sábado, 10 de febrero de 2024

PUENTE MAYOR DE TORO SOBRE EL RÍO DUERO.

 PUENTE MAYOR SOBRE EL RÍO DUERO
TORO. Zamora
N-122 PK 428,560 + CL-602 PK 0,775 + CAMINO 1,240 KM

Se expone en esta entrada una obra civil de las más prestigiadas en la pontonería peninsular, a la altura del puente de Tordesillas, Peñafiel, Simancas o el de la ciudad de Zamora, con el que guarda, además, cierta similitud. Con respecto al viejo debate sobre el origen o autoría de muchos de nuestros puentes a los que se adjudica la mano romana cabe decir que, en este caso, es imposible detectar rastros o restos de esa época ya sea en sus hormigones de relleno, asentamiento o fundación de pilas o simples sillares de estilo romano. Claro que pudo existir un antiguo paso sobre este caudaloso río dentro del viario romano de los primeros  siglos de nuestra Era pero no hay restos y cabe siempre la posibilidad de que la obra -como otras muchas de raíz romana- fuera construida en madera, desapareciendo en las invasiones godas o en el Alto Medievo.

Los estudiosos adjudican el levantamiento de este puente entre los siglos XII y XIII a juzgar por su fuerte impronta románica con inclusión de vanos ojivales y otros de medio punto. No se aprecia un tablero a dos aguas por lo que de haberlo tenido, desapareció en las múltiples restauraciones a lo largo de los siglos. También es significativo que disponga de arquillos de aligeramiento en algunas pilas, creo que tuvo hasta cuatro o cinco, también con geometría en bóveda de cañón y otra ojival. Su trayectoria quebrada de tablero también nos indica recomposiciones de la obra, tablero y arcadas. La existencia de una torre defensiva o de control hacia la cabecera izquierda (visión desde aguas arriba) que se incluiría en el amurallamiento de la ciudad nos indica una impronta netamente medieval, sin especificar más. Por otra parte, los refuerzos de pilas, ya sea con tajamares/espolones de sección en cuña, ahusados o semicilíndricos -de diferentes épocas- tampoco ayudan a una datación precisa de la estructura original.

Entre las fuentes más fiables al respecto, expondré lo estudiado por el historiador de puentes Miguel Ángel Aramburu-Zabala Higuera y que dice lo siguiente: […] Su construcción data de la última década del siglo XII o primeros años del XIII en estilo románico tardío, es decir, siguiendo la tradición romana pero usando arcos apuntados y tajamares de ángulo agudo. Fue reparado en época de Enrique III y durante casi todo el siglo XVI (en 1523 por Pedro Martín, en 1545 por Antonio de Villafaña, entre los años 1563/1564 por Rodrigo Gil de Hontañón entre otros, en el año 1585 por Diego de Hano, Felipe de la Cajiga y Pedro de la Gándara). La reparación más importante se produce a partir de 1597con nueva traza y condiciones de Juan del Ribero Rada y Pedro de Mazuecos y ello a pesar de que se les ordenó recomponer la ruina del puente sin “ynventar ni azer cosa de nuevo”. Adaptándose a los nuevos tiempos, el puente se ensancharía para permitir el paso cruzado de carros, se encadenarían los cimientos y se haría frente a una causa frecuente de las ruinas de puentes. Al enlosarse su calzada se evitaría que el agua filtrara al interior de la estructura y deshiciera la obra. Se repararon numerosos arcos que se recompusieron en medio punto así como los pilares y cabeceras de la obra civil. Estas obras se comenzaron en el año 1598 a cargo de Juan de Ribas al que más tarde reemplazó Francisco del Río Zorlado y Juan de Alvarado. En 1603 y con las obras en marcha se cayó un paredón provocando la desviación del cauce del río y dejando en seco el puente. Se desplazaron varios inspectores y técnicos para emitir sus informes entre los que destacan Pedro de Mazuecos, Juan Martínez del Barrio, Domingo de Palacio, Juan de la Puente, Domingo de Cerecedo, Domingo de Arcos, Juan del Haro, Francisco de Contreras y Juan de Ucete, insignes maestros de obra con larga tradición pontonera a sus espaldas. También de desplazó desde Valladolid para estudiar la situación el ingeniero Andrés García sin que se lograra una solución al tema. Nuevas inspecciones se produjeron en el año 1608 con la presencia de los prestigiosos maestros Juan González de Sisniega y Pedro de Llánez que quizás, tras sus informes negativos a cómo se llevaba la obra, produjo que se encarcelara a Juan de Alvarado aunque pronto se le exoneró de culpas y fue liberado en 1609. Las obras continuaron en 1614 y se prolongaron hasta 1619 pues en aquel año hay documentado un repartimiento económico para hacer el paredón. A partir de 1630 comienzan las gestiones para una nueva reparación más modesta y de la que se encargó Juan de Senderón. En el año 1635 se detienen las obras por la guerra con Portugal; en el año 1640 todavía se continuaba la obra. De nuevo fue reparado en 1698 y existen noticias de también se actuó en el puente en los años 1714, 1717, sin seguridad en el año 1792 y en el año 1889 para arreglar los daños por voladura que se produjeron durante la Guerra de la Independencia y, por último, en el siglo XX […]. Entiendo que los arreglos que cita Aramburu para el siglo XX son los que debió de realizar Fernández Casado hacia el año 1970. Recientemente y ya para dejar el puente como pasarela peatonal se hizo una profunda intervención de mantenimiento y consolidación hasta en el tablero, con incorporación de pretiles faltantes, enlosado del firme, imbornales y reparación de cabeceras, proceso que debió de efectuarse hacia el año 2018. Obviamente, para abandonar esta estructura como paso de vehículos, hay que resaltar que ello se debe a que previamente ya se había levantado otro puente moderno aguas arriba de éste, probablemente a finales del siglo XX independientemente de que ya existía el precioso puente metálico que data de la primera década del siglo XIX y que ya daba servicio a las localidades del sur de Toro.

Entre las descripciones de esta obra civil es muy interesante la que nos hace el prestigioso ingeniero Juan José Arenas de Pablo y que expongo a continuación: […] Si seguimos el cauce del río Duero por la carretera de Tordesillas a Zamora nos encontraremos el viejo puente de Toro, ejemplo realmente venerable de puente viejo, una y otra vez ampliado, reforzado, enlosado y zampeado. Contemplado desde el alto mirador que esta población tiene sobre el valle del Duero, el viejo puente compone un trazo humilde, quebrado y tembloroso que ha permitido desde el siglo XII cruzar el gran río. Puente cuya orientación respecto al agua llama la atención, por cuanto se sitúa paralelo al cauce aguas arriba del mismo. Pero es que el río quiebra la dirección bruscamente saliendo sus aguas perpendiculares a la obra de fábrica. La presencia de un zampeado que viene a enlazar los pies de todas las bóvedas y que protege al terreno subyacente contra la socavación es bien perceptible a través del resalto hidráulico y de su estela de espuma que se produce aguas abajo del puente. La lista de reparaciones sucesivas según Aramburu es muy larga …/… consecuencia de su evolución permanente es el mosaico de estilos que la obra presenta a lo largo de sus bóvedas sucesivas. Hay un tramo de bóvedas de medio punto rematadas por pretiles de hermosos ortostatos -llamado de los cinco pilares- junto a bóvedas primitivas ligeramente apuntadas y de aspecto mucho más rústico y endeble aunque rematadas por una bella alineación de canetes (canecillos) románicos. Tajamares semicilíndricos en tal estado de desgaste que llegan a ofrecer la imagen romántica de la ruinas con alma. Pudiendo deberse las primeras bóvedas a la gran reparación que se hace a finales del XVI con traza, o sea, con proyecto, de los arquitectos Juan del Ribero y Pedro Mazuecos a los que, según Aramburu, se les encarga que hagan ese trabajo pero sin inventar o hacer cosa de nuevo. Arreglo que tuvo también que ver con el movimiento de la madre del río que parece que llegó a dejarlo en seco y que obligo a la construcción de un importante muro de encauzamiento. Wyngaerde nos dibuja la situación del puente a finales del XVI y una vez más, aparece aquí la torre fortificada sobre una de las pilas medias. Y es que, al igual que en Tordesillas, nos hallamos ante una ciudad construida sobre los escarpes de la margen derecha del Duero, posición defensiva que un puente de paso franco no debía debilitar […]. También aquí, Arenas nos desvela algunas de las características técnicas de este vetusto puente singular.

Otro estudio interesante sobre esta estructura es la que hace el ingeniero Carlos Fernández Casado: […] Otro puente en el que hemos tenido bastante intervención es el de Toro, compuesto de 22 arcos aunque en realidad, cinco de ellos se han construido en época incierta …/… según Gómez Moreno en su “Catálogo monumental de la provincia de Zamora” nos indica su parecido con el puente de la capital, afirmando que tenía un torreón en la extremidad sur, torreón que fue reforzado en 1475. Quadrado en “España, sus monumentos y Arte” indica que este puente era de madera en 1398, afirmación que nos parece insostenible por los rasgos estilísticos del puente, pero además indica que el puente debía existir cuando se hicieron las murallas de Toro ya que estas bajan hasta el puente abrazándolo por ambos lados. También Quadrado nos cuenta que a comienzos del siglo XVIII existía otro puente frente al Monasterio de San Miguel de Gros, aguas abajo del que tratamos, pero no quedan vestigios del mismo. Según otros autores, el puente data de 1194 y en el siglo XVI se hicieron importantes obras y otras en 1717. Se voló en la Guerra de la Independencia volviéndose a reconstruir en 1889. Como ya hemos indicado, nuestra intervención en el puente también fue importante aunque sin resultado práctico ya que se quedó en una primera etapa consistente en investigar exhaustivamente la estructura interna de la obra, es decir, la naturaleza de sus fábricas, espesores de las mismas, trabazón entre los distintos elementos, posibilidades de inyecciones de consolidación o de introducción de barras de acero para dar trabazón así como acerca del estado de las cimentaciones y capacidad de las mismas para aguantar cargas…/… Estos puentes no pertenecen a la red general de caminos del Ministerio de Obras Públicas pero a veces cumplen un servicio importante. El que tratamos tiene tráficos de camiones durante todo el año que se intensifica al entrar el otoño con motivo del transporte de la cosecha de remolacha. El alcalde de Toro, que lo tiene a su cuidado, sin recursos de ninguna clase para repararlo, estableció contacto conmigo en el año 1972 pero no se pudo conseguir nada a través de la Dirección General de Caminos…/… Tenemos en este puente una mayor riqueza de elementos morfológicos que en el puente de Simancas pues hay un elemento nuevo que es el arquillo de aligeramiento sobre pilas, de los cuales su número, que debió de ser igual al de pilas, se ha reducido en la actualidad a vestigios de dos y presencia de otros dos que pueden ser romanos, románicos o góticos. En bóvedas tenemos el medio punto con sus posibles cinco épocas y el arco apuntado auténticamente ojival […]. El amplio estudio de Fernández Casado llega hasta las pilas, tajamares, espolones y multitud de catas para determinar la calidad y solvencia de los cimientos y rellenos interiores de la estructura. Destaca que la roca madre era de margas sobre la que se depositan arenas arcillosas y gravas con arenas además de fangos; la cimentación antigua es de hormigón con argamasa. En los rellenos de pilas predomina el bolo con conglomerado, arcillas así como en otros puntos, hormigón ciclópeo y piedras de relleno y una heterogeneidad de bolos con tierra arcillosa.

En el trabajo sobre el puente de Inocencio Cadiñanos se advierte que aparecen otros actores importantes de la época en que reinaba Carlos III, momento en que se trató de renovar y adecentar multitud de puentes por toda la península y así, se cita al Comisario de Guerra Marcos de Vierna y al Padre Pontones, el segundo haciendo trazas para un puente nuevo y el primero autorizando y denegando algunos proyectos al respecto. Una de las peculiaridades del historiador Cadiñanos es que, buceando en pliegos notariales y otros archivos, obtiene variada información de edictos y bandos donde se anunciaban las obras para reconstruir este puente, así como las pujas que hacían los maestros canteros y quien los remataba, iniciándose las obras o bien las cesiones a otros constructores con detalle de sus importes en maravedíes o ducados.

Características actuales de la obra: Se trata de un soberbio puente, quizás de los de mayor longitud del país, con 404 metros de largo y un ancho variable -según las reconstrucciones- que oscila entre 6 y 6,70 metros con cierto abocinamiento en cabeceras. La estructura antigua, que llegaría hasta la torre defensiva tenía ya 340 metros de longitud. Dispone de 22 vanos con formas y luces variadas. Se podrían considerar de factura medieval 17 de ellos, de los que 11 son en bóvedas de cañón y otras 6 de forma ojival además de 2 arquillos de aligeramiento. Debemos de suponer que, originariamente y dentro de la disciplina románica, sería probable que sobre todas las pilas existieran tímpanos calados con una serie de arquillos de este tipo. Tras la torre de control o defensiva en cabecera izquierda (visión desde aguas arriba) se alargó la estructura con 5 nuevos vanos con bóvedas de cañón por donde se canalizarían las aguas en momentos de crecidas. Las luces del conjunto de arcos oscilan entre los 5,50 y 9,50 metros. Las pilas tienen una anchura entre los 6 y 7 metros. La flecha desde tablero hasta lámina de aguas es de 9,20 metros. Todas las pilas tienen defensas en ambos lados. En aguas arriba a base de tajamares de sección en cuña, alguno con muros escalonados, también alguno ahusado y la mayoría semicilíndricos; en aguas abajo los espolones son parejos, semejantes a sus contrarios. Los placajes de estas defensas no están trabadas a la fábrica de las propias pilas y su altura no sobrepasa los riñones de las arcadas por lo que deducimos que no se corresponden con obra medieval, sino posterior. El puente medieval como prototipo es de tablero estrecho y dispone de descansaderos o refugios que son, en sí mismos, los tajamares o espolones que llegan hasta la rasante o cubierta.

Respecto al tablero llama la atención su estructura, demasiado tangencial con respecto al cauce, quizás debido a las variadas salidas de madre del río que han cambiado la orientación del cauce regular. También resulta curioso que, tratándose de una obra medieval, haya mantenido un tablero bastante horizontal, independientemente de algún badén debido al ligero hundimiento de alguna pila en el lecho del río; por demás, la traza no es rectilínea ya que presenta algún quiebro.

En cubierta destacan los restos de su antiguo pretil a base de dos/tres hiladas de sillería y albardilla incluida de piedra caliza de buena talla y restos de un cornisamento a base de modillones o canecillos de piedra de excelente talla que parece ser obra del siglo XVII. También dispuso de un enlosado de piedra desde hace siglos. Todo ello ha sido recientemente reconstruido acertadamente. Otro aspecto interesante de la obra es su formidable manguardia perpendicular a la cabecera derecha de gran altura a la que llaman ‘del Pilón’ con amplia sillería ciclópea, bien dispuesta y muy antigua donde también aparecen un par de arcos ciegos o de descarga. Este muro es el que debió de causar graves problemas en las obras al desplomarse y cambiar el curso del río, quedando gran parte de la obra en seco.

El resultado final tras la reciente restauración del año 2018 es óptimo aunque convendría seguir con la rehabilitación hasta los últimos arcos de la margen izquierda del puente. También se echa en falta un panel indicativo que nos ilustre sobre la historia y vicisitudes de este formidable puente. La zona ajardinada junto a la cabecera derecha es cutre, polvorienta y no se integra en un paisaje histórico.

Pasa saber más: El tratado más amplio y detallado sobre esta obra civil monumental es el titulado “Los caminos y la construcción del territorio en Zamora. Catálogo de Puentes”, obra coordinada por Pilar Chías Navarro y Tomás Abad Balboa, editada por el CEDEX/CEHOPU, FCC Construcciones, S.A. y el Instituto Florián de Ocampo-Diputación de Zamora en el año 2004, páginas 62 a 71 y donde se reflejan innumerables notas de fuentes, autores y archivos consultados. Otro libro interesante por lo metódico del trato concedido a este monumento es el que hace Carlos Fernández Casado titulado “Historia del puente en España. Puentes romanos”, obra editada por el CSIC en el año 1980 y reedición en Madrid de 2008, páginas 508/514. El historiador de puentes Miguel Ángel Aramburu-Zabala Higuera también lo analiza un poco en su tratado titulado “La arquitectura de puentes en Castilla y León entre 1575 y 1650”, páginas 192/196, obra editada por la Junta de Castilla y León en 1992. Este autor lo trataría con más detenimiento en su inédita tesis doctoral de tres tomos depositada en la UAM (Universidad Autónoma de Madrid) en 1989 bajo el título “Las obras públicas en la Corona de Castilla entre los años 1575 y 1650. Los Puentes”, fuente a la que no he tenido acceso. El historiador Inocencio Cadiñanos Bardeci estudia esta obra en su tratado titulado “Los puentes en Zamora”, páginas 622/625 y algunas ilustraciones, editado en el anuario de 1997 por el “Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo”. Otro tratado interesante con extraordinarias fotografías de puentes es el titulado “Puentes de España. Tránsito de Culturas”, obra coordinada por Santiago Hernández Fernández y textos del experto en puentes medievales Manuel Novoa Rodríguez con fotografía en páginas 74/75 y ficha técnica 31 en página 216; obra patrocinada por Ibercaja y editada por Lunwerg, S.L. en el año 2009. También le presta atención el ingeniero de caminos Juan José Arenas de Pablo en su obra titulada “Caminos en el Aire. Los Puentes”, volumen I, páginas 215/217, obra editada por el CICCP en el año 2002. El librito titulado “Puentes singulares en Castilla y León” obra de Luis Grau Lobo editada en el año 2011 editado por El Mundo, página 45. La revista del viejo MOPU lo trata en su número extraordinario 345 de julio-agosto de 1987 titulado “Guía de puentes de España”, apartado “Puentes Medievales” en un artículo de María del Mar Merino, páginas 53/78. Para conocer a muchos de los alarifes y maestros de obra que intervienen en este puente se puede consultar el vademécum titulado “Artistas cántabros de la Edad Moderna”, obra de María del Carmen González Echegaray et al. editada en 1991 por la Institución Mazarrasa y la Universidad de Cantabria. En la red se pueden consultar variadas sites que aunque alguna tiene errores o se copian la información, disponen de fotografías interesantes del puente, destacando la Wikipedia, romanicozamora, hispanianostra, asturnatura, turismocastillayleon, artmedieval o verpueblos entre otras. En Google View también se exhiben múltiples fotografías de nuestro digno puente. 




Interesante dibujo de nuestro puente con su posible impronta original y donde también se intenta destacar el juego de molinos hidráulicos (Aceñas de la ribera de la Peral) en primer término. Este dibujo es obra de Anton Van den Wyngaerde, artista de Amberes contratado por el rey Felipe II para que levantara estampas o planos detallados de muchas de nuestras ciudades, especialmente las fortificadas, como era el caso de Toro en aquellos tiempos. Existen muchos dibujos de su autoría con originales en la Biblioteca Nacional de Viena y copias por diversos museos. Se cree que debió de ejecutarlos hacia el año 1570, poco antes de su muerte. Esta lámina la tomo de un trabajo académico titulado "Las aceñas de la ciudad de Toro (1460/1999)" obra de María Ángeles Martín Ferrero publicada en el "Anuario de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo", volumen XVII, año 2000, páginas 337/380. 


Otro de los trabajos de Anton Van den Wyngaerde datado hacia el año 1570. Fue tanta la popularidad de este artista en nuestro país que se le solía llamar Antón de las Viñas, quizás por semejanza en la fonética de su nombre original en flamenco. Esta lámina es un detalle de su dibujo original que se encuentra depositado en la Biblioteca Nacional de Viena. Se exhibe en la Wikipedia, voz Wyngaerde. Como en la anterior imagen, se muestra un puente bastante completo en cuanto a su impronta y número de vanos donde destaca la torre defensiva o de control a la derecha de la estructura, visión desde aguas abajo del río Duero. 


Viejo mapa del territorio de Toro con la inclusión de su puente de piedra. Está levantado en el año 1751 aunque desconozco su autoría. Se encuentra en el Archivo de Simancas y se exhibe en el libro titulado "Los caminos y la construcción del territorio en Zamora" que se detalla al final de este artículo. 




Planos de alzado, planta y reconstrucción de dos bóvedas del puente. Son obra del académico y arquitecto toresano Bartolomé Tejeda Díez que los trazó en el año 1827. Se exhiben en el tratado citado anteriormente "Los caminos y la construcción del territorio en Zamora".



El interesante blog de JGH (Fotos antiguas de Toro) muestra diferentes fotos del puente que data genéricamente hacia el año 1920. Algunas, por determinados detalles, me atrevo a modificar el año y estas dos las dejo tal cual. 


Postal de Ediciones Carbajosa, número 10, comercializadas en los años 40 del siglo XX. Ésta lleva el título de "Vista tomada desde Las Trincheras" con las aceñas en primer término. Puede que se haya editado hacia el año 1940.


Otra postal comercializa por Ediciones Carbajosa también desde aguas abajo del Duero. Pudiera haberse editado hacia el año 1948. 


Postal de Ediciones Benito, probablemente comercializada hacia el año 1950 aunque se trata de la misma imagen de la postal anterior de Carbajosa. 


Interesante imagen que difundió como noticia del puente el periódico ABC en alguna de sus ediciones de diciembre de 1952. Desconozco el texto y pudiera deberse a algunos daños en la estructura del puente. Fotografía de los archivos de este rotativo. 


Otra fotografía que exhibe el blog JGH que también pudiera ser de los años 50 del siglo XX.




Tres fotografías que se muestran en el blog JGH y que podríamos datar a finales de los años 50 o principios de los 60 del siglo XX. Ya aparecen en el tablero los postes telefónicos y en una de ellas se observa que ya se ha levantado el deposito de agua de hormigón. La foto de las ovejas es una postal de Ediciones Benito que se muestra en la web de Plusesmas.com. 



Dos interesantes tomas de los daños del puente en una de sus bóvedas y tímpanos de la aneja. Las exhibe el blog mencionado de JGH sin datación concreta. Tampoco he conseguido noticias o fuentes fidedignas sobre este percance del puente y su rehabilitación. El ingeniero Carlos Fernández Casado parece que visita el puente a finales de los años 70 del siglo XX y entiendo que sería para arreglarlo. 





Documentación gráfica que se muestra en el libro "Historia del puente en España: Puentes romanos" obra del ingeniero Carlos Fernández Casado, editado en el año 1980 por el CSIC. El autor nos informa de que se presentó en Toro para intervenir en el puente pero su amplio proyecto para rehabilitar y estabilizar toda la estructura se desestimó. Cabe pensar que, al menos, rehabilitaría los daños en tablero, bóvedas y tímpanos perjudicados.


Fotografía del puente desde aguas arriba con fecha 10.08.1981 realizada por A. Álvarez y que se muestra en la web de Ver Pueblos.


Buena imagen del puente desde aguas abajo realizada hacia la primera mitad de los años 80 del siglo XX. Se exhibe en el monográfico de puentes de España que editó la revista del viejo MOPU, número extraordinario 345 de julio-agosto de 1987. 


Buena toma cenital del puente desde los altos de la ciudad de Toro. Foto realizada por una anónima ciudadana argentina en el año 1990 que se muestra en la web de Ver Pueblos. Al fondo ya se observa el puente carretero nuevo. 


El historiador Miguel Ángel Aramburu-Zabala presta atención al puente en su libro titulado "La arquitectura de puentes en Castilla y León entre 1575 y 1650", obra editada en 1992 por lo que interpreto que la foto será de aquellos años. 


Fotografía del tablero del puente que hace Luis Ignacio en agosto de 1998 y que se exhibe en la web de Ver Pueblos.



Dos imágenes del puente que presenta el ingeniero Juan José Arenas de Pablo en su libro titulado "Caminos en el aire. Los Puentes" y que, probablemente, se realizaron hacia el año 1998. 








Documentación gráfica que se exhibe en el libro titulado "Los caminos y la construcción del territorio en Zamora. Catálogo de Puentes", obra magna coordinada por Chías-Abad editada en el año 2004. Probablemente, las tomas deben ser de finales del siglo XX y los dibujos de alzados y planta de la primera toma -obra de Fernández Casado y Ramiro Moya- se trazarían en los años 80 del siglo XX.


Existe un panel informativo a pie de puente, en su cabecera derecha, pero que no aporta nada de esta histórica obra civil. Eso sí, hay una borrosa foto del mismo que pudiera haberse realizado hacia el año 2000 cuando se levanta una especie de parque con arbolado y bancos. 


Espectacular toma del puente en momentos de una gran crecida del Duero. La fotografía esta fechada en el año 2001 por un autor anónimo que la expone en la web de Ver Pueblos. 


Buena toma del tablero en su punto medio y antes de su profunda rehabilitación aunque ya no estaba en servicio como muestran las piedras que impiden la circulación. Lleva fecha 22.03.2008, su autor es Getafe y se exhibe en la web de Ver Pueblos. 


La editorial Lunberg con sus excelentes fotógrafos se ocupa del puente como obra singular. Posible toma del año 2007/2008 que se muestra en el libro titulado "Puentes de España. Tránsito de Culturas" editado por Ibercaja en el año 2009.


Toma de ASN realizada en fecha 09.01.2010 que se muestra en la web de Ver Pueblos. 


Toma de J.J. realizada en julio de 2011 que se puede ver en la web de Ver Pueblos. 


Preciosa fotografía de un escorzo desde el altozano de la ciudad y visión aguas arriba del puente. Probablemente tomada en el año 2011 por Luis Grau Lobo para su libro titulado "Puentes singulares de Castilla y León". 



Dos buenas tomas de Lucía en fecha 16.03.2013 que se pueden ver en la web de Ver Pueblos. 





Interesantes fotos de detalle de algunas zonas del puente en blanco y negro que aunque con cierta pátina de viejunas, creo que se han realizado hacia el año 2013 por Jaime Tello García y que se muestran en la web de "Fotourbana". 


Buena instantánea del puente en su lado aguas arriba realizada por Borjaanimal con fecha 03.09.2018 para la Wikipedia. 


Toma de Amando Fej. para Google Map realizada o subida en marzo de 2021. Como se observa, todavía no se había restaurado el tablero. 
















































































































































































Tanda de fotos de fecha 22.09.2022 en secuencia consecutiva desde aguas arriba del puente, aguas abajo, tablero, muros de cabecera derecha, viejo camino perpendicular a la torre desaparecida y cauce. del río Duero. 


Toma de Alda H. Filippin para Google Map realizada en noviembre de 2022.


Excelente panorámica del puente desde aguas abajo en trabajo realizado por Francisco José para Google Map con fecha mayo de 2023.






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