miércoles, 27 de febrero de 2019

PUENTE FERROVIARIO. QUINTANILLA DE LAS TORRES-P.

PONTÓN FERROVIARIO LÍNEA PALENCIA-SANTANDER
Punto de la Línea PK 399,500
QUINTANILLA DE LAS TORRES. Palencia
N-611a  PK 113

Antecedentes: Pertenece a la legendaria línea 160 -actualmente Palencia/Santander- diseñada como camino de hierro que a lo largo de 217 kilómetros comunicaba la meseta norte castellana con la costa cántabra. El proyecto original es del ingeniero Juan Rafo que lo realizó en 1.845 aunque la extrema dificultad del trazado, especialmente por el Alto Campoo, Reinosa y las depresiones del río Besaya obligaron a los proyectistas a diversas modificaciones y a dividir el tramo Alar-Santander en tres sub-tramos bien diferenciados. También influyeron los aspectos puramente económicos pues la empresa explotadora de estos raíles pasó de ser un pequeño conglomerado de hacendados locales que ganaron la concesión gubernamental de 1.849 a constituirse como Compañía de Ferrocarriles de Isabel II en 1.855, posteriormente Nueva Compañía del Ferrocarril de Alar-Santander (en el momento en que este tramo entró en funcionamiento) y, finalmente se integraron en la potente Ferrocarriles del Norte o "La Norte" como se la conocía popularmente. Desde 1.941 se nacionalizó como Renfe y desde 2.004 es administrada por Adif. Se trata de una de las primeras líneas férreas peninsulares y la primera del Cantábrico.

Respecto a nuestro puente, se encuentra en el primer sub-tramo del proyecto, esto es, la conexión entre Alar del Rey en Palencia con Reinosa en Cantabria que pretendía unir el tránsito de mercancías, especialmente cereales a granel o harina, que llegaban en barcazas a las dársenas del Canal de Castilla en la localidad palentina para hacer el trasbordo a los nuevos convoyes camino de Santander y su activo puerto hacia ultramar. En este sector se respetó bastante el proyecto de Rafo aunque sufrió alguna modificación por parte de la empresa constructora inglesa y de su ingeniero Alfred S. Jee; entre otros, también intervino en la obra el ingeniero español Carlos Campuzano. Este tramo se inauguró en marzo de 1.857 en ancho ibérico de 1.668 milímetros con llegada a Reinosa donde hacían  trasbordo a diligencias los viajeros hasta llegar al inicio del tercer sub-tramo por Corrales de Buelna y seguir en tren hasta la capital cántabra pues este último sector empezó a funcionar en  1.858.

En el sector Alar del Rey-Reinosa las mayores dificultades se encontraban en el Valle de Aguilar de Campoo, La Horadada y otros cañones angostos junto al río Pisuerga, el piedemonte rocoso en la zona de Villaescusa de las Torres, junto al río Camesa y por último, la depresión de cauces como el Marlantes o el Izarilla y más adelante el Híjar y el Ebro. Sólo como anécdota señalaré que el tramo de 139 kilómetros entre Alar-Santander dispone de 122 puentes y pontones, sin contar los múltiples pasos superiores de sillería, también llamados puente-vía como en este caso, lo que nos indica la irregularidad del trazado.

Es de destacar la presencia en la obra entre los años 1852 y 1858 del joven ingeniero inglés William Atkinson que, además de las labores propias de su cargo, ejerció como innovador fotógrafo. Se llegaron a recopilar 86 instantáneas, la mayoría datadas en marzo de 1.857, muchas de ellas de la propia ejecución de la obra -hecho en sí mismo muy novedoso en la obra civil que hasta entonces se realizaba en España- y otras muchas para dar protagonismo al personal técnico y a diferentes especialistas y obreros que trabajaban en ella además de otras de cariz etnológico o monumental que iba tomando desde su punto de residencia en un hotel de Reinosa. Esta colección debidamente encuadernada se obsequió por la propia compañía férrea a la reina Isabel II probablemente cuando se inauguró la línea el año  de 1.866 en Santander, donde estuvo presente el rey consorte Francisco de Asís de Borbón. Actualmente se encuentran en la Colección de Patrimonio Nacional en el Palacio Real de Madrid aunque menudean algunas copias de ellas por diferentes bibliotecas digitales.

Nuestro puente en cuestión se ubica en la localidad palentina de Quintanilla de las Torres, muy cerca del límite o raya con Cantabria y junto al cauce del río Camesa. Con las conjeturas correspondientes podemos apuntar que se debió de construir entre los años 1852 y 1855. Al contrario de lo que ocurrió con otros muchos puentes de la línea, solucionados a base de espectaculares  tableros de hierro en celosía, en este caso y dado que es un paso superior carretero sobre vías  ferroviarias se construye en piedra a base de forjados y rellenos de hormigón en masa y un cuidado chapado en piedra arenisca.

Características actuales de la obra. Se trata de un paso superior que, como ya indiqué, presta servicio a la carretera N-611 (ahora travesía o variante N-611a) que pertenece a la línea ferroviaria Palencia-Santander y que es muy semejante al puente contiguo para la línea hullera Quintanilla-Barruelo.

Tiene una longitud de 25 metros y una anchura de tablero de 10 metros. Amplios y gruesos estribos que se clavan en los zócalos o trincheras previamente excavadas para la línea y un bello y cuidado vano en arco escarzano a 1/6 de círculo con luz de 9 metros. Hay que tener en cuenta que estas obras se diseñaron para una posible línea de doble vía, aun cuando nunca se llevó a efecto. Muros de estribos del tipo baluarte, más anchos en la base y bóveda ligeramente retranqueada.

Lo más llamativo de estas obras pontoneras ferroviarias es la singularidad de su aparejo. Frentes y muros interiores de la bóveda a base de sillería amplia, regular, volumétricamente idéntica (al menos, hasta línea de salmeres), pesada, bien dispuesta en hiladas perfectas con la cara vista moldurada e interior acentuadamente almohadillado, al más puro estilo de cantería romana con un picado de bujarda armónico que da esbeltez a la obra a través de los claroscuros y relieves que origina. La zona alta, desde los arranques del arco hasta rasante, se cubre con sillería menor pero perfectamente tallada y dispuesta. Son diseños de puentes estandarizados y que, se supone, no se construyen para el decoro u observación de cualquier visitante y, sin embargo, son bellos, armoniosos y decorativos. Pero, desde mi punto de vista, lo que siempre llama más la atención de estos puentes o pontones ferroviarios es la solución que se suele dar a la bóveda, especialmente a las roscas exteriores o boquillas. Dovelaje profundo, de largo tizón y contrapeado que robustece la consistencia de las roscas y una estereotomía muy trabajada ya sobre plano con las piezas justas, perfectamente cortadas y canteadas que marcan la geometría concreta de un arco muy abierto y el artificio a base de dovelas pentagonales perfectas que casan con la horizontalidad de las hiladas que cierran el conjunto sin necesidad del recurso del montacaballo.

En general, la fábrica es de piedra arenisca, muy erosionada por la polución del hollín de los carbones y las humedades del medio ambiente, especialmente en la bóveda. No descarto reposiciones de piezas a base de piedra artificial aunque de excelente calidad. Por el interior de la bóveda discurre el tendido eléctrico de las catenarias y en ambas caras existen viseras de chapa o latón que protegen los cables además de otros herrajes que tendrían alguna utilidad para los empleados de los convoyes que cruzaban el puente. 

Sobre la bóveda una imposta gruesa, sobresaliente y con cara vista almohadillada en perfecta disposición y que soporta los fuertes y pesados pretiles a base de ortostatos de caliza de buena talla y colocación con una altura de 1,20 metros que va disminuyendo ligeramente hasta los extremos. Tienen orificios o taladros que denotan que antiguamente disponían de algún sistema de barandillas metálicas. En muchas piezas se observa un biselado en las esquinas superiores para darle forma de albardilla. La cubierta se cubre con capa de hormigón asfáltico y señalización horizontal blanca que marcan los bordes  ya que carece de viales peatonales. El tablero es ligeramente a dos aguas para evacuar mejor las aguas de lluvia. La circulación de vehículos es cruzada y no existen limitaciones en cuanto a MMA. En cabeceras se clavan los carteles reglamentarios de la línea a la que pertenece, en este caso, f.f.c.c. Palencia-Santander. El puente se encuentra junto al PK ferroviario 399,500  a pocos metros de la estación del pueblo de Quintanilla de las Torres. El otro poste señala la pendiente y su longitud. La distancia por vía desde Alar del Rey es de 23 kilómetros. Su estado de mantenimiento es óptimo aunque sería deseable que se eliminaran herrajes oxidados que ya no tienen ninguna función y un tubo metálico de cableado en lado creciente que ya no cumple ninguna utilidad. También sería interesante que se cerrara correctamente el arranque del pretil izquierdo de cabecera izquierda (sentido creciente de la vía) con algunas piezas de cantería que sustituyan la solución cutre actual, a base de piedras varias, cascotes de hormigón, ladrillos y otros pegotes.

Para saber más. Aunque, ciertamente, de nuestro puente no hay descripciones detalladas, salvo alguna referente a la globalidad de los puentes-vía de esta línea o a menciones a Quintanilla como estación, existe una extensa información o estudios formales e históricos sobre la línea ferroviaria a la que pertenece nuestro puente así como a las diferentes compañías que fueron propietarias de esta línea. Un buen artículo sin firma sobre la historia de esta línea la recoge la ROP (Revista de Obras Públicas) en su número 9,tomo 22, páginas 97/101 del año 1874. Excelente información sobre el tema en el trabajo presentado en el "VI Congreso de Historia Ferroviaria" celebrado en el año 2012 en Vitoria y elaborado por Manuel López-Calderón, José Ajuria Ruiz y Marta Rubio de las Cuevas. Otro libro al respecto es el titulado "El ferrocarril de Alar del Rey a Santander" de Nicolás Sánchez-Albornoz, editado por Moneda y Crédito en 1969. Como es habitual en el tema ferroviario, conviene consultar siempre los datos que aporta la web Spanishrailway, bien para el estudio del trayecto Alar-Santander como el referido al de Palencia-Alar del Rey. La web de Torres Quevedo profundiza en esta cuestión y añade enlaces de interés sobre el tema, incluso con información del ingeniero y fotógrafo William Atkinson. También la wikipedia tiene amplia información sobre esta línea. Otras webs y blogs interesantes son las de Vacarizu, Vialibre que también aporta un pdf del centenari de la línea, patrimoniocoacan, ferropedia, historiastren, euroferroviarios, abuaf o forotrenes, entre otras muchas. También la Biblioteca Digital de Castilla y León aporta datos de la constitución y estatutos de la compañía Ferro-carriles de Isabel II Alar del Rey-Santander y El Diario Montañés celebra el 155º aniversario en su edición de fecha 26.03.2012.

Cómo llegar. La vía rápida más cercana es la A-67 aunque con salida algo lejana hasta nuestro destino. Se deberá abandonar en el PK 103 (entorno de Camesa de Valdivia) para seguir por la nacional N-627 (Burgos-Aguilar de Campoo) por el W y en la citada Aguilar de Campoo incorporarnos a la nacional N-611 en dirección N hasta su PK 112 donde nos desviaremos por la variante N-611a hasta Quintanilla de las Torres y nuestro puente ferroviario (el segundo de los tres que cruza la carretera en este pueblo). Siempre aconsejaré correr -desde cualquier punto más o menos cercano- la carretera nacional N-611 (Venta de Baños-Santander) que, además de que nos lleva hasta este destino, nos impregna de ese espíritu rutero, paisajístico, cultural y patrimonial propio de una vieja calzada real de diseño clasicista y donde podremos ver y admirar una variada muestra de la pontonería histórica.

     




































Tanda de fotos de fecha 24.02.2019





Hay poco material fotográfico sobre nuestro puente (por no decir nada) pero he cazado estos interesantes fotogramas de un video con fecha 13.03.2014 de Niretzar que, desde el puente, nos muestra el carril con las nuevas traviesas de hormigón pretensado que se iban a instalar por aquellas fechas. Al fondo, la estación de Quintanilla de las Torres.




Dos tomas de fecha 27.03.2021. Se ha incorporado en lado del puente sentido creciente un muro-pantalla de hormigón que frena los posibles desprendimientos de roca en ese talud bastante inclinado. Sin embargo, observo que el cutre apaño que se hizo a la derecha del pretil con piedras y ladrillos ahí sigue sin reparar. Debe ser complicado, sí. 









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