CAZANDO PUENTES: PUENTE DE ARENILLAS DE VILLADIEGO. Burgos

PUENTE SOBRE EL RÍO GRANDE

ARENILLAS DE VILLADIEGO. Burgos

BU-601 PK 22,300

Existe un viejo camino histórico de segundo orden, fuera de las formales calzadas reales de época, en el que podríamos ubicar esta obra pontonera. Se correspondería con un antiguo proyecto carreteril que, sin intención de comunicar capitales provinciales o grandes núcleos de población, intentaban dar salida a los pueblos de la paramera burgalesa en busca de los prósperos mercados del norte, especialmente los de Vizcaya así como los de las cuatro villas marineras de Cantabria.

Para orientarnos en la actualidad, apuntaremos que se trataba de una nueva calzada que ahora afectaría a la propia carretera provincial BU-601 ya que es donde termina el proyecto en la localidad de Villadiego, continuaría por Coculina, Masa y Cernégula para derivar hacia E por la provincial BU-633 hacia Poza de la Sal y seguir para conectar con las carreteras nacionales N-232 y N-629 en busca de Medina de Pomar y Bercedo para entrar en territorio cántabro y vasco por Lanestosa y acceder al Cantábrico y las villas de Laredo y Castro Urdiales, entre otras.

Como decía, el proyecto es histórico ya que data del año 1.828 en que se forma la Junta del Camino de Bercedo con intención de llevar a efecto esta nueva comunicación. Por Real Decreto de Fernando VII otorgado con fecha 21.09.1830 se autoriza el sector carreteril que se circunscribía al tramo que va desde Villadiego hasta las proximidades de Cernégula, junto al Páramo de Villalta; tenía una longitud aproximada de 7,5 leguas y su coste final ascendió a la cifra de 2,10 millones de reales. Se fijaba un plazo de ejecución de 18 meses y parece que se terminó en el año 1.833. En la ROP (Revista de Obras Públicas) existen varios artículos del ingeniero Cayetano González de la Vega escritos en 1.855 que tratan este proyecto (entre otros de la provincia de Burgos) y cita a José Julián Calleja como ingeniero-director de las obras. La citada Junta de Bercedo adjudica las obras de construcción a los contratistas Manuel Ormaechea y Antonio Orive que, al parecer, cumplieron los plazos comprometidos. La Gaceta Provincial en un artículo de fecha 12.12.1833 anuncia que con fecha 26.11.1833 se ha concluido el ramal de aproximadamente 7,50 leguas entre Villadiego-Cernégula y nos informa de que además de los elementos de calzada y firmes se han construido 3 puentes de nueva planta (entre los que se encontraría el que ahora presento), otro más antiguo rehabilitado, 2 pontones y 154 pasos bajo calzada a base de caños, tajeas y alcantarillas. Aunque ahora apenas existen ejemplos, se clavaron 1098 guardarruedas además de 16 leguarios y algún hito de dirección, como era habitual.

En la información que ofrece Cadiñanos Bardeci basada en documentos notariales de legajos ahora depositados en el AHN (Archivo Histórico Nacional), generalmente fechados en tiempos anteriores a la construcción de esta calzada, se nombran los río Mayor y Grande, entre otros, que pudieran tener relación con algún puente que administraba la municipalidad de Villadiego aunque, como digo, podría referirse a los que la Gaceta considera puentes rehabilitados, más al norte de la aldea de Arenillas de Villadiego o, en todo caso, actuaciones en el puente del camino de Villalibado.

Como era habitual en la época, estas vías secundarias tenían una anchura total aproximada de 10,50 varas burgalesas. En este caso se detalla que la calzada tenía 8 varas y paseos junto a cada cuneta de 4 pies lo cual, equivale a un ancho total de 9 metros o 6,68 metros de calzada.

Cuando nos acercamos a este pueblo por la propia BU-601 en sentido decreciente y antes de llegar a su núcleo, cruzaremos el río Grande precisamente por el viejo puente clasicista. La drástica o violenta transformación de esta obra pontonera hace difícil reconocerla salvo que nos fijemos en su serie de pretiles, abocinamientos y amplísimos muros de contención en forma de aletas que soportaban las violentas avenidas que -parece ser- sufría este cauce en momentos de deshielos en conjunción con grandes aguaceros.

Características actuales de la obra. Difícil resulta imaginar cómo sería esta vieja obra civil. Probablemente se trataría de un puente con estribos que se empotrarían en los altos taludes del cauce en este punto y amplísimas manguardias en aleta en ambas caras. Dispondría de un único vano con un arco escarzano esviado con respecto a la perpendicular del cauce y una luz de aproximadamente 12 metros. Al estar casi toda la estructura embutida en hormigón, lo visible del puente antigua es la bóveda compuesta del intradós curvo y la cara externa de los estribos-pilas. Tampoco son visibles los arranques de estos estribos pues se han añadido unos refuerzos de hormigón longitudinales para evitar descalzamientos en la fábrica antigua. La longitud total de la estructura, incluyendo estribos, es de 32 metros.

Ciertamente, podemos contemplar un aparejo singular, de dovelaje y sillería de gran factura, volumetría, talla y disposición a base de piedra caliza porosa que con las reacciones químicas de los sellados modernos de las juntas, quizás con cemento, ha producido calcificaciones prácticamente en todo el lienzo de la bóveda, incluso en lado aguas abajo también abundan las humedades. De una bóveda original con anchura de 6 metros se pasa a los 10 metros actuales que son los que tiene la calzada actual. Esto se produce ampliando o ensanchando ambas caras del puente por medio de una nueva fábrica a base de hormigón armado: se encofran los dos frentes y parte de las manguardias y se dispone una nueva bóveda escarzana, quizás con un metro más de luz que la original corrigiendo el esviaje de la anterior y facturada a base de placas prefabricadas de hormigón que hacen de dovelas colocadas sobre cimbra previa. Probablemente en extradós se ha añadido una solera a base losas de hormigón armado sobre la que se sitúa el moderno aglomerado asfáltico con un recrecido muy reciente.

Otros restos de fábrica original se pueden contemplar, aunque muy tapados por la vegetación circundante, en las amplias aletas o muros de contención en ambas caras del puente. Enormes sillares de buena talla que arranca de la altura de imposta y decrecen hasta empotrarse en las terrazas limosas de las orillas del río.

En el tablero subsisten pequeños tramos de pretil también original a base de ortostatos de piedra caliza muy bien tallados y con biselado superior imitando una albardilla que se mezclan con las nuevas barandillas de acero sencillas pintadas recientemente de azul. En ambas cabeceras quedan pequeñas áreas de superficie triangular muertas que se corresponden con la rectificación de la bóveda para orientarla hacia la perpendicular del cauce. No dispone de aceras y la calzada se cierra con las consabidas biondas de acero cincado. Desconozco la autoría y fecha de esta drástica modificación del puente histórico pero pudiera haber sido realizada en los años 60 o 70 del siglo XX. Se parece mucho a la estructura que salva el río Brullés en el camino de Villalibado, salvando las distancias de que en este caso, es un pontón de hormigón con una bóveda de chapa corrugada. Lo cierto es que no he cazado ninguna vieja foto de este puente anterior a su grosero ensanchamiento.

Decir en este caso que, dado que originariamente se trata de un puente histórico, debiera de señalizarse el punto con algún cartel haciendo referencia a su historia y avatares aunque pueda parecer una ironía. Curiosamente y hasta hace unos años existió un pequeño poste promovido por la Junta de Castilla y León con un cartel en el que ponía "Puente río Grande", información nada habitual para el viajero que se mueve por la pontonería rural. Ahí lo dejo. Visitarlo también parece complicado por la gran pendiente, hojarasca y matorral que existe en aguas abajo. En lado aguas arriba hasta podríamos meter el coche por un viejo camino agrícola pero tampoco veríamos mucho por la maraña de vegetación, barro y las propias aguas del cauce que nos impiden acercarnos a su interior.

Para saber más. He consultado el trabajo de Inocencio Cadiñanos Bardeci titulado "Los puentes de la provincia de Burgos en la Edad Moderna" y el de Emilio Nebreda Perdiguero titulado "Amor a mi pueblo. La provincia de Burgos y sus pueblos", editado en Burgos en el año 2.016 aunque ambos y para este caso, no ofrecen información. Más importante para nuestro trabajo carreteril es el artículo que publicó entre otros varios al respecto el ingeniero Cayetano González de la Vega en la ROP (Revista de Obras Públicas) del año 1.855, tomo III. También es muy interesante para esta calzada el trabajo que exhibe el blog de coculinarefugiodelavida. El blog local nos informa un poco sobre este pueblo en sites 1 y 2. Más consistente es la información histórica de este pueblo en Wikipedia. En el interesante blog de Sandoval de la Reina, al menos, tienen algunas fotos del tablero y bóveda del puente desde aguas arriba además de hacer un gran despliegue de imágenes donde se expone la edificación rural del pueblo y ejemplos de tipo etnográfico. Según este blog, al río Grande también se le llama Río Sosa.

Cómo llegar. El municipio de Arenillas de Villadiego se encuentra en la órbita de la autovía A-231 (Camino de Santiago) que deberemos seguir hasta la salida 135 en Olmillos de Sasamón para continuar hacia el N por la BU-P-4041 hasta Sasamón y tras cruzar el pueblo seguir hacia el N por la BU-640 hasta Villadiego donde siguiendo en dirección N tomaremos la provincial BU-601 (Google la señala por error como CL-633) hasta el PK 22,300 para encontrarnos con el río Grande y nuestro puente. La nacional N-627 (que se está transformado en autovía desde Burgos a Aguilar de Campoo también nos permite acercarnos a la zona, aproximadamente en su PK 33 donde podremos desviarnos a la altura de La Nuez de Arriba para seguir por la carretera provincial BU-601 ya mencionada hasta llegar a Arenillas de Villadiego y su puente.