ARBAS DEL PUERTO. León
N-630 PK 82,406
En este lento periplo por el viejo camino real de
León a Asturias que además coincide en gran parte de su recorrido por aguas
arriba del río Bernesga llegamos casi a las fuentes de este cauce leonés que se
encuentran en las faldas de Pajares junto al paraje Dulce La Dueña, muy cerca
de la raya con la comunidad asturiana. Prácticamente han quedado catalogados
todos los pasos sobre el río de esta digna calzada, ahora carretera nacional
N-630. Recordemos que desde el siglo XVII era una calzada que ya figuraba en
los repertorios de caminos y tratados de postas y que era una derivación de la
radial que desde la capital del Reino se dirigía hacia Galicia con una
conexión, bien en Benavente para seguir hacia León o por Tordesillas y
Valladolid alcanzar también León para en ambos casos acometer las rampas del
indómito Pajares para llegar a Asturias. Estos caminos de realengo se depuran
al mejorar las calzadas en tiempos clasicistas y se crea una vía importante que
sale de Madrid y en Villacastín deriva hacia el N por Segovia y Cuellar hasta
Valladolid -la actual M-601 y N-601- y continuar por ésta y dirección Santas
Martas hasta León para iniciar el periplo hacia Asturias por la que hasta no
hace mucho era la carretera provincial LE-103 y ahora nacional N-630. Este
itinerario coincide con el que detalla Emilio Valverde Álvarez en su “Guía del
viajero por el Antiguo Reino de León”, editado en 1886, página 570, ruta 88,
carretera regional Segovia-Gijón que pasaba por Cuellar, Valladolid, Medina de
Rioseco, Vecilla de Valderaduey, Mayorga, León, varios pueblos del término de
Villamanin entre ellos, Busdongo y Arbas para continuar hacia Oviedo por
Pajares.
Otras referencias de estos caminos hacia Arbas del
Puerto como viejas rutas romanas, medievales o caminos jacobeos lo recoge el
historiador Manuel Abilio Rabanal Alonso en su trabajo titulado “La Vía de la
Plata en León y la Vía de León a Asturias. De calzadas romanas a caminos de
peregrinación a Santiago”, obra editada entre los años 1994-1995 por la
Universidad de León y reproducida por la Universidad de Oviedo. En este trabajo
queda claro la vieja calzada de La Carisa por Camplongo de Arbas pero no
termino de descifrar la ruta que desde Busdongo de Arbas y por Vegamosa (querrá
decir Vegalamosa) se llega hasta Arbas del Puerto así como que, por un trazado diferente
al de la actual carretera (a la derecha) entra en la zona asturiana por la
“Casa de Tibigracias”, en donde ambas afirmaciones sobre estos itinerarios
pudieran tener algo que ver con el vetusto puente que presento. Me inclino a
pensar que el camino real sigue la dirección que marca el pontón sobre el Arroyo de los Pozos y que, en todo caso y en hipótesis, este pontón sobre el
Bernesga pudiera servir a algún molino que se explotaba en este punto ya que
como se observa existe cierto encauzamiento de obra y discurre junto a una
vieja edificación ahora abandonada pero que pudo estar en uso hasta finales del
siglo XX. Curiosamente, la planimetría del IGN, cuadrícula 103 en edición de
1943 no recoge esta obra pontonera y aleja el cauce del Bernesga del núcleo de
Arbas, pero en la edición de 1987 sí se esboza una senda hacia el sur que cruza
el Bernesga y que conectaba con un camino carretero hacia el N cruzando nuestro
camino real. En la edición de este mapa del año 2007 desaparece la senda hacia
el sur (cota 1364 metros) y el cauce del Bernesga cruza bajo una edificación
para unirse unos metros más abajo al Arroyo de los Pozos por lo que cabe
interpretar que la obra pontonera correspondería a un paso industrial
dependiente de algún molino aunque lo cierto es que, dada la antigüedad de la
estructura, me inclino por pensar que las hojas del IGN no precisan con exactitud
ni pontón ni molino. Otra hipótesis plausible en virtud de la antigüedad del
pontoncillo es que se levantara o corriera a su cargo el mantenimiento a
expensas del propio Monasterio de Arbas para el tránsito de sus ganados hacia
las altas praderías de La Perruca. Esta pujanza del monasterio y colegiata todavía
se aprecia en las anotaciones que se hacen en la “Enciclopedia Geográfico-Estadística”
de Pascua Madoz Ibáñez, obra editada en Madrid en 1846 y donde en la voz “Arbas”,
tomo II, página 458, se dan cuenta de sus dominios y personal clerical,
obviamente antes de la propia desamortización que llevó a cabo el propio Madoz
siendo Ministro de Hacienda en el gobierno progresista de Espartero y O´Donnell
y que se ejecutó entre los años 1854 y 1856, momento en que se abandonaría este
dominio del clero regular. El texto dice así: […] ARBAS (SANTA MARÍA DEL
PUERTO): colegiata de patronato real en la provincia de León, diócesis de
Oviedo y partido judicial de La Vecilla, compuesta de 1 abad con jurisdicción
territorial, 3 dignidades y 11 canónigos , comprendiendo 8 pueblos que son Casares,
la Colegiata , Cubillas, Pendiella , San Miguel del Rio, Tonin, Viadangos y Vegalamosa.
Se halla a la izquierda de la carretera de Asturias y confina por el norte con el puerto de Pajares, por el sur con el
expresado pueblo de Vegalamosa y por este y oeste con las grandes sierras que
separan las provincias de Oviedo y León. En ella se socorren con pan y vino a
los transeúntes que piden limosna, haciendo además otros muchos beneficios, con
especialidad durante el invierno. A sus inmediaciones está situado el santuario
titulado de Nuestra Señora de Arbas […].
Sea como fuere, lo cierto es que su estructura
original tiene una impronta bajomedieval o renacentista propia de un ámbito
rural que no es especialmente muy detallista en la talla y escuadría de la
piedra que utiliza pero que en la boquilla y muro de aguas abajo presenta
sillería y dovelaje bien asentado que ha
aguantado hasta nuestros días.
Características actuales de la obra. Podemos decir que de la fábrica original o más antigua
apenas quedan restos pero que parecen muy nobles. Se circunscriben a la boca
durmiente del pontón donde quedan lienzos de su muro-aleta izquierdo con
sillería más o menos escuadrada pero bien dispuesta en hiladas horizontales así como unas pocas roscas de la vieja bóveda
que en la boquilla consigue consolidar un airoso arco de medio punto con
dovelas bien imbricadas acentuando su clave con un pieza de sección en cola de
milano a la vieja usanza. Se utiliza la roca de la zona que se compone de
calizas blancas, grises y otras rosadas por los añadidos ferruginosos. El
paramento exterior de tímpanos -quizás desprendido en varias ocasiones- se
placa con mampostería ordinaria de piezas medianas consolidadas con ripio y
mortero variado.
El resto de bóveda, muros interiores, intradós y
hasta firme (lo que se puede apreciar de él) es una locura chapucera que
quizás, en cualquier otra obra pontonera menor tendría alguna razón de ser pero
que en estas venerables ruinas de la obra original que como decía, pudiera estar
entre la transición del Medievo al Renacimiento pues representa un atentado
-muchos atentados- a la cultura y a la conservación de bienes que se pueden
tipificar como monumentales y que, aunque modestos, se deberían de respetar, conservar
y/o mantener dentro de los parámetros aceptados por una sociedad moderna que
quiere preservar todo tipo de bienes históricos, en este caso, de obra civil.
También sorprende o llama la atención el que habiéndose realizado una actuación
muy reciente al reforzar el muro de contención del cauce en ese punto que
además ha añadido más hormigón en lo que podría ser un pretil para nuestro vetusto
pontón, no se haya estudiado la rehabilitación que la obra se merece,
eliminando todo tipo de materiales más o menos modernos que distorsionan la
impronta original de esta digna obra civil. Sé que es una intervención costosa
y laboriosa pero además llevaría aparejada la construcción de otro paso en
aguas arriba para el servicio ganadero hacia pastos y otras fincas pero desde
luego, existe terreno para ello y se dejarían los restos primitivos del
puentecillo como vestigio mudo pero visible de lo que fue un paso histórico
sobre el río Bernesga. No me entretengo en explicar todo tipo de apaños en el
intradós de la obra, cutres, feos y además, inseguros para el tránsito en
cubierta pues se aprecian bien en la sucesión de fotos que hice bajo el puente.
Están todos los materiales posibles, desde madera, hierro, plásticos, papel,
placas refractarias, cemento, hormigón, bloques prefabricados, viguetas de todo
tipo y mugre, mucha mugre.
Un aliciente o característica especial que tendría poner en valor esta estructura es la de que -según mi catalogación de puentes sobre el Bernesga- es la primera obra de fábrica sobre este río desde su nacimiento junto a la raya con Asturias pues si bien es cierto que todavía y en aguas arriba existen varios pontones, alcantarillas y caños, todos son muy ramplones a base de hormigones y cementos sin valor alguno. De todo ello daré cuenta en la próxima entrada del blog. Respecto a la historia de este camino real, fuentes, documentación y otras referencias se pueden consultar las entradas del blog para los puentes de Vega de Gordón, Puente de Alba o Tornero, por citar unos pocos.
Tanda de fotos de fecha 18.08.2021 en secuencia consecutiva desde aguas arriba, aguas abajo, tablero y cauce. La última toma refleja la unión del Arroyo de los Pozos por la izquierda con el río Bernesga, cauce de la derecha, ambos con caudales semejantes en pleno estío.
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