PONTÓN SOBRE EL ARROYO HOMÓNIMO. Término de Las Rozas-Madrid.
M-505 PK 8,700
Continuando con la pontonería de
los Caminos Reales al Real Sitio y Monasterio de El Escorial y siguiendo el
itinerario que construyó Marcos de Vierna por el Puerto de Galapagar para
enlazar junto al arroyo del Tercio y el río Aulencia con el viejo camino llamado
del Cerro del Paredón, se expone a continuación la tercera obra, tras cruzar el Puente del Retamar y el Puente sobre el Arroyo del Cacho todavía en el término
municipal de Las Rozas.
Características de la obra
actual: Se trata de un pontón con una longitud total de 64 metros,
incluyendo los largos muros de acompañamiento (33+20 metros) siendo los
correspondientes al vano y estribos, aproximadamente 11 metros. El vano lo
compone un arco de medio punto de 6 metros de luz. Al contrario de lo que
ocurre en el Puente sobre el arroyo del Cacho y quizás, por falta de
presupuesto, se formaliza una obra más austera, especialmente en paramentos y
tímpanos. Lo cierto es que la bóveda es semejante a la del anterior, construida
con piedra granítica de muy buena factura, dovelas de menor tamaño pero bien
asentadas en intradós y boquillas de buena labra, en este caso, con dos alturas
en canto, que la hacen atractiva. Sin embargo, en resto de paramentos,
incluyendo tímpanos, baluartes de refuerzo y muros de acompañamiento se utiliza
el mampuesto a base de canto rodado de variado cubicaje, algo de sillarejo de
mala labra y piedra irregular, fijando los materiales con argamasas de cal
grasa y morteros, que dan un aspecto rústico a la obra.
Se observa en el lado izquierdo
(aguas arriba) que la estructura ha sufrido ruina en algún momento, con
desprendimiento de parte del muro de contención del talud, pretiles y
probablemente calzada y dovelaje de esta boquilla. A juzgar por los elementos
incorporados -sillares de granito con talla ordinaria tosca sin afinar- parece
una intervención de los años 40 del siglo XX. En cubierta, calzada ordinaria de
9 metros de anchura que a la altura de la bóveda se reduce a 7,30 metros
coincidiendo con el ancho del cañón. Pretiles desiguales, con altura regular de
80 centímetros diferenciando los originales, con sillería larga en dos hiladas
y con biselado en canto superior, algún tramo con elementos de hormigón y el
resto, en lado aguas arriba, con piedra de granito correspondiente a la
restauración mencionada, muy comunes -quitamiedos- en las obras carreteriles de
la primera mitad del siglo XX. Algunas oquedades en la cara superior de los
pretiles viejos sugieren que debió de tener alguna barandilla de hierro
empotrada. Existen reparos groseros con incorporación de cemento para fijar
elementos de mampostería en algunos pretiles y zonas de paramentos. Cubierta
asfáltica antigua pero suficiente para el mínimo tránsito por este paraje.
A la entrada del puente subsiste
una señal de información de distancias de cuando era carretera comarcal C-505
con la leyenda: Las Rozas, 9 kilómetros, en un estado aceptable aunque con las
típicas pintadas a las que no se pueden resistir los patosos que andan por ahí,
sueltos. Por cierto, señalar que esta carretera autonómica (M-505 que se
convierte en CL-505) sigue disponiendo de una muy amplia colección de mojones
de granito y hormigón correspondientes al Plan Peña, que se inició en los años
40 del siglo XX, algunos con la leyenda visible de la matrícula de la vía, esto
es, C-505 y su guarismo correspondiente al kilómetros.
La cuarta obra de este itinerario
es la que solventa el antiguo vado que existía para cruzar el arroyo del Tercio
y que resuelve Marcos de Vierna con un pontón y un larguísimo aterramiento de
fábrica en extremos, conocida como Puente del Tercio.
En cuanto a los capítulos de
"Saber más" y "cómo llegar" utilizar los enlaces a los
otros puentes de referencia.
Los he visitado también, aunque no es fácil por lo escondidos.
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