PUENTE
DE PEDROSA DEL REY. León
Río Yuso/Esla. Pantano de Riaño
N-621 PK
98
Cazar algunos puentes, en ocasiones, resulta arduo y tedioso, o deberemos
de aplicar las mejores artes venatorias entre las que se encuentra la paciencia
infinita. Ha ocurrido en este caso en el que el Quirce, haciéndose eco de las
numerosas noticias en prensa referidas a la sequía y la situación de nuestros
embalses bajo mínimos, era frecuente que se exhibieran fotografías de los vasos
de estos pantanos secos y cuarteados, en los que a veces, sobresalía entre
lodos un viejo puente, la mayoría de las veces arruinado.
En el caso del Puente de Pedrosa del Rey -al igual que ocurrió con el de
Villanueva del Río, en la provincia de Palencia- era frecuente leer
noticias en la prensa leonesa aludiendo a su nueva presencia debido a la
sequía. Allí que me fui y aunque mediado el mes de junio todavía estaba bajo
las aguas, en un segundo intento a finales de julio, pude comprobar que se
encontraba prácticamente exento por lo que me decidí a estudiarlo.
Puede que su origen sea bajomedieval o renacentista y siendo ahora una puente
carretero se entiende que más que a soporte de una calzada antigua, quizás obedecía a
servicios a la ganadería. En épocas de estiaje hasta habría un vado natural por
donde pasaría el ganado pero que, en ocasiones, con lluvias o crecidas, se
haría necesario un paso artificial, un pontón a base de maderos. Con la
preponderancia del Real Concejo de la Mesta, creado en el año 1273 por Alfonso
X y muy apoyado política y económicamente en tiempos de los Reyes Católicos es
muy probable que se realizara a iniciativa de los ricos ganaderos de la zona
una obra pontonera de fábrica, al menos en pilas, aunque el tablero siguiera
siendo de madera.
Debemos recortar que nuestro puente se ubica en la Cañada Real Leonesa Oriental, una amplia red
pecuaria que entre cañadas, cordeles y veredas en territorio leonés llega a los
700 kilómetros de longitud. El arranque de esta vía podría partir del Puerto
de Tarna, en la raya con Asturias, cuya cota se acerca a los 1.500 metros y el
descenso de ganados y pastores se producía por dos vertientes, en función de la
climatología o estado de estas vías de trashumancia. Independientemente del
camino, ya fuera desde el Valle de Valdosín o desde el núcleo de Maraña, donde
nace el río Yuso o Esla, la cabaña en tránsito se unía, descansaba y se
efectuaban los conteos de cabezas en el amplio valle que se forma en Riaño,
zona abducida acuáticamente por el grandioso embalse y donde esta nuestro
puente. Este valle, en tiempos pasados fue importante para la ganadería
trashumante por la elevada concentración de cabezas, pastores, mayorales y
personal de servicio que requerían alimentación y cobijo en las aldeas de la
zona que se agrupaban en lo que se conocía como Merindad de Valdeburón, especie
de concejo que administraba y mandaba el Merino Mayor o Adelantado, normalmente
proveniente del núcleo poblacional más importante o cabeza de partido que
durante años fue Burón y así, siguiendo estas pautas y durante ocho siglos,
permaneció el sistema de control y trashumancia de los ganados, especialmente
de ovino merino.
Es notorio y conocido que en muchos lugares de la península fuese este
Honrado Concejo de la Mesta quien actuaba como promotor en la construcción de
puentes y pontones en cañadas y cordeles para dar servicio al movimiento de
ganados, especialmente cuando disfrutaban de un enorme poder económico, hacia
el siglo XV y XVI.
En lo que respecta a nuestra obra, su impronta y la mínima información
sobre su posible levantamiento, deberemos ser cautos y aunque se puede
aventurar una obra primitiva bajomedieval, tampoco es descartable que se
hiciera ya en tiempos renacentistas, siguiendo las pautas y técnicas que ya se
empleaba en siglos atrás, pues en la ingeniería pontonera es prácticamente
imposible -sin testimonios de época- determinar fechas de construcción: Durante
los siglos XV o XVI y en Burgos, un
maestro de obra podía proyectar un puente con arcos ojivales y tajamares en
cuña que llegaban hasta la rasante mientras que al mismo tiempo, otro
profesional levantaba un puente en Palencia con rasgos netamente renacentistas,
a base de arcos de medio punto, rasante horizontal y tajamares en semicírculo
que no sobrepasaban los riñones de arcadas, por poner un solo ejemplo. Siguiendo su posible origen renacentista o hasta barroco cabe señalar que otros puentes del valle como son los de Riaño, Salio y Puerta (donde pudiera incluirse éste) disponían de una imposición de pontazgo por privilegio concedido por Fernando I en 1478 cuyo beneficiario era el Marqués de Tabarca cuyo rendimiento se cifraba en 500 maravedíes.
Lo cierto es que, en este camino N/S pecuario de gran importancia
ganadera se edificó un puente en estilo de transición donde junto a un arco
central apuntado de tipo bajomedieval, aparecen dos arcos menores de medio
punto y detalle en paramentos y pilas más propios de tiempos renacentistas o
barrocos.
Las noticias más antiguas sobre esta obra -aunque sin citarla- las ofrece
el historiador de puentes Aramburu-Zabala cuando se refiere a que entre los
años 1586 y 1590 se construyen dos puentes en
Valdeburón. Para que así se señale cabe pensar en obras importantes
sobre el cauce de aquel río y realmente los puentes importantes eran el de
Pedrosa del Rey y el llamado de Torteros. De este topónimo de Valdeburón se
cree que deriva el actual nombre del río ya que desde antiguo se le cita como
Ásture, Éstola o Esla, también llamado Yuso en su primer tramo; al fin y al
cabo, estas escorrentías en las cabeceras de los puertos de Tarna, Pontón,
Pandetrave o San Glorio, derivaban o confluían en un cauce al que, como digo,
nombraban como Valdeburón, según algunos estudiosos del tema.
El historiador Inocencio Cadiñanos nos aporta más datos sobre este puente
aunque, como él mismo reconoce, no cuadran mucho con la impronta que presenta
el actual puente de Pedrosa del Rey. La Información taxativa que nos cuenta es
la siguiente: [...] Bajo el pantano hubo
un notable puente del que quedan algunas noticias y fotografías. El camino al
que daba servicio era el de Cistierna hacia el Puerto de Pandetrave y la que se
cruzaba desde Guardo hasta el puerto de Tarna.
En 1674 los vecinos informaban que
pegante a la villa, en el río Bayones (hoy, Vierón) había un puente de piedra
por donde pasaban ganados de La Mesta y bajaban los arrieros de Asturias,
Liébana, Santander y otras partes que iban a los mercados de Valladolid. Pero
ya no existía porque las riadas se lo había llevado "casi todo el
edificio" ya que sólo permanecían las cepas y los restos de cantería se
los había llevado los vecinos para construir o reformar sus casas. Era
transitable a través de tableros de madera.
Cuatro años después era reconocido
por Antonio Agüero y Jerónimo de Arroyo. Pusieron 10 condiciones y levantaron
planos. Sería de 3 arcos, dos de a 36 pies y el central de 46 pies. Irían sobre
dos cepas más otras dos medias en los extremos. Podría construirse con 30.500.-
ducados en un sitio muy cercano al antiguo. Lo cierto es que hubo muchas
rebajas y se adjudicó a Juan de la Lastra por 16.000.- ducados, una diferencia
muy notable con lo presupuestado anteriormente. El Fiscal, pese a todo,
consideró que la baja era todavía corta ya que existían otras ofertas por valor
de hasta 10.740.- ducados. El montante se repartió entre lugares ubicados en un
radio de 20 leguas a la redonda.
Fue comenzado en 1686 coincidiendo
con el año en que Domingo García del Rivero y Bartolomé de la Vallina
inspeccionaron los materiales apropiados y consideraron correcto lo levantado
para que se pudiera librar el primer pago.
En 1689 se entabla pleito con Juan
de Lastra Ortíz por una actuación deficiente en este puente. Una vez construido
en el año 1.688 sobrevino una riada "que fue una de las mayores e
inopinadas que se ha visto en el Reyno
de León de muchos años a esta parte". Se hundieron dos arcos y una cepa.
Que se viese si era culpa suya. Uno de dichos arcos había sido fabricado a
destajo por Juan de la Riba y Jerónimo de la Teja por cesión del citado Lastra.
Trabajaron mal, a pesar de las advertencias del propio Lastra utilizando
defectuosas mezclas de cal y arena. El arco central se debió al citado Juan de
la Riba ayudado por Juan de la Cavada, Andrés de Baras y Francisco García,
todos ellos a destajo pero que, en este caso, con buena ejecución de obra. Para informar con detalle se nombró veedores
a Mateo Salgar, Jerónimo Álvarez y Bartolomé de la Vallina confirmando en este
informe que no se había hecho conforme a arte.
En 1691 los canteros Diego Ruíz y
Antonio del Campo Horna proyectaban la reconstrucción por un valor de 60.304.-
reales de vellón aunque entonces, reaccionó el propio Juan de la Lastra
ofreciéndose a levantarlo por su cuenta. Pese a todo, a Felipe, sobrestante provisional
de la obra e hijo de Juan de la Lastra se le encarceló como culpable y se sabe
que en 1708 todavía seguía en prisión. Lo cierto es que, al parecer, fue
reconstruido con las mejoras adicionales necesarias y se evaluó su coste en
50.000.- reales de vellón lo que en aquellos momentos pareció excesivo.
Hay también constancia de que el
arquitecto Fernando Sánchez Pertejo reparó esta obra en el año 1829. (AHN
legajo 26481. ICB Rev. Tierras de León nº 113 año 2001)
El resultado final es que la obra
presenta un paso alomado, de tres arcos de medio punto, siendo mayor el
central. Los tajamares en ángulo recto y los espolones cúbicos, todo ello en
obra de sillarejo. Sin embargo, ciertas fotografías demuestran que en el
momento de su desaparición difería bastante de la anterior descripción. Poseía
un amplio arco de líneas ojivales, flanqueado por otro muy pequeño en un
extremo y otro grande de medio punto. Los espolones eran cuadrados y
retranqueados a media altura. Una imposta separaba las claves de los arcos del
arranque del pretil. En todo él se mezclaba el sillarejo con la mampostería
[...]
Hasta aquí, entre llaves y en cursiva el texto que ofrece Cadiñanos sobre
el puente, que no es poco, pero ciertamente confuso con la obra que aún podemos
contemplar. No conozco otros testimonios fiables sobre el levantamiento o
intervenciones de restauración o reconstrucción de este puente y hay que
considerar que, si bien es cierto que se han podido estudiar muchos legajos
notariales relativos a canteros y alarifes de origen trasmerano (como muchos de
los citados) relativos al siglo XVI y XVII, también parece cierto que, desgraciadamente,
carecemos de registros de esta índole para profesionales del gremio que
actuaran en siglos anteriores, salvo casos puntuales.
La opinión que se refleja en el "Catálogo de puentes de León"
es que se trata de una obra con diferentes actuaciones: parte de la bóveda
central y las pilas serían las obras más antiguas, probablemente del siglo XV,
la bóveda lateral más grande hacia el siglo XVIII y la lateral más pequeña
durante el siglo XIX. Añadir, por último, que entre las variadas marcas, muescas y guarismos de cantero que existen en diferentes piezas, también aparece en una bóveda la cifra 1573 que, o bien pertenece al año de su construcción, a quizás, a alguna fecha de reparación importante en esta obra civil.
Es interesante a este respecto la
referencia o información que nos facilita Emilio Valverde en uno de sus
periplos por la zona en el año 1886 donde además de escribir sobre nuestro
puente también hace referencia al pontón sobre el Arroyo Rimielfo: [...] A los dos kilómetros de Prioro se
asciende con regular pendiente al puerto del Pando, en la cordillera del mismo
nombre, divisoria de los ríos Cea y Esla, de la cual se desciende a los cinco kilómetros
a este último río por terreno áspero y cubierto de espeso bosque, a los 11 se
pasa por un puente de un arco un pequeño riachuelo, y a los 108 se llega a Pedrosa, villa con 81 viviendas,
dependiente de Riaño. En Pedrosa se cruza por un puente de tres arcos el río
Bajones, uno de los brazos del Esla, y a los 111 está Riaño. Emilio Valverde
Álvarez. Guía del Viajero por el Antiguo Reino de León, Madrid, 1886,
itinerario 111, página 596 [...]
Características actuales de la obra: Se trata de un puente originariamente con tablero alomado, con una
intervención posterior para rectificar la rasante y dejarla horizontal en su
zona central y cierta inclinación en ambas cabeceras. Tiene una longitud de 54
metros y un ancho de tablero entre cantos de 5,10 metros coincidente con la de
bóvedas. Dispone de tres vanos con luces de 12,50+14,15+5,10 metros (visión
margen izquierda desde aguas arriba) siendo el central en forma de arco
apuntado y los laterales en arco de medio punto, con gran diferencia de abertura
entre ellos que desequilibra la obra aunque entiendo que originariamente se
construiría un puente armónico y simétrico. La obra en extremos se asienta en
estribos casi perdidos aprovechando la solidez de los taludes rocosos que
encauzan el río y en la zona central por medio de dos gruesas pilas con
anchuras de 3,40+3,60 metros, también desiguales. En su cara naciente se
refuerza con dos tajamares muy diferentes: uno de sección en cuña con
sombrerete a base de hiladas escalonadas hasta cenit y otro semicilíndrico que
también se corona con sombrerete semi-cónico; aunque la altura de ellos es
diferente, en ambos casos llegan hasta la zona de riñones de arcos. Otra
característica de ambos es la de que se construyen o adhieren a las pilas -sin
formar un cuerpo único y solapado- lo que indica que no constituyen parte
original del conjunto sino que en derrumbes o ruinas del arco central en algún
momento, una vez de reconstruye el arco se procede a reforzar las pilas con
estos tajamares. Algo parecido ocurre con los contrafuertes o espolones de
aguas abajo, soberbios y potentes, muy semejantes y que recuerdan la firmeza en
el estilo romano, de sección cuadrangular y construidos en dos cuerpos en
disminución y un sombrerete a base de hiladas en disminución o piramidales. En
este caso es más evidente la falta de solidaridad entre pilas y el cuerpo
superior de estos contrafuertes, siendo quizás, de misma factura y conexión las
partes bajas de pilas y espolones debido a una reconstrucción posterior pues
bies es cierto que -por norma y estética- los contrafuertes o espolones no
deben tapar los arranques de boquillas de los arcos, punto donde suele ser más
esmerado el trabajo de los maestros canteros y que siempre tiende a exhibirse.
Otro motivo de que el levantamiento de estos espolones es sensiblemente
posterior a la obra original se atribuye a que las basas en que se sustentan
-especialmente visible en la de cabecera izquierda- son de hormigón con cemento
portland en una intervención que, como poco, debe ser de los años 30 del siglo
XX aunque seguramente se reconstruirían con la impronta o configuración
original. Esta actuación probablemente es la que se realizó financiada por el erudito local Antonio Valbuena Gutiérrez, fallecido en 1929 y en cuyas mandas o legados testamentarios figuraban dineros para la construcción de algunos edificios públicos del pueblo y arreglo del puente.
El trabajo en bóvedas es también variopinto. Parece de mejor calidad el
correspondientes a los arcos menores, con regularidad y buena disposición en el
dovelaje de cada rosca, buena talla, solapamiento entre piezas para conseguir
mayor resistencia y prácticamente colocadas a hueso, sin llagado alguno. Sin
embargo, en la bóveda central se observa mala ejecución y da a entender que
ante una ruina -no se sabe cuándo- la mala calidad de la cimbra o el deficiente
trabajo de los peones que allí trabajaban, si bien es cierto que reutilizaron
el dovelaje anterior existente, la disposición de las roscas es más grosera e
incluso son frecuentes los chorretones de mortero que sobresalen de la unión de
piezas. Las características de ese aglutinante me hacen pensar que también
obedece a una actuación muy contemporánea, semejante a la de los espolones.
Respecto a la fábrica cabe diferenciar zonas: Existen bastantes piezas de
buena sillería en las zonas bajas de pilas, tímpanos y estribos pero en hiladas
desiguales, muchas sin guardar la horizontalidad, lo cual también hace pensar
en que hubo desprendimiento de paramentos en alguna de sus ruinas y que en la
reconstrucción no se buscó la proporcionalidad al montar de nuevo las hiladas
de piedra. Esto también es extensible a otros lienzos en los que predomina el
sillarejo. Existen zonas donde la mezcla de sillarejo y mampostería a base de
piedra caliza y canto rodado de tamaño grande es muy evidente y denota la
rusticidad o economía con que se afrontó alguna de sus rehabilitaciones.
Externamente, el dovelaje de boquillas parece de los más regular aunque es
frecuente encontrar piezas de mayor tizón que otras aunque todas suelen presentar
sección frontal en cuña. Quizás, es en los tajamares y espolones donde se
observa un mejor trabajo de cantería, con buena disposición y escuadría de
piezas. También destaca el estribo izquierdo con un pequeño muro oblicuo con
respecto a la perpendicular del tablero (cabecera abocinada) donde se aprecia
un trabajo excelente de cantería en tamaño y calidad de sillería así como en la
conexión o esquina entre paramento del puente y muro de estribo por medio de
piezas talladas con el ángulo obtuso correspondiente que recoge ambos frentes.
El trabajo para rectificar la rasante a dos aguas y conseguir un tablero
más horizontal exteriormente tampoco es de gran calidad, con piezas de talla
descuidada, incorporación de mortero grosero y hasta ripio entre juntas, todo
ello bajo una imposta que no parece de mala factura y que está en línea con la
clave de los arcos 1 y 2 (margen izquierda aguas arriba). Todavía subsiste un
imbornal de piedra original sobre el arco central.
En cubierta destaca el firme donde se observan diferentes estratos que
van desde los de cascajo y macadam hasta otras de capa asfáltica si bien, en
cabeceras y debido a su inclinación, están más arrasadas y predomina la grava y
arenas. El ancho del tablero es de 5,10 metros perteneciendo a calzada estricta
aproximadamente 4 metros (entre 4,05 y 4,14 metros según mis mediciones en
diferentes puntos) y el resto a gruesos
pretiles de 50x80 centímetros de ancho por alto. En general, se componen de dos
hiladas de largos sillares de buena traza en el que la superior se cantea en
esquinas, simulando una albardilla y donde se denota una de las pocas licencias
decorativas que se permitieron los constructores. En otros puntos, los pretiles
faltantes se han cubierto con grandes piedras u ortostatos y también abunda la
mampostería, generalmente sobre la que apoya la albardilla mencionada.
En la cabecera izquierda es acentuado el abocinamiento para el mejor
tránsito de los rebaños y donde la anchura o arranque del tablero llega a los 8
metros. En la contraria, sin embargo, no existe mayor anchura dado que para
mantener la horizontalidad del camino se eleva en un aterramiento de casi tres
metros de altura (conexión con tablero) por lo que los petos para evitar que se
despeñase el ganado, continuarían unas decenas de metros más.
Esta obra de prolongación de la calzada que conexiona con el puente, en
la citada cabecera derecha es ciertamente larga, de unos 100/150 metros de
aterramiento hasta su conexión horizontal con suelo. Dado que en momentos de
crecidas las amplias terrazas del río Esla se anegaban y para evitar el efecto
presa, se dispusieron obras pontoneras adicionales. La más cercana al puente es una alcantarilla
con bóveda de cañón y luz aproximada a los 2 metros, bellamente construida y
donde he podido observar marcas de cantero que también menudean en la sillería
del puente por lo que se puede colegir que -en algún momento de rehabilitación
o restauración del puente- se debió
construir esta alcantarilla.
Más lejana al puente se encuentra otro juego de alcantarillas de dos
vanos, de semejantes luces y factura a la anterior, muy colmatadas de cienos y
claramente dotada de pretiles que se han rapiñado ya que el ancho del firme de
hormigón asfáltico, que no llega a extremos, así lo indica. Existe otra entrada en el blog para ver el Pontón de Pedrosa del Rey sobre el Arroyo Rimienfo.
El estado de todas estas estructuras es más que deficiente desde un punto
de vista meramente visual. El puente, aunque todavía no sufre desprendimientos
de muros -pienso que queda poco para que ocurra- tiene daños considerables en
bóvedas, con boquillas prácticamente separadas; también hay grietas ostensibles
en tajamares y espolones o desprendimiento de piezas en paramentos y pretiles.
Sin embargo, la solidez de los basamentos en pilas y estribos parece que
influyen en que la estructura permanezca en pie. La ventaja que tiene el agua,
cuando el puente está sumergido, es que
al menos por gravedad, el peso sobre sus cimientos en menor aunque
también existen otras degradaciones pero cuando va emergiendo porque bajan
deprisa los niveles de agua, como en junio-julio de 2.017, el peso por absorción de agua en intradós y
el ablandamiento o dilatación de los hormigones interiores ejercen una fuerza
hacia los frentes de sillería que, normalmente, acabarán desplazando sectores
de hiladas hacia fuera (como ya se observa) y derrumbarán los paramentos en
principio y después, caerán las bóvedas.
Añadir, como conclusión, que pese a considerarse un bien mediático de
primer orden cuando las sequías profundas dejan ver el puente y hay auténticas
romerías de visitantes que tienen intención de ver el monumento y aprecian su
calidad, belleza e historia, no existe intención por parte de las
administraciones en general, ya se la propia Junta de Castilla y León, la
Diputación, la CHD (Confederación Hidrográfica del Duero) o el mismo
Ayuntamiento de Riaño en exhibir esta obra, darle visibilidad, programar
visitas, montar una ruta o camino señalado para que los visitantes o turistas
lleguen hasta él de un modo seguro y cómodo. No, en absoluto, la idea es
ocultarlo -cuando no lo hacen las aguas del pantano- y que pase desapercibido,
lo cual me parece poco razonable cuando la sociedad civil de nuestros tiempos,
es curiosa, culta y hasta exigente y desea encontrar o conocer parte de nuestro
patrimonio que normalmente está invisible. He podido conocer variadas opiniones
al respecto que muestran indignación por la desidia y falta de compromiso de
todas las administraciones competentes al carecer de iniciativas en orden a la
recuperación de este puente centenario que ya hace tiempo debería haberse
desmontado para ser trasladado a otro punto -dentro del entorno de Riaño- donde
con someras aguas, pueda ser exhibido en todo su esplendor. Desde luego, el
catálogo pontonero leonés no tiene muchos ejemplos de estructuras de este tipo,
ni por antigüedad, estilo constructivo, armonía y belleza. Por cierto, ejemplos
de traslados de puentes en nuestro país, ya hay unos cuantos y algunos no
tienen la categoría de éste.
Para saber más: Desde el
punto de vista más histórico el trabajo de Inocencio Cadiñanos Bardeci titulado
"Puentes de León" en la revista Tierras de León, número 113 del año
2.001. Otro trabajo concienzudo es el del "Catálogo de puentes de León
anteriores a 1.936", editado por el CICCP-CEDEX en 1.988, auspiciado por
José Antonio Fernández Ordoñez y coordinado por Tomás Abad Balboa y Pilar Chías
Navarro, entre otros muchos colaboradores y donde tratan nuestro puente en la
página 452 y ya señalan algunos defectos del mismo aunque por aquellas fechas
nuestro puente era carretero y se encontraba en pleno uso. Siempre es
interesante consultar el tratado titulado "La arquitectura de puentes en
Castilla y León entre los años 1575 y 1650" de Miguel Ángel
Aramburu-Zavala Higueras, editado por la Junta de Castilla y León en el año
1.992 y donde, aunque aporta poca información, refiere que entre los años
1586/1590 se construyeron dos puentes en Valdeburón. La ya mítica "Guía de
puentes de España", monográfico pontonero publicado por el MOPU en su
número 345 de julio-agosto de 1.987 pone alguna foto del puente aunque no lo
analice. También es interesante el libro titulado "Caminos históricos en León", obra de varios autores coordinados por Gregoria Cavero Dominguez y que se editó por la Fundación Hullera Vasco-Leonesa. Mis búsquedas por internet no aportan nada relevante al asunto aunque
he incorporado aquí alguna foto interesante citando su autor, web o blog
implicado. Destacar, en todo caso, la web local templete.org donde apuntan la
posibilidad de bajar hasta los 1080 metros de altitud la cota de aguas del
pantano (actualmente 1100 metros) y conseguir que queden fuera de caudales los
puentes de Pedrosa del Rey y de Torteros. Otra web interesante que aporta información histórica y que cita al pueblo antiguo como Pedrosa del Puentes es digitaldeleon. El Diario de León aporta una información interesante de la historia del puente en artículo de Emilio Gancedo del ejemplar de fecha 13.10.2010 aunque discrepo sobre su posible autoría romana. Existen un par de artículos con varias fotos que elaboró Luis Solera Selvi para la revista del Ministerio de Fomento en su número 681 de marzo de 2.018 bajo el título de Puentes bajo el agua parte I y en La Nueva Crónica de León, edición de fecha 02.07.2018.
Cómo llegar: El acceso
a nuestro puente se puede hacer a través de la carretera nacional N-621 pues
aproximadamente en su PK 98 existe una vía de tierra que baja al lecho del pantano
cuando no hay caudal y nos permite acceder hasta la propia obra. La otra
posibilidad es alcanzar Boca de Huérgano por la citada N-621 para seguir por la
provincial LE-215 hacia el sur y coger a la derecha la vía local LE-234 hasta
una bifurcación de nuevo a la derecha a la altura del desparecido Pedrosa del
Rey cuya vía de tierra y grava nos llevará hasta el puente y su entorno.
Se sigue un orden cronológico en la presentación gráfica.
Ante la ruina del puente antiguo los canteros trasmerano Antonio de Agüero y Jerónimo de Arroyo levantan planos en 1678 de obra nueva pero -a juzgar por la impronta actual de nuestro puente- no se debió de llevar a cabo. Más bien, parece que se intentó reconstruir la estructura arruinada con desigual fortuna, independientemente de actuaciones posteriores en el puente que nos han dejado su estado actual.
Ante la ruina del puente antiguo los canteros trasmerano Antonio de Agüero y Jerónimo de Arroyo levantan planos en 1678 de obra nueva pero -a juzgar por la impronta actual de nuestro puente- no se debió de llevar a cabo. Más bien, parece que se intentó reconstruir la estructura arruinada con desigual fortuna, independientemente de actuaciones posteriores en el puente que nos han dejado su estado actual.
Fotografía probablemente de los años 60 del siglo XX. Web deleón.com
Fotografía de 1968 tomada del blog leonalmaximo.
Fotografía años 70 siglo XX de la web pedrosadelrey.com
Dos fotogramas de detalle del puente que se muestran en un vídeo rodado en 1984 titulado "Tierras de Riaño".
Dibujos de alzado y planta así como dos fotografías tomadas probablemente hacia 1986 tomadas del libro Catálogo de puente de León anteriores a 1936.
Dos fotografías que se expusieron en la Revista del viejo MOPU en su ejemplar nº 345 de julio-agosto de 1987 monográfico titulado "Guía de puentes de España".
Fotografía del puente que exhibió El Diario de León con fecha 13.10.2010
Situación de la carretera de acceso al puente por la fuente de Pedrosa del Rey en fecha 10.05.2012
Foto y portada de la web Lista Roja del Patrimonio catalogando la situación de este puente como preocupante. Año 2013
Foto publicada en El Diario de León de fecha 16.12.2016. Autor Campos
Situación del acceso al puente por la vía de tierra que sale de la nacional N-621 con fecha 14.06.2017
Fotografía de Marciano Pérez publicada por El Diario de León con fecha 26.07.2017
Lienzo de bóveda donde figura la inscripción del guarismo 1573 que pudiera coincidir con la fecha de la construcción o de alguna reparación de este puente. Fotografía tomada del trabajo titulado "Caminos históricos en León", obra de Carlos Fernández Rodríguez et al.
Tanda de fotos del puente desde aguas arriba tomadas con fecha 26.07.2017
Tanda de fotos del puente tomadas desde aguas abajo con fecha 26.07.2017
Tanda de fotos del tablero, cabeceras y muros del aterramiento tomadas con fecha 26.07.2017
Fotografía sin fecha del blog El rincón de Kroker.
Interesante panorámica sin fecha tomada del blog leonalmaximo.
Fotografía sin fecha del blog que promueve la cota 1080 para el nivel del pantano, con lo cual, sería posible que esta estructura quedara siempre al descubierto.
ALCANTARILLA I (La más cercana al puente)
Tanda de fotos realizadas con fecha 26.07.2017
ALCANTARILLA DOBLE
Tanda de fotos realizadas con fecha 26.07.2017
ALCANTARILLA DOBLE
JUEGO DE TAJEAS
Moderno juego de tajeas sobre un arroyuco cerca del puente y que daría servicio a la vía de tierra que conectaba con el camino real, ahora N-621. La peculiaridad que presenta es que el tablero se compone de enormes lajas de arenisca y esquisto poco depuradas al estilo ancestral o de las primeras obras pontoneras del pueblos primitivos. Se ha ensanchado el tablero por lo que las pilas -quizás también de piedra- se alargan en extremos con pegotes de hormigón. Sobre la base del viejo tablero se han dispuesto tongadas de hormigón en miga que hace de calzada actual, todo ello en alguna rehabilitación producida hacia los años 60 del siglo XX.
Pese a lo que indicaba con respecto a la carencia de vida vegetal en el vaso del pantano, hay momentos en que descienden las aguas y en algunas terrazas de lodos, cieno, polvo y piedras, germinan algunas especies de interés, efímeras, pero que otorgan esperanza y colorido al secarral.
Flores, hojas y hábito de la planta que se sujeta a una piedra de canto rodado para enraizar. Se trata de la Arenaria, Hierba golondrinera o Rabaniza de los soseros (Spergularia capillacea (Kindb.) Willk. Caryophyllaceae). Tomas de fecha 14.06.2017.
Gordolobo o Verbasco (Verbascum virgatum Stokes. Scrophulariaceae). Tomas de fecha 14.06.2017.
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