta de compromiso de todas las administraciones competentes al carecer de iniciativas en orden a la recuperación de este puente centenario que ya hace tiempo debería haberse desmontado para ser trasladado a otro punto -dentro del entorno de Riaño- donde con someras aguas, pueda ser exhibido en todo su esplendor. Desde luego, el catálogo pontonero leonés no tiene muchos ejemplos de estructuras de este tipo, ni por antigüedad, estilo constructivo, armonía y belleza. Por cierto, ejemplos de traslados de puentes en nuestro país, ya hay unos cuantos y algunos no tienen la categoría de éste.

Para saber más: Desde el punto de vista más histórico el trabajo de Inocencio Cadiñanos Bardeci titulado "Puentes de León" en la revista Tierras de León, número 113 del año 2.001. Otro trabajo concienzudo es el del "Catálogo de puentes de León anteriores a 1.936", editado por el CICCP-CEDEX en 1.988, auspiciado por José Antonio Fernández Ordoñez y coordinado por Tomás Abad Balboa y Pilar Chías Navarro, entre otros muchos colaboradores y donde tratan nuestro puente en la página 452 y ya señalan algunos defectos del mismo aunque por aquellas fechas nuestro puente era carretero y se encontraba en pleno uso. Siempre es interesante consultar el tratado titulado "La arquitectura de puentes en Castilla y León entre los años 1575 y 1650" de Miguel Ángel Aramburu-Zavala Higueras, editado por la Junta de Castilla y León en el año 1.992 y donde, aunque aporta poca información, refiere que entre los años 1586/1590 se construyeron dos puentes en Valdeburón. La ya mítica "Guía de puentes de España", monográfico pontonero publicado por el MOPU en su número 345 de julio-agosto de 1.987 pone alguna foto del puente aunque no lo analice. También es interesante el libro titulado "Caminos históricos en León", obra de varios autores coordinados por Gregoria Cavero Dominguez y que se editó por la Fundación Hullera Vasco-Leonesa. Mis búsquedas por internet no aportan nada relevante al asunto aunque he incorporado aquí alguna foto interesante citando su autor, web o blog implicado. Destacar, en todo caso, la web local templete.org donde apuntan la posibilidad de bajar hasta los 1080 metros de altitud la cota de aguas del pantano (actualmente 1100 metros) y conseguir que queden fuera de caudales los puentes de Pedrosa del Rey y de Torteros. Otra web interesante que aporta información histórica y que cita al pueblo antiguo como Pedrosa del Puentes es digitaldeleon. El Diario de León aporta una información interesante de la historia del puente en artículo de Emilio Gancedo del ejemplar de fecha 13.10.2010 aunque discrepo sobre su posible autoría romana. Existen un par de artículos con varias fotos que elaboró Luis Solera Selvi para la revista del Ministerio de Fomento en su número 681 de marzo de 2.018 bajo el título de Puentes bajo el agua parte I y en La Nueva Crónica de León, edición de fecha 02.07.2018.

Cómo llegar: El acceso a nuestro puente se puede hacer a través de la carretera nacional N-621 pues aproximadamente en su PK 98 existe una vía de tierra que baja al lecho del pantano cuando no hay caudal y nos permite acceder hasta la propia obra. La otra posibilidad es alcanzar Boca de Huérgano por la citada N-621 para seguir por la provincial LE-215 hacia el sur y coger a la derecha la vía local LE-234 hasta una bifurcación de nuevo a la derecha a la altura del desparecido Pedrosa del Rey cuya vía de tierra y grava nos llevará hasta el puente y su entorno.

Se sigue un orden cronológico en la presentación gráfica.




Ante la ruina del puente antiguo los canteros trasmerano Antonio de Agüero y Jerónimo de Arroyo levantan planos en 1678 de obra nueva pero -a juzgar por la impronta actual de nuestro puente- no se debió de llevar a cabo. Más bien, parece que se intentó reconstruir la estructura arruinada con desigual fortuna, independientemente de actuaciones posteriores en el puente que nos han dejado su estado actual. 


Fotografía del puente en una toma aproximadamente de los años 50 del siglo XX realizada por Honorato Puente Velilla (1892-1967) que se encuentra depositada en los archivos de la Biblioteca Digital de Castilla y León. 


Fotografía probablemente de los años 60 del siglo XX. Web deleón.com


Fotografía de 1968 tomada del blog leonalmaximo.


Fotografía años 70 siglo XX de la web pedrosadelrey.com



Dos fotogramas de detalle del puente que se muestran en un vídeo rodado en 1984 titulado "Tierras de Riaño".





Dibujos de alzado y planta así como dos fotografías tomadas probablemente hacia 1986 tomadas del libro Catálogo de puente de León anteriores a 1936.





Dos fotografías que se expusieron en la Revista del viejo MOPU en su ejemplar nº 345 de julio-agosto de 1987 monográfico titulado "Guía de puentes de España".



Fotografía del puente que exhibió El Diario de León con fecha 13.10.2010



Situación de la carretera de acceso al puente por la fuente de Pedrosa del Rey en fecha 10.05.2012



Foto y portada de la web Lista Roja del Patrimonio catalogando la situación de este puente como preocupante. Año 2013



Foto publicada en El Diario de León de fecha 16.12.2016. Autor Campos


Situación del acceso al puente por la vía de tierra que sale de la nacional N-621 con fecha 14.06.2017



Fotografía de Marciano Pérez publicada por El Diario de León con fecha 26.07.2017




Lienzo de bóveda donde figura la inscripción del guarismo 1573 que pudiera coincidir con la fecha de la construcción o de alguna reparación de este puente. Fotografía tomada del trabajo titulado "Caminos históricos en León", obra de Carlos Fernández Rodríguez et al.

















Tanda de fotos del puente desde aguas arriba tomadas con fecha 26.07.2017



















Tanda de fotos del puente tomadas desde aguas abajo con fecha 26.07.2017


















Tanda de fotos del tablero, cabeceras y muros del aterramiento tomadas con fecha 26.07.2017




Fotografía sin fecha del blog El rincón de Kroker.


Interesante panorámica sin fecha tomada del blog leonalmaximo.



Fotografía sin fecha del blog que promueve la cota 1080 para el nivel del pantano, con lo cual, sería posible que esta estructura quedara siempre al descubierto. 


ALCANTARILLA I (La más cercana al puente)













Tanda de fotos realizadas con fecha 26.07.2017

ALCANTARILLA DOBLE








Tanda de fotos realizadas con fecha 26.07.2017

JUEGO DE TAJEAS

Moderno juego de tajeas sobre un arroyuco cerca del puente y que daría servicio a la vía de tierra que conectaba con el camino real, ahora N-621. La peculiaridad que presenta es que el tablero se compone de enormes lajas de arenisca y esquisto poco depuradas al estilo ancestral o de las primeras obras pontoneras del pueblos primitivos. Se ha ensanchado el tablero por lo que las pilas -quizás también de piedra- se alargan en extremos con pegotes de hormigón. Sobre la base del viejo tablero se han dispuesto tongadas de hormigón en miga que hace de calzada actual, todo ello en alguna rehabilitación producida hacia los años 60 del siglo XX.






Fotos de fecha 14.06.2017

Pese a lo que indicaba con respecto a la carencia de vida vegetal en el vaso del pantano, hay momentos en que descienden las aguas y en algunas terrazas de lodos, cieno, polvo y piedras, germinan algunas especies de interés, efímeras, pero que otorgan esperanza y colorido al secarral. 




Flores, hojas y hábito de la planta que se sujeta a una piedra de canto rodado para enraizar. Se trata de la Arenaria, Hierba golondrinera o Rabaniza de los soseros (Spergularia capillacea (Kindb.) Willk. Caryophyllaceae). Tomas de fecha 14.06.2017.




Gordolobo o Verbasco (Verbascum virgatum Stokes. Scrophulariaceae). Tomas de fecha 14.06.2017.







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