Viejo puente, quizás de origen tardo-medieval o renacentista muy restaurado a mediados del siglo XVII en estilo barroco con modificaciones
importantes, entre ellas y debido a lo angosto de su tablero, ensanchamiento en su cabecera izquierda con corrimiento o añadido de nueva fábrica de sillería en
muros y bóvedas. Da servicio a esta carretera provincial con preferencia de
paso para lado pueblo y sin limitación de tonelaje. Es cruzado por múltiples peregrinos del Camino de Santiago.
La información que nos aporta el historiador de obra civil, Inocencio
Cadiñanos, es la siguiente: En 1633 los vecinos exponían a las autoridades
la necesidad de construir o reparar el puente sobre el río Ucieza que era paso
público para Castilla la Vieja así como vía de comunicación para numerosos
mercados y ferias. Tres años después, en 1636, los canteros Francisco del Río Pontecillas
y Juan de Trujeda señalaban los deterioros consistentes en unos arcos y pilares
arruinados. Presupuestan las obras en 4.000.- ducados. Como se vio mejor
construir obra nueva se cita a Francisco del Río y Domingo de la Puente para
que levantes traza señalando 16 condiciones para ello. Llevaría 4 arcos que ‘se
cerrarían a medio punto’ siendo distintos pues los extremos resultarían algo
menores de 18 pies de ancho que los centrales que podrían llevar a los 20 pies.
El propio Domingo de la Puente tasó las obras en 4.500.- ducados pero por
2.300.- ducados se comprometió a construirlo Pedro de los Corrales Sota en el
año 1638. Se le dieron dos años de plazo para finalizarle y según cuenta el
historiador Miñano resultó ‘un buen puente’. (Inocencio Cadiñanos Bardeci.
Los puentes de la provincia de Palencia durante la Edad Moderna. Edición del
Instituto Tello Téllez de Meneses, número 69, año 1998, páginas 346/347). Lo
cierto es que no es una estructura de 4 bóvedas como dice Cadiñanos sino que
mantiene 6, quizás las que tuvo el puente primitivo. Así lo asevera Pascual
Madoz en su “Diccionario Geográfico-Estadístico”, editado en 1846, tomo XIII,
páginas 91/92 donde nos cuenta que el puente, sin más detalles, dispone de 6
arcos. La cita de Cadiñanos se refiere al tratado de Sebastián de Miñano
Bedoya, titulado “Diccionario Geográfico de España y Portugal”, obra editada en
1827, tomo VII, página 56 con el escueto comentario ya mencionado. Tampoco es
muy preciso el enorme tratado geográfico de Emilio Valverde Álvarez titulado
“Guía de viajeros por el Antiguo Reino de León, obra editada en el año 1886,
ruta 118, páginas 605/606 donde no hacer referencias al puente de Población de
Campos. Sin embargo y aunque mínimamente, el historiador de puentes Miguel
Ángel Aramburu-Zabala Higueras en su trabajo titulado “La arquitectura de
puentes en Castilla y León entre los años 1575 y 1650”, obra editada en 1992
por la Junta de Castilla y León, página 153, nos informa de que el puente se
reparó en el año 1640 sin más datos ni de la obra ni de los maestros canteros
que pudieron intervenir en arreglos o reparos.
Mi teoría del puente al respecto es que se trata de una estructura bajomedieval
o renacentista a juzgar por el humilladero -ahora Ermita de Nuestra Señora del
Socorro, monumento románico datado en origen hacia el siglo XII- anejo al puente, que también sufriría
modificaciones o reformas y que era lo habitual en aquellos tiempos: construir
junto a un puente una pequeña capilla o humilladero donde los viajeros podían
orar y agradecer según sus creencias, a su dios por el buen viaje hasta ese
punto, sin percances o peligros. Según Aramburu, la fuerte crisis pontonera
producida a mediados del siglo XVII por violentas crecidas de los cauces o
cuenta del río Pisuerga y tributarios, originó la quiebra y derrumbe de
innumerables puentes en la zona y el de Población de Campos sería uno de los
dañados. Ya Madoz nos advierte de la irregularidad de este río y los daños por
crecidas e inundaciones en pueblos y campos de cultivo a lo largo de su
historia. La fecha que marcas Aramburu para su reforma integral, esto es, en
1640, cambia la impronta original de la estructura y probablemente se asemeja a
lo que ahora podemos admirar de este bello puente que si como proyecto original
dispuso de 4 arcos, por lo que ahora podemos comprobar, llega hasta los siete
vanos con aletas en extremos para evitar los socavamientos de los estribos,
empotrados en los taludes de arenas y margas del cauce.
Cadiñanos apunta o cita algunos maestros canteros trasmeranos de renombre
que pudieron intervenir o al menos, pujar por adjudicarse las variadas obras
del puente. Todos ellos, ya fuere Francisco del Río Pontecillas -un promotor o
constructor de gran renombre en su época- así como Juan de Trujeda o Domingo de
la Puente, son alarifes muy prolíficos en intervenciones en los puentes y
pontones de Palencia. Río Pontecillas, que también fue testamentario de Domingo
de la Puente, trabajó en el puente de Monzón, Amusco, Reinoso, Cardaño de
Arriba, Carrión de los Condes, Palenzuela, Quintana del Puente e incluso en el
puente de Palencia sobre el río Carrión. Trujeda, además trabajar en obras con
Río Pontecillas, también actúa como inspector por Administración para evaluar costes
en estas estructuras y así, evalúan los daños sufridos en el puente de
Castromocho.
Acceso por la autovía A-67 tomando la salida de Frómista en PK 39 para continuar hacia el W por la carretera provincial P-980 hasta Población de Campos y su precioso puente histórico.
Otra toma semejante a la anterior aunque realiza por Nelson Joanine en mayo de 2017 para exhibirla en Google Map.
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