jueves, 4 de enero de 2018

PUENTE DE VILLOLDO SOBRE EL RÍO CARRIÓN

PUENTE DE VILLOLDO SOBRE EL RÍO CARRIÓN. Palencia
CL-615 PK 25,500



Villoldo se encuentra en la zona central de la provincia de Palencia, en plena comarca de Tierra de Campos. Se localiza a la vera de la interesante calzada autonómica CL-615 que en un trayecto vertical que sigue el propio cauce del río Carrión (motivo sencillo por el que se conformó este viejo camino), une la ciudad de Palencia con Guardo, en plena Montaña Palentina. Recorriendo con detalle esta carretera, nos encontraremos obras pontoneras históricas y de gran mérito, desde las propias de la capital, Palencia, pasando por Carrión de los Condes, Saldaña y Guardo.

Nuestro puente se encuentra en la entrada al pueblo por la carretera local P-981 PK 0 que de hecho, en principio cruza un pontón de características parecidas que se corresponde con la desembocadura del caz de Macintos, una derivación o canalización del propio río Carrión, y unos pocos metros aguas arriba,  aparece nuestro esbelto puente clasicista.

En 1.732 los vecinos aseguraban que su puente resultaba imprescindible para el comercio, cabaña real, mesta, correo y transporte de sal y además, no existía otros en 4 leguas a la redonda. Disponían de un vado y un puente de madera que en varias ocasiones se había llevado la corriente. Consideraban que era preciso y urgente reconstruirle en piedra.

En 1.733 lo visitan los alarifes Francisco Alonso de la Riva y Fernando de San Pedro Calderón y trazaron planta del mismo poniendo las condiciones oportunas. Diseñaron un puente de piedra de 4 ojos, tres cepas y dos medias pilastras con una longitud de 170 pies de largo y 17 pies de ancho; los arcos resultarían algo distintos, calculando 28 pies para la luz del ubicado junto a la villa y 36,34 y 26 pies para los restantes. Junto con las 4 manguardias que le franqueaban en ambas caras, se evaluaba un presupuesto de 151.156.- reales de vellón.

No obstante, en 1.734, el cantero José Martínez Gutiérrez hace una nueva oferta, rebajando la anterior, por 146.000.- reales sin pedir otras mejoras y hacia el año 1.736 hay constancia de que está trabajando en la obra, concretamente en las manguardias y añadiendo un arco más. Los visitadores inspectores Manuel de la Carrera y Juan del Rebollar lo habían visto un año antes, en 1.735, y dan constancia de que el contratista estaba construyendo arcos con mayores luces de las propuestas en el pliego de condiciones pero que consideraban acertada esa decisión pues se tuvo que alterar previamente los emplazamientos de estribos buscando una base más sólida para ellos en un punto donde el cauce era más ancho. Es probable que el único plano de alzado y planta que existe de esta obra sea el levantado por José Martínez, en el que no se aumentan los vanos sino que diseña 3 únicos arcos de mayores luces y donde también se intuye el camino real que cruza dos estrechos cauces de arroyadas o caces pegados al puente, aunque también aparece otro cruce en la calzada, aguas abajo, unos metros antes de la desembocadura del río Cueza en el Carrión. La existencia de caces o canales en ese punto  es clara pues en el plano se señala alguno.

Hay testimonios documentales de otros canteros que lo visitaron en 1.739 e informan que se estaba terminando, a falta de alguna manguardia. Lo cierto es que, dos décadas después, en el año 1.758 ya se notaban deterioros y fue Hilario Alfonso de Jorganes quién lo inspecciona y evalúa sus daños en 402.637.- reales, aprobándose su intervención por el Consejo de Estado aunque con la salvedad de que se facturaría por jornal. Jorganes comenzó las obras de reparación en 1.761, al parecer, lentamente y por ello, se manda al inspector Fray Antonio de San José Pontones (importante arquitecto e ingeniero de la época, conocido como Padre Pontones) para que revise la obra y haga una nueva evaluación de costes. Pontones debió de estudiar el cauce y su problemática: el río Carrión en ese punto y cuando hay crecidas se ensancha, creando una amplia terraza fluvial al tiempo que erosionaba probablemente los estribos de la obra; por otra parte, cerca de este punto, desaguaba uno el ya citado caz de Macintos o bien, unos cientos de metros aguas abajo, lo hacía el río Cueza, produciendo estos cauces desbordamientos  y amplias inundaciones cuando se producían grandes avenidas. Por ello, el fraile cree necesario añadir un pontón sobre el cauce del anejo río Cueza que sirva para desalojar los volúmenes de caudal con más rapidez. Lo cierto es que este pontón también se adjudica a Jorganes. Respecto al padre Pontones, mencionar que, unos años después volvió a Villoldo ya que con fecha 26-06-1767 levantó un informe para la presa de nueva planta que se levantó muy cerca del puente, aguas arriba, dando la obra como ejecutada.

El proyecto continuó su marcha hasta que una fuerte avenida en el Carrión arruinó parte de la calzada que accedía a estas obras pontoneras como se atestigua en unos informes que hicieron los canteros José Iglesias y José Manuel Velasco donde exponen que pese a que  la riada fue tan violenta entendía que también se podía achacar a errores en la actuación de Alfonso de Jorganes; sin embargo, otra inspección de Simón del Cotero consideró correcta la obra de éste. Quizás, no se estaba dando la importancia pertinente a la fuerza y regularidad de las avenidas de este río por lo que, con el tiempo, siguieron produciéndose daños, inspecciones y reparos; hay constancia de la visita de inspección de Diego de la Riva y José Gómez en años posteriores.

La impronta actual de esta obra, más academicista dentro de los parámetros clasicistas de la época, obedece a una última intervención de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ante las noticias de una nueva ruina acaecida en 1.803. Lo visitó e inspeccionó el arquitecto Francisco Prieto y presupuestó sus reparos en 120.640.- reales de vellón, modificándolo después para incorporar el pontón del río Cueza y algunos sectores de la calzada dañados aumentando su coste hasta los 160.000.- reales. Tras la presentación de presupuesto y planos a la citada Academia, se aprobó por completo este proyecto. (AHN, cons. legajo 28.616 y Archivo RABASF, legajo 3140). La información que nos ofrece Madoz, mediado el siglo XIX, en su visita a esta obra es elocuente: se trata de un hermoso puente de 5 arcos.

No existen más datos de posibles intervenciones en esta obra civil aunque entendemos que se habrán hecho trabajos de consolidación y saneamiento de paramentos en el siglo XX. Como queda fuera de la calzada autonómica que vertebra esta zona palentina, no se ha procedido a su ensanche de tablero por lo que se mantiene en su estado de proyecto original.

Características actuales de la obra:  Se trata de un puente cuya longitud es de 70 metros incluyendo estribos y un ancho de calzada de 6 metros. Es perpendicular al cauce del río y no es plenamente horizontal pues hay cierta inclinación desde margen derecho (considerándolo desde aguas arriba) hacia la cabecera derecha ya que es donde los arcos tienen mayor flecha. Dispone de 5 vanos con arcos ligeramente rebajados y luces de 12,20+11,20+10,50+10+9 metros. La anchura de pilas es uniforme, con una dimensión de 2,20 metros cada una. Aguas arriba se imponen tajamares de forma semicircular y aguas abajo los espolones son cuadrangulares, a modo de contrafuertes. Todos ellos llegan hasta la rasante, produciendo descansaderos.

La fábrica es muy cuidada. Básicamente se compone de piedra caliza en sillares muy regulares, de cara lisa, volumetría semejante y perfecta escuadría, con un mínimo llagado pues apenas se aprecia la presencia de mortero en juntas. Las bóvedas mantienen una geometría perfecta y el intradós presenta un trabajo en dovelaje exquisito con un contrapeado de piezas pleno para mejor trabazón de la obra. En boquillas también se aprecia un cuidado trabajo y la unión de hiladas con arcos exteriores se hace siempre por medio de piezas en forma trapezoidal que casan perfectamente con las roscas de estas boquillas.

La estructura se remata en extremos con manguardias o aletas en ambas caras del puente y que siguen el estilo y disposición de fábrica que el resto de la obra, ya sea en tímpanos o muros de acompañamiento. En general, se observa una obra limpia, sin costras de eflorescencias, líquenes o matas que medran entre las juntas de sillares y entiendo que el puente habrá tenido alguna intervención de mantenimiento en los últimos años, aunque lo desconozco.

En extradós se sitúa una larga y sobresaliente imposta en ambas caras del puente y sobre ella, ya en cubierta, destacan los potentes pretiles y su forma quebrada siguiendo la curvatura de los tajamares así como la cuadrangular de los espolones, todo ello formalizado en un trabajo de cantería muy bueno, a base de ortostatos de piedra caliza con bisel en su cara superior, simulando una albardilla. Dispone de una calzada con un ancho regular de 4,80 metros con firme de hormigón asfáltico y viales peatonales en ambos lados de aproximadamente 60 centímetros cada uno a base de losas de piedra caliza, actualmente al mismo nivel que la calzada y que también sirven para aumentar o mejorar el tránsito de vehículos en caso de cruce, pues es calzada de doble sentido sin otras limitaciones. En cabeceras la plataforma se ensancha hasta los 10 metros aunque con una profundidad mínima de 1 metros, quizás habilitadas como zonas de espera alternativa al cruce del puente.

Por último, señalar que carece de señales de tráfico que dirijan a la obra y no he observado que existan carteles informando sobre el monumento y su historia. Aunque hay posibilidades de acceder al cauce del río por su cabecera izquierda que dirige a una especie de soto, las posibilidades de observar y fotografiar la estructura plena son nulas debido al exceso de arbolado que cubre ambas caras del puente. Sigo sin entender bien la manía que tienen, en general los ayuntamientos, por poblar de choperas las áreas donde se encuentran algunos de sus monumentos más emblemáticos, que suelen ser, los puentes históricos. Tampoco ponen objeciones a estas plantaciones las propias confederaciones hidrográficas, cuando alguna de ellas, como la que administra este río, empieza a darse cuenta de los tesoros que albergan todos sus cauces y ha iniciado una labor de inventario de los mismos, dignificando y exhibiendo con cierto orgullo las obras pontoneras de su cuenca, por lo menos en su web y en una app.

Para saber más: Se trata de un puente sobre el que los historiadores no han prestado atención, por lo cual, no observo que existan trabajos colectivos o catálogos en los que se le señale. El único autor reconocido que ha conseguido información buceando en el AHN (Archivo Histórico Nacional), cons. legajo 28.616 y Archivo RABASF, legajo 3140, es Inocencio Cadiñanos Bardeci, que publicó sus hallazgos en "Los puentes de la provincia de Palencia en la Edad Moderna. El Diccionario Enciclopédico de Madoz, hacia 1.852, cita este pueblo añadiendo que tiene un puente de 5 cercas sobre el río Carrión y otro sobre el Cueza de dos ojos. La web municipal tampoco aporta ningún dato aunque -al menos- coloca una fotografía del puente en su cabecera. El ingeniero José María Fraile Cuéllar, que trabaja para la consultora Alcántara 98 y se dedica -entre otras actividades- a catalogar puentes de la provincia de Palencia, sitúa nuestro puente entre los más interesante por su carácter histórico en la cuenca del río Carrión, según recoge la entrevista que le hizo el diario El Norte de Castilla con fecha 26.06.2011. No hay rastro en internet de fotografías antiguas de esta obra y muy pocas de su estado actual aunque he podido rescatar una del bloguero Chusly que ha conseguido -al menos- fotografiar 4 vanos.

Cómo llegar: Nuestro puente se encuentra donde arranca la carretera local P-981, antes de entrar en Villoldo por su calle Mayor. Se accede a la villa por la carretera autonómica CL-615 a la altura de su PK 25,500. La vía rápida es la A-67 con salida en su PK 30 dirección Amusco por la nacional N-611 hasta este pueblo y continuar por la provincial P-983 dirección San Cebrián de Campos y Villoldo. Siempre es más enriquecedor transitar por la mítica nacional N-611 que con origen en Palencia tiene como destino el Cantábrico en Santander; en este caso, tras salir de Palencia y pasar Monzón de Campos, llegaremos a Amusco, aproximadamente en el PK 28,800 y cogeremos una raqueta por la derecha para seguir por la citada P-983 hasta el pueblo de Villoldo y su magnífico puente.



Entrada al pueblo tras cruzar nuestro puente. Toma de fecha 29.06.2016



Una de las escasas fotografías que hay en internet de este puente. Es obra Chusly y la exhibe en mapio.net. Ignoro la fecha pero es una buena imagen ya que -al menos- muestra 4 arcos de esta preciosa y armónica obra civil.

















Tanda de fotos de fecha 29.06.2016


Interesante imagen aérea de Villoldo con nuestro puente presente, en visión aguas arriba. Fotografía de Ricardo Melgar con fecha 03.08.2012



Dibujo con detalle de alzado y planta del puente de Villoldo en un de los proyectos que después se modificó. Obra del cantero José Martínez Gutiérrez, realizado en 1.734.




Zona del tablero del pontón anejo al puente de Villoldo y que se eleva sobre el cauce del llamado Caz de Macintos. Instantánea de fecha 29.06.2016








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