PUENTE DEL PERDÓN JUNTO AL MONASTERIO DE EL PAULAR-RASCAFRÍA SOBRE EL RÍO LOZOYA
M-604 PK 27,600
La carretera autonómica M-604 sale de la autovía
A-1 en el PK 69 en dirección al Puerto de Navacerrada y serpentea a lo largo de
casi 50 kilómetros por la Sierra de Guadarrama, incluso bordea territorio
castellano-leonés hasta su final en el propio puerto de montaña de Navacerrada.
Entre bellos paisajes con el pico de Peñalara al
fondo y un intrincado bosque de pino silvestre ( o de Valsaín) la calzada
discurre junto a varios arroyos y el propio río Lozoya, uno de los más
emblemáticos de la Comunidad de Madrid.
La población más atractiva de la ruta es
Rascafría y el famoso Palacio-Monasterio de Santa María del Paular, en el PK
27,600, donde todavía subsiste una pequeña comunidad de monjes benedictinos
aunque el edificio palaciego se ha convertido en un lujosos hotel. Allí mismo,
se cruza el río Lozoya -también llamado en esta zona Río de la Angostura- por
un bellísimo puente de estilo barroco tardío construido a mediados del siglo
XVIII -se cita el año 1.738- probablemente
por arquitectos de la orden cartujana, propietarios entonces del dominio y
edificaciones. Sustituye a un puente medieval del que existían referencias y
que ya servía para comunicar el monasterio con otras instalaciones anejas al
río como molinos y batanes. Aunque de pequeño tamaño, recuerda por su estilo,
estructura y elementos decorativos al viejo puente madrileño llamado de Toledo,
sobre el río Manzanares, construido por Pedro de Ribera entre los años 1718 y
1732.
Características del puente: Este puente de fábrica singular se construye en
sillares de granito de muy buena factura, tamaño regular y cuidado tallado; las
hiladas están perfectamente alineadas y colocadas a hueso. Consta de 3 vanos iguales
con arcos de medio punto y luces aproximadas a los 6 metros cada uno, con
dovelas muy esmeradas y boquillas abocinadas en ambas caras. Obra de sillería
en estribos muy interesante con incorporación de mampuestos y canto rodado en
alguna de sus últimas rehabilitaciones y sobre cauce un par de fuertes pilas
con cubos semicilíndricos haciendo de contrafuertes y apoyados en minúsculos
tajamares y espolones en cuña. Gruesa imposta de granito en relieve en la que se ubican algunos imbornales de época. En cubierta, primorosos pretiles de granito, adornados
de ligeros bajo-relieves geométricos a modo de molduras, algunos sillares
sellados con plomo y dos amplios descansaderos formando rotondas o placitas con
bancos de piedra curvos bellamente tallados. Tablero plano con largas entradas
y muros de acompañamiento que ofrecen un longitud total de 125 metros, siendo
los correspondientes a tablero estricto mucho menos, pues no sobrepasa los 23
metros y anchura hasta pretiles de 4 metros. La configuración actual de la
calzada, con viales de granito y empedrado de canto rodado y cemento se
corresponde con la última rehabilitación realizada en 1.991. Asimismo, amplias
entradas aterrazadas o en embudo en ambas cabeceras, para el buen paso de
ganado, muy rehabilitadas, con piso de adoquín granítico. El puente se mantiene
en uso y pueden circular hasta vehículos semi-pesados aunque restringido al
tráfico de organismos oficiales o de guardería.
Parece que el nombre de Puente del Perdón obedece
a que, desde antiguo, se utilizaban sus descansaderos con bancos para reunirse
y celebrar la última vista sobre reos condenados por diferentes motivos. Las
autoridades locales revisaban las causas y si consideraban posible la
absolución del condenado pues ahí quedaba libre; de lo contrario, parece que lo
mandaban a la cercana Casa de la Horca, camino de Cotos, donde se le
ajusticiaba (eso dicen las viejas leyendas). Otra anécdota interesante señala
que en uno de los batanes que explotaban los monjes cartujos, cruzando el
puente, se fabricaba pasta de papel que servía para hacer pliegos y con ese material se imprimieron en 1.605 los
primeros ejemplares de la novela "El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha"
(Primera parte) en la imprenta madrileña de Juan de la Cuesta.
Junto al puente, en la margen izquierda, está el
centro de gestión del Parque Natural de Peñalara y el Centro de Educación
Ambiental Puente del Perdón. También es interesante el Arboreto de Giner de los
Ríos. Se encuentra dentro de la finca Los Batanes, gestionada por la CAM y
dentro de la red de Albergues Juveniles, donde se hacen prácticas relacionadas
con el medio ambiente, ecología y senderismo, entre otras.
Su estado actual es bueno.No se informa
en señalización de carretera sobre este monumento -salvo al Monasterio de El
Paular- y sí dispone de una cartela con una breve historia de la obra. Se
encuentra demasiado acotado el recinto resultando difícil su acceso al cauce
para ver o estudiar bóvedas, pilas y partes bajas del puente.
Para los amantes de puentes de hierro: No muy
lejos de aquí, en la propia Rascafría, se puede tomar la M-611 (otra carretera
legendaria que te lleva al Puerto de la Morcuera) y en el PK 30 podremos
admirar el Puente de la Angostura, uno de los pocos puentes de hierro en celosía inferior que quedan en la
Comunidad de Madrid, proyectado y ejecutado por José Yañez Arroyo en 1.931 y
que sigue en uso aunque muy deteriorado en el vigamen por herrumbre.
Cómo llegar: Si transitamos por la autovía A-1 (Carretera de Burgos) deberemos coger
la salida 69 en dirección a Lozoya, Rascafría y Cotos. Pasada la población de
Rascafría, a un par de kilómetros, llegaremos al Monasterio y en la parte
izquierda de la carretera, al puente. Si transitamos por la Autovía del
Noroeste A-6 (Carretera de A Coruña) deberemos coger la salida 47 en Collado-Villalba
y seguir en dirección al Puerto de Navacerrada, también conocida como carretera
M-601 hasta coronar el Puerto de Navacerrada donde nos desviaremos por la
derecha -Puerto de Cotos- siguiendo la carretera M-604 hasta llegar al
monasterio y el puente. Para los senderistas, informar que se encuentra en la
Red de Caminos Naturales del Valle de Lozoya con acceso a Rascafría, a 2 kms. y
El Cuadrón, a 31 kms.
Para saber más:
Tanda de fotos realizadas el 08.01.2015
Interesante estructura pontonera siguiendo los sistemas más antiguos para salvar un cauce. Se trata de un caz a pocos metros del puente que daba servicio a uno de los batanes que administraban los monjes benedictinos, probablemente del siglo XVIII. Todo en fábrica de granito, dispone de muros de contención, basa, pila y dos losas como tablero. Curiosa la trabazón de algunos sillares con grandes grapas de hierro forjado (machihembrado). Instantánea de fecha 08.01.2015.
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