PEÑAFIEL. Valladolid
N-122 PK 308
Entre las obras viejunas de
esta villa -salvando lo relacionado con su castillo- destaca este pequeño
pontón, por decirlo de alguna manera, que si bien es cierto que podría tipificarse
como portillo, su trabajo de cantería es muy semejante al que maestros de obra
y alarifes empleaban para el levantamiento de puentes, pontones o alcantarillas. Es un arco ejemplar,
muy antiguo, que tendrá que ver con alguna remodelación del segundo amurallamiento
de este núcleo, tras el del perímetro del enorme castillo. Aunque se dice que
este segundo muro defensivo tiene su origen en el siglo XI como línea defensiva
natural, la del talud que ha creado el propio cauce del río Duratón, deberemos
de pensar que tanto conflictos bélicos como la propia erosión y avenidas de
este cauce, perjudicarían los baluartes que serían repuestos o reforzados en
siglos siguientes.
Estos muros de defensa de la
población, siguiendo a algún historiador local, llegaron a tener 5 puertas de
paso y control así como otros cinco portillos que se irían abriendo en la
muralla con el tiempo y según necesidades. Respecto al que nos ocupa, tanto el
diseño y la estereotomía de la obra podríamos evaluar su construcción en
tiempos renacentistas -por decir algo que se aproxime- y se utiliza sillería y
dovelaje que denota una pátina muy antigua independientemente del desgaste,
erosión y humedades que haya sufrido la fábrica.
Originariamente el paso
prescindiría de la actual escalinata pero mantendría la inclinación para evitar
que crecidas del río importantes, anegaran el portillo e incluso penetraran las
aguas por las callejas aledañas. Tiene la anchura suficiente y el gálibo
adecuado para que por él transitaran carromatos, caballerías y peatones. Si no
ha habido grandes modificaciones orográficas en ese punto, cabe pensar que se
trataba de una amplia y suave terraza fluvial cuyos componentes serían lodos,
arenas, margas y canto rodado, suficientemente firmes como para que existiera
un vado natural que podrían cruzar carros, parihuelas, otros elementos de
transporte, jinetes y camineros. Era otra conexión más con las vías importantes
o calzadas hacia diferentes puntos peninsulares. Algunos historiadores apuntan
a que este vano se creo para acceder al cauce y transportar a la población el
agua necesaria pero lo cierto es que en la villa ya existen variadas fuentes
naturales de todo tipo por lo que parece más plausible que se habilitara como
comunicación, especialmente cuando el puente del Mercado estaba dañado. Por lo
demás, hay que considerar siempre que este vado natural debió de ser de uso
habitual desde tiempo inmemorial salvo épocas de lluvias o crecidas.
De entre estos portillos, cabe
mencionar sus nombres: el conocido como “Portillo del Molino de Palacios, unos
pocos metros más abajo del cauce con respecto a éste, pues tendría esa función,
el paso a través de la muralla de cereales y harinas. Se mencionan también los
portillos de San Pablo, Reoyo, Judería y el de La Barbacana. Dado que la barbacana,
como elemento defensivo militar, se componía de un muro, terraplén o talud
inclinado y/o elevado con respecto a la rasante del terreno circundante,
podríamos asociarlo al potente muro que franquea este arco o portillo. Las
barbacanas estaban por lo general situadas fuera de la línea principal de
defensa y conectadas a los muros de la ciudad por un camino fortificado,
función que también parece que cubre este muro y los portillos de acceso,
siempre defendidos también de un modo natural por el propio cauce del Duratón. Siguiendo
esta hipótesis pues me inclino a pensar que nuestro vetusto arco-puerta puede
que se el de “La Barbacana”.
Lo más meritorio de su fábrica
es el propio vano así como el muro de acompañamiento en aguas abajo, muy
diferente al de aguas arriba, de mampostería grosera y muy rehabilitado. El
conjunto arco+manguardia es excepcional. Se ha utilizado una sillería de gran
volumetría, escuadría y disposición perfecta en hiladas horizontales con poco
llagado y por lo tanto, mínimo mortero; cara vista poco picada y piedra caliza
del entorno. Este sector de muro llega hasta el molino de Palacios y debido a
la pesadez del propio muro y a sus rellenos, cabe la posibilidad que el resto
de la defensa de sillería sufriera derrumbes y se repuso en modo barato con la
mampostería que ahora contemplamos.
Respecto al vano o portillo
propiamente dicho, pudiera ser de origen renacentista, hacia el siglo XV, y
muestra una fábrica robusta ya sea en el propio cañón así como en sus paredes
laterales y estribos. Una obra plena, bella e históricamente, monumental,
quizás de las estructuras más antiguas de esta villa. La bóveda presenta dos
recrecidos sobre una primitiva bóveda que pudiera ser de origen medieval. El
crecimiento de la boca interior con un remate del dovelaje de boquillas hacia
la escalinata parece renacentista y sin embargo, el que se hace en cara cauce,
unido a esa potente manguardia, sería de época barroca. En cara interior se
observa muy bien el pretil de caliza de buena talla y altura a base de
ortostatos de cara vista picada, pequeños rellenos en tímpanos y una geometría
del arco ligeramente abierta que contrasta con la más antigua o interna, que es
de cañón. En lado cauce sin embargo, el pretil se difumina más con variada
piedra y la calidad de la arcada, especialmente en boquillas, es menor.
En intradós de la obra destaca
su bajo gálibo pero se debe a los diferentes recrecidos del firme,
originariamente de margas o roca madre del río, quizás arenas que permitía una
flecha propicia para el paso de carros. Con el tiempo y quizás recientemente se
decidió acondicionar un firme de morrillo o canto rodado aglutinado con
morteros de cemento, tal como lo vemos actualmente, además de las escaleras y
sus petos de piedra. Debió de tener en el vano unas jambas de piedra sólidas
donde se engarzaban los goznes de las puertas, variadas a lo largo del tiempo,
y aún subsiste una de ellas en la medianía de la bóveda.
Mi conclusión es la de que se
trata de una estructura o vano cuyo origen pudiera ser medieval y con
recrecidos de bóveda que pueden datar desde época renacentistas, barroca e
incluso clasicista, esto último especialmente en el pretil interior y la
boquilla escarzana. Como no conozco los otros portillos no puedo opinar de
ellos y si guardan cierta similitud en fábrica o época de construcción.
El único documento consultado
para este tema es el “Boletín Torre del Agua” que edita la “Asociación
Histórico-Cultural Torre del Agua”, número 3 de fecha julio de 2015 siguiendo
un artículo de Jesús de la Villa Polo que ya utilicé como información para el
Puente del Mercado.
Otras obras pontoneras de Peñafiel en el blog: Puente Viejo y Puente Nuevo sobre el río Duero y sobre el río Duratón: Puente de la Judería, Pasarela de La Judería, Puente del Mercado, Pasarela de madera y Puente carretero de la N-122.
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