martes, 25 de junio de 2024

PUENTE DE COVANERA SOBRE EL RÍO RUDRÓN.

 PUENTE SOBRE EL RÍO RUDRÓN
COVANERA. Burgos
N-623  PK 49,260

Una de las carreteras nacionales más interesantes de la geografía española es precisamente ésta, la N-623, que aunque relativamente corta ya que no pasa de 153 kilómetros, mantiene un discurrir o periplo que no deja indiferente al viajero o conductor que se adentra por ella. Tiene su PK 0 en la ciudad de Burgos y tras cruzar la enorme paramera burgalesa, a bastante más altura que la costa cántabra, se enreda en dos puertos duros y enrevesados como son Portillo del Fresno y Páramo de Masa con cotas en los 1.050 metros de altitud para entrar en una especie de tobogán deslizándonos por el puerto de Carrales y tras la raya de Cantabria, hacerlo también con el del Escudo y zigzaguear por hermosos valles feraces a la vera del río Pas para llegarnos a la ciudad de Santander.

Desde el punto de vista de la caminería histórica, nos encontramos con una calzada vieja como el tiempo que durante siglos se conformaba con un firme de arenas, cascajo y quizás, arbolado que defendía al viajero del tórrido sol de esta alta meseta. Es a partir de mediados del siglo XIX cuando se adecenta mejorando firme, ancho de vía y cunetas; se sigue cuidando y ampliando el arbolado de sombra e incluso se erigen fuentes en determinadas zonas de descanso para viajeros, carruajes y ganados en ruta. Como su longitud era de pocas leguas y no se cruzan demasiados ríos pues carece de obra pública de paso, esto es, puentes, ya que suele discurrir muy pegada al río Ubierna y más adelante al Rudrón pero con los mínimos cambios de orilla para más adelante salvar el río Ebro en un único punto a la altura de Quintanilla-Escalada y al penetrar en territorio cántabro, orillar al río Magdalena, seguir junto al río Pas muchos kilómetros pero sin cruzarlo -salvo en Carandia- y llegar a Santander sin más historias pontoneras.

Salvo que me equivoque, el puente de piedra más interesante y completo de este recorrido es el que aquí se presenta. Huella indeleble del buen hacer de la ingeniería decimonónica que hasta el momento, no ha sufrido modificaciones drásticas que trastornen su vieja impronta. La otra estructura interesante en esta calzada es la de Quintanilla-Escalada, un pastiche curioso que subiré más adelante al blog.

Covanera es un puebluco burgalés enclavado en la conocida zona de “Las hoces del Rudrón” con enormes y altos tajos de calizas, areniscas y margas muy erosionadas por millones de años a la intemperie, oquedades, vegetación rala aunque tupida, buitreras, cuevas profundas, surgencias acuíferas y un río Rudrón precioso de aguas claras que es un primor para el viajero que por allí se adentra. Covanera pertenece al municipio de Tubilla del Agua, en la comarca de Páramos, también nombrada como Valle del Rudrón.   La vieja carretera cruzaba el río por este puente que ahora ha quedado descolgado al hacerse una pequeña variante con puente nuevo que sortea la curva pronunciada de la antigua calzada antes de llegar a la población en sentido creciente de la marcha.

Características actuales de la obra. Nuestro puente tiene una longitud total de 54 metros incluyendo sus largos estribos a modo de manguardias curvas que reafirman la calzada en ambas cabeceras. La longitud del tablero sensu stricto es de 21 metros y dispone de un único vano de geometría abierta o escarzana con 10 metros de luz. El ancho regular de la plataforma no llega a los 7 metros.

Como ocurre en la mayoría de los ejemplos de estructuras pontoneras decimonónicas o hasta finiseculares su peculiaridad más importe es el tratamiento que se da a los diferentes placados de la obra. Los rellenos, ya sean de arenas, cascajo, piedra rota, canto rodado y algunos solidificantes que -mezclados- hagan las veces de hormigón, no variaba demasiado en los últimos siglos de la obra pública; en todo caso, destaca la fábrica externa, su forma, la geometría utilizada en paramentos y vanos así como determinados elementos decorativos que intentaban otorgar cierta belleza al simple o sencillo puente rural, lejano de cualquier núcleo poblacional importante, villa o capital donde el urbanismo y la ingeniería ya consideraba la estética pontonera en sus diseños habituales.

En este caso, destaca sobremanera el buen hacer de la cantería -el arte de montea- que cubre toda la obra. Podemos iniciar su estudio por el precioso arco rebajado, quizás a 1/8 de círculo que se configura a base de un dovelaje preciso, bien dispuesto, con pares de piezas en forma de flecha que se unen justamente con las hiladas horizontales de los tímpanos en la técnica de ‘montacaballo’ que otorga un plus de belleza a la fábrica. Aunque el exceso de vegetación que medra entre las juntas de la sillería es evidente y no nos permite observar estos paramentos, podemos adivinar ese excelente trabajo canteríl viendo las piezas o sillares de excelente escuadría, tamaño, forma, colocación a soga, enjarje, mínimo llagado en juntas y cara vista muy lisa, todo ello en piedra de roca caliza dorada o quizás, arenisca. En el intradós, las roscas que conforman la bóveda también son de gran calidad; no se observan demasiadas humedades o manchas en el dovelaje visible. La bóveda apoya -bajo cauce- en una hilada gruesa de sillería a modo de zócalo que da firmeza a la estructura y evita posibles socavamientos.

También es excelente el trabajo de estribos, muros de acompañamiento o semipilas; en general, predomina un aparejo de sillería de variado volumen, buena colocación aunque menos cuidada. Estos muros, auténticos baluartes -más anchos en la base- también se placan con buena sillería de gran volumen pero bien dispuesta en hiladas horizontales pero oblicuas en cuanto a su aplomo desde la rasante hasta la fundación de la obra. Asimismo y como rareza, destacan lo que llamo semipilas -podrían ser machones o contrafuertes- que adosados a los muros de estribos y en sección semicónica hace las veces de tajamares para ordenar los flujos de caudal y evitar que se produzcan socavamientos en los fundamentos del puente; estos se coronan con un listel curvo y probablemente disponían de sombreretes también de piedra. Su sillería es sencillamente ejemplar y parece que se observan mejor en ambos lados de la cabecera izquierda del puente. La obra se completa en rasante con una bella y trabajada imposta de piedra en relieve muy completa que soporta las pesados pretiles de ortostatos de caliza, bien trabados, altos y bastante completos en la actualidad. La plataforma se abocina ligeramente en cabeceras y además de los citados pretiles, se han añadido tramos de barandillas de época contemporánea, las de normativa de obras públicas de los años 60 del siglo XX a base de barras de hormigón armado que también se encuentran en aparente buen estado. La manía de incorporar biondas de acero en las entradas afea el conjunto. También aparecen algunos guardarruedas antiguos e hitos que marcarían los hectómetros de la vieja calzada. Su firme es de aglomerado asfáltico en buen estado y todavía se puede ver su señalización horizontal en mediana y arcenes. No sé muy bien el porqué de que -durante mi visita- aparezcan una serie de New Jersey de plástico blanco a modo de protección de los pretiles de aguas arriba pues aparentemente parece que se encuentran en buen estado. En Google Street View de octubre de 2023 todavía quedaban algunos plásticos de estos junto a cabecera izquierda. Parece que se han reforzado los muros en las entradas a base de mampostería con morteros. En las entradas, lado aguas abajo, parece que se ha suavizado la curva ensanchando la calzada con una losa de hormigón sobre la que se han hincado algunos petos de hormigón pintados de blanco. El puente mantiene su cartel de ‘río Rudrón’ en formato antiguo de los años 60 del siglo XX aunque legible.

Por lo demás, comentar que no existe ninguna señal de tráfico -las de fondo rosa- que alerten al viajero o turista de que en ese punto se puede visitar una obra civil histórica. Tampoco existe ningún panel informativo que nos ilustre sobre la historia y/o vicisitudes de este puente. Para que nos hagamos una idea, la tipología de esta estructura se parece a algunas de las que conforman la carretera del ‘Desfiladero de La Hermida’ salvando el río Deva, bien en zona asturiana o en la cántabra, todas ellas pertenecientes a la histórica carretera N-621 y sirva como ejemplo el Puente de Estragüeña, levantado en el año 1863, década en la que bien pudiera ser la de construcción de éste.

El puente de Covanera -y aunque sus paisanos lo ignoren por la falta de datos, fuentes o fotos que pudieran exhibir con orgullo- es una obra civil bella, armoniosa y muy digna que deberemos de conservar tal como se haya ahora e incluso mejorarla con limpiezas y mínimas rehabilitaciones para que no se deteriore. Digo lo de la ignorancia porque he observado que ninguna web o blog autóctono lo divulga en sus contenidos; tampoco la Wikipedia ni las sites municipales o administrativas burgalesas ya sean turísticas o culturales. Es más fácil encontrar fotos de la cutre -aunque práctica- pasarela que accede a la famosa cueva-laguna (hay un montón) que visualizar una puta foto del puente -creo que no hay ninguna-, tratándose de un elemento histórico de obra civil a conservar, cuidar, catalogar y difundir.

Un aspecto relevante o curioso que he podido observar sobre esta digna carretera nacional es su puesta en valor a nivel divulgativo en tiempos muy recientes. Menudean en la red vídeos y artículos sobre ella, lo cual y para un lobo que ama la carretera, pues le resulta grato. En varias ocasiones se la cita como “ Carretera de los Sueños” y parece que es ‘tendencia’ entre viajeros, especialmente moteros, que se maravillan de esos paisajes imposibles. Bueno, yo añadiría -y me lo tengo que currar- que se trata de una calzada que aunque no tenga un excesivo patrimonio lineal, he observado en su trayecto que existen suficientes muestras de arqueología carreteril como para que también sea ‘tendencia’ en ese aspecto. Bien, no tiene muchos puentes de interés aunque sí subsisten algunas alcantarillas de época y también reclamos de señalización vertical bastante curiosos: abundan los mojones del Plan Peña (hitos kilométricos) de los años 40 del siglo XX e incluso en algunos todavía se puede leer el guarismo que indicaba la distancia desde Madrid a ese punto; lo he visto en un mojón que se lee claramente PK 278. Recordemos que esta calzada tiene 153 kilómetros. Existen otros hitos de hormigón en perfecto estado que marcan las fronteras de Burgos con Cantabria (Provincia de Santander). Hay varias campas o zonas de aparcamiento donde se han hincado varios de estos mojones de la propia carretera N-623, cosa poco habitual en estos tiempos. También menudean los postes antiguos de hormigón que -ante nevadas copiosas- nos permitían orientarnos por la calzada (ahora son barras de acero con bandas blancas-rojas o amarillas-rojas). También son bellos y elegantes los gruesos monolitos en piedra de buena talla que marcaban -y aún marcan- los límites territoriales que, para el caso que nos ocupa, diferencian las tierras castellanas de las montañesas, concretamente en el PK 36 hay uno cilíndrico bien conservado aunque le falta el copete que probablemente sería una figura tallada o una bola de piedra y que lo que señala al caminante o viajero es un cruce de caminos. Los hay más modernos como el pilar de mampostería instaurado en 1960 junto a unos bancos de piedra en forma semicircular del mirador de Cabañia. Aunque quizás, lo más curioso es la serie de zonas de descanso o apartaderos de la calzada donde desde mediados del siglo XIX y con muy buen criterio ingenieril, se aprovechaban puntos donde existían regatos o riveras de aguas claras para construir bellas y suntuosas fuentes en un auténtico medio rural, alejado de cualquier población, con buenos muros de piedra, frontis, albardillas y un buen caño por el que manaba agua fresca, vital para aquellos viajeros, turistas, buhoneros, trajinantes o carreteros que transitaban durante días o semanas por aquellas calzadas siempre peligrosas e incomodas. Allí, en aquellas fuentes, completadas con arbolado, bancos y terreno plano, se acomodaban con sus carros, caballerías e impedimenta y podían descansar, dar de beber a las bestias, asearse, lavar su ropa, guisar, yantar y pernoctar. Que en esta calzada estén presentes estos descansaderos fuera de núcleos poblacionales quiere decir que, por estos andurriales no parece que abundaran las ventas del camino. Destaca entre estas zonas, la de la fuente y apartadero en el PK 58 de la calzada, cerca de Tubilla del Agua con una cuidada disposición de fuente, bancos y mesas, un arboreto, contenedores, papeleras y exhibición de hitos kilométricos y hectométricos bien conservados y repintados; hubiera sido un punto ideal, añadiendo algún otro elemento carreteril, para componer una especie de centro de interpretación de la caminería de época.

Para saber más. Como ya he comentado, del puente o de la histórica carretera no he encontrado fuentes de información. Lo siento. Ni siquiera un sencilla foto de la obra civil que tenga unos pocos años, nada. Pero, como decía, sí me ha llamado la atención la ‘tendencia’ entre viajeros, motoristas, blogueros o excursionistas de carretera que han prestado atención a este periplo por la N-623, especialmente a nivel paisajístico señalando los cañones y peñascos del Rudrón, la famosa “Charca azul” o ya, desviándonos de esta calzada, las conocidas “Hoces del Ebro” en Orbaneja del Castillo y aledaños, visibles por la carretera provincial BU-643, endiablada vía junto al río Ebro en parte de su recorrido que aboca en el puebluco palentino de Quintanilla de las Torres para unirse a la magnífica y preciosa nacional N-611. Todo un lujo para ese tipo de viajero que muchas veces le preguntan: - Te gusta conducir…?, pero no contesta, sólo sonríe, medita y revive sus indómitos periplos o derrotas donde no preveía una meta concreta. Bien, entre las diferentes sites al respecto, destaco la de Economíadigital  con un artículo interesante de Mar Nuevo subido el 28.12.2023. La web de AlcedaAventuras también presta atención a esta nacional en un artículo del año 2022 y un vídeo de calidad. El diario El País divulgó un artículo sobre ella en su edición de fecha 07.01.2021. Existe por ahí un vídeo loco -de como no debemos de viajar- rodado en fecha 09.09.2020 cuyo autor es Aitor Pérez Aguirrezabala y transcurre por esta carretera íntegramente, pue eso, contrario a las nuevas modas o costumbres civilizadas a las que ahora llaman slow travel, curiosidad o simple interés cultural, esto es, conocer el camino recorrido… sin prisas. Ahí es nada! Por mi parte, debo de reconocer que la he transitado una decena de veces, siempre descubriendo novedades y normalmente montado en mi camión Mercedes-Benz desde cuya altura, punto de visión y velocidad más reducida, pues captas o aprehendes más paisajes curiosos, bellos, raros o rutinarios que forman parte de la calzada así como lo que te va apareciendo como patrimonio lineal. En mi época de reportero gráfico escribí un artículo dedicado a la N-623 que se publicó en la revista Solo Camión, número 247 de septiembre de 2010, ya ha llovido pero el encanto de esta vía permanece intacto teniendo en cuenta que la última vez que la he corrido ha sido en febrero del año 2022. 





Entrada al pueblo y situación del puente según paso de Google Street View en junio de 2012.






























Tanda de fotos de fecha 22.02.2022 en secuencia consecutiva desde aguas arriba del puente, aguas abajo, tablero, cauce y entorno. 


Toma del tablero del puente al paso de Google Street View en octubre de 2023.


Sector del mapa del IGN (Instituto Geográfico Nacional), hoja número 135 de Sedano levantada en el año 1995 donde en círculo amarillo se marca el viejo puente así como el moderno. 

ALCANTARILLA SOBRE ARROYO ANÓNIMO.  N-623 PK 47
T.M. TUBILLA DEL AGUA. 

En algunos tramos de esta vieja carretera decimonónica subsisten algunas canalizaciones de época como esta alcantarilla, ahora separada de la calzada principal, obra en mampostería y sillería rústica que mantiene los petos de piedra y hasta un mojón de los años 40 del siglo XX. Era frecuente que, al amparo o surgencia de alguna fuente o regato, se creara una zona de descanso con algo de arbolado para que tanto bestias de tiro y viajeros pudieran pernoctar, yantar, beber o lavarse. Existen varias fuentes del siglo XIX en este periplo. 

Este punto podría ser una especie de muestra o exposición de lo que era la caminería antigua si se mantuviese limpio y en orden. Su aspecto actual es de abandono absoluto y degradado. 


Desvío a la zona de la fuente y alcantarilla. Google Map de fecha junio de 2012.














Tanda de fotos de fecha 22.02.2022 en secuencia consecutiva desde aguas arriba de la alcantarilla, aguas abajo, tablero, cauce seco, fuente y entorno.

HACIENDO CAMINO POR LA N-623. TESTIGOS HISTÓRICOS DE LA VIEJA CAMINERÍA.






Artículo del Lobo Quirce para la revista Solo Camión, número 247 de septiembre de 2010.



































































Carretera pura y dura con algunos detalle como son la amplia serie de mojones y otros hitos de límites, fuentes, cruce de ríos, puertos, poblaciones y simple carretera N-623 entre Burgos y Santander. Tanda de fotos de fecha 22.02.2022.

COVANERA. Poza Azul












Tanda de fotos de fecha 16.08.2014










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