sábado, 18 de agosto de 2018

PUENTE DE VILLANUEVA DE PONTEDO. León

PUENTE DE VILLANUEVA DE PONTEDO SOBRE EL RÍO TORIO. León

LE-315 PK 19,300


Podemos considerar esta obra pontonera como la última de nuestro itinerario trashumante leonés en busca de los agostaderos cercanos al puerto de Piedrafita. Se iniciaba la ruta por el curso medio del río Torio en Pardavé con su bello e histórico puente y elevándonos por esta carretera provincial y tras cruzar los hoces de Vegacervera, terminamos en este puebluco, no lejos de las fuentes del río Torio, en la cara sur de Piedrafita y a 1.630 metros de altitud.

El itinerario de esta calzada, la historia de estos valles y hoces o las localidades que atraviesa ya se han tratado en entradas anteriores de este blog. Nuestro puente, fuera de la calzada convencional, es el punto de comunicación con Villanueva de Pontedo exclusivamente. El lugar está situado en la margen derecha del Torio y para acceder a la actual carretera o al medieval camino que llevaba hacia Piedrafita y Asturias, siempre tuvo una puente, bien la que conocemos o alguna otra estructura de madera que también servía a caminantes, carros y ganados.

Por la impronta que presente en la actualidad, en la que no se observan intervenciones de rehabilitación o reconstrucción que la hayan modificado mucho, parece una obra civil renacentistas, del siglo XVI, que en el medio rural todavía prevalecía o se traducía en un estilo bajomedieval en las construcciones civiles y edificación, especialmente la religiosa. Es un puente que guarda similitud con el que se encuentra aguas abajo, en el pueblo de Getino.

Características actual de la obra: Es una estructura con un solo vano en geometría de medio punto aunque algo peraltado pues se apoya en los arranques de los estribos que dan continuidad a su forma. Como la bóveda es tangente con respecto a la rasante (no existen impostas) entendemos que su tablero original ha sido siempre horizontal, cuestión que empezó a practicarse en la construcción de puentes en tiempos renacentistas, como decía.

Tiene cierto esviaje con respecto a la perpendicularidad actual del cauce y su tablero se ensancha ligeramente en cabeceras, se supone que con el fin de que emboquen mejor los ganados que lo cruzaban y que exista espacio para los carromatos que llegaban a cabecera cuando otro lo estaba cruzando. Su longitud con estribos llega hasta los 41 metros por los aterramientos en zócalos del cauce para guardar esa horizontalidad de la que hablamos. El ancho del tablero es de 4,20 metros.

Su fábrica es excepcional, algo mejor que la del comentado puente de Getino. Hay cierta similitud en el trabajo de la bóveda, con labra muy esmerada en el dovelaje y la construcción de las diferentes roscas, sin fisuras ni grietas en la actualidad. La piedra usada, en este caso caliza, parece porosa y se acentúa su rugosidad por el trabajo de cantería picando la cara vista de las piezas, intentando darle a la obra una pátina de obra romana. Me llama la atención, aunque ya lo haya visto en otros puentes de la cuenca del Torio o del Curueño, la disposición de la clave, generalmente en ambas boquillas externas, que se suele colocar en relieve sobre el resto de la arcada, destacándola, como dando a entender que es la pieza clave para cerrar la bóveda en perfecto estado. También resulta curioso en esta obra la disposición del arco -con luz aproximada de 9 metros- en cuanto a sus apoyos: al carecer de roca viva como cimentación, se construyen muros de contención en estribos que también hacen de pilas sobre las que se sitúan sillares a modo de salmeres que recogen las fuerzas del propio arco y la trasladan a estos muros, algo más anchos que la bóveda.

En paramentos cabe distinguir -en principio- las dos caras del puente. Aguas arriba predomina la sillería en sus diferentes paños aunque de talla y escuadría regular. Aguas abajo, ya sea en bóveda como en estribos bajos predomina el sillar de gran volumen, buena talla y disposición pero en las zonas más elevadas el chapado es a base de sillarejo de soga larga y mampostería en acabados regulares; seguramente, en este lado del puente se produjo algún desprendimiento del muro.

Exteriormente no hay discontinuidad entre paramento y pretiles, aunque estos son de mampostería. Estos petos, en la sección antigua, se rematan con una albardilla de sillería larga en labra tosca. En ambas cabeceras, se han alargado los petos en alguna reciente actuación, a base de témpanos cuadrangulares de ladrillo u hormigón, chapados con losas de esquisto con grueso llagado de cemento y en los que se empotran dos líneas de tarugos de madera cilíndricos en sentido longitudinal. No dispone de viales peatonales y mantiene un firme de aglomerado asfáltico.

Sigue siendo un puente en uso para los tráficos locales y no he observado que existan limitaciones en cuanto a MMA o anchura de ejes. Tampoco existe señalización de dirección hacia este monumento ni carteles que informes sobre su historia y vicisitudes.

Su estado de mantenimiento es aceptable aunque sería de desear que se eliminaran hierbas, matojos y musgos que crecen por doquier en sus paramentos y que perjudican la obra. El exceso de arbolado en sus inmediaciones dificulta la visión o las posibilidades de hacer fotografías de este bello puente rural.

Ver artículo de Luis Solera Selvi sobre los puentes históricos de la cuenca del río Torio, con foto de esta obra, publicado en el periódico La Nueva Crónica de León con fecha 20.08.2018.

ENLACES A LOS PUENTES DEL CURSO MEDIO Y ALTO DEL TORIO:







Entrada a Villanueva de Pontedo por la carretera LE-315



Dibujo de alzado y fotografía del puente tomadas del libro "Catálogo de puentes de León anteriores a 1.936" editado por el CICCP-CEDEX en 1.988.





Tanda de fotos de la calzada y pretiles con fecha 06.05.2012









Tanda de fotos del puente con fecha 07.08.2018


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