PONTÓN NUEVO SOBRE EL ARROYO FRANCAMUERTA
Redipuertas. León
LE-321 PK 42
Ya hemos presentado en el blog la mayoría de los puentes y pontones que,
de alguna manera, daban servicio a la mítica Calzada del Puerto de Vegarada y
que los estudiosos del tema, adjudican a tiempos prerromanos aunque vaya
tomando forma en época imperial o incluso durante los siglos medievales y
renacentistas. Dada su dificultad y cuando la Administración decide potenciar
un camino carretero concreto hacia Asturias en época clasicista, mediado el
siglo XVIII, se opta por el camino real
a través del puerto de Parajes por lo que, tanto esta ruta como la que discurre
por el puerto de Piedrafita, quedarán como caminos secundarios muy abandonados,
prácticamente destinados a uso ganadero y quizás en verano para arrieros y
transporte con reatas.
No obstante y pese a lo agreste o abrupto de su geografía, a finales del
siglo XIX y quizás con mejores medios o más modernos en la obra pública, se
empieza a proyectar una carretera de tercer orden que conexione la ciudad de
León con estos valles y tenga también destino en el Cantábrico y Asturias. Se
trata de la carretera que enlaza La Vecilla con el propio puerto de Vegarada cuyo
trazado se aprueba en el año 1.895 y aunque por sectores, se termina de
construir y entra en servicio en el año 1.916. En ocasiones, la calzada se
monta sobre el antiguo camino medieval, otras veces utiliza viejos pasos sobre
el río Curueño y también se construyen nuevos puentes, más o menos homogéneos,
siguiendo las pautas que marcaba el propio ministerio del ramo. Son obras
normalmente hechas con hormigón en masa, chapadas con mampostería y rematada en
esquinas con buena sillería donde según la anchura del cauce se proyecta uno o varios
arcos, generalmente escarzanos y defensas en cubierta por medio de pretiles de
mampostería, pesados y fuertes que estrechaban la regularidad de la calzada,
diseñada con 6 metros de ancho y que en estos puntos se suele reducir a 5,15
metros, suficiente para un tránsito cruzado de carros o vehículos modernos.
Esta carretera de montaña tiene una dificultad constructiva evidente,
teniendo en cuenta que a principios del siglo XX la maquinaria de obras
públicas todavía no había desarrollado su potencial y el trabajo de los
operarios era dificultoso por el clima, donde más de medio año, podía haber
nieve en muchos puntos del trayecto. Pese a todo ello, el proyecto se terminó y
tenemos una calzada atractiva -para nuestros modernos vehículos- que discurre por
parajes de gran belleza.
Entre la huella pontonera decimonónica que posee esta calzada, ahora
matriculada como provincial LE-321, ya hemos citado el soberbio puente de
Ambasaguas, el de Lugueros o el de Tolibia de Abajo, quizás, los más amplios,
con dos o más ojos para evacuar los caudales del Curueño. Pues bien, en los
últimos repechones para alcanzar el puerto de Vegarada, nos encontramos con una
obra que, aunque modesta, nos permite observar el cuidado y la calidad que se
ponía en aquella época al construir un simple pontón que salvara arroyadas que
en ocasiones y debido a los deshielos, tenía cauces altos e impetuosos.
Características actuales de la obra: Este puente, muy cercano al conocido como Pontón de origen romano sobre
el Arroyo de Francamuerta, salva precisamente las aguas de ese arroyo. Se
levanta en un punto donde la pendiente de la calzada es muy pronunciada, al
salir de una fuerte curva aunque se construye con un vano perpendicular al
propio cauce. Dado el estudio sobre sus caudales, se opta por una obra de luz
estrecha, aproximadamente de 6 metros pero con mucha flecha o altura desde
claves a lecho del cauce que puede llegar a los 10 metros. Dispone de una
bóveda de cañón de geometría perfecta y se peralta al apoyar en altos muros para
conseguir esa altura deseable para el desalojo de aguas. Es muy corriente en
tiempos actuales que, en carreteras de montaña con grandes pendientes, los
arroyos en momentos de grandes avenidas sobrepasen la capacidad de desalojo de
caudales e inunden la calzada ocasionando problemas en los tráficos y
deteriorando el firme y pretiles de tajeas, alcantarillas o pontones. Lo hemos
sufrido todos al viajar por carreteras de montaña en periodos de deshielos a
los que se suman fuertes lluvias primaverales. Bien, en este caso y -como
decía- debido al esmero y buen hacer de la ingeniería de aquella época, es difícil
que cauces muy altos en estos arroyos o en el propio río Curueño, produzcan
rebosamientos en su pontonería.
Como decía, aunque es un pontón discreto, cobra protagonismo en la
calzada por la altura de su arco peraltado y la de sus defensas. Empotrado en
un talud de roca viva que fue erosionando este arroyo durante miles de años,
los estribos lo constituyen precisamente esos taludes que se refuerzan con
relleno de piedra y hormigón en masa y sobre los que apoya esta bóveda cuyo
chapado es mixto pues en alguna zona es de mampostería de grandes piezas y en
las zonas bajas o muros es de sillería de caliza en tonos muy claros; en las
esquinas con frentes, incluso se asemeja a los aristones en un intento
decorativo muy loable.
Sin embargo, en los paños que ocupan los tímpanos hay una diferencia
notable en la fábrica. Puede que aguas abajo haya habido desprendimiento de
estos tímpano o incluso de la boquilla del arco y si bien la bóveda se ha
reconstruido con esmero, el aparejo reutilizado o nuevo en tímpanos es más
tosco, incluso se observa abuso de mortero en su reubicación de las piezas.
Aguas arriba la fábrica es más homogénea, con piezas de tamaño más regular y
aunque sigue siendo mampostería, su colocación es más esmerada y el aglutinante
de cal aunque vivo, es más discreto. También la entrada a bóveda en este lado
parece más original, sin intervenciones de reparación.
El trabajo en boquillas por medio de dovelas de caliza con gran volumen y
talla perfecta en cola de milano, es espléndida. Tangente a claves se dispuso
una gruesa imposta de piedra bien tallada, quizás la de aguas arriba renovada
pero todavía queda como reliquia el pretil de aguas abajo, también de
mampostería pero con defensas en extremos de sillería y una albardilla de
piedra de buena labra y rematada en esquinas
con biselado como otro detalle decorativo interesante.
Aunque no tengo datos, es muy probable que este pontón -al igual que
ocurrió con el que se encuentra en la Arroyo de Valdeteja- hubiera sufrido
daños por intento de voladura durante nuestra Guerra Civil.
Bien, pues ahí tenemos un testigo de lo que fue la ingeniería carreteril
de principios del siglo XX: un bello y sólido pontón de excelente factura.
Siguiendo el itinerario hacia la cumbre del Puerto de Vegarada,
aproximadamente en el PK 45,300 existe otro pontón de época, éste en plena
curva de la propia calzada y sobre un arroyo no tan profundo. Dispone de un
solo arco de medio punto y amplios muros de acompañamiento en fábrica de
mampostería. Parece renovado y es probable que se haya sustituido su cubierta
por una losa de hormigón armado, han desaparecido sus pretiles y se han añadido
biondas de acero en toda su longitud.
En la actualidad esta vieja calzada que coronaba el mítico Puerto de
Vegarada, se devalúa un poco ya que en su último tramo hay un abandono absoluto
de firme, prácticamente desaparecido, por lo que sólo es practicable para
vehículos todo terreno o asimilables aunque sigue siendo camino para
excursionistas, bicicleteros y caballerías. Sin embargo, hacia el E sigue
habilitado un camino de asfalto que lleva a San Isidro por Riopinos para
acceder a la estación de esquí.
Con esta entrega acabo con los puentes y pontones sobre el río Curueño
aunque soy consciente que me he dejado alguno cuyo olvido remediaré en un futuro
próximo. Pongo a continuación los enlaces a las obras que se han subido al
blog:
Puente de Ambasaguas de Curueño
Puente de Valdepiélago
Puente de Montuerto
Puente de Nocedo de Curueño
Puente de Nocedo de Curueño. Complejo fabril
Tajea de Hoces de Valdeteja y otras
Puente del Ahorcado o Los Verdugos
Puentes del Valle de Los Pasos
Puente del Villarín
Pontón del Arroyo Villarias
Puente de Tolibia de Abajo sobre Arroyo Tolibia
Puente de Lugueros
Puentes de Tolibia de Abajo
Puente del Llano Nevero
Puente de Abajo de Cerulleda
Puente Cimero de Cerulleda
Pontón Viejo del Arroyo de Francamuerta.
Pontón Nuevo del Arroyo de Francamuerta y pontón fin trayecto
Para saber más. En lo
referente a los puentes del río Curueño, a la historia de la calzada romana del
puerto de Vegarada o a la carretera convencional, me remito a las referencias,
trabajos y bibliografía citada en otras entradas, como puede ser la del Puente
de Lugueros. En todo caso, el único manual que sin ofrecer datos sobre esta
obra, al menos pone foto, es el Catálogo de puentes de León anteriores a 1.936. Recientemente, se le cita en un artículo de Luis Solera Selvi para el periódico La Nueva Crónica de León de fecha 03.09.2018 titulado "Los puentes históricos del Alto Curueño".
Cómo llegar: Nuestro
puente -dentro del término municipal de Valdelugueros- se localiza en el PK 42 de la carretera provincial LE-321 tras dejar
atrás el pueblo de Redipuertas si circulamos en sentido creciente. Podemos
aparcar en la campa que hay junto al pontón viejo sobre este mismo arroyo,
desde donde es muy visible esta obra y andar unos pocos metros por la carretera
hasta llegar a él. Desde León se sale
por la LE-20 buscando la N-621 hasta Ambasaguas de Curueño donde tomaremos la
LE-321 desde su PK 0 hasta La Vecilla, lugar de desvío hacia la autonómica
CL-626 que seguiremos hasta la estación para, de nuevo, seguir en dirección N
por nuestra carretera desde el PK 19 recorriendo el río Curueño hasta llegar al
PK 42 de esta calzada y nuestro puente. No hay autovías cercanas pero otro
itinerario lo marca la N-630 (Carretera de La Plata) que tomaremos en dirección
N desde León hasta La Robla para seguir por la autonómica CL-626 dirección NE
hasta la estación de La Vecilla de Curueño, donde, sin entrar en la localidad,
tomaremos a la izquierda la LE-321 hasta destino.
Fotografía tomada entre los años 1986 y 1987 publicada en el "Catálogo de puentes de León anteriores a 1.936".
Situación del puente en dos tomas de fecha 27.05.2012
Tanda de fotos de fecha 01.07.2017
PUENTE DEL PK 45,300 EN LA CARRETERA LE-321
Tres tomas del puente de fecha 27.05.2012
Aunque, como ya hemos dicho, la Administración de la época, decidió reconstruir y potencia el paso hacia Asturias por el Puerto de Pajares, auténtico camino real, como se puede ver en esta ilustración de mediados del siglo XIX que figura en el Diccionario Estadístico-Geográfico de Pascual Madoz, no resultaba ser precisamente un paseo, especialmente para diligencias y carruajes.
Tres tomas del puente de fecha 27.05.2012
Aunque, como ya hemos dicho, la Administración de la época, decidió reconstruir y potencia el paso hacia Asturias por el Puerto de Pajares, auténtico camino real, como se puede ver en esta ilustración de mediados del siglo XIX que figura en el Diccionario Estadístico-Geográfico de Pascual Madoz, no resultaba ser precisamente un paseo, especialmente para diligencias y carruajes.
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